Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una cita con el psicólogo por Higary

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Desde mi última actualización (que ya ni me acuerdo cuál fue o.O) la página no me ha permitido subir nuevos fics ni actualizar los que ya tengo, de modo que todos se han estado acumulando. Como sea, espero por fin poder compartirles mis locuras, jeje

 

Disclaimer: Los personajes aquí presentados son propiedad de Kishimoto-sensei, quien descubrió su mina de oro metiendo insinuaciones yaoiescas en su manga.

UNA CITA CON EL PSICÓLOGO

 

Uchiha Sai era el menor de tres hermanos, heredero de una poderosa familia, un excelente pintor a nivel internacional. Se encontraba recostado en el sillón del consultorio perteneciente al Doctor Hatake Kakashi, un prestigiado psicólogo.

-Muy bien, Sai-kun, comencemos. ¿Qué te hizo venir aquí?

-En realidad no creo estar tan loco como para asistir con un psicólogo, pero perdí una apuesta con mis hermanos y por eso me obligaron a venir.

El mayor arqueó una ceja al escuchar semejantes motivos, sin embargo no hizo comentarios al respecto.

-De acuerdo. Bueno... Quisiera que te describieras. Piénsalo, ¿cómo te consideras?

-Creo que soy una buena persona, soy amable, inteligente, buen amigo. Admito que a veces me aloco un poco, pero soy muy responsable de mis actos. De vez en cuando me encapricho con algo y mi ventaja y estigma es que soy demasiado sincero, eso es lo que a veces molesta de mí a los demás.

-Pareces bastante consciente de ti mismo. Háblame de tu familia, según el perfil que tengo aquí eres el menor de tres hermanos y tu familia es bastante rica.

-Sí. Quiero mucho a mis padres y hermanos, creo que por el ser menor me dieron más libertad, incluso mis padres. Aunque al principio no estaban muy convencidos, me apoyaron cuando vieron mi convicción para dedicarme al arte.

-¿Y qué hay de la relación con tus hermanos?

-Pues... cuando niños me usaban como conejillo de indias en sus juegos porque era el más pequeño y no sabía muchas cosas, pero siempre que me lastimaba o enfermaba se preocupaban mucho y me cuidaban. Conforme crecimos nos distanciamos un poco porque nuestras carreras son diferentes... lástima que nuestros gustos no tanto –resopló-. Sin embargo en general tenemos buena relación, descontando el hecho de que me obligaron a venir a verlo.

-¿Por qué insistieron en que visitaras a un psicólogo?

-Seguramente creen que mi cerebro se está afectando o algo así. Todo comenzó cuando conocieron a mi actual pareja.

-Aquí tengo que sales con un chico un año menor que tú llamado Sabaku no Gaara –vio el otro asintió, sonriendo-. ¿Qué tiene que ver él con que estés aquí?, ¿acaso no le agrada a tus hermanos?

-Es porque son unos idiotas y debido a que Gaara es muy diferentes a las dos personas que antes me gustaron.

-Pareces guardar cierto rencor hacia tus hermanos, ¿acaso me equivoco?

-Mmm... A lo mejor un poco. Ya no debería, pero tampoco es que sólo hayan roto mi juguete favorito, o matado a mi gato.

-¿Qué es lo que te hicieron?

-¡Ambos me quitaron a las personas que me gustaban! Hasta antes de conocer a mi novio, sólo me había enamorado dos veces: el primero fue Deidara, mi maestro de arte cuando tenía quince años; el segundo fue Naruto, un querido amigo que conocí a los  diecisiete.

-Cuéntame más. ¿Qué ocurrió con el primer chico?

