Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin duda alguna por xXBlack-HollyhockXx

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Haha! Soy mala en los resumenes y títulos, pues espero que les guste, es mi primer fanfiction xDDDD

Dejen criticas constructivas por favor :DDD

Loveless y los personajes pertenecen a Kouga Yun

 

Ritsuka caminaba de regreso a su casa después de otra de sus largas pláticas con su psicóloga. Era un día lluvioso, y caminaba pensativo por las calles sosteniendo su paraguas a través de la delicada lluvia. Pero eso no era lo que realmente le molestaba. No, su mente estaba en otro lado, ese día la psicóloga había hecho cierta pregunta que le llamó la atención y que no pudo responder a causa de su sorpresa.

 

-Para ti, ¿Qué es el amor Ritsuka? ¿Alguna vez has estado enamorado?- Preguntó la doctora al ahora joven de dieciséis años quien al momento de escuchar la pregunta sus gatunas orejas se levantaron en señal de sorpresa.

-¿Por qué lo pregunta sensei?- dijo Ritsuka confundido

-Solamente tenía curiosidad, no tienes porque responderme- La mujer sonrió mientras le dirigía éstas palabras al joven que se sonrosaba, la psicóloga tomó esto como una buena señal a su favor sin saber que Ritsuka realmente pensaba en otra persona.

 

Ritsuka suspiró y distraídamente abrió la puerta de su casa. Se dio cuenta que su madre no se encontraba en la casa y notó que había comida en la cocina todavía. Tomó cuidadosamente un poco y subió lentamente las escaleras en camino a su habitación.

Comió lentamente, no estaba prestando atención a nada a su alrededor y cuando terminó se recostó sobre su cama pensando de nuevo en la pregunta. ¿Alguna vez había estado enamorado? No lo sabía, no sabía lo que era sentir amor, solo incertidumbre, confusión y dolor.

Pensó en Soubi, como lo había hecho en el momento que la doctora le dirigió su pregunta. Pensó en sus ojos azules y esa relajada sonrisa que siempre mostraba cada vez que lo veía. No, no podía estar enamorado de él. Después de todo el era Loveless, no podía tener ni sentir amor. Siempre había tratado mal a Soubi, le gritaba y lo empujaba cada vez que el rubio le decía que lo amaba o que le mostraba cualquier otro indicio de cariño, sólo lo hacía para seguir las ordenes de su difunto hermano y sinceramente odiaba tener que ser la sombra de Seimei.

 

Lo que más le enojaba era que Soubi lo hacía sentir extraño cada vez que se acercaba a él, cuando le susurraba dulces palabras al oído, esas odiosas dos palabras que tanto le molestaban y que a pesar de saberlo el rubio lo seguía haciendo. Incluso cuando lo tocaba o lo veía fijamente sentía que su respiración se aceleraba al igual que su corazón. No le gustaba ésta sensación a la cual no estaba acostumbrado y pronto desechó la idea de que pudiera ser amor. Por ésta razón su frialdad hacia Soubi se había vuelto aún mayor en el último mes, si el rubio se acercaba y le saludaba, Ritsuka no le respondía y sus respuestas eran cortantes y dolorosas para Soubi. Muchas veces se arrepentía por tratarlo así pero su orgullo no le dejaba pedirle perdón por lo que le decía.

 

Estaba a punto de quedarse dormido cuando escuchó su balcón abrirse, sabía que era Soubi y se paró repentinamente para encontrarse con una alta y delgada figura ligeramente mojada por la leve llovizna del exterior.

 

-¿Qué haces aquí Soubi? Yo no te ordené que vinieras- dijo Ritsuka frunciendo el ceño

-Vaya, estás de mal humor hoy. Solo quería verte, quería ver si tu madre no te había hecho daño otra vez- comentó Soubi acercándose al pelinegro.

-¿Y eso a ti que te importa? Estoy bien, ahora vete

-¿Es una orden Ritsuka?- Soubi le sonrió mientras que el joven se molestaba más a cada segundo que pasaba, pero aún así no respondió a la pregunta, en su interior no quería que se fuera pero sería muy embarazoso que Soubi supiera que en realidad estaba nervioso por su presencia.

Mientras, el rubio se acercó a la delgada figura parada a un lado de la cama y le abrazó.

 

¿Alguna vez has estado enamorado?-

 

-¿Qué haces? ¡Quítate Soubi!- gritó Ritsuka empujando el pecho del hombre mayor con sus manos quién no hizo movimiento alguno.

