El miedo que sentía Tezuka, al no saber que contestar, provocó que su mente lo lleve, de un salto al pasado.
Seis años han pasado desde ese frio veinticinco de enero en el cual niños y jóvenes salían de sus casas con destino a sus respectivas instituciones educativas, algunos acompañados de sus padres quienes, luego de dejarles en la escuela, tomarían rumbo al trabajo. Era una mañana que no representaba ninguna novedad destacable, tan normal como ver a Tezuka escribiendo un informe para la universidad sobre la primera y segunda guerra mundial en la comodidad de su casa. Todo estaba quieto y en silencio, sin embargo comenzó a sonar su celular; no tenía muchas ganas de contestarlo por encontrarse ocupado, pero, de todas formas, lo tomó y contestó.
- Diga- dice contestando el chico de lentes sin mucho animo.
- Buenos días, disculpe que lo moleste, pero ¿este es el numero de Tezuka Kunimitsu? - pregunta la voz de un joven.
- ¿Quien es usted?- pregunta el muchacho rubio a la vez que arquea un ceja.
- Soy Lian Daisuke, ¿este es el numero de Tezuka Kunimitsu?- pregunta Lian haciendo la misma pregunta, la cual aun no tenia respuesta.
- Lian, no reconocí tu voz, soy Kunimitsu- dice Tezuka, sorprendido, el no podía creerlo ya que habían pasado mucho tiempo de la ultima vez que se vieron.
- Tezuka, estoy en Tokio, hace demasiado tiempo que no hablamos, ¿tienes tiempo libre?, para que nos juntémonos a las seis en el café de las sakuras - pregunta el otro chico esperanzado de volver hablar con el en persona.
- Aa, te veo allá- dice el joven de lentes mirando su horario de clases, el cual estaba colgado en una de las paredes.
- Genial, nos vemos y adiós- dice Lian cortando la llamada con una sonrisa de oreja a oreja, por lo feliz que se sentía.
- adiós - dice el muchacho de rubio, el cual esperaba que no fuera una broma de mal gusto, ya que hace mucho tiempo que no veía a Lian, no uno ni dos años si no muchos mas.
Al cortar la llamada, el chico de lentes no pudo evitar sonreír, ya que el joven que lo acababa de llamar, no era nada más y nada menos que uno de sus mejores amigos de su tierna infancia. La amistad entre ellos, comenzó cuando los dos ingresaron al mismo jardín infantil, en donde se conocieron, conversaron, jugaron, comieron, durmieron y compartieron miles de cosas juntos. Pero lamentablemente, su compañerismo no pudo durar mucho tiempo, por que por culpa del trabajo de uno de los padres de Lian, el y su familia se tuvieron que marchar de Japón e irse a vivir por muchos años a Inglaterra.
Flash Back
Era una mañana común y corriente para todos, menos para un par de amigos que este día, cumplirían un año mas de haberse conocido y comenzado una muy bella amistad. Sin embargo uno de ellos se encontraba muy triste por la noticia que le había dado su familia, antes que saliera hacia la primaria; esta noticia era que los jefes de su padre lo han trasladado a otro país, por el cual estará no solo por una semana sino por una buena cantidad de años y debían marcharse de Japón lo antes posible.
Por esa rapidez en irse del país, la familia de Lian, tomo la decisión de irse esa misma noche pero en la madrugada, para que el hijo de la familia tuviese el tiempo suficiente para despedirse de su único y mejor amigo. El pobre no sabía como decirle a cierta persona que se iría, después que se habían jurado mutuamente que estarían siempre juntos y que nunca se separarían. Pero lamentablemente ese juramento tendrá que ser roto por culpa del cambio de lugar que le han impuesto a su papa.