-Cuando cumplí quince mi papá me inscribió en una prestigiosa escuela de arte. Deidara-sensei era el maestro en prácticas de la clase de escultura –sonrió levemente-. Yo me enfocaba en la pintura, pero como él me llamaba la atención tomé su clase. Congeniamos muy bien gracias a nuestra pasión por el arte y a pesar de que me llevaba cinco años nos hicimos muy buenos amigos. Un día durante una exposición yo tenía pensado que si todo salía bien le diría mis sentimientos, pero no contaba con que toda mi familia asistiría al evento y que mi querido sensei se fijaría en Itachi, mi hermano mayor. Admito que no era para menos: él es guapo, inteligente, rico, de su misma edad y a primera vista también se sintió atraído. Cuando Deidara me preguntó si él tenía pareja di la batalla por perdida. Itachi habló conmigo después, preguntándome si Deidara me gustaba. Le contesté que sí, y él me pidió disculpas porque a pesar de que ya lo sospechaba eso no impidió que se fuera enamorando y quería pedirle que salieran juntos, pero primero quería decírmelo a mí.

-¿Y qué le respondiste?

-Que estaba bien. Es decir, mi hermano a pesar de ser muy popular no era de esos que salían con cualquiera, además yo sabía que mi sensei le correspondía, hubiese sido egoísta pedirle que lo dejara para mí. Admito que sí me molestó y me sentí dolido, pero conforme vi lo felices que eran con una relación tan estable, decidí enterrar esos sentimientos y apoyarlos.

-Comprendo, fuiste muy maduro. ¿Y qué hay con la segunda persona? Naruto-kun, si no me equivoco.

-Él –sonrió de nuevo-... Lo conocí el primer día de clases de mi segundo año en la preparatoria, venía de Francia porque su familia se había mudado allá cuando él era pequeño. Rápidamente nos volvimos grandes amigos, me encantaba pasar tiempo con él, no exagero si digo que a la fecha sigue siendo la persona más amable que conozco. El resto de nuestros amigos creían que sólo era cuestión de tiempo para que comenzáramos a salir y la verdad es que cuando llegamos a tercero yo ya había admitido que estaba enamorado de mi amigo, pero volvió a pasar algo con lo que no contaba.

-¿Qué cosa?

-Desde que se habían conocido, Naruto y Sasuke, mi segundo hermano, se llevaron mal. Cada vez que se miraban terminaban discutiendo por cualquier tontería, parecían perro y gato. Al principio no le di mucha importancia, pero conforme pasó el tiempo me di cuenta de que él era la única persona a la que mi serio hermano trataba de esa manera, en especial porque era dos años mayor que nosotros. Y comprendí que esa frase que dice que del odio al amor sólo hay un paso se estaba cumpliendo, para temor mío.

-Entonces Naruto-kun también terminó enamorándose de tu hermano.

-Fue un par de meses antes de graduarnos. Yo pensaba pasar dos años en Europa para seguir mis estudios de Pintura, pero antes de irme quería decirle lo que sentía. Por aquellos días lo notaba algo distraído y preocupado, entonces, para mi sorpresa o a lo mejor ni tanto, mi declaración quedó ofuscada porque él me confesó que le gustaba Sasuke, pero no tenía el valor para decírselo.

-¿Te hiciste a un lado?

-Verá, Naruto es muy despistado y Sasuke es un idiota para expresar sus emociones; sabía que si los dejaba a su ritmo eran capaces de tardarse otros diez años antes de decirse que se gustaban. Por eso fui a hablar con mi hermano, le pregunté directamente si estaba enamorado de mi amigo y lo admitió, aunque era obvio. Entonces le dije que debía decírselo y le advertí que lo cuidara mucho, que si lo lastimaba se las vería conmigo.

-Debió ser difícil que tú mismo entregaras a la persona que querías a los brazos de alguien más.

-Me dolió mucho –admitió-, pero igual que con Deidara e Itachi, yo no tenía derecho a impedir que fueran felices. Parece que cada que me enamoro lo hago con más intensidad; dejar ir a Naruto me dolió más que con mi sensei, pero ésta vez por nada ni nadie dejaría a mi querido Gaara.

