La tarde pasó tranquila. Me quedé sencillamente callado asimilando lo que Alexa me había dicho. Claro, una vez yo lo supe, ella se sintió en la obligación moral de contárselo a los demás. Matt se interesó plenamente por ello. Siempre he creído que a Matt le gustaba mucho Alexa, pero nunca llegó a decir nada. Sabía que ella estaba verdaderamente lejos de su alcance.
- Matt, déjala ya… - Dije casi cansado de que le preguntase cosas como el tiempo que llevaban saliendo juntos, como se habían conocido etc. –
- ¡Tengo intriga! – Hizo mueca de niño pequeño y la miró para que siguiera respondiendo. –
- A ver, si no importa.. – Dijo ella algo cohibida. – Llevamos unos seis meses. – Hizo una pausa y nos miró a los cuatro. – Tiene un grupo, como vosotros. Se llaman “The Rascals”. Es el cantante –
Ninguno los conocíamos. Seguramente que fuera un grupo novel y “underground” de Londres en los últimos años. Sonreí para mí mismo. Maldita sea, echaba de menos los conciertos en salas pequeñas para mover la cabeza y que las veinte personas que estuvieran viéndote vibrasen con tu música.
- Esta noche dan un concierto. – Prosiguió. Me alegré, quería ver a ese tipo en acción. - ¿Os venís? –
- ¡Sí! – Grité, casi quedando en ridículo. El resto me miraron algo extrañados. – Venga, ¿Qué animo es ese? ¿No os apetece un concierto como en los viejos tiempos? – Disimulé. –
Todos se miraron entre ellos y corearon un “Sí”. Alexa sonrió al ver que me había tomado “el tema” bien y se puso a jugar con ellos.
Once y media de la noche. Estábamos preparados frente a un sala llamada “Octopus’s Garden” en honor a los Beatles, imagino. Matt ponía un ritmo mientras yo cantaba una de las canciones que habíamos estado componiendo en los últimos meses.
Cuando nos dejaron entrar nos quedamos absortos mirando la poca gente que había. “Ha pasado tiempo, desde que veníamos aquí…” Pensé nostálgico. Sonreí para mí mismo, abracé a Matt por los hombros y nos pusimos en tercera fila. Alexa estaba nerviosa, se le notaba en la manera en la que miraba hacia los lados esperando que llegara más gente, que después de media hora acabó llegando.
Un tipo que conocía, del cual no era capaz de recordar el nombre, salió al escenario haciendo que todo el mundo gritase.
- Venga chicos, no os voy a hacer esperar más… - Hoy “The Rascals” – Gritó emocionado. –
Todos gritamos expectantes. A escena salieron tres chicos que por culpa de la oscuridad no eran fácilmente identificables. El cantante, que portaba una preciosa guitarra roja, se acercó al micrófono y un foco se encendió alumbrándole la cara.
- Gracias a todos por estar aquí. – Miró hacia atrás y se dirigió a sus compañeros - ¡¡Vamos!! –
Mi corazón se paró. Su pelo era el mismo, llevaba un polo que yo mismo le había regalado de rayas y cuello subido, vaqueros oscuros y ceñidos y unas botas. Su voz también era la misma, sin embargo, su mirada estaba muchísimo más gastada.
Matt me miró al instante, con la mirada más culpable y preocupada que he visto nunca. Bajé la cabeza le miré. Sentí nauseas, dios mío, tenía que salir de allí.
Me hice paso entre la gente y me acerqué al baño. Matt se alejó de allí bajo la mirada de todos nuestros amigos que nos miraban preocupados, y me acompañó al baño.
Una vez allí me metí en un compartimento y vomité. Matt se quedó fuera, diciéndome mi nombre muy preocupado.
Cuando terminé salí de allí mientras escuchaba un pegadizo ritmo desde el exterior. Tan siquiera miré a Matt y me acerqué al lavabo. Apoyé las manos a cada lado y bajé la cabeza.
