Chibi: La estrella menor
Cinco minutos, sólo habían sido cinco minutos. El tiempo necesario para definir su lugar entre los gemelos. Kanon, el menor de las estrellas. Su vida siempre había sido guiada por su estrella, siempre manteniéndose en segundo lugar, siempre después que su hermano. Saga. Le había tocado nacer cinco minutos más tarde, y como si fuere una maldición, esos cinco minutos lo acompañarían en toda su vida.
Se sabía a voces que el menor estaba enamorado del joven Virgo, ya habían sido años de amistad entre Virgo y los gemelos, años en los cuales le veía de una manera pura con infinito amor… le idolatraba, le añoraba, le amaba. Más el miedo de perderle era superior, ¿Qué si Shaka no sentía lo mismo?, ¿Qué si se alejaba de él cuando supiese sus sentimientos?...No, definitivamente no se iba a arriesgar.
Pero, últimamente aparecía un sentimiento que le calaba hondo, el que su hermano le prestara demasiada atención a Shaka le traía preocupado, no quería imaginarse el porque de la actitud de Saga, tenía dudas…El que Shaka estuviera enamorado de su hermano le laceraba el corazón profundamente. No quería pensar en esa posibilidad, el rubio siempre había tratado de igual manera a los dos, con esa devoción, esa tranquilidad y paz que le caracterizaban, a pesar de sentirse menos que su hermano, cuando estaba con Shaka se sentía a la par, no había distinciones para ninguno de los dos gemelos, eso había enamorado irremediablemente a Kanon.
Hoy era un día especial, era el cumpleaños de los Géminis. Habían decidido celebrarlo en las afueras de la ciudad junto con Virgo. Estaba decidido, lo había pensado toda la noche, ya no importaba nada, quería entregarle su corazón al rubio y lo haría, ese día sin saberlo, Shaka aceptaría el corazón del gemelo.
Iba retrasado, como siempre, de seguro su hermano y Shaka le esperaban en el lugar pactado, nunca se le quitaría el hábito de llegar tarde, era su destino…
Para cuando llegaba su corazón quebró, sus esmeraldas se cristalizaron y entonces el cuerpo tembló. Saga y Shaka abrazados entre ellos, sin importarles el cursar del tiempo. Unidos por un casto beso. Sentía que su vida se iba. No tambaleó. Se tragó el dolor y caminó hacia ellos.
-¡Kanon!- se separó la pareja, sonrojada. Shaka se encontraba hermoso con sus zafiros brillantes y ese sonrojo. Sonrió- Como siempre llegando tarde, tu y tus cinco minutos-
-No es que llegue tarde Saga…tú eres el que te adelantas- Y era verdad, si tan solo hubiera llegado cinco minutos antes, tal vez la historia sería diferente. Tal vez Shaka le hubiera aceptado, tal vez le hubiera amado…
Así eran las cosas, una vez segundo, siempre serás segundo. Kanon lo había aprendido a lo largo de su vida. El menor de los gemelos solo le tocaba ser opacado por el de mayor estrella. Pero no claudicaría, si ese era el destino de la estrella menor, él lo aceptaría. Y sin importar que pasara. El seguiría llegando cinco minutos tarde.