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Cuando Uno Es Todo Y Es Uno por Nessa Yaoi

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     Cuando Uno Es Todo y Es Uno


 


      Ya hacia un par de meses que el Uchiha había dejado la aldea para ir al encuentro de Orochimaru, desde entonces el kitsune había realizado muchas misiones esperando tener alguna pista del paradero del azabache durante las mismas, muchos fueron los distintos compañeros durante sus trabajos, pero solo un mismo capitán de equipo a cargo de dichas misiones.


      Hyuuga Neji era el responsable del desempeño y mal talante del rubio, Naruto siempre discutía las órdenes, comentarios o cualquier sugerencia hecha por el ojiblanco, lo que hacia que el ambiente se tornara tenso y poco amigable.


- Por última vez… ¡Cállate y has lo que te digo! Sube a ese tejado y quédate ahí, no hagas nada hasta que yo te lo diga, ¿Queda claro? – dijo perdiendo la paciencia el Hyuuga,  algo poco usual en él.


- ¡Siempre haces lo mismo! Me dejas atrás mientras los demás se divierten, ¡Estoy harto de ti! Si no pensabas dejarme intervenir en la pelea… ¡Entonces no me hubieses asignado a tu equipo, baka! – soltando humo por las orejas mientras encaraba al castaño – Se que quieres fastidiarme desde que te gane aquella pelea, ¿No es así? ¡Entonces supéralo! No voy a dejar que sigas intimidándome para siempre, ¿Escuchaste? – con el rostro enfurecido.


- ¿Crees que no tengo otra cosa más en que pensar que en ti? “A decir verdad… es lo único que hago, rayos” No te des tanta importancia, Naruto – empujándolo, aunque con delicadeza, unos pasos hacia atrás – Pon tu trasero en aquel tejado, ¡Ahora! Y si te mueves sin que te lo ordene… podrías ser hombre muerto – mirándolo fijamente a los ojos.


- ¿Qué tal si yo…? – sin moverse un centímetro.


- ¡Ahora!


- Ya voy, ya voy, demonios – saltando al lugar asignado.


- Si se lo propone podría sacarte canas verdes – comento Kiba pasando al lado del castaño para tomar su posición.


- “Rayos, ¿Quién se cree? Has esto, has aquello… parezco un mandadero en lugar de un ninja, ¿Por qué le molesta tanto que quiera estar donde está la acción? Tal vez tema que lo opaque con mis habilidades o siga resentido conmigo desde aquella vez… como sea – pensaba mientras permanecía acostado boca abajo en el tejado y apoyaba su cabeza entre sus manos – Mierda, está mirando hacia aquí, ¿Acaso no confía en que no me moveré? Ahí te va esto – mostrando su dedo medio en un gesto, por demás impropio, como insulto mientras sonreía maliciosamente.


- Seria mejor que no lo tentara, Neji puede llegar a dar miedo cuando se enfada – comento el de las cejas grandes al Inuzuka.


- Entonces creo que ese baka de Naruto acaba de ganarse el premio mayor – dijo a su vez Kiba al ver el rostro del Hyuuga.


- Naruto-kun, vaya que eres torpe – susurro Lee.


- ¿Ummh? Parece que se enfado – murmuro el kitsune al observar a Neji – “Se lo merece, a ver si así deja de molestarme… esos son… – viendo a dos sujetos caminar por la calle justo debajo del tejado donde se encontraba – ¿Por qué tengo que seguir aquí sin hacer nada? ¿Por qué él lo dice? ¡Al diablo con eso! Aquí voy…” – saltando encima de los sujetos en cuestión - ¡Los ten…! ¡Aaaaah! – siendo golpeado antes de pisar el suelo.


- ¡Kiba! ¡Lee! – grito el Hyuuga.


      La pelea entre los chicos y los dos sujetos desconocidos tardo solo un minuto, luego de apropiarse del pergamino que debían conseguir salieron rápidamente del lugar y se ocultaron en el bosque cercano a las inmediaciones de la aldea donde habían llevado a cabo la misión, ya fuera de peligro el castaño se acerco al kitsune que aun se resentía del golpe recibido por uno los sujetos vencidos.


- ¡Lo hiciste de nuevo! ¡¿Cuándo vas a aprender a seguir mis ordenes, eh?!  Debí haber dejado que te machacaran hasta que te rompieran todos los huesos del cuerpo – agarrándolo por la ropa y estrellándolo contra un árbol.


- ¿Qué te pasa? ¡Eso duele, baka! – agarrando con sus dos manos el brazo del castaño.


- Ya que no eres lo suficientemente disciplinado me asegurare de imponerte un castigo cuando regresemos – dijo molesto, no molesto por la intervención del rubio si no más bien por el susto que le hiso pasar al verlo ser golpeado.


- ¿Crees que estamos en la escuela? No puedes hacer eso – tratando de zafar la mano del castaño de su ropa.


- Si que puede – dijo Lee – Como capitán y superior en edad puede pedirle a la Hokage que te aplique una reprimenda, Naruto-kun.


- ¿Y eso qué? Vaya novedad, estoy acostumbrado a que me regañe todo el tiempo – murmuro mientras apartaba la vista del rostro del Hyuuga.


- Eres un cabezota – comento Kiba – Esta vez hasta puede que no te dejen salir en misiones por un tiempo, baka, ¿Te agradaría eso?


- ¡No, todo menos eso! Así no podría averiguar el paradero de Sasuke – deshaciéndose del agarre del castaño.


- Vámonos – ordeno con resquemor el Hyuuga ante la sola mención del Uchiha.


      Llegaron a Konoha a eso del atardecer, al cruzar las grandes puertas el castaño puso su mano en el hombro del rubio y dijo…


- Tú vendrás conmigo a la torre de la Hokage – pasando al lado del ojiazul.


- ¿Y eso para que? – sin moverse.


- Tu castigo, ¿Ya lo olvidaste? – sin voltearse a verlo.


- ¿Era en serio? Creí que solo fanfarroneabas – cruzando sus brazos.


- ¿Vas a caminar o quieres que te arrastre? – volteando su cabeza para observarlo.


- Solo inténtalo – dijo con desafío el kitsune.


- De acuerdo, el que no vengas no quiere decir que te libraras de ésta – dejando las cosas  bien en claro.