-Te amo Ritsuka-

-¡No digas eso! ¡Sabes que odio cuando me dices eso! Solamente soy un remplazo de Seimei para ti, solo lo haces por cumplir las estúpidas órdenes de mi hermano, tu no me amas! ¡Nunca me amaste!

-No digas eso, te amo Ritsuka- dijo Soubi tomando la cara de Ritsuka entres sus fuertes manos y justo cuando le iba a besar el pelinegro le empujó con fuerza haciendo que Soubi cayera al piso.

-! Te odio Soubi!- gritó Ritsuka para que después la habitación cayera en un profundo silencio. El joven de cabello oscuro no creía lo que había dicho, sintió arrepentimiento por haber empujado a Soubi, no creía tener la fuerza suficiente para haberlo hecho caer pero así era. Ritsuka sentía que se ahogaba en el silencio.

-L-lo siento Soubi, no quise...- dijo Ritsuka retrocediendo varios pasos sintiéndose culpable, realmente no tenía intenciones de lastimar al rubio, pero no podía deshacer su acción.

 

Por su parte Soubi estaba a punto de perder su paciencia, estaba harto de que Ritsuka no aceptara sus sentimientos y que rechazara su amor cada vez que se lo confesaba. Si el joven no quería nada con él, solo bastaba con que se lo dijera y tendrían una fría relación de sacrificio y luchador solamente.

Se levantó rápidamente del piso acercándose a Ritsuka acorralándolo con la pared. Soubi puso sus manos a los lados de la cabeza del pelinegro mirándolo fijamente a los ojos.

 

-¿Sigues sin creerme verdad? No crees que te ame en realidad- afirmó Soubi mirando a Ritsuka.

-Espera Soubi, perdón yo no…-

-¡Estoy hablando yo Ritsuka!, quiero que me escuches aunque sea solo una vez- 

 

El joven no respondió, le estaba dando miedo el hecho de Soubi se pusiera así, pues nunca lo había visto molesto con él.

 

-Quiero saber que sientes por mí Ritsuka, si soy solamente un luchador, una persona más para ti o si significo algo más. No soporto la incertidumbre ya. Aunque no me creas y aunque tú no me ames yo sí lo hago. Te amo Ritsuka no como mi sacrificio, y no porque Seimei me lo haya ordenado. Al principio estaba siguiendo una orden pero de verdad me enamoré de ti, te amo por la persona maravillosa que eres. Dime, ¿qué significo yo en tu vida?

-N-no lo sé- dijo Ritsuka en un susurro, estaba muy confundido y nervioso, justo cuando iba a quitar al mayor de su camino usando sus manos éste agarró sus muñecas sosteniéndolas contra la pared.

-Dime Ritsuka, ¿qué sientes cuando estás cerca de mi?

 

Soubi se acercó a la cara de Ritsuka plantando un suave beso en los rosados labios del pequeño, la respiración de Ritsuka empezó a entrecortarse y el palpitar de su corazón era tan fuerte que no podía oír nada más. ¿Era así como se sentía el amor? ¿Era normal que se pusiera tan nervioso solo por el roce de los labios de ésta persona? No, no lo era. En ese momento se dio cuenta de que quería estar con Soubi, no sentía odio ni disgusto hacia él.

 

Se separaron y reinó el silencio en toda la habitación, lo único que se escuchaba era la respiración de Ritsuka que estaba parado pensativo y confundido enfrente del alto rubio que esperaba su respuesta. Pasaron alrededor de dos minutos, que el pelinegro sentía que habían sido eternos y Soubi se dio la vuelta para irse.

 

-No tienes porque responder, te veré otro día Ritsuka- dijo Soubi en el momento en que se daba la vuelta para salir por el balcón. Ritsuka no podía dejar que se fuera, se sentía demasiado confundido y ya no seguía a su razón, solamente tomó la manga de la camisa a Soubi que se volvió para ver al muchacho confundido.

 

-No te vayas, no aún. N-no sé que siento por ti Soubi, me pone nervioso tu presencia. Yo...me siento confundido y extraño cuando te acercas a mí, es por eso que me he comportado de esta manera. Tengo...miedo. No sé que me pasa- La voz de Ritsuka era casi inaudible, se sentía apenado y su cara tenía un color carmesí. Mientras tanto Soubi lanzó una pequeña risilla y abrazó a Ritsuka.

