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La dieta de Konoha.
Capítulo I.
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De nuevo, como todos los años, todos los shinobi y kunoichi de Konoha debían presentarse en el hospital para sus revisiones anuales.
No era la gran cosa, una revisión general de su estado físico, algunos exámenes de laboratorio y en caso de que todo estuviera bien con esos reportes debían presentarse con estos en la unidad de T&I para la evaluación psicológica de rutina.
Que dada la población de la que se trataba no era nada rutinaria.
Solo había que imaginarse lo que debían sufrir los encargados de hacerla a Anko y a Gai.
Pero volviendo a esta historia, habitualmente había una lista ordenada alfabéticamente que le otorgaba a cada persona una cita, sin embargo también era habitual que hubiera que hacer algunos cambios debido a que no era raro que ese día el ninja en cuestión se encontrara en alguna misión fuera de la aldea, y precisamente por esta razón Kakashi perdió su cita.
Eso tampoco era raro, por una razón u otra a menudo no muy justificada, el jounin siempre se retrasaba para su evaluación.
Todos los años desde que tuviera doce.
En todo caso este año en particular fue tanto su atraso que en el momento en que regresó a la aldea luego de su última misión la fila ya había llegado a Iruka, lo que aprovechó la Hokage para hacer responsable al chunin de llevar consigo a su novio el día que le tocaba hacerse su propia revisión y así asegurarse de que no tendría que malgastar los recursos de la aldea haciendo que algún ANBU fuera por él.
Nuestro maestro tuvo que utilizar toda su psicología infantil, psicología inversa, manipulación y amenazas para lograr que llegaran justo cuando los encargados de ayudar con esa labor en el hospital estaban a punto de cerrar las puertas y dar por terminada la labor de ese día.
Por supuesto no se notaron felices al verlos llegar.
Sin embargo, afortunadamente para el resto de los ninja médicos encargados de las revisiones, la mejor ninja médico de la aldea, quien tanto por amistad como por la gravedad de las heridas con las que a menudo llegaba el copy-nin solía ser el médico encargado de atenderlo, confiando en las habilidades de Iruka pero sabiendo que tampoco estaba capacitado para hacer milagros, se acercó al hospital luego de dar por terminadas sus labores administrativas por ese día pues supuso que el maestro, a pesar de todos sus trucos, aunque lograra que Kakashi llegara en el día adecuado no lograría hacer que llegara temprano.
No por nada era la Hokage.
Y así, conociendo bien a sus shinobi la mujer inició su chequeo con Iruka, bajo la celosa mirada de su novio, y como era lo que esperaba, el chunin se encontraba en excelentes condiciones lo que para aliviar la tensión alabó;
-Muy bien Iruka-sensei, su condición es inclusive mejor que el año pasado, además aquí en su tarjeta veo que bajó de peso y mejoró su porcentaje de grasa corporal, la cual ya era buena desde antes, pero imagino que habrá implementado algo de entrenamiento.
El chunin se sonrojó ante el halago;
-Gracias Tsunade-sama, si, eh, este, he estado haciendo más ejercicio.
La mujer de inmediato dirigió su atención hacia el jounin compañero del hombre quien parecía muy complacido de los resultados obtenidos por su novio.
-Quisiera poder decir lo mismo de ti Kakashi, pero aunque tengo que reconocer que antes estabas demasiado flaco y según este reporte en los últimos quince años siempre te daban la recomendación de que debías aumentar tu ingesta de calorías, hasta el momento no habías hecho caso y de hecho ya tenías ocho años de mantener el mismo peso pluma, ¿podrías explicarme como es que aumentaste cinco kilos desde tu último control?, que como recordarás fue hace apenas seis meses porque tuvieron que mandarte a traer casi a rastras a tu revisión con medio año de atraso.
Al copy-nin se le quitó la sonrisa que había sostenido hasta ese momento;
-¿Quién los entiende? Como acabas de decir me han pedido que aumente de peso casi desde que tengo memoria, de seguro habré ganado músculo.
La kunoichi siguió mirando su carpeta al contestar;
-No tienes tanta suerte, has subido también cinco puntos en tu grasa corporal, y dado que no eres un Akimichi yo diría que eso no es bueno, deberías hacer como Iruka-sensei.
Tenemos que decir que Kakashi estaba algo molesto por lo que contestó sin pensar algo que lo mandaría a dormir en el sillón por algunas noches;
-¡Yo he estado haciendo como Iruka, en realidad ese “entrenamiento extra” que él ha hecho lo he estado haciendo yo también y a las mismas horas, generalmente aunque no exclusivamente de noche cuando ya he hecho todo mi entrenamiento habitual!
El chunin, que había estado siguiendo la conversación con algo de preocupación, no pudo evitar cambiar ese sentimiento por uno de enojo, el cual sumado a la vergüenza volvió a hacerle cambiar de color:
-¡Kakashi!
El jounin se volvió hacia él como niño regañado;
-Pero es cierto…
Shizune, quien en todo momento había estado presente en su calidad de asistente de la Hokage, además de pensar que era una lástima que Iruka tan solo pudiera cambiar su color de piel en tonalidades de rojo pues esa habilidad camaleónica podría llegar a ser útil en una misión, le pareció que ya había escuchado más de lo que le hubiera gustado saber y decidió volver a dirigir la conversación hacia donde era prudente;
-Disculpen, pero creo que sería importante hacer notar que en el informe de Inozuka-san acerca de la salud de los ninken de Kakashi-sensei cuando se presentaron en la mañana, había una anotación de que ellos también están presentando un aumento de peso desproporcionado.
Tsunade arrugó su frente, cosa que no le gustaba hacer;
-Bueno, esto entonces es más grave y generalizado que lo que había pensado inicialmente, ¿que es lo que has estado haciendo diferente a los últimos años que esté haciendo que aumentes así de grasa?, viendo el resto de tus exámenes todo lo demás pareciera estar bien y es más que evidente que no estas haciendo menos, eh, esfuerzo físico, que tal tu alimentación, ¿sigues comiendo solo ensalada por pereza de cocinar algo?
Los dos shinobi se miraron entre ellos con la apariencia de haber sido golpeados por un camión.
Eso fue suficiente para que la kunoichi se enterara de en donde debía estar el problema;
-Bien mocoso, creo que vamos a tener que ponerte a dieta…
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