- ¿Qué quieres que haga para que no le vayas con el chisme a la vieja? – pensando que no le convenía para nada el que lo dejaran inactivo, todavía tenia que averiguar donde se ubicaba el escondite de Orochimaru.


- Eso me suena a soborno, ¿Tan desesperado estas por encontrar al Uchiha?


- Eso no te importa, solo di tu precio “¿Pero que estoy diciendo? ¿Se me soltó un tornillo? ¿Yo mismo estoy poniéndome en manos de éste sujeto? Mala jugada, Naruto, espero que no se le ocurra usarme de esclavo… yo y mi bocota” – pensando que se había precipitado al hablar.


- Lo pensare, de seguro habrá algo en lo que puedas serme de utilidad, aunque no imagino que – poniendo intención en sus palabras.


- Llegara el día en que me necesites y entonces seré yo el que se ría, idiota – caminando a grandes zancadas hacia el Ichiraku.


- “Si supieras lo que pienso te morirías de la risa, rubio” – observándolo mezclarse entre la gente hasta perderlo de vista.


- “¿Qué no tengo utilidad? Debí romperle todos los dientes en aquella pelea, así tendría algo para que me recordara toda su vida... bah, ya me dio hambre” – sentándose en el puesto de ramen y pidiendo un tazón tras otro.


- ¡Hey, Naruto! Pensé que estarías en una celda o algo así – dijo el Inuzuka sentándose a su lado.


- No exageres, no he hecho nada que no haya hecho antes -  sorbiendo el caldo de su tercer ramen.


- Oye, ¿Vendrás a la reunión de esta noche? Sera divertido.


- ¿Reunión? ¿Cuál reunión?


- En el río, haremos una fogata, hablaremos de chicas… tomaremos sake – poniendo cara de fiesta.


- ¿De donde lo sacaron? El sake quiero decir – bajando la voz.


- Eso es lo de menos, ¿Vas a ir, si o no? – poniendo cara seria.


- ¿Neji estará ahí?


- Ya le avisamos pero no dijo si iría o no, ¿Por qué? – pregunto con extrañeza.


- No quiero verle más la cara a ese baka por el día de hoy – poniendo el importe de la cena sobre el mostrador.


- Ya deja eso y vamos a gozar de la vida ahora que aun somos jóvenes, puedes llevar lo que quieras, te esperamos, no faltes – asevero Kiba antes de marcharse.


      Luego de ir a su casa y cambiar su chaqueta por una camiseta cómoda, dejar su protector y guardar algunas golosinas en una bolsa, el ojiazul se dirigió al río con una sola cosa en mente, pasar un momento agradable con sus amigos y olvidarse del mal rato durante la misión del día.


      Antes de llegar al lugar podía apreciarse el resplandor del fuego a la distancia indicándole el sitio de reunión, una gran sonrisa adornaba el rostro del kitsune hasta que se acerco al grupo de chicos que se sentaban cerca de la fogata, la persona que menos deseaba ver se encontraba de pie con sus brazos cruzados,  apoyado en un árbol y mirándolo intensamente.


- Llegaste, pensé que ya no vendrías – dijo Kiba haciéndole un espacio para que se sentara a su lado.


- ¿Qué hace él aquí? Se supone que no iba a venir – le susurro al Inuzuka.


- Así era, pero cuando pregunto si estabas invitado cambio de opinión… raro, ¿No? – murmuro a su vez Kiba.


- Claro que no, lo hace para fastidiarme – mirando de reojo al castaño.


- Entonces aguántate, y por lo que más quieras no arruines el momento, ¿De acuerdo? No muy seguido tenemos la oportunidad de estar todos juntos – poniendo su brazo sobre los hombros del ojiazul.


- ¿Puedo? – dijo el Hyuuga sujetando los hombros de cada uno y separándolos para sentarse entre ellos.


- ¡No empujes, maldición! Hay bastante espacio entre aquí y el río, baka – protesto el ojiazul ante la imposición del castaño.


- Naruto – dijo Kiba con la mirada fija recordándole lo dicho anteriormente.


- ¿Cuál es el problema? Toma un poco de esto y relájate – dijo Shikamaru pasándole un pequeño vaso con el liquido tranparente, el cual el rubio bebió de un solo trago.


- ¡Cof-cof-cof, rayos… está muy fuerte, diablos! – grito el ojiazul con la cara roja de tanto toser.


- ¡Ja-ja-ja-ja! Te vez gracioso, Naruto-kun! – se reía Lee al observar los gestos en el rostro del kitsune.


- Oh, maldiciòn, nunca he podido beber esa porquería sin sentirme enfermo – con los ojos eclipsados por el alcohol y apoyándose, por el mareo, en el hombro del Hyuuga, instantes después se quedo medio dormido.


- No aguanta mucho, ¿Verdad? Un solo trago y ya está fuera de combate – comento el gordito engullendo su tercer paquete de palitos con queso.


- Podría decirse que no es precisamente el alma de la fiesta – dijo Shikamaru tomando su propia ración de alcohol.


- “Quien lo diría, tan fanfarrón y rebelde y mírenlo ahora, luce totalmente indefenso y a merced de cualquier cosa… cualquier cosa” –  pensaba el ojiblanco mientras lo observaba y acomodaba su cuerpo para que apoyara su cabeza sobre sus muslo.


      Después de un rato de risas, chistes y comentarios sin sentido por culpa del alcohol y exceptuando a Lee puesto que no toleraba dicho brebaje, Kiba y Chouji se quedaron dormidos sobres las mantas junto al fuego, no así Shikamaru y Neji pues ambos no habían bebido lo que los otros.


- Si sigues mirándolo así vas a derretirlo – comento el moreno acostado con los brazos bajo su cabeza y la vista puesta en el cielo nocturno.


- ¿Qué? ¿Mirarlo como? – sorprendido por el comentario del otro.


- Con deseo – contesto.


- ¿Cómo puedes decir…?


- Conozco esa mirada, te la he visto muchas veces cuando estás cerca de él, Neji – volteando su cara hacia el Hyuuga.


- Te equivocas, yo no…


- ¿Sera que tú mismo no lo has notado? Para mi es muy obvio que sientes algo muy especial por ese atolondrado.


- Te digo que estás equivocado, ¿Cómo podría sentir amor por semejante estúpido? Además de que es un chico… - poniéndose rojo hasta las orejas.