 

-¿Me quieres Ritsuka?- susurró Soubi en su oído haciendo que el pelinegro sintiera un escalofrío recorriendo su cuerpo. Ritsuka le devolvió el abrazo y completamente enrojecido susurró una frase contra el hombro de Soubi.

-Si. Si te quiero Soubi-

 

La cara de Ritsuka ardía mientras Soubi plantaba otro beso en su boca, pero éste beso era diferente. Era suave pero lleno de pasión y el joven le devolvió la acción apenado al universitario. Con los minutos el beso se volvió más profundo y el rubio lamió el labio inferior del menor haciendo que abriera lentamente su boca para introducir su lengua en la cavidad.

Soubi recorrió el interior de la boca de Ritsuka con su lengua mientras lo abrazaba fuertemente. Se separaron a causa de la falta de aire. La pálida piel de Ritsuka estaba enrojecida y su respiración era acelerada, el joven abrazó a Soubi y le susurró unas palabras al oído, palabras que el rubio no podía creer.

 

-Quítame las orejas Soubi, quiero que tú seas el que las haga desaparecer

-Pero Ritsuka, ¿estás seguro de que no te arrepentirás después?

 

Ritsuka negó con la cabeza y le dio un beso a Soubi pasando sus brazos por detrás del cuello del mayor, estaba nervioso ya que era la primera vez que él iniciaba una acción tan física con el mayor. El rubio volvió a introducir su lengua en la húmeda cavidad deslizando una mano por debajo de la camisa de Ritsuka que, al sentir la suave mano de Soubi acariciando su abdomen, se separó de su boca sorprendido.

 

-Estás frio Soubi- susurró contra sus labios sintiendo la mano del hombre subir aún mas hasta tocar sus rosados pezones.

 

Soubi volvió a unir su boca con la de Ritsuka, sus lenguas danzando una contra la otra hasta que Soubi tomó control del beso. El rubio empezó a jugar con uno de los pequeños pezones del joven haciendo que gimiera levemente contra la boca del mayor.

 

Comenzó a desabotonar la camisa que portaba el más pequeño explorando con sus manos la blanca piel que iba encontrando a su paso. Soubi encaminó al más pequeño hacia la cama haciendo que cayera de espaldas y el rubio encima de él, bajó sus labios y lengua al cuello de Ritsuka, saboreando su piel que era blanca y tersa lamiendo y mordiendo lo que se mostraba ante él.

 

Le quitó la camisa y luego se empezó a desvestir él mismo, quitándose las gafas, el abrigo y la camisa que estaba portando para luego atacar el pecho de Ritsuka con su boca. Ritsuka gimió levemente arqueando su espalda al sentir la lengua de Soubi bajando por su cuello hasta tocar uno de sus rosados pezones girándolo con su lengua y mordiendo suavemente mientras que acariciaba entre sus dedos al otro.

 

Mientras tanto, Soubi se deleitaba con los suaves y sensuales ruidos que salían de la boca del más pequeño haciéndolo temblar y querer suplicar por más de sus gemidos.

Bajó su mano hasta los pantalones de Ritsuka, comenzando a desabotonarlos mientras continuaba su tarea en el pecho de éste.

 

-Mm… Soubi- gimió Ritsuka mientras acariciaba el cabello de Soubi sintiendo su mano frotando en su entrepierna.

 

Soubi volvió a los labios de Ritsuka, quién le devolvió el beso apasionado apretando sus cuerpos uno contra el otro disfrutando del contacto de piel contra piel. Cuando se separaron Soubi desabrochó los jeans del menor junto con su ropa interior revelando la erección de Ritsuka, volvió a besar el cuello de éste bajando rápidamente a su abdomen. Volteó a ver al pelinegro, quien tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta murmurando cosas sin sentido con el nombre de Soubi entre ellas. Entonces se detuvo con una sonrisa en sus labios.

 

Ritsuka lo miró a los ojos sorprendido, adoptando una posición en la cual casi estaba sentado.

-¿Q-qué haces Soubi?- dijo, su respiración era pesada.

-¿Qué quieres que te haga Ritsuka? Tendrás que pedírmelo- mencionó Soubi mientras subía hasta tocar los labios de Ritsuka en un beso muy corto. 

 

Ritsuka no pudo evitar sonrojarse, quería que Soubi le quitara las orejas, estaba decidido ya, pero Soubi era muy cruel al pedirle tal cosa. El rubio comenzó a acariciar su cabello, por cada toque de las delicadas manos de Soubi, Ritsuka perdía un poco más el control.

