El trabajo es bueno para la salud, ¡pues que trabajen los enfermos!
El continuo repiqueteo de los nudillos de la mano de Pansy contra la mesa no paraban de bailotear en la cabeza de Hermione. Los oía como si fueran truenos ruidosos y molestos. Muy molestos. Aun estando a dos mesas de distancia los escuchaba perfectamente y aún más cuando intentaba concentrarse en hacer los deberes.
<<¿No se da cuenta de que estamos en una biblioteca?>>, pensó la castaña. De nuevo, cómo ocurrió en el pasillo, sintió la ira recorrer su cara, pasar por las mejillas rojizas y llegar a sus ojos, donde toda la energía negativa salía y acababa en las pupilas de la morena de enfrente que continuaba con el rostro impoluto y burlesco. Porque, y bien que lo sabía Parkinson, si las miradas matasen estaría muerta desde hace tiempo, pero eso es lo que más le divertía a la Slytherin, el ver a la castaña cambiar de fase por ella, porque le provocaba, porque era ella la que controlaba sus reacciones.
Durante unos minutos el repiqueteo cesó y Hermione volvió a su tarea. Cuando hubo terminado, levantó la vista y Pansy aprovechó ese vistazo para enfadar a la otra; Rió sin hacer ruido, sólo haciendo el ademán de abrir sus labios carmesíes y mover el rostro hacia atrás teatralmente Una vez más, Hermione se enfureció. Pansy podía ver la cara roja como un tomate que siempre lograba al hacer una burla o un simple gesto como ahora. Y se dio cuenta de que lo único que separaba a la leona de atacarla y destrozarla eran dos amplias mesas vacías y, por supuesto, la mirada irritada de la señora Pince, que no paraba de moverse de izquierda a derecha, de Gryffindor a Slytherin, de rabia a burla.
Hermione, cerró los ojos, suspiró, se tranquilizó y agarró los libros con la cabeza bien alta y se dirigió a los pasillos. Pansy recogió los pergaminos junto con las plumas y la siguió.
Ya en el pasillo, Hermione estaba convencida que al mínimo insulto se pararía, la enfrentaría y le tiraría los libros a la cara. Ya le daba igual caer a ese nivel, ya le daba igual todo, porque ahora sólo tenía un problema y ese problema se llamaba Pansy Parkinson.
-¿Enfadada, Granger?- se burló la Slytherin siguiéndola por detrás.
La castaña se paró de golpe, sin decir nada, y se volteó respirando hondo. Aún no había llegado a su máximo nivel de rabia para tirar sus queridos libros.
La risa de Pansy le arrancó de su propio modo de tranquilizarse.
-¿En serio estás enfadada porque hacía ruidito?- dijo alzando una ceja y poniendo la mano libre en su cadera.
-¿Ruidito? ¡¿Ruidito?! ¡Eran cómo bombas!- gritó Hermione provocando miedo a un grupo de Ravenclaws de primer año que pasaba al lado.
-¿Bombas? Si eso fuera cierto la vieja loca de los libros me hubiera echado a hechizos, ¿no crees?- Parkinson se inclinó hacia la leona con una sonrisa ladeada, buscando algún reproche. Pero rápidamente volvió a su lugar sonriendo con descaro ante alguna idea suya- ¿No será que pones demasiada atención a todo lo que hago?
Eso dejo a la castaña en shock.
<<¿Cómo? ¿Qué? ¿Pero qué estás diciendo?>>, es lo que quiso decir pero de su boca no salió nada. Pansy continuó.
-No te lo tomes tan a pecho, - la mirada de Parkinson se posó en dicha zona- ¿No ves que, mientras más te enfadas más ganas das a los demás de seguirte provocando?- le encantaba ese momento, lo estaba disfrutando muchísimo- En todo caso, sólo quería hablar contigo.
-¿Hablar conmigo?- preguntó Hermione más confundida aún.
-Sí, y esto te va a dar una alegría increíble- Pansy extendió el brazo entregándole un pergamino a la Gryffindor. Hermione lo desenvolvió.
Trabajo de búsqueda e investigación sobre los Unicornios
Clase : Cuidado de las criaturas mágicas
Requisitos:
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La información se puede extraer de libros, personas, del bosque o de cualquier lugar.
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Si se desea ir al bosque para ver algún ejemplar, se necesita el permiso de los profesores y solamente, sin excepciones, se puede ir de día.
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Las parejas no se pueden intercambiar por otras, han sido seleccionadas mediante un sorteo mágico.
Este trabajo tiene como objetivo la cooperación entre diferentes casas.
La castaña la miró sin entender.
-Te fuiste corriendo hacia la biblioteca y no te lo dieron, así que me he encargado de traértelo.
Hermione se quedó pensando.
- Por cierto, adivina quién es tu pareja- comentó Pansy riéndose por la cara de asombro de su, ahora, nueva compañera de trabajo.