- Amor, tú lo dijiste – con una sonrisa de triunfo en sus labios – Si no es eso entonces… ¿Por qué no has dejado de acariciarlo desde que se quedo dormido? – el Hyuuga retiro rápidamente su mano del cabello del ojiazul.


- No es nada de eso, es solo que se ve tan… - mirando el rostro del rubio.


- ¿Adorable? ¿Hermoso? ¿Deseable? No serias el primero en pensarlo créeme.


- ¿Ah, no? Quiere decir que a ti también… - sintiendo un escozor en su pecho.


- Tranquilo, me gusta Naruto, pero no en la forma a la que me refiero, baka – acallando los celos ocultos del ojiblanco.


- Como sea, de todas maneras sigo diciendo que te equivocas respecto a mí – poniendo el cuerpo del ojiazul sobre la manta y dirigiéndose hacia el río.


- Seria mejor que te lo admitieras a ti mismo o te volverás loco – el ojiblanco detuvo sus pasos al escuchar el comentario y luego prosiguió  su camino.


- “No es verdad, yo definitivamente no… - sentándose en una roca junto a la orilla – Naruto, su apariencia es genial, solo escuchar su voz, solo tenerlo cerca… duele aquí – apretando su pecho donde el corazón se encuentra - ¿Cuándo comencé a pensar de ese modo? Un cuerpo caliente… labios seductores, ¿En verdad se equivoca Shikamaru o soy yo el equivocado? Todos son problemas… ¡No los necesito! – arrojando una piedra al agua como si así pudiera borrar todo lo que pasaba por su mente en esos momentos.


      Casi al alba el ojiazul dio sus primaras señales de vida, con la boca pastosa, el cabello revuelto y ojos inusualmente vidriosos, se acerco a la orilla con el fin de refrescar su rostro e ideas, su estomago gruñía pero no de hambre precisamente, las nauseas que sentía le estaba cobrando con creces la travesura de  la noche anterior dejándole ver  claramente que la bebida no era algo para un chico como él.


- Hay, dios, ¿Por qué volví hacerlo? Siento como si mi estomago no fuera mío – agachándose para lavarse la cara – Las reuniones son geniales pero… el resultado para mi es fatal – enjuagando su boca para quitar el desagradable sabor en su lengua.


- ¿Entonces porque lo haces? ¿Intentas conseguir la aprobación de los demás? Sigues siendo un mocoso después de todo – dijo el Hyuuga a espaldas del kitsune.


- ¿Y que si así es? Toda mi vida he querido… - soltando unas lágrimas al recordar su soledad  y el rechazo desde que era pequeño.


- ¿Estas llorando?


- ¡No te importa! Déjame solo – levantándose sin mirar al otro mientras apretaba sus puños con rabia.  


- ¿De quien quieres el consuelo? ¿De Sasuke, Sakura o tus amigos? – dándole la espalda.


- Tú… ¿Estás burlándote de mí? ¡Siempre llamándome perdedor y no se cuantas cosas más! No tienes derecho a… - grito el ojiazul intentando golpearlo.


      El Hyuuga rápidamente agarro su brazo y lo atrajo hacia él para besarlo en la boca, su otra mano se aferro a su nuca para intensificar el sorpresivo beso mientras el rubio quedaba paralizado ante el atrevimiento del ojiblanco.


- Se mío – pidió el castaño abrazando el cuerpo del kitsune mientras su mente aun estaba en el limbo, luego de soltarlo  se interno en el bosque.


- ¿Pero que…? – dijo el rubio dejándose caer, con los ojos muy abiertos, de culo al suelo.


- ¿Qué… que fue lo que hice? Por Kami – murmuro el Hyuuga – “¿A que vino ese beso? Un poco de contacto, no es nada más… ¿Qué demonios me paso? En un principio era solo curiosidad ¡Es culpa de Shikamaru y sus condenadas palabras! Todo esto es su culpa – golpeando un árbol con sus puños – Pero… ese beso está quemándome por dentro… Naruto” – dirigiéndose a su casa.


- “Porque demonios… tan de repente él se volvió hacia mi… ¿Qué estabas planeando hacer… Neji? Ser suyo, no entiendo que quiso decir, ese beso…” – tocando sus labios mientras se dirigía a su casa para alistarse antes de ir al puente como todas las mañanas.


      Ese día,  extrañamente, el Hyuuga no seria el capitán de la misión como en veces anteriores, lo que hacia que el kitsune sintiera un hueco en su corazón sin estar seguro del porque, durante la misión y al volver a casa el ojiazul no dejaba de pensar en lo ocurrido la noche pasada, luego de bañarse y cenar, malamente, decidió irse temprano a la cama, pero incapaz de conciliar el sueño daba vueltas en el lecho hasta que…


- ¡Aaaah! ¡Ya no soporto más esto! ¡Ese baka va a tener que explicarme todo lo que paso! – vistiéndose apresuradamente para salir e ir hasta la mansión del clan Hyuuga.


      Eran como las diez de la noche cuando el ojiazul llego a la casa del castaño, el kitsune dio un salto hasta el muro para echar una ojeada hacia el jardín que daba a la entrada, todo estaba oscuro y silencioso y al no saber exactamente donde quedaba la habitación del Hyuuga no le quedo de otra que usar el método convencional.


- ¡Oe, Neji! ¿Me escuchas? ¡Neji! – vocifero a todo pulmón.


- ¿Naruto? No puede ser que él… – levantándose y corriendo a toda prisa hacia la entrada - ¿Sabes que hora es? Despertaras a todos, baja de ahí – ordeno.


- Me importa un cuerno – saltando del muro frente del castaño – He venido para… - encarando al Hyuuga.


- Guarda silencio, ven – agarrándolo del brazo.


- ¿A dónde me llevas? Espera… - siendo arrastrado.


- A mi habitación, antes de que tengas que explicarle a mi tío el porque de este alboroto – metiéndolo en su habitación y serrando la puerta.


- Eres tú él que tiene que explicar lo de ayer, ¿No lo crees? ¿Por qué lo hiciste? Debes odiarme mucho para hacer algo tan vergonzoso como aquello, ¿Es por venganza? Porque si es así, no fue nasa refinada – con la espalda pegada a la puerta y mirada embravecida.


- ¿Dijiste refinada? ¿Acaso sabes lo que significa esa palabra?