 

-¿Qué quieres que haga?- preguntó Soubi de nuevo molestando al más pequeño, realmente esperaba que lo dijera pronto ya que él también estaba perdiendo la paciencia. Había esperado tantos años para tener a Ritsuka, para hacerlo suyo para siempre.

 

El pelinegro se sonrojó y acercó sus labios al oído derecho de Soubi

-Hazme…el amor Soubi, por favor-

 

Soubi bajó por el blanco cuerpo de Ritsuka hasta llegar a su entrepierna, besando y lamiendo su miembro hasta que lo puso en su boca succionando lentamente.

-Ah! Soubi…- gimió Ritsuka mientras que Soubi incrementaba la velocidad.

 

Por su parte, Ritsuka sentía que todo su cuerpo se calentaba cada vez que Soubi bajaba y subía su cabeza, succionando y metiendo su miembro en aquella cálida y húmeda cavidad cada vez.

No podía evitar gemir y aunque trataba de evitarlo le era simplemente imposible, el placer incrementaba cada vez más haciendo que Ritsuka gimiera más fuerte arqueando su espalda.

 

-¡Aah! ¡Soubi aah! ¡Espera Soubi! Creo que voy a… mmm…- dijo Ritsuka, tratando de advertir al mayor que pronto llegaría al orgasmo.

 

Soubi bajó una última vez hasta que Ritsuka se corrió en su boca y así bebió la semilla del pequeño debajo de él estando ahora un paso más adelante en éste asunto.

 

-Soubi…- susurró Ritsuka mientras el rubio subía por su abdomen para mirarlo a los ojos. Ritsuka se dio cuenta de que el rubio todavía tenía los vendajes que cubrían la prueba del lazo entre Seimei y Soubi, aquella cicatriz que revelaba oscuros fantasmas del doloroso pasado del rubio al lado del hermano de Ritsuka.

 

El menor quito lentamente los vendajes, dejando al descubierto una profunda cicatriz que se leía como: ‘Beloved’. ¿Cómo había sido capaz Seimei de marcar a este hombre de tal manera?

Tal vez Ritsuka nunca respondería esa pregunta, pero lo que importaba era que esa noche él y Soubi tendrían un lazo aún más fuerte.

 

Tiró las vendas al suelo una vez que terminó de retirarlas del cuello del mayor y se inclinó un poco para besar aquella cicatriz con sus manos entrelazadas en los claros cabellos del hombre. Lamió el cuello de Soubi, lo besó y mordió hasta subir a su oreja, sonrió levemente al notar que la respiración de Soubi también se aceleraba al sentir sus caricias y después se retiró de su cuello un poco para plantar un tierno beso en sus labios.

Intentó desabotonar el pantalón que Soubi portaba con manos temblorosas, se sentía extremadamente nervioso, el mayor lo notó y tomó la mano de Ritsuka, entrelazando sus dedos con los de él y después le sonrió.

 

-Yo lo haré Ritsuka, quiero que nunca olvides esta noche- le dijo con una sonrisa en esos hermosos labios, una sonrisa pícara y sensual que hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Ritsuka al verla y escuchar su voz.

 

Soubi retiró sus pantalones junto con su ropa interior dejando al descubierto la prueba de su excitación.

 

-Tengo que prepararte Ritsuka, será doloroso. ¿Estás seguro de que quieres continuar?- le dijo al sonrojado pelinegro que simplemente asintió.

 

-Está bien Soubi, continúa- le dijo Ritsuka unos momentos después y el mayor puso sus dedos enfrente de la boca de Ritsuka que esperaban ser succionados. El pelinegro captó la señal sin necesidad de que Soubi le dijera algo y sonrojándose tomó los dedos en su boca, empapándolos de saliva y haciendo que Soubi gimiera levemente al sentir como sus dedos eran succionados por su cálida cavidad.

 

Después de unos momentos los retiró, un hilo fino de saliva unía sus dedos aún a los labios del menor. Bajó sus dedos por su pecho tocando en el camino uno de los rosados botones que se encontraban en el pecho de Ritsuka para luego bajar más hasta tocar la estrecha entrada del menor. Deslizó un largo dedo por la entrada haciendo que Ritsuka se sintiera un poco incómodo, no le dolía pero era un sentimiento extraño el tener algo dentro de él.

 

Soubi comenzó a sacar su dedo para luego meterlo de nuevo y así continuó durante aproximadamente medio minuto. Fue entonces cuando metió otro de sus dedos y Ritsuka lanzó un leve grito a causa del dolor, cerró uno de sus ojos apretando fuerte los hombros del mayor.