- Júrame por lo que más te importe que no sabías nada de esto. – Dije amenazante. –
- ¡¡No!! – Dijo ofendido. – Alex… Joder… - Se calló. –
- Matt… - Respondí cansado. –
- Lo juro. – Me posó la mano en el hombro. – Vamos, lávate la cara y vamos fuera. –
Le hubiera dicho “Me voy a casa” y lo hubiera hecho, pero todo nos hubiera llevado a una discusión que yo perdería. Le lavé la cara y la boca, cogí un chicle que afortunadamente llevaba en el bolso del pantalón y salimos.
Se hizo la oscuridad en la sala, habían acabado una canción. Alexa nos miró preocupada, nos iba a preguntar pero le sonreí en gesto de que todo estaba bien, a pesar de no estarlo en absoluto. Jamie me miró profundamente y me apretó el brazo. Se lo agradecí mentalmente, una mirada sería inentendible, tenía tanto en la cabeza…
Se encendió la luz de repente. Miles miró hacia la zona donde estábamos nosotros. Sé que me vio, porque su cara cambió sustancialmente y no para bien exactamente.
- Gracias chicos. Aquí va “Out Of Dreams” –
Olvidándome del resto de cosas que se me podían pasar por la cabeza, lo hacía bien. Había mejorado muchísimo, tanto su voz como su técnica con la guitarra. Me quedé absorto mirando a sus manos batir fuertemente las cuerdas y también a sus labios mientras susurraba la canción.
Sentí a Alexa apoyárseme en el brazo sacándome del ensimismamiento.
- ¿Qué te parece? – Gritó por el ruido –
Sonreí y asentí con la cabeza en gesto de aprobación. Está claro que ella no sabía nada de lo que había pasado entre nosotros, y si lo sabía estaba siendo lo suficientemente mala persona como para voltearme y pegarle un puñetazo entre los dos ojos.
Ella me sonrió de vuelta bajo la atenta mirada de Miles. Ambos subimos la mirada hacia él y a ella le sonrió mientras cantaba.
Una vez acabó el concierto todos salimos. Matt comenzó a fumarse un cigarrillo que le quité de las manos.
- Lo siento, lo necesito.- Dije prácticamente desesperado. –
Jamie se acercó y me susurró al oído.
- ¿Estás bien? –
- No… - Le dije de vuelta. Sentí que debía ser sincero con él. –
Se suponía que después del concierto nos iríamos todos juntos de fiesta a pasarlo bien. Pero lo único que me apetecía hacer era irme a casa, a la cama.
Miles y Alexa salieron del bar cogidos de la mano. Sentí un pinchazo en el estómago al que debería habituarme.
- Bueno chicos voy a presentaros a… –
- Miles. – Terminó Matt con una preciosa sonrisa –
Ella les miró boquiabierta cuando vio el abrazo que se dieron.
- Tenía ganas de verte, tío. – Dijo Matt volviendo a enfrascarse en un abrazo. –
Ambos se separaron. Miles se acercó a Nick, le extendió la mano, intercambiaron nombres y una sonrisa. Yo estaba después de Nick en colocación, se iba a acercar a mí cuando sencillamente dijo “Alex…” y pasó de largo hacia Jamie.
- Y tú eres… - Realmente no lo sabía, no estaba siendo sarcástico. –
- Jamie – Acabó –
La cara de Miles se tornó un poco oscura, me miró y yo aparté la mirada.
- Un placer, Jamie. – Le extendió la mano. Ahora si estaba siendo cruelmente sarcástico.-
- Bueno… No sabía que todos erais amigos, o conocidos. – Dijo Alexa bastante contenta. - ¿Nos vamos? –
Me adelanté un poco y me acerqué a ella.
- Yo me voy a casa, estoy cansado y no me encuentro demasiado bien. –
- ¿Por qué Alex? – Gimoteó infantilmente. - Por favor, tú también tenías ganas. –
- Sí. – Escuche la voz de Miles detrás. – Vente. – Me dio una palmada en la espalda que me hizo más daño emocional que físico.- Lo pasaremos bien. –
Matt miró a Miles con desaprobación, y se lo agradecí. Sonreí de medio lado, casi perverso, y acepté con la cabeza en gesto de no tener otra opción.