Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Family por licherni

[Reviews - 98]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

siento la tardanza, espero ke guste


kisses

Capítulo 9: Seducción

 

El fogonazo en verde y negro indicó que había llegado una carta para Harry, que cayó pulcramente sobre la mesa frente a él, y la elegante lechuza dejó su correspondencia a Draco apoyándose junto a su brazo, el rubio desató la carta de la pata de la lechuza.

-Aquí hay dos cartas- le dijo el Gryffindor entregándole un pergamino al rubio.- Ésta es tuya, de Nott.

-Ah, bien, gracias.

 

Ambos desdoblaron sus respectivas cartas y se pusieron a leerlas con atención mientras merendaban unas galletas que había hecho el moreno.

 

Querido Harry:

 

Sé que estarás mejor después del incidente del otro día ya que Hermione me informó de que estabas perfectamente cuando fue a verte anteayer, te ahorro la molestia de informarme sobre ello para que no me preocupe. Los culpables fueron los dos gorilas de Malfoy como, me imagino, bien habrás deducido, sé que no estarás buscando venganza, nos conocemos bien para saber que en Gryffindor no existe esa palabra. Me tomo la libertad de informarte de que tal vez ambos gorilas hayan tenido un pequeño accidente y se hayan quedado incrustados en las paredes de su casa sin opción a sacarlos de ahí por no hacer caso a lo que nos advierten nuestras madres de no dejar pasar leones... digo extraños a casa para limpiarla. Espero fervientemente que empieces a intentar cautivar a ese espécimen de reptil y me mandes informes detallados en cuanto puedas, ya sabes: ¡VIVA LA VIDA, LA FIESTA Y LA CAMA!

 

Con cariño,

Neville

 

P.D.: se me olvidó comentarte más arriba que una llamada anónima avisó a San Mugo y dejó instrucciones detalladas de cómo librarlos de su accidente, eso sí, la reparación les va a costar ambos ojos de la cara y un riñón mínimo.

 

P.D.2: se me olvidó comentarte también el motivo principal de esta carta en respuesta a la que me mandaste ayer. No, no tengo lo que me pides pero tal vez en el Inframundo encuentres ya que esta noche hay mercado de magia, sólo podrán asistir magos, tal vez Malfoy pueda explicarte las normas de ese tipo de acontecimientos.

 

P.D.3: a propósito, felicidades por compartir algo tan íntimo como lo de Kyle con Malfoy y tener valor y fuerzas para revivirlo de nuevo, todos estamos orgullosos de ti.

 

Querido Draco:

 

Espero que te hayas recuperado del todo de las fiebres que me comentó Nev que le dijo Granger que sufriste. Sé que estarás molesto por lo ocurrido con Potter, en tu nombre intentamos vengarlo, pero alguien se nos adelantó. Cuando fuimos a por ellos los de San Mugo intentaban desincrustarlos de la pared de su casa destrozando media casa en el intento, les va a doler la cartera, la cámara de Gringotts y el alma a la hora de pagar la reparación. Aún a riesgo de morir por comentarte esto me veo en el deber de decirte que cuando fuimos a verte encontramos cierta química entre Potter y tú, los tres estamos de acuerdo en que si quieres intentar algo con él la cosa tiene grandes posibilidades de ser duradero y pleno así que te invitamos a que despliegues encantos sobre ese lindo gatito. Espero que nos informes sobre tus avances y tengas mucha suerte con la captura, aprovecho para recordarte que las puertas de nuestras casas están abiertas y que puedes pasarte cuando quieras a hacer una visita, aunque agradeceremos que nos avises con antelación.

 

Con cariño,

Theodore

 

Ambos sonrieron simultáneamente y dejaron sus cartas a la vez a un lado para hablar.

-Oye- dijeron a la vez.- Empieza tú- volvieron a decir.- No tú- sonrieron.- ¿Mejor yo?- se echaron a reír, el Gryffindor optó por coger una galleta para no hablar él.

-Parece que estamos sincronizados- sonrió el rubio.- ¿Qué dice Lombottom?

-Me dice que no tiene lo que busco y que están orgullosos de que haya confiado en ti para contarte algo tan importante en mi vida como lo fue lo de Kyle.

-Yo también lo estoy.

-Gracias, Nev, me ha dicho que lo que estoy buscando tal vez pueda encontrarlo en el mercado mágico que se hará esta noche en el Inframundo, pero nunca he ido a uno, tal vez tú puedas explicarme las normas.

-Será un placer, por primera vez podré explicarte algo de ese sitio, parecía que lo sabías todo.