- Eso no viene al caso ¡Dime porque lo hiciste! ¿Te pareció gracioso?  ¿Querías humillarme… o es algo más? Habla – sin cambiar la expresión iracunda de su rostro.


- El “algo más” es lo que me preocupa – acercándose unos pasos al rubio.


- ¿Qué… que quieres decir?


- Pero ya que estás aquí me ayudaras a descubrirlo, Naruto – tomando la barbilla del kitsune.


- ¿Q-Qué… que haces? No es gracioso, déjame – apartando la mano de su cara.


- No, no lo es – tocando los temblorosos labios del rubio - ¿Qué que hago? ¿No tienes ni una sola idea? Al venir hasta aquí después de lo de ayer… ¿Significa que quieres más? Ya sea por orgullo, curiosidad o por dejar las cosas claras entre tú y yo… es por eso que estás aquí, ¿O no? – deslizando su mano desde el pecho a la entrepierna del ojiazul.


- O-Oye quita tu mano de ahí – estremeciéndose hasta la punta del cabello.


- ¿Seguro que quieres?  Sabias que esto podría ocurrir al venir aquí – acariciando sobre la ropa la parte intima del kitsune – Estas temblando – metiendo la mano dentro de la ropa del ojiazul – Vaya, apenas te toque… ¿Y ya estas mojado? Eres bastante sensible – serrando sus dedos alrededor de la hombría del otro.


- D-Déjame, ¿Por qué haces esto? S-Soy… ah… un chico también – comenzando a sentir placer ante el toque del castaño.


- ¿Y eso importa? Si quieres huir será mejor que lo hagas ahora, si aguardas más…  luego no podre detenerme – sintiendo que el fuego lo consumía al igual que el deseo.


- ¡Estás loco! – empujando al castaño para luego salir a toda prisa fuera de la mansión.


- ¿En verdad lo estoy? Puede que si… – pasando su lengua por la mano que sostuviera el miembro del kitsune – Si esto es locura…  tú tienes la culpa. 


      El Hyuuga se acostó sobre el futon y, luego de bajar sus pantalones, procedió a masturbarse para aliviar la gran erección que le produjo acariciar tan íntimamente al rubio, éste por su parte corrió, lo que el dolor en su entrepierna la permitió, hasta llegar a su casa, luego de serrar dejo su cuerpo resbalar tras la puerta hasta quedar sentado en el suelo con las piernas extendidas y un gran dolor en su hombría.


- Hay, por dios… ¿Qué es esto? Él… solo me tocó un poco y… jamás había sentido tal cosa – corriendo hacia el baño se quito la ropa y se metió bajo el agua fría - ¡Rayos! No se baja – era la primera vez que le sucedía y no sabia exactamente como actuar en esa situación – Y si yo… hago lo que él…


      El ojiazul tomo su hombría con una de sus manos y comenzó acariciarla suavemente, ya que aparte del gozo se sentía muy avergonzado de si mismo, su mano se deslizaba cada vez con más rapidez arriba y abajo haciendo que sus músculos se tensaran debido al placer que recorría todo su cuerpo.


- Aaaah, es… es d-delicioso – aumentando la velocidad según su cuerpo le pedía hasta llegar el momento en el que expulso su semen en los azulejos de la pared de la ducha - ¡Mmmm… oh, dios, oh, dios! ¿P-Porque no había hecho esto antes? Fue él… fue él el que me despertó a esto, lastima que su boca no sea tan amable como sus manos… cielo santo – metiéndose, aun jadeando, bajo el agua fría tras el sublime orgasmo.


      Efectivamente el Hyuuga había sido el detonante para despertar las hormonas y el apetito sexual del kitsune, algo que nunca había sentido estando cerca de la pelirosa o de nadie más, ahora el problema era que hacer con esas sensaciones, ¿Se sentiría así solo con Neji? Pensaba. Ese si que seria un gran problema dado la tensa situación entre los dos, era algo que debía averiguar y la misión del día siguiente le daría esa oportunidad.


      Kiba, Neji y Shikamaru conformaban el trío para la misión del día la cual seria  capitaneada ésta vez por el moreno de cola de caballo, trabajo sencillo que les daba la oportunidad de relajarse por ratos en los que se tumbaban bajo la sombra de un árbol a descansar, el castaño no apartaba su vista del kitsune a cada paso que éste daba, de repente el rubio se levanto de donde estaba y se recostó con la cabeza sobre el pecho del Inuzuka.


- ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? Eres tan blando – enredando sus dedos en el cabello rubio – No me digas que aun te duran los efectos de antier noche – acariciando con delicadeza las hebras doradas.


- No, eso ya paso, me dio sueño… es todo “Es reconfortante, pero sus caricias no me dicen nada, ni siquiera me hacen temblar… no como él” – pensaba con los ojos serrados.


- No es hora de vagabundear, debemos volver al trabajo – dijo el castaño no pudiendo soportar el contacto entre los dos al tiempo que agarraba por un brazo al ojiazul y lo levantaba de sobre el Inuzuka.


- ¡Oye, no seas tan brusco! Me vas a zafar el brazo, baka – reclamaba sintiendo un estremecimiento por el toque del castaño – “Es él, definitivamente es él…  el único que puede pulsar el timbre de mi cuerpo y que yo acuda a la llamada, ¿Qué voy hacer? Éste sujeto me odia a rabiar… lo que significa que estoy perdido”  Suéltame, puedo caminar por mi mismo, maldición – siendo arrastrado nuevamente por el castaño.


- ¿Qué haces, Neji? Ya deja… - decía Kiba intentando seguirlos.


- Detente, Kiba – ordeno Shikamaru sujetando el hombro del Inuzuka – Tienen cosas que arreglar – caminando en dirección contraria a  los otros dos.


- ¿No temes que terminen peleando? Esos dos no se llevan muy bien que digamos – caminando mientras veía hacia atrás.


- Mientras la sangre no llegue al rio…


- Éstas demasiado tranquilo, ¿No te parece?


- ¿Lo estoy? Solo te diré que espero que terminen como nosotros – agarrando la cintura de Kiba.


- ¿Qué cosa? ¿Quieres decir que ellos también…? – totalmente sorprendido.


- Aun no, pero hoy puede que sea el día… tal vez – dándole un beso al Inuzuka.


- ¡¿Hasta donde piensas llevarme?! Yo aquí me quedo – soltándose del agarre del ojiblanco.