Este joven seguía tan triste por la noticia que no puso atención a ni una de sus clases, solo miraba por la ventana, nadie del curso se había percatado de la tristeza de este muchacho, excepto Tezuka quien al solo mirarlo de reojo se preocupo por su amigo y esta angustia era tan fuerte que el tampoco puso interés a lo que enseñaba el profesor. No paso mucho tiempo cuando llego el descanso, el chico de lentes, tomo valor, no obstante a lo que le dijera su colega, lo tomo del brazo y se lo llevo al patio para que conversaran de una vez y por todas lo que estaba ocurriendo.
Al llegar al patio, los dos se sentaron debajo de un cerezo, en el cual un silencio muy incomodo rodeo ambos hasta que uno de los rompió en miles de pedacitos dado que su paciencia había llegado al limite.
- ¿Sucede algo?- Pregunta Tezuka preocupado por la tristeza de su amigo.
- Si, algo malo - dice Lian mirando el suelo para que su mejor amigo no le viera sus ojos rojos.
- ¿Qué ocurrió?- pregunta el chico de lentes aun mas angustiado que antes.
- No podre mantener la promesa que te hice el año pasado, bajo este mismo cerezo - dice Daisuke con dolor a la vez que se afirma en el árbol.
- ¿Por qué no?- pregunta el joven rubio con sorpresa y curiosidad.
- Por que hoy en la noche me voy con mi familia a otro país -dice Lian mirando el despejado cielo de esa mañana.
- ¿Por qué se van?- pregunta Tezuka mirando a su amigo de reojo a la vez que siente un pequeño dolor en el pecho.
- Por que trasladaron a mi papá a Inglaterra -dice Lian a la vez que comienza a llorar como una magdalena, el chico de lentes solo le acaricia la cabeza en silencio.
Los dos se quedan en silencio, solo se abrazan mientras que pequeñas lagrimas de dolor salen de sus infantiles ojos, este abrazo no puede durar mucho ya que la hermana de Lian lo estaba esperando y así que los dos se separan. Uno comienza a caminar aun llorando y el otro se queda hay sin quitar su vista borrosa por culpa de las lagrimas, el cual ve que su amigo se va con su familiar pero aunque ambos están tristes por la separación, ambos hicieron una promesa la cual dice que tal vez algún día se volverán a ver y ese juramento lo cumplirían aunque fuese lo ultimo que harían en sus vidas.
Fin de Flash Back
De lo ocurrido han pasado nueve largos años, en los cuales los dos añoraban volverse a ver a como diera lugar, ya que a pesar de todo las cosas que vivieron después que se separaron, no se pudieron olvidar de su primera amistad y la promesa que los unía. Al fin el día hoy, se daría término a esa tan larga espera, dado que ambos se reencontrarían en un café, donde hablarían como dos viejas amigas chismosas que no se han visto en siglos, contándose lo que han hecho y lo que han vivido desde aquel día que si dijeron adiós.
Luego de que el joven rubio recodara como fue la despedida de los dos, dejo el teléfono aun lado y comenzó a retomar su informe, por que quería terminarlo antes de ir a juntarse con Lian. Además el sabía que en ese encuentro no hablarían diez minutos sino mas de tres horas y no quería llegar a su casa a trabajar en ese trabajo de noche. Tezuka siguió trabajando hasta que al fin termino su deber, después de finalizarlo, miró la hora y casi se cae de la silla, al haber la hora ya que solo faltaba media hora para que llegase la hora del reencuentro y así que se paro de donde estaba sentado, se cambio y salió como alama que lleva el diablo de su casa en dirección al café.
Solo faltaban unas cinco cuadras para que llegar a este, pero lamentablemente no pudo dar un paso mas ya que todo el sector estaba siendo rodeado por hombres vestidos completamente de negro y no dejaban a pasar a nadie. Sin embargo esto no duro mucho por que a los pocos segundos salieron dos hombres del café tomando cada uno, un brazo de otro joven, para inmovilizar sus movimientos y evitar que se escapara.
