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Flor de primavera por ines_kaiba_wheeler

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Notas del capitulo:

Advierto desde el primer momento que estoy acostumbrada a escribir en inglés por lo que me está costando volver a cogerle el ritmo al castellano. Pido disculpas por adelantado puesto que este capítulo es de los más raros que he escrito nunca.

En fin, perdonad la demora y si no os gusta, no tengo que haceros.

Una luz se encendió en alguna de las habitaciones que daban hacia el jardín, pero ninguno de los dos pareció notarlo. Jin el que menos. Decir que estaba en shock sería quedarse corto, incluso pensar en la muerte cerebral tampoco sería tan descabellado. Sus ojos miraban hacia Takashi aunque no le veían. Se sentía como si la noche se lo hubiese comido, masticado, tragado y vomitado de nuevo en el mismo lugar.

¿Qué acababa de decir?

Su primera reacción al asimilar sus palabras fue la de reírse. Demasiada tensión acumulada en esos últimos días como para reaccionar de otra manera. No se lo podía creer. Después de todo lo que habían sufrido, él sobre todo, lo que habían aguantado, las tardes juntos, las charlas interminables que tenían por medio de mensajes y que jamás se atreverían a hacerlas cara a cara por la vergüenza que pudiesen sentir. Después de lo que les había costado aguantarse mutuamente todos sus defectos y carencias, lo que había sufrido para darse cuenta de sus propios sentimientos, ahora le venía con estas.

No tenía ni idea de qué decir para evitarlo. O para aclararlo. O para no hacer lo que su cuerpo le pedía hacer. ¿Por qué demonios habían formalizado? Le estaba dando más dolores de cabeza que aquel polvo que habían echado dos meses atrás.

-No sé qué le ves de gracioso.

Takashi se encontraba hundido en la más profunda de las miserias. Le había costado mucho tomar esa decisión, aunque quizá debía decir adaptarse a aquella decisión, y ahora Jin se reía. Con crueldad, que era lo peor. Cada carcajada hacía que su corazón se encogiese un poco más hasta el punto de dificultar su respiración. Una sensación de angustia se acomodó en su pecho y bajó por su cuerpo, haciéndole sentir cansado, dolido, sin ganas de vivir. Pensaba que era más importante en su vida.

- ¿Qué le veo de gracioso? -una oleada de sarcasmo le azotó de cabeza a pies. Hacía tiempo que no le hablaba así. -Nada. No le encuentro ni chiste, ni comicidad, ¡ni siquiera le encuentro sentido! -hundió su cara entre sus manos, deslizándolas con fuerza hacia su pelo libre de cera. Estaba frustrado, molesto consigo mismo, con Takashi, con el mundo en general. - ¿Por qué quieres que lo dejemos? -una pregunta que se veía venir. No era como si le importase demasiado lo que dijera, al fin y al cabo, pasaba de la mitad de sus conversaciones serias sobre el futuro, pero necesitaba saber la razón concreta de su decisión.

¿Había sido su culpa? ¿Había dicho o hecho algo para que le dejara de querer? ¿Se habría enamorado de otro tipo en las semanas en las que no pudieron verse?

-Ya te lo he dicho, -como si el simple hecho de hablar le costase minutos de vida, tomó aire con profundidad y suspiró. No creyó que iba a ser tan difícil ni la mitad de doloroso. -Necesito cortar lazos con lo que me rodea. -Aquella no era una razón de peso para la seriedad del asunto.

-Desde mi punto de vista, es bastante normal pensar eso en este momento, -la muerte de un ser querido puede traumatizar de manera asombrosa a una persona, pero no era algo que quisiese echarle en cara. Entonces sí tendría razones para querer romper con él.

-Es algo que llevo pensando desde antes de venir aquí, -se miró las manos con detenimiento. No se sentía con fuerzas para encararle de momento y no estaba seguro de poder hacerlo aún teniéndolas. Tan difícil... -En algún punto del tiempo que pasamos distanciados pude aclarar lo que sentía por ti y me di cuenta de que-pasó su mano por su cuello, intentando relajarse aunque fuese un poco, al menos que sus manos dejasen de temblar de manera descontrolada, -no te quiero tanto como creía.

Una broma de mal gusto, eso era. Lo había tenido en vilo durante cinco angustiosos y eternos minutos porque no le quería tanto como creía. Le entraron ganas de volver a reírse, pero esta vez para no llorar.

-Eso no es suficiente como para querer cortar, -parecía mentira que tuviese que discutir con él de tamaña tontería. ¿Acaso no podía verlo por él mismo?

-Es que, no sé cómo explicártelo-uno de los problemas que tenía por ser quién era, significaba tener cero capacidad para decir las cosas claramente al primer intento y menos cuando le presionaban. Debía trabajar en ese tipo de cuestiones o si no le deparaba un futuro nefasto. -Antes, cuando decía que te quería, te incluía tanto como persona como por quién eres. Por dentro y por fuera. Si ahora te digo te quiero, vendría siendo que te quiero a ti, como cuerpo de deseo. -Las clases de filosofía estaban destrozando su cerebro, pero era una verdad como un templo. Dolorosa, sí, mas cierta. Aunque aún había otra cosa que lo impulsaba a dejarle, pero no podía decírselo ahora.

-Sigo sin verle problema. Si sólo me ves para follar pues vale, follemos, -se encogió de hombros, sin saber muy bien qué decir después. No se esperaba algo como esto cuando lo arrastró hacia allí. Más bien se esperaba una sarta de tonterías pero de las sentimentales, no de las que les incumbían a ambos. -Te estás comiendo mucho la cabeza.