 

El rubio seguía preparando al menor cuando plantó un beso en sus labios para distraerlo del dolor al insertar un tercer dedo. Lágrimas empezaron a correr por las mejillas del menor, el dolor era demasiado, hasta que los dedos de Soubi tocaron algo que lo hizo sentir gran placer haciéndolo gemir contra la boca del rubio.

 

Soubi procuró tocar la próstata del menor cada vez que metía sus dedos haciendo a Ritsuka gemir levemente cada vez que lo hacía.

 

-Soubi! Ah… ¡ahí Soubi!-

 

El mayor retiró sus dedos haciendo que Ritsuka se quejara un poco, a lo que Soubi sonrió y dijo:

-Va a doler, puedes morder mi hombro si quieres. Necesito que aguantes un poco más Ritsuka

-Está bien- dijo Ritsuka asintiendo, no podía arrepentirse de todo esto ahora, se sentía un poco egoísta al saber que solo él había recibido placer y Soubi no.

 

Soubi comenzó a entrar en la cavidad de Ritsuka, haciendo que éste mordiera levemente su hombro a causa del dolor que le estaba causando. Por el contrario, Soubi se deleitaba con la calidez que rodeaba su miembro, no prestaba atención al dolor en su hombro, estaba a punto de perder el control y embestir el estrecho orificio de Ritsuka pero sabía que tenía que soportar por su pequeño.

 

Para Ritsuka el dolor era casi insoportable, mordió fuerte el hombro de Soubi una vez que estaba dentro de él, sacando sangre y lamiendo la herida para reconfortar al mayor por el dolor causado.

Pasaron algunos minutos para que Ritsuka se acostumbrara a la sensación, hasta que Soubi comenzó a moverse lentamente, penetrando al menor una y otra vez. Después de algunos momentos Ritsuka sintió que su próstata era estimulada por el miembro de Soubi, haciéndolo temblar de pies a cabeza, gimiendo por más.

 

-¡Ah Soubi! Muévete más rápido… por favor. Ah!

-Uh Ritsuka, eres maravilloso. ¡Ah!- susurró Soubi penetrando más rápido a Ritsuka, sintiéndose en la gloria por poder marcar ese cuerpo como suyo por fin.

 

Así pasaron los minutos, ambos cuerpos danzando uno contra otro sintiendo el amor que se tenían. Se besaban, sus cuerpos cubiertos de una ligera capa de sudor se movían juntos, sus voces llenaban la habitación rompiendo la monotonía del silencio.

 

-Más Soubi, por favor. Creo que… estoy cerca

-Sólo un poco más Ritsuka

 

Ritsuka fue el primero en llegar al orgasmo, su respiración acelerada y gritando el nombre de Soubi. No se arrepentía que fuera él quien le quitara las orejas y lo hiciera sentir de esta manera, era el único que podía hacerlo, Ritsuka sabía que desde ese día no dejaría que nadie más lo amara, nadie más que Soubi. Su semilla cubrió su abdomen y el de Soubi mientras sentía el semen del mayor en su interior.

 

Soubi salió y se acostó a un lado del menor tapando sus cuerpos con una de las sábanas, después abrazó el pequeño cuerpo a su lado acariciando su cabello en donde solían estar aquellas gatunas orejas mientras le daba un beso en la frente.

 

-Te amo Ritsuka. Te amo mucho- susurró el mayor viendo a Ritsuka a los ojos, notó el ligero rubor de sus mejillas mientras se reía levemente.

 

Ritsuka tomó la cara de Soubi entre sus manos plantando un delicado beso en sus labios

-Yo también te amo Soubi. Perdóname por haberte tratado tan mal todo este tiempo

-No te preocupes, sé que no lo harás más

 

Después de lo dicho, Ritsuka abrazó a Soubi perdiéndose en el calor de su cuerpo al cerrar sus ojos. Recordó la pregunta que le había hecho la psicóloga: ¿Alguna vez has estado enamorado? Sonrió ligeramente apretando su cuerpo aún más al de Soubi, abrazándolo como si fuera a escaparse de él, aunque sabía que no sería así.

 

 

No podía estar más seguro ahora, lo que sentía si era amor después de todo.

Notas finales:

WOOW! No crei que fuera a escribir tanto, es mucho para ser el primero en mi opinión xDD

Gracias por haberlo leído, dejen sus reviews onegai :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).