-Ya ves que no, ¿y bien? ¿Qué dice Nott?

-Que espera que esté bien, se enteró de las fiebres, y también que intentaron vengarte de mi parte pero resultó que alguien se les adelantó, al parecer han tenido que derruirles media casa a Crabbe y Goyle para sacarlos de sus paredes.

-Curioso- respondió intentando evitar una sonrisa.- ¿De quién es la otra carta?

-De mi padre- respondió mirando el remitente.- Esperemos que sean buenas noticias.

 

Querido Draco:

 

Espero que a ti y a Harry todo os vaya bien mientras estéis solos en casa, desde nuestra conversación cuando estuvimos allí he estado pensando seriamente tu propuesta y creo que he llegado al punto en el que es hora de que te responda. Sopesando las posibilidades gano de todas formas así que he decidido concederte el año sabático que tanto querías, pero con una condición, que lo utilices para trabajar en el proyecto de la nueva rama de la empresa familiar. Comentándolo con tu madre he dado con una salida para que sigas en el imperio Malfoy sin dejar de hacer lo que te gusta y he pensado que la diversificación de nuevas pociones y mejoras de las ya creadas puede llevarnos lejos. Ya hablaremos de esto más tranquilamente cuando volvamos, de momento disfruta las vacaciones y recuerda que hay más hechizos que los que os enseñaron en el colegio, mejor prevenir que curar, aunque puede que Harry ya se los sepa.

 

Con cariño

Tus padres

 

¿Sus padres se habían dado cuenta antes que él que entre Harry y él había atracción? ¡Oh, Merlín! Qué bochorno, y él ni siquiera sabía todavía si le gustaba o no al moreno. En eso estaba pensando cuando dicho moreno bebió un trago de zumo de calabaza y le puso el vaso delante de modo que el lugar donde habían tocado sus labios quedara justo de frente al rubio. Unas líneas le llegaron a la mente del libro que había encontrado en el estudio de Sirius: "Si bebes de un vaso y luego haces que tu pareja beba por el mismo lado por el que lo has hecho tú se considerará un beso indirecto, puede ser un buen principio para incentivar o mandar una indirecta." El descubrimiento lo abrumó durante un momento, el Gryffindor lo había hecho a posta, había puesto el vaso de ese modo deliberadamente. Por si acaso decidió que eso no bastaba para demostrar nada pero cogió el vaso con una sonrisa que decía a todas luces que no se enteraba de nada y bebió, la sonrisa que tuvo en respuesta fue un sueño.

-¿Y bien? ¿Qué dice tu padre?

-Que me concede el año sabático.

-Genial, más tiempo que compartir, creo que si nos esforzamos conseguiremos leernos el pensamiento y terminar las frases del otro- bromeó.

-Ya hablamos a la vez y sabemos qué siente el otro, no nos debe de costar demasiado ser como uno sólo- ambos se echaron a reír.- ¿Vamos a ir al mercado esta noche?

-Lo agradecería, hoy es el único día en el que se hará, ¿cuéntame qué normas hay que seguir en ese tipo de eventos?

-Hay que llevar una indicación de que somos magos y dinero mago.

-¿Qué indicación puede ser ésa?

-Creo que con las pulseras de Slytherin y otra con Gryffindor nos valdrá, sólo los magos pueden conseguir ese tipo de joyas.

-Bueno, entonces lo tenemos todo solucionado ¿no?

-Sólo hay que ir a por el dinero.

-Todavía me quedan bastantes galeones en la habitación, creo que con lo que tengo me llegará para lo que quiero.

-¿Qué es lo que buscas?

-Es una sorpresa, ¿te dejarás llevar por la curiosidad?

-No será a mí a quien mate- bromeó, Harry sonrió.- Dejaré que la curiosidad me lleve, o que lo hagas tú, ambas opciones son la misma.

-¿Vamos preparándonos?

-Me parece bien, a propósito, no he visto a Athem y Salazar en todo el día, ¿crees que estarán bien?

-Sí, no te preocupes, suelen desaparecer un tiempo.

 

Subieron a la habitación para cambiarse, Harry intentaba encontrar algo que le convenciera pero parecía no atinar con sus gustos aquella tarde. Siendo observado por el rubio dio vueltas y vueltas por el armario sacando y volviendo a dejar camisas y camisetas sin decidir a ponerse ninguna para placer de Draco. Finalmente dándose por rendido miró al Slytherin con una mirada de cachorrito abandonado a la que nada se le podía negar.

-¿Me dejas una tuya? Nada me convence de la mía- le pidió al rubio.