- Tú y yo tenemos que hablar – dijo el Hyuuga fijando su mirada en el otro.


- ¿Lo crees? Entonces dime que quisiste decir con eso de ser tuyo – sosteniendo la mirada del castaño.


- Que me pertenezcas, quiero… entrar en ti – acercándose unos pasos.


- ¿Entrar en mi? ¿Qué es eso? No acabo de entender… - comenzando a ponerse nervioso por alguna razón.


- ¿No sabes como dos hombres hacen el amor? – pegándose al kitsune y agarrándolo por los brazos.


- ¿Qué? ¿Amor entre hombres? J-jamás había oído de algo así -  apartando su cara del otro.


- Déjame que te explique… - rodeándolo fuertemente con sus brazos.


- Explicarme… ¿Y tú como sabes de eso?


- Lo he escuchado y visto – comenzando a respirar con excitación.


- ¿Pero como lo…? Ah, me olvidaba de tu vista de telescopio – respondiendo con ironía.


- Se besan, se acarician por todo el cuerpo, se chupan allá abajo, y luego… - susurrando lo ultimo en el oído del ojiazul.


- ¡¿Qué que?! ¿Y tú quieres hacerme eso a mi? Estas… demente – luchando hasta que consiguió deshacerse de los brazos del castaño que hacían su prisión.


- ¡No he terminado contigo, Naruto! Aun no – apretando sus puños con frustración – Si esto continúa así, y si no quiero terminar  volviéndome loco… la próxima vez creo que lo violare, ya no aguanto ésta tentación – murmuraba mientras caminaba de regreso a donde estaban los demás.


      Ya en la aldea, después de terminar la misión, el ojiazul caminaba lentamente por la calle con la mente revuelta y el corazón exaltado, su cuerpo se estremecía cada vez que recordaba las palabras que el castaño le dijera al oído antes de salir corriendo por la impresión.


      Las palabras tocar, besar y acariciar no parecían tan malas en si, lo que lo tenia anonadado era el remate final a lo que todo lo anterior llevaba, era lógico pensar para cualquiera, menos para él, que el único lugar posible para llevar a cabo tal cosa no era otro que su terminación de la espalda y un poco más abajo. Todo su ser temblaba al imaginar lo que eso suponía para su firme y delicado trasero.


- “Por dios, eso debe doler mucho, es como cuando estas estreñido y cuando al fin sale pareciera que el trasero se te parte en dos… ¿Eso es hacer el amor o una tortura macabra? Si fuera una chica no habría problema ya que están hechas para eso pero… ¿Qué estoy pensando? ¿Acaso lo estoy considerando? ¡Debo estar demente! Aunque… – pateando una piedra en el camino – Podría usar un clon… no, no, no, al final seria igual que hacerlo yo mismo, ¿Qué are la próxima vez que lo vea? De seguro él lo intentara de nuevo, Neji se veía verdaderamente enfadado cuando salí corriendo lejos de sus brazos… el calor de su cuerpo, sus suaves manos, sus ardientes labios ¿Detente! No pienses más en ello, desearía que la mente tuviera un botón de apagado, aso haría más fáciles las cosas” – llegando a su casa y tumbándose sobre la cama – Debería ir al centro social, tal vez eso me anime un poco – metiéndose en la ducha para aclarar sus ideas para luego salir a divertirse un rato.


      El centro social era un lugar hecho para que los jóvenes se reunieran a pasar un buen rato después de sus misiones, conversando, bailando, hacer buenas amistades, y porque no, también parejas. El alcohol estaba prohibido al igual que los adultos, lo que lo hacia un paraíso solo para la juventud emergente o la nueva generación de Konoha por así decirlo.


      Al llegar el ojiazul el lugar estaba bastante animado, la música fluía al igual que las risas y conversaciones entremezcladas de los que allí se encontraban, luces de distintos colores bañaban una pista donde los cuerpos bailaban sin ninguna inhibición, al verlos parecía una ceremonia de aparición para llamar la atención de su posible pareja en cuestión, podía apreciarse también asociaciones de sujetos del mismo sexo entremezclándose entre aquella gran manada.


      Rostros conocidos y otros menos apreciados llamaron la atención del kitsune en el lugar más alejado de la entrada en una de las mesas, lo que observo al acercarse lo dejo atónito y verdaderamente sorprendido, Shikamaru y Kiba estaban ensartados en un apasionado beso mientras Lee y Chouji se entretenían mirando hacia la pista en busca de su alma gemelo o algo parecido, el rubio no podía apartar su mirada de la dúo que se acariciaba y besaba como si fueran los únicos en el lugar.


- ¿Buscando un poco de diversión, Naruto-kun? Llegas a buena hora – comento Lee al verle.


- H-Hola, muchachos – sin apartar la mirada del Nara y Kiba, el kitsune parecía hipnotizado con el danzar de los labios de aquellos dos.


- Siéntate aquí, ¿Quieres unas papas fritas? Traje muchas – comento el gordito haciendo un lugar en el asiento corredizo en forma de media luna y junto a la pareja de besucones.


- ¡Oigan! ¡Ya dejen eso! Parecen un par de babosas – grito el ojiazul no pudiendo aguantar la escena sin que le ardieran las orejas por la calentura que sentía en su cuerpo al verlos.


- Hey, Naruto – dijo el Nara como saludo - ¿Sorprendido? No me extraña ya que no sabias de nosotros, que te puedo decir… así es el amor – acariciando la cara de Kiba mientras lo miraba con ojos de enamorado.


- ¿Desde cuando ustedes…? Vaya – con algo de envidia involuntaria al imaginarse así con el castaño.


- Un año, justo estábamos celebrando nuestro primer aniversario – dijo Kiba mientras esbozaba una sonrisa de felicidad.


- ¡¿Un año?! Debo ser bastante despistado para no haberme dado cuenta de… - susurro el ojiazul.


- ¡Lo eres! – contestaron los otros al mismo tiempo.


- ¡No necesitan confirmármelo, ¿Saben?! Aparte de ustedes dos – refiriéndose a Lee y el gordito - ¿Quién más lo sabe? Quiero decir… esto – sonrojándose hasta las orejas.


- Todos saben que somos pareja, incluso la Hokage – comento el Inuzuka – No es nada malo – al ver la expresión de terror del rubio.