-Al inicio me dijiste que tus hermanos comenzaron con lo de enviarte al psicólogo desde que conocieron a tu novio porque él es muy diferente a tus antiguos amores.

-Sí. Deidara es muy enérgico y apasionado, con un carácter sumamente explosivo, también es muy simpático y extrovertido. Por su parte Naruto es muy alegre, algo torpe, hiperactivo, creo que sería capaz de hacerse amigo hasta de una cebolla. Ambos son rubios de ojos azules, muy lindos.

-¿Y qué hay de Gaara?

Sai sonrió con gran alegría.

-Es pelirrojo, con unos ojos verdes preciosos, muy serio, algo frío, en el fondo es tímido, le cuesta un poco mostrar sus emociones y hacer amigos, pero es muy sincero y jamás jugaría con los sentimientos de alguien.

Kakashi sonrió ante la forma tan orgullosa y devota con que Sai hablaba de su novio.

-Pareces perdidamente enamorado de él.

-No sólo parezco, lo estoy. Me costó trabajo, pero estoy seguro de haber encontrado a la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.

-Me da gusto oír eso, Sai-kun

-Jejeje, gracias –se levantó-. Creo que no estuvo mal que viniera a verlo, doctor, siento que pude desahogarme.

-Qué bueno, especialmente porque estabas muy reacio a hablar conmigo.

Sonriendo, el pelinegro le estrechó la mano.

-¿Tengo que volver a terapia?

-No lo considero necesario. Cuídate mucho, Sai-kun. Espero algún día conocer a tu pareja.

-Le aseguro que le va a caer muy bien. Nos vemos, doctor Hatake.

 

Un par de horas después Kakashi salió a comer, había quedado en un restaurante con dos viejos amigos suyos.

-Hola, chicos.

-Llegas tarde, Kakashi –dijo el menor de ellos

-Luego lo regañas, Sasuke, ahora hay algo más importante –el mayor lo sujetó de la camisa-: ¡Por favor, dinos que nuestro hermanito no está loco! Sé que estuvo mal que primero yo le robara a Deidara y luego el idiota de Sasuke le ganó a Naruto, pero Sai sigue siendo nuestro hermano y lo queremos mucho.

-Itachi, cálmate y déjalo hablar –Sasuke lo miró, serio-. Quiero oír una buena explicación del por qué mi hermano se fijó en ése pelirrojo con cara de asesino en serie.

-Ambos están sobreactuando, nada malo pasa con Sai-kun. Es cierto que en su momento le dolió ver a las personas que le gustaban irse con los hermanos que él quiere y respeta, pero ahora puedo garantizarles que él de verdad está enamorado de Gaara-kun.

-¿Lo dices enserio? –preguntaron ambos

-Claro, por lo que pude deducir de su relato, ustedes tres buscaron a una persona que fuera su complemento. Puede que su novio sea muy diferente a lo que ustedes esperaban luego de sus anteriores amores, pero precisamente eso es lo que lo vuelve especial para Sai-kun. Así que ya dejen de sobreprotegerlo, él sabe muy bien lo que hace.

Los hermanos voltearon a verse.

-Sólo queríamos asegurarnos de que estaba en sus cabales.

-Estábamos preocupados, es lo menos que podíamos hacer. Aunque Dei y Naruto nos dijeron lo mismo que tú, Kakashi.

-Cierto, sin olvidar que mi dobe se hizo amigo de ése pelirrojo.

-Bien, espero haberles sido de ayuda.

-Sí, muchas gracias, Kakashi.

-Valió la pena manipular la apuesta para que Sai perdiera a propósito.

-Qué familia... Espero un día me visiten los tres juntos para una terapia grupal, sería interesante –sonrió al imaginarse a los hermanos en su consultorio sacando a relucir todas sus verdades y frustraciones reprimidas

-¡Olvídalo!

Oh, sí, seguramente sería muy divertido. Ya se encargaría de comentárselo a los padres de sus amigos para que los obligaran a ir.

 

FIN

THE END

OWARI


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).