Los dos señores que lo sujetaban, lo llevaron hasta el medio del circulo y hay se quedaron como estatuas. Las que esperaban que algo pasara, lo que no tubo que esperar mucho ya que a los pocos minutos después, bajo un joven de uno de los autos con una pistola en su mano derecha, se gano a unos dos metros del muchacho que sacaron del café, levanto el arma y le disparo entremedio de las cejas. Luego de hacerlo, lo botaron al piso como si no les importara, se alejaron de el, se subieron a sus caros y se fueron como si nada hubiera pasado.
Después que se marcharan, el chico de lentes se acerco al cuerpo del joven acecinado, para saber de quien se trataba; al principio no sabia bien quien era ya que la cara se le hacia familiar pero no la reconocía, hasta que vio una cicatriz que tenia bajo el ojo derecho y al verla, recordó que Lian tenia una así, cuando eran niños.
Al principio se negó en creer que su amigo estaba hay tirado en el piso, sin vida sino que era otra persona la que estaba muerta, pero su negación no duro mucho ya que al lado del cuerpo de la victima, se encontraba su billetera y así que el muchacho rubio la tomo entre sus manos, la abrió y miro el carnet de identidad. Al verlo, Tezuka se quedo congelado, su pensamiento era cierto, su mejor amigo era el joven a quien habían matado.
El chico de lentes con el dolor de su alma, tomo su celular y llamo a la policía, quienes llegaron a los minutos después y se llevaron a los dos. Al cuerpo de Lian al hospital para que le hicieran la autopsia y a el joven rubio a la jefatura de policía para que declara lo que había ocurrido fuera de aquel café. Tezuka le dijo todo lo que vio al jefe de la policía, quienes tomaron su declaración y lo dejaron ir en paz pero con la condición de que todo lo que supiera viniera a contarlo de inmediato y el acepto aquella condición.
Después que el muchacho de lentes salió de la jefatura de la policía, se fue a su casa donde se cambio de vestimenta y volvió a salir de esta pero esta vez a una de las iglesias del centro ya que hay estaban velando el cuerpo de Lian. El chico rubio, no se separo del cuerpo de su amigo si no hasta después del funeral, el cual fue a los dos días después de su muerte.
Tezuka se encontraba se lleno de dolor por dentro por la tan injusta muerte de su amigo pero a la vez estaba lleno de rabia por ese desgraciado que le quito la vida a Lian y así que el joven de lentes espero a que todos se fueran del cementerio, para ganarse al lado de la tumba y jurar ante la urna de su amigo, que el no descansaría hasta encontrar al sujeto que lo mato y vengar su muerte, aunque fuese al costo de su propia vida.
De ese juramento pasaron tres meses, en los cuales el chico de lentes, congelo su carrera de la universidad y se inscribió en la policía de investigaciones. Ya que era la mejor opción que tenia para poder averiguar quien fue el asesino y así poder cumplir su juramento. Sin embargo para poder llegar a tener un cargo aquella policía, el tubo que hacer un riguroso entrenamiento, todos los días, el cual hizo al pie de la letra y al mes siguiente, ya tenía su pistola y su placa en sus manos.
La familia de Tezuka estaba muy preocupada por el ya que salía temprano y llegaba muy tarde. Además cada vez que le preguntaban, ¿Qué le pasaba?, el respondía con evasivas o cambiaba el tema de conversación; ya que el chico de lentes sabía a la perfección que su familia jamás aceptaría que el fuese un oficial de la policía. Sin embargo su secreto no duro mucho ya que a las tres semanas después que se ganara su placa, esta fue encontrada por su madre, quien esperaría que su hijo llegase y pedirle las debidas explicaciones.
- Kunimitsu, ¿Qué significa esto?- pregunta su madre molesta a la vez que le muestra la placa en sus manos.
- Soy un oficial de la policía de investigaciones - dice Tezuka seriamente al ver lo que sujetaba su mamá.
- ¿Es una broma?- pregunta su padre pensando quizás era una broma de mal gusto echa por su hijo.
- No- dice el chico de lentes de forma cortante.
- ¿Qué paso con tu carrera profesional?- pregunta su papá con seriedad pero a la vez con algo de miedo.