- Naruto, uno no elige de quien enamorarse, simplemente pasa y si la otra persona es del mismo sexo que tú pues… no hace la diferencia – explico el Nara – Mira hacia allá, ¿Qué es lo que ves? Observa bien – indicándole la pista de baile.


- E-Es… es increíble – sorprendido por el cuadro frente a él.


      Tanto algunas parejas de chicho con chichos y de féminas también bailaban sin ninguna vergüenza por lo que sentían hacia su pareja, al igual que tampoco había hacia ellas ninguna clase de discriminación por ser como eran, Tsunade-sama había decidido, con el apoyo de la gran mayoría de los habitantes de Konoha, que el amor era amor sin importar donde se encontrara, ciertamente una liberación para todo aquel que escondía sus sentimientos hacia aquellos de su mismo sexo.


- Se que tal vez pueda parecer extraño pero así es la vida, ¿Te perderías del amor porque tu pareja pueda no ser conveniente? Piénsalo, solo tenemos una vida y con nuestro trabajo nunca sabemos cuanto puede durar, ¿No crees? Así que hay que vivir intensamente y con todo lo que la vida pueda darte – dijo el Nara acercando a Kiba a su pecho mientras depositaba un dulce beso en su frente.


- Jamás he dicho que estuviera en contra de eso, en realidad yo… estoy algo confundido con todo esto y… ¿Esa es… Sakura-chan? – observando a la pelirosa entre los brazos de Ino mientras bailaban.


- ¿Tampoco sabias eso? Porque me molesto en preguntar – dijo el Nara – Tienen el mismo tiempo que nosotros de estar juntas, Naruto.


- No puede ser… - murmuro el kitsune, ahora si que lo había visto todo.


- ¿Aun tenias esperanzas con ella? Como puedes ver será mejor que lo olvides – asevero el Inuzuka.


- Dejemos eso, ¿Quieres bailar, Naruto-kun? Sera divertido – pregunto Lee sonriendo amablemente.


- ¿Qué hago aquí? – susurro el ojiazul observando a su alrededor  sintiéndose fuera de lugar.


- Si quiere bailar lo hará conmigo, Lee – dijo el Hyuuga apareciendo de repente.


- Ah, Neji, ¿Dónde estabas? Llegas tarde – comento el Nara.


- Me entretuve buscando a éste cabezota por todas partes, no pensé encontrarlo aquí ya que nunca antes había venido – refiriéndose al ojiazul.


- O sea… que te cansaste de buscar y por eso estas aquí – murmuro dolido el rubio – Vamos a bailar, Lee – agarrando del brazo al cejas grandes.


- ¿Seguro?


- Me lo pediste, ¿O no? – arrastrando a Lee hacia la pista.


- ¿Vas a dejarlo así? Tienes que decidirte, cualquier cosa que hagas aquí nadie la vera… si me entiendes – dijo el Nara haciendo un guiño cómplice.


- Se me ha escapado dos veces, ¿Crees que le dejare hacerlo una tercera vez? Ésta noche será mío… mío para siempre – dirigiéndose a la pista en busca de lo que significaba su todo.


- Neji… - dijo Kiba con serio tono de advertencia.


- Tranquilos, seria incapaz de lastimarlo… no mucho, ¿Sabes como es o no? – dirigiéndose con una sonrisa sarcástica al Inuzuka.


- ¿Por qué crees que soy el uke, rayos? – arrugando su rostro en una mueca de “no puedo engañar a nadie”


- Porque conozco a Shikamaru y se que es tan posesivo como yo, ¿Eso contesta tu pregunta? Me lo imagine – viendo a Kiba cruzar sus brazos y poner cara de “me rindo”


      Mientras el Hyuuga caminaba entre las parejas para ir al encuentro del ojiazul la música cambio a una tonada suave y embriagadora, antes de que Lee pusiera sus brazos alrededor del cuerpo del rubio fue interrumpido siendo apartado a un lado mientras el Hyuuga tomaba su lugar.


- ¿Qué haces? No voy a bailar contigo – poniendo sus manos en el pecho del castaño con la intensión de separarlo de él.


- ¿Por qué no? ¿Tienes miedo de mi… o de ti? Ésta vez no dejare que eches a correr, Naruto – aferrándolo con sus brazos a su cuerpo.


- De acuerdo, vine aquí a divertirme, supongo que para eso sirves igual que cualquiera – poniendo sus brazos alrededor del cuello del Hyuuga.


- ¿Lo tomo como un cumplido o un insulto? – acariciando la espalda del rubio por debajo de su ropa mientras lo apretaba contra su cuerpo.


- Oye, no tan fuerte, no me dejas respirar – comenzando a sentirse extraño.


- Te daré aire entonces – agarrando con una de sus manos la cara del kitsune y besándolo con todo y lengua, al rato… -  Lo siento pero no pude resistirlo más – acariciando la mejilla del ojiazul.


- Si, no me gusto para nada – sonriendo mientras su cuerpo se estremecía y temblaba a la vez – N-Necesito aire fresco – soltándose del Hyuuga para salir a la calle.


- Sonreíste… por todos los cielo, me sonreíste – susurraba feliz el castaño mientras seguía a unos pasos al kitsune entre la gente.


      El rubio se adentro entre unos arboles hasta la pequeña pradera cerca del centro recreativo, se sentó sobre la hierba y respiro hondo para tratar de calmar los latidos de su corazón y acallar su mente que constantemente le repetía que no dejara escapar la felicidad que estaba frente a sus ojos o lo lamentaría en un futuro, la oportunidad estaba ahí y debía tomarla, lo que ocurriera después ya no importaba.


- Sabes que no puedes escapar de mí – dijo el castaño a espaldas del kitsune.


- Lo se, no olvido tu vista entrometida – esbozando una sonrisa -  Y no estaba huyendo… te esperaba – volteando su rostro hacia el castaño.


- ¿Es eso cierto? – sentándose frente al rubio.


- Quería que me dijeras por fin cual es el pago por tu silencio, aun no lo has mencionado  – dejándose caer sobre la hierba.


- Que te parece pasar ésta noche y todas las noches de tu vida conmigo, ¿Aceptarías? Naruto… - colocándose sobre el ojiazul.