-¿Eh? Pero si tienes medio armario.

-Porfa, te dejo una mía- el recuerdo de otra frase del libro de Sirius lo dejó momentáneamente K.O.: ponte algo suyo para mantener su olor contigo, intenta que él también lleve algo tuyo, siempre será un gesto de confianza y cariño, es como decir que te quiere siempre cerca.- ¿Draco? ¿Estás bien?

-¿Eh? ¡Oh, lo siento! Sí, es simplemente que me he acordado de algo, estoy bien, no te preocupes.

-¿Seguro? Podemos dejar lo del mercado.

-Que no, no te preocupes- sonrió, se acercó a su parte del armario y le sacó una camisa de seda verde esmeralda casi transparente.- Toma, ponte esta, pero yo me quedo con esta- respondió sacando una azul celeste sin mangas y alas doradas a la espalda.

-¿Eh? Está bien, me gusta esta- respondió poniéndosela. Se acercó al joyero y sacó los collares de Slytherin y Gryffindor y las pulseras.- Me gusta más ponerme la de Slytherin, pero por una noche volveré a ser Gryffindor en absoluto- comentó dándole a Draco el collar y la pulsera de Slytherin.

-¿Quieres llevarla tú?

-No, Slytherin siempre ha sido tuya, Príncipe de las serpientes.

-Igual que Gryffindor tuya, Rey de los leones- ambos se echaron a reír mientras Harry pasaba un brazo por los hombros del rubio y lo besaba en la sien.- ¿Listo?

-Casi, ayúdame con el collar- le tendió la cadena y se dio la vuelta, Draco se lo abrochó oliendo así su olor a la vez que olía el de Harry y después se separó.- Ahora sí estoy listo.

 

Se aparecieron en la zona mágica de la cuidad, pasaron primero por la sucursal de Gringotts para sacar algo más de dinero y finalmente se dirigieron al Inframundo de la mano. En la entrada no estaba la típica cola de los fines de semana, tampoco había portero en la puerta de fuera, pero el de las escaleras seguía ahí como siempre. Los hizo pararse y ellos mostraron sus pulseras, al no parecer muy convencido alzaron sus manos entrelazadas pasaron la mano contraria por sus muñecas para dejar a la vista su tatuaje y luego las volvieron a pasar para volver a ocultarlo. El portero asintió aceptando la prueba y los dejó bajar, abajo la música seguía tocando y el escenario estaba donde siempre, las barras de los bares estaban en el centro y la gente apenas se agolpaba frente al escenario, los lugares que los bares ocupaban los fines de semana los ocupaban ahora una hilera de puestos con toda serie de objetos mágicos. Varias personas los reconocieron y poco a poco comenzaron los cuchicheos sobre que los famosísimos Harry Potter y Draco Malfoy estaban allí, lo que hizo que muchos vendedores les prestaran especial atención.

-¿Señor Potter, no quiere esta preciosa bola de cristal? No hay nada mejor para la adivinación.

-No gracias, no es lo que estoy buscando.

-¿Señor Malfoy, qué le parece esta preciosa alfombra voladora para dar un paseo?

-Prefiero las escobas pero gracias.

-Deberíamos habernos cambiado de aspecto- le cuchicheó el moreno, Draco asintió de acuerdo algo agobiado.- ¿Tú también crees que mucha gente nos mira como si fuéramos algo comestible o sólo son paranoias mías?

-Creo que tienes razón, ¿tardarás mucho en encontrar lo que buscas? Me estoy empezando a sentir presa de caza.

-Intentaré ir lo más rápido posible- le acarició la mejilla con el dorso de la mano que tenía cogida con la suya y sonrió. Pasando de todos los puestos en los que no hubiera plantas Harry por fin encontró lo que buscaba, una rosa entre roja, naranja y amarilla dentro de una urna de cristal y otra entre azul marino, azul claro y blanco dentro de otra.- Aquí están, esto es lo que buscaba.

-Tiene buen gusto señor Potter, ¿las quiere? Se las dejo a buen precio, cien galeones cada una.

-Es un buen precio, al menos si son verdaderas, ¿me permite comprobarlo?

-Mientras no las saque de su urna, puede.

-Gracias- se acercó a la urna de la rosa roja y puso ambas manos sobre ella, sintió calor, una magia abrasadora y poderosa, como el fuego. Repitió el proceso con la azul y sintió una magia fría y delicada, como el hielo.- Sí, son de verdad, por fin las encontré- sacó una bolsita de piel contó las monedas y cuando estuvo seguro de que estaba todo las dejó sobre la mesa.- Doscientos galeones por las dos, aquí tiene. ¡Keacher!