- Congele - dice el más joven de la familia, mirando seriamente a sus padres.
- ¿Por qué?- preguntan ambos padres al mismo tiempo, aun curioso pero molestos por la drástica decisión de su hijo.
- Motivos personales - dice Tezuka con algo de dolor en su voz pero haciendo todo lo posible para que este no se notara.
- Ya veo y te ordeno que dejes la policía - dice su padre en forma de orden, esperando que su hijo lo obedezca como siempre lo hace.
- No lo hare - dice el chico seriamente a la vez que cierra sus ojos para después abrirlos y mirar a sus progenitores.
- Bien si no la dejas, quedas expulsado de esta casa, para siempre, tu eliges- dice padre dándole la espalda a su hijo, mientras que su madre corre a su cuarto a llorar como magdalena por la decisiones tan inesperadas de su hijo.
El joven rubio no dice nada, solo toma su placa, va a su cuarto, arregla sus cosas y se va de la casa hacia un departamento que le habían regalado sus padres, cuando el se graduó de la preparatoria. A Tezuka le dolía que su familia lo haya sacado de su casa pero aunque esto le destrozara el corazón, el debía cumplir con su promesa, ya que gracias a esta podría sacar fuerzas para continuar con su meta.
De lo ocurrido solo había pasado un mes, en el cual al muchacho de lentes le toco su primera misión pero no solo si no con un compañero, a quien no conocía pero si lo había visto muchas veces, este tiene los ojos miel, pelo negro cortó y siempre andaba con una gorra. Lo que mas le llamo la atención al chico rubio fue que su compañero era tan serio y callado como el ya que nunca antes había conocido alguien así en su vida.
Los dos se encontraban escondidos vigilando una casa donde se escondían un grupo traficantes de droga ya que solo tenían que esperar que llegara la hora acordada para poder captúralos y llevarlos a prisión. Ambos se encontraban en silencio ya que cualquier ruido que hicieran, podrían ser descubierto y eso seria muy malo para los dos.
Luego de horas y horas esperando hasta que al fin llego la hora, los dos entraron en la casa; silenciosos como dos ratoncitos, que buscan comida sin que los pille un gato, al estar a dentro caminaron hacia el sillón donde estaba el jefe encargado de esas drogas al cual hicieron levantar las manos y que saliera hacia fuera. Ya fuera de la casa lo esposaron mientras que los otros compañeros del drogadicto les pasaron lo mismo solo que fueron tomados por otros policías.
Con todos los malos capturaros, lo subieron a las patrullas y se los llevaron a la comisaria central. Mientras que en el lugar solo quedaron Tezuka y su compañero, quienes les toco buscar todas las evidencias en el lugar de los hechos. Sin embargo los dos dejaron su trabajo de lado ya que ambos tenían la curiosidad de conocerse.
- Fue un placer trabajar contigo- dice Sanada con seriedad pero a la vez dedicándole una pequeña sonrisa.
- Lo mismo digo- dice Tezuka imitando el gesto de su compañero.
- ¿Cómo te llamas?- pregunta el pelinegro con curiosidad.
- Tezuka Kunimitsu, mucho gusto- dice el chico de lentes haciendo una reverencia a la vez que estira su mano.
- El gusto es mio, mi nombre es Sanada Genichirou - dice el joven de la gorra correspondiendo el saludo.
- Hm, Sanada-san, creo que debemos seguir con nuestro trabajo - dice el muchacho rubio a la vez que mira todo el trabajo que les falta por hacer.
- Si - dice Sanada con algo de desanimo y comienza a recoger las pruebas al igual que su nuevo compañero.
Y así se conocieron Tezuka y Sanada, después de este recuerdo, el chico de lentes puro volver a la realidad, donde veía que la mirada de su jefe lo miraba con intriga e impaciencia.
- Kunimitsu, no tengo todo el día para esperar tu respuesta- dice Fuji con molestia tanto en sus ojos como en su voz.
- Pues yo- dice Tezuka aun algo inseguro en lo que va responder.
Continuara