- Eso es mucho tiempo, ¿No te parece? Bien, de momento no se me ocurre otra cosa que hacer, ¿No te cansaras de mí? Deberías estar seguro en lo que te metes, cuando me enfado no suelo ser fácil de tratar eso lo sabes bien – mirando a los ojos blancos – Soy indisciplinado, terco, no sigo las reglas… tú mismo lo dijiste, puedo llegar a ser un gran desastre, entonces… ¿Por qué yo?


- Es verdad que eres completamente diferente a mí y eso es lo que me atrae más de ti, en cuanto a lo demás… me arriesgare – pasando sus dedos por las mejillas del ojiazul – Sera emocionante tratar de amoldarte, aunque no conseguirlo tampoco es algo que me preocupe – metiendo sus manos bajo la ropa del kitsune mientras lo besaba apasionadamente.


- N-Neji espera, yo… - comenzando a aturdirse por las caricias del castaño.


- Tiene que ser ésta noche… ahora – sin dejar de mover sus manos por el pecho del menor -  No puedo esperar ni un segundo más, no voy a mentirte, te dolerá y probablemente gritaras… es algo que no puede evitarse, así que hare lo mejor posible para que no sufras demasiado, mi amor – concentrándose en besar el cuello del kitsune.


- Si que sabes alentar a las personas… - murmuro con sarcasmo – Además de que… e-espera, ¿Di-dijiste mi amor? – aturdido por las caricias del castaño.


- Es lo que eres para mi, Naruto – despojándolo de la camiseta mientras besaba su pecho - ¿Crees que solo me interesa tu cuerpo?


- P-Paso por mi mente – dijo el rubio entrecortadamente mientras de dejaba llevar por esas sensaciones nuevas para él.


- Tonto, no concibo juntar dos cuerpos sin que haya un poco de amor de por medio, no para mi al menos – intentando bajar los pantalones del ojiazul.


- Neji… - deteniendo las manos del Hyuuga.


- No te lastimare, lo prometo, déjame hacer, ¿Si? Confía en mí – terminando de deslizar la prenda dejándolo solo con su ropa interior.


      La respiración de ambos iba en ascenso, el kitsune observaba con avidez el cuerpo del castaño mientras éste se desnudaba quedando también solo con su ropa interior, el Hyuuga trataba de ir despacio, lo que sus ansias le permitían al menos, para no asustar a su rubio hasta que llegara el momento de hundirse en sus entrañas y consolidar con hechos lo que hacia mucho tiempo rondaba en su mente.


      Comenzó por besar su cuello para luego recorrer el suave pecho hasta llegar a los rosados y erectos pezones, su lengua iba de uno al otro haciendo delirar de placer al ojiazul, luego de permanecer un rato chupando y mordiendo los calientes bultitos decidió seguir su recorrido rumbo el ombligo hasta llegar a la línea de su ropa interior, luego froto su barbilla sobre el bulto dentro de la prenda intima mientras observaba la sublime reacción en el rostro y gemidos del ojiazul.


- N-Neji… Mmmm… - hundiendo sus dedos en la hierba.


- Estás duro y… te ves delicioso, quieres que te toque, ¿No es así? Aun recuerdas la sensación de la otra vez – dando un beso sobre la tela húmeda por el pre-semen – Tus gestos inocentes te hacen más deseable aun – quitando por completo la prenda interior del rubio y la suya propia dejando al descubierto su erecta y ansiosa hombría.


      El Hyuuga se coloco por encima del rubio de tal manera que sus calientes miembros se rozaban uno contra el otro, la temperatura de los cuerpos los hacían sudar haciendo que sus pieles brillaran en contraste con la luz de la luna.


- Acaricia los dos juntos con tus manos, mi amor – pidió el castaño mientras apoyaba sus manos sobre la hierba para aguantar su cuerpo por encima del kitsune sin llegar a posarse sobre él.


      Las manos del ojiazul hicieron lo que se les pedía, agarro ambas hombrías y comenzó a masturbarlas muy lentamente arriba y abajo, el Hyuuga sintió que llegaba al delirio solo con el toque de la piel del ojiazul con la suya, los gemidos y respiraciones aceleradas de ambos decían que el descargue estaba cerca de producirse por parte de ambos.


- ¡Aaaah, N-Neji! ¿Qué estás…? Duele – al sentir el apretón de la mano del castaño en su pene.


- No quiero que te corras, no todavía, esto apenas empieza – acercando su boca a la hombría del menor.


      Luego de besar la punta el Hyuuga lo metió dentro de su boca y comenzó a succionarlo con su lengua y labios, el ojiazul creyó que moriría de tanto placer, su cuerpo temblaba y estremecía a cada embestida de la boca del castaño, su pecho se expandía a cada bocanada de aire haciendo que su respiración se tornara cada vez más agitada y dificil. El descargue llego luego de que el Hyuuga acelerara sus movimientos para llenar su boca y orgullo, el kitsune temblaba por los espasmos del reciente orgasmo mientras su mirada de placer se perdía en el rostro del castaño.


- Eres tan sensual, hermoso, adorable… y solo mío, Naruto – metiendo sus dedos en la boca del rubio – Chúpalos para mi, mi amor – mientras los dedos de su otra mano los llenaba con el semen que impregnaba aun el miembro del rubio para llevarlos hacia la entrada de éste.


      El kitsune envuelto aun en las secuelas del orgasmo chupaba con ansia los dedos del castaño no queriendo dejar de sentir aquello que lo hacia vibrar y lo llenaba de vida, las acciones del Hyuuga lo mantenían con los sentidos alejados del dolor o casi, éste mientras trabajaba con sus dedos y lengua aprovechaba la distracción para culminar con lo que hacia rato deseaba más que cualquier cosa.


- ¡Mmmgh! E-Eso… d-duele, Neji – mordiendo los dedos del castaño.


- ¿Y lo dices después de que ya tienes tres dedos dentro? Relájate, solo falta un poco más, mi amor – moviendo sus dedos en círculos dentro del menor – Aguanta un poco más, veraz que baldra la pena el dolor… por todo el placer que sentirás después junto con el amor que puedo darte – poniendo sobre sus hombros las piernas del kitsune.


      Luego de eso el Hyuuga coloco la punta de su miembro en la entrada y se introdujo lentamente, el rostro del ojiazul se contraía con gestos de molestia y gemidos de dolor mientras enterraba sus dedos en la tierra como para mitigar el angustioso momento.