-¿Sí amo Harry?- preguntó el elfo apareciéndose.

-Llévatelas a casa y déjalas en el invernadero, que no les pase nada, no las saques de sus urnas, ni nada parecido.

-Sí, amo Harry- hizo desaparecer ambas urnas y se desapareció tras ellas.

-¿Nosotros volvemos a casa?

-Sí, por favor, tengo la sensación de que me van a saltar para comerme en cualquier momento- respondió el rubio, Harry sonrió y lo volvió a tomar de la mano.- ¿Podemos aparecernos directamente?

-Sí, señor Malfoy- respondió el vendedor.- Espero volver a verlos pronto.

-Hasta pronto, y gracias- y luego ambos desaparecieron.

 

Se aparecieron en la entrada de la casa, Harry abrió la puerta y dejó pasar al Slytherin delante, luego cerró con llave. Cogió a Draco de la mano y lo llevó al invernadero, allí estaban las dos rosas en sus urnas iluminadas tenuemente con luz propia. El rubio se acercó para verlas mejor y se quedó prendado de su belleza, puso una mano sin darse cuenta sobre la urna de la roja y sintió el calor que emanaba de ella.

-¡Wow! Está caliente.

-Lo sé, es una rosa de fuego, la otra es de hielo ¿te gustan?

-Sí, son... no hay palabra precisa para describirlas.

-Son tuyas, es un regalo.

-¡¿Qué?! ¡No, no, no y no! Son demasiado caras.

-Bueno, pues sólo te regalo una.

-¡NO! Harry, es demasiado, y no tienes motivo.

-¿Qué mejor motivo que darte las gracias por todo lo que has hecho por mí?

-Harry, mi amor, como el tuyo, no se compra.

-Está bien- suspiró rendido.- Serán las dos mías, pero tú las cuidarás, serán parte de tu colección pero sólo porque las cuidas, si alguien pregunta son mías.

-Está bien, sólo las cuido.

-Así me gusta, obediente y sumiso.

-¿Eh?

-Creo que no usé las palabras apropiadas.

-No, creo que no, ¿vamos adentro? Tengo hambre y estoy cansado.

-Está bien- dejaron las rosas como estaban y se volvieron a la casa.

 

El día siguiente Draco tuvo que levantarse antes que Harry porque tenía un serio problema reclamando atención. Lo besó en la frente antes de bajar a desayunar mientras lo dejaba dormir más, en el patio donde le apareció el desayuno se encontró a Athem.

-Buenos días, ¿dónde has estado últimamente?

-Buscando alguna gatita con quien divertirme.

-¿Y? ¿Ha habido suerte?

-Sí, hoy voy con ella de nuevo.

-Me alegro, tú al menos tienes suerte- suspiró.

-Es que tú no te das cuenta de nada, dale cerezas, ya verás qué show- y una vez dicho esto siguió hacia el bosque con sus andares tranquilos y elegantes.

-Cerezas... ¡Keacher!

-¿Sí, amo Draco?

-Trae medio kilo de cerezas, por favor.

-Sí, amo Draco- y desapareció.

-La verdad es que también me apetecen unas cuantas.

Diez minutos después Keacher había vuelto con medio kilo de cerezas y las había puesto a limpiar, otros diez minutos después Harry bajaba descalzo y sólo con el pantalón del pijama azul marino. Draco levantó la mirada del libro de pociones que leía cuando el moreno se sentó en la silla de en frente y aparecía su desayuno.

-¿Por qué no me despertaste?

-Pensé que querrías dormir más, te veías muy a gusto.

-Bueno, no pasa nada, ¿dormiste bien? ¿Cómo es que te has levantado tan temprano?

-Sólo me he levantado veinte minutos antes que tú, no es tanto.

-Está bien, pero todavía no me has respondido- apuntó mirándolo por encima del borde del baso de zumo de naranja.

-Tuve un sueño que me despertó y no pude volver a dormirme.

-¿Y qué soñaste? ¿Más pesadillas?

-No, no recuerdo bien, pero no era una pesadilla, ha sido más bien agradable- el Gryffindor asintió aceptándolo y siguió dando cuenta de su desayuno.- ¿Sabes? En todo el tiempo que he estado aquí no hemos probado la piscina todavía.

-¿En serio? Con lo bien que lo hemos pasado no me he dado ni cuenta. ¿Quieres que juguemos hoy en ella?

-Estaría bien.

-¿Termino y vamos?

-Mejor dejamos que te repose el desayuno, tienes tanto saque que podría entrarte una indigestión.

-Está bien, tomaremos el sol- se encogió de hombros y siguió con sus cereales.

-He visto a Athem.

-¿Sí? ¿Dónde ha ido?

-A ligar un rato con una gatita de por ahí, espero que no le pase nada.

-Sabe cuidarse solo, no te preocupes- dejó la cuchara en el cazo y se limpió los labio con la servilleta.- Voy a cambiarme.

-De acuerdo- el rubio volvió a enfrascarse en su libro.

 

Pasaron un par de horas tumbados en las hamacas hablando de cualquier cosa y riéndose de cualquier tontería. Hacia las doce Draco pidió a Keacher que sacara las cerezas lavadas y se comieron unas pocas, dispuestos a irse al agua enseguida. Con la última cereza de Harry el Slytherin creyó que iba a morir por el impacto psicológico, mientras se levantaba el moreno dejó sobre la mesita que había entre los dos el rabito de la cereza con un nudo y el hueso al lado. El recuerdo le llegó como un puñetazo "El experto beso francés es de quien consigue hacer un nudo con el rabito de una cereza". Después de respirar dos veces para tranquilizarse miró al cielo y pensó "Gracias Merlín", después lo siguió a la piscina. Nadaron un poco de un lado a otro y luego empezaron a jugar a echarse agua y hacerse aguadillas, se agarraban por detrás intentando sumergir al otro, se peleaban debajo del agua hasta que se cansaron y decidieron descansar un rato.

-Qué divertido, no sé cuanto hace que no me lo pasaba tan bien el la piscina, Sev sólo la usa para hacer deporte- suspiró Harry dejándose flotar en un sillón hinchable.

-Yo no tengo piscina en Malfoy Manor, tengo que ir al lago y no es que me haga mucha gracia tener a los peces y los bichos que puede haber por ahí rondándome.

-Te entiendo, yo no he vuelto a entrar en el lago desde cuarto, me daba cosa entrar después de ver lo que hay ahí.

-¿Sabes? Aquello fue impresionante, pero también muy terrorífico, creo que tuve miedo por ti aquel año.

-No fue un buen año, no me hizo ninguna gracia pensar que mataban a Diggory delante de mis narices, tuve pesadillas durante los siguientes tres años por eso.

-Algo oí sobre que quisiste matar a Dumbledore en un ataque de ira cuando te contaron toda la verdad.

-Una pena que me detuvieran.

-Yo lo veo más bien como una suerte- el Gryffindor lo miró ofendido.- No me malinterpretes Harry, no es por él, sino por ti, te arrepentirías después y querrías acabar con tu vida en compensación, tu alma no es capaz de aguantar el hecho de que te cobraras una vida sin más. ¿Recuerdas el incidente del sectusempra?

-Intento no hacerlo- gruñó.

-No te enfades- pidió el rubio dándole una patadita al sillón de Harry.- Es justo a eso a lo que me refiero, casi te da un infarto cuando viste lo que me hiciste, debiste haberte visto la cara, pensé que si me moría te suicidarías por la presión del sentimiento de culpabilidad que te empezaba a caer encima. Puedo jurarte haberlo visto como si fuera un enorme nubarrón sobre ti empezando a hacerse sólido y pesado para caerte encima con todo su peso.

-Tienes razón, no habría podido soportarlo, creí morir cuando vi la sangre saliendo de ti, Sev me aseguró que no te quedaron marcas, no me lo habría perdonado.

-Lo sé- respondió con una sonrisita de suficiencia.

-Egocéntrico.

-Sólo sincero.

-Si hombre ¿y qué más?

-Guapo, sexy, increíblemente inteligente... ¿sigo?

-No gracias, pero déjame demostrarte qué pienso sobre eso- le dio una patada al sillón de Draco, que casi calló al agua.- Uys, casi.

-¡Eh, tramposo!- gritó el Slytherin al ver que Harry intentaba tirarlo con las manos, empezaron a pelear por ver quién caía primero hasta que sin darse cuenta Harry tiró de Draco hasta dejarlo sobre él al borde de su sillón con las caras muy cerca el uno del otro.- Parece que vas ganando- comentó algo ido.

-Sí, eso parece, y gano más de lo que esperaba- sonrió travieso y empezó a acercarse lentamente, cuando ambos ya sentían el calor de los labios del otro en los propios se escuchó un plof.

-Amo Harry, amo Draco, la comida está lista, se la dejo en la mesa- del susto que les dio Keacher Harry soltó el brazo que sujetaba a Draco y el rubio cayó al agua, pensando en mil formas de matar al elfo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).