- Oh dios, tan caliente… y estrecho – sintiendo las gotas de sudor surcar su rostro – T-Tú carne apretando mi sexo es… es alucinante – metiéndose otro poco – Mi amor, aguanta la respiración, me meteré de una sola vez – preocupado por el rostro de sufrimiento del menor.


- ¡No! N-Neji… du-duele demasiado – con el rostro encendido y lleno de lagrimas.


- Es la única forma de… - agarrando las caderas del ojiazul y hundiéndose de una sola vez en su interior.


- ¡Aaaaah! ¡Kami-sama! ¡¿Q-Quieres matarme?! – gritando a todo pulmón.


- Tranquilo – dijo el castaño halándolo hacia él para abrazarlo – Respira con calma… así, así, relaja tu cuerpo – acariciando la espalda del kitsune para calmarlo.


- S-Siento que me partiré en dos, esto es peor que las heridas de una pelea – apoyando su cabeza en el hombro del castaño.


- Pero mucho más placentero, ¿No crees? Dime cuando puedo moverme, ardo en ansias de hacerte mío por entero, y eso será cuando grites mi nombre en medio del placer – acariciando el cabello rubio y besando dulcemente el hombro del ojiazul.


- ¿Placer? Esto más bien parece una tortura, pero… confió en ti, supongo que eso es lo que se debe hacer cuando amas a alguien – sintiendo un hormigueo recorrer su cuerpo – Te amo, Neji – colocando sus manos en los hombros del castaño y levantando sus caderas mientras apoyaba su frente en la barbilla de éste.


- Naruto… no te esfuerces, aun puedo esperar un poco más - sintiendo como su miembro salía y volvía a entrar dentro del ojiazul.


- Ah, Ah… p-pero… ah… yo no… N-Neji… – moviendo sus caderas arriba y abajo sobre el pene del castaño.


- Aaagh… Mmm…te amo, te amo, Naruto – recostándolo de nuevo para ocuparse del trabajo pesado – No… no tapes tu boca, quiero escucharte – arremetiendo fuertemente contra el cuerpo del ojiazul – Es ahí… ese es tu punto, entonces… – al notar el cambio de expresión de dolor del rostro del kitsune por una de placer.


- N-Naruto, Naruto… - concentrándose en tocar ese punto con cada arremetida.


      Un par de minutos después ambos gritaban el nombre del otro al llegar el delirante orgasmo, luego permanecieron abrazados por un largo rato hasta que el frio de la noche los obligo a vestirse.


- Podría hacerlo un par de veces más, ¿Sabes? – dijo el Hyuuga abrazando al rubio.


- Me gustaría, pero no creo que mi lastimado trasero piense lo mismo, mi cuerpo se siente adolorido y estoy muy cansado, ¿Siempre será igual? Porque aunque lo disfrute quede hecho polvo – serrando sus ojos y apoyando su cuerpo en el otro.


- Sera hasta que te acostumbres a mi, después de eso solo habrá placer, te lo garantizo  - besándolo tiernamente – Te llevare a casa.


- ¿Te quedaras conmigo ésta noche? Quiero dormir a tu lado, Neji – poniendo sus brazos alrededor del cuello del castaño.


- ¿Acaso lo dudaste? Mi tonto ojiazul, ya no podrás deshacerte de mí aunque quieras, lo que hay entre los dos es para siempre, ¿No te lo dije? No hay escapatoria para ti – haciéndolo de la cintura mientras caminaban rumbo a la casa del kitsune.


- Y yo te dije que para siempre es micho tiempo.


- No trates de probar lo resuelto que puedo ser respecto a ti, soy muy posesivo y los celos no me van bien, ¿Entiendes lo que digo? – haciendo más fuerte el agarre.


- Eso me gusta, dice mucho sobre lo que sientes por mi, pero quien sabe, puede llegar alguien y… - haciendo una media sonrisa.


- Naruto, ni siquiera pienses en… - con voz que denotaba dolor y advertencia a la vez.


- Ah, solo bromeaba, cielos, bien dicen que los más callados son los más…


- ¿Qué? ¿Posesivos, celosos… apasionados?


- Peligrosos.


-  Nunca te haría daño.


- Te creo, pero no está demás saberlo – regalándole una gran sonrisa al Hyuuga.


      Media hora después llegaban al apartamento del rubio tras una caminata lenta y tortuosa para éste, el dolor de cada paso que daba le recordaba la experiencia vivida hacia rato, no es que lo lamentara pero vaya que había sido tormentosa, esperaba que la siguiente vez pudiera disfrutarla sin que eso significara derramar lagrimas de dolor en lugar de placer.


- ¿Tienes hambre? Hare lo que quieras – abrazándolo tiernamente en la entrada.


- ¿Sabes cocinar? Eso si es una sorpresa – apoyándose en el otro a causa del cansancio.


- Se hacer muchas cosas aparte de pelear, ¿Sabes?


- Quien lo diría, pero lo único que quiero ahora es dormir – sintiendo su cuerpo sumamente pesado.


- De acuerdo, pero antes tomaremos un baño, dormirás mejor después de eso – llevándolo directamente a la ducha.


      Luego de quitarle la ropa al rubio y la suya propia ambos se metieron bajo el agua caliente para relajar sus cuerpos después de su primer encuentro amoroso en el bosque. El Hyuuga pasaba cariñosamente la esponja por el adormilado ojiazul mientras pensaba que su vida ya no seria la misma después de haber hecho suyo al sujeto que le quitaba el sueño y hacia que sus días fueran caóticos y sus noches interminables. De ahora en adelante viviría cada segundo al máximo con su ojiazul desechando así al fantasma del pasado llamado Uchiha Sasuke de la mente de su adorado Uzumaki Naruto.


 


 


Fin.


Próximamente Segunda Temporada.


                                                           Nessa Yaoi.

Notas finales:

¡Hola a todos! Ultimamente no he podido subir nada pues estaba resolviendo un problemita que me tomo màs tiempo del que creia, no obstante aqui estoy de nuevo para todos ustedes, debo decirles que me senti desanimada puesto que en los ultimos que subi absolutamente nadie me envio ninguna opiniòn al respecto, creo que no soy la unica con problemas creo... en fin, solo relajense y disfruten de èsta vida que es unica.

besosssss para todos y que esten bien, chaito.

                                                                    Nessa Yaoi.


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