-Jin-

- ¡No voy a dejarte! -inesperadamente, se giró hacia él para tomarle por los hombros, clavándole los dedos en ellos con fuerza. -Eres mío, me quieras o no, eso no va a cambiar,  -podía ver una sombra de miedo en los ojos de Takashi, pero no le importó en absoluto. -Si me entero de que te vas con otro a buscar el amor, te partiré todos tus malditos huesos uno, por, uno, -tenía dos opciones, amenazarlo y atarlo a él por la fuerza o dejarle ir y comerse la cabeza durante el resto de su existencia. Agradecía tener un carácter temperamental o si no se estaría comiendo las uñas para no decirle un par de cositas.

-No puedes obligarme a seguir contigo cuando no quiero-le dedicó una mirada en la que reflejaba que no era una decisión fácil para él-. Si seguimos juntos, llegará un momento en el que acabemos hartos el uno del otro y no queramos ni vernos. No quiero que eso ocurra. Ante todo eres mi amigo-no quería que eso cambiase por nada del mundo. Además, si seguían juntos pero sólo acostándose, lo más lógico sería que se empezasen a sentir atraídos por otros y entonces no habría vuelta de hoja. No, era mejor así. -Por favor, Jin. No me lo hagas más difícil.

-Me niego-rotundo, seco y cortante. Por suerte no se había enfadado todavía. -Estás siendo egoísta al pensar sólo en ti. ¿Qué hay de mí? -cogió su barbilla y le obligó a mirarle a los ojos. -Si quieres que lo dejemos porque tienes dudas, está bien, lo acepto. Podemos darnos un tiempo, pero no romper.

-No son dudas es- -un dedo en su boca le impidió seguir hablando.

-Son dudas. -No podía decirle la de veces que había estado a punto de dejarle por las suyas propias. -Estás confuso y al buscar soluciones llegas a las más rebuscadas. Quizá tienes miedo de que tu madre se dé cuenta, -la simple mención de su madre hizo que Takashi parpadeara y desviase la mirada, lo que hizo que se preguntara si ella tendría algo que ver en aquella repentina decisión. -Quizá el estrés te está matando las neuronas o quizá el hecho de que cuando nos vemos, nos pasamos el día en la cama, te está dejando el cerebro tostado.

- ¿Cómo puedes saber tú cómo me siento? -Está bien. Toca sincerarse por el bien de su corazón. ¡Qué asco! El amor...

-También tuve mis momentos de bajón, pero digamos que  ya los he superado. -No estaba seguro de sus palabras, pero al menos le haría ver que no era el único al que le ocurría. -Una relación sin altibajos no es entretenida, Takashi. Llevamos un mes en la nube, eran horas de ir bajando y darnos cuenta de la maldita realidad. -Una realidad en que las relaciones entre personas del mismo sexo eran complicadas, mal vistas por la sociedad en la que vivían y peor si le adjuntamos el factor amistad que les rodeaba. -A ti te afectó más que a mí por tu forma de ser, ahora sumado lo de tu abuelo y  la presión de los exámenes, pero eso no significa que yo me libre de comerme la cabeza.

-Entonces... ¿Tú también tienes dudas? -Jin asintió. Al menos estaba recapacitando, ya era un punto a su favor.

-Dudar es bueno mientras se dude de uno mismo y no del otro. -Se inclinó hacia él y besó su frente. Era la primera vez que hablaban de este tipo de cuestiones cara a cara. Pero en ese momento le daba igual. Se sentía bien consigo mismo; ser capaz de convencerle para que no le dejase sin tener que recurrir a la agresión física hacía que estuviese satisfecho de sí mismo. -Un hombre sabio me dijo que tus piernas te mueven pero es el corazón el que indica la dirección. ¿Hacia qué dirección vas a ir tú?

- ¿Quién te dijo eso? -Podía entender su confusión. No es como si hablara con muchos adultos, menos aún que los escuchase y ya ni pensar sobre hacerles caso y seguir sus consejos.

-Alguien que siempre llevarás aquí, -apoyó con suavidad su mano en el pecho de Takashi, justo donde está el corazón. Con esta acción y sus palabras, pudo entender a quién se refería sin tener que nombrarlo.

Así que su abuelo había tenido algo que ver en el cambio, a mejor, que había dado Jin en esos dos días. Sin embargo...

- ¿Podrías abrazarme? -Ni siquiera se lo pensó. Tenía ganas de hacerlo y de besarle también, a ver si así se le pasaba la tontería. Una vez lo rodeó con sus brazos, tras tenerle bien apretadito contra su cuerpo durante unos segundos, Takashi volvió a hablar. -Al venir hacia aquí estuve hablando con mi familia.

Con su madre, estaba seguro de ello. Sólo aquella arpía podía retorcerle tanto la mente como para darle un empujón hacia la ruptura. Aunque ella sólo supiese que eran amigos, claro. No dijo nada al respecto, esperando a que continuase hablando sobre el tema.

-Al parecer mi madre se encontró con una vieja amiga en el funeral y estuvieron hablando, -escondió su cara en el hombro de Jin. -Al parecer tiene una hija de nuestra edad.

- ¿Te quiere liar con ella? -La pregunta le pareció absurda. Por supuesto que quería tenerles juntitos, así pasaría menos tiempo con él.

-Más que noviazgo, creo que se refería a matrimonio, Jin. -Retuvo un suspiro al contener el aliento. -Ya sabes cómo funcionan estas cosas en Japón.

-Por desgracia. -Cuando su madre se había quedado embarazada de él todavía no se había casado con su padre. Debido a las leyes morales de los padres de ella, se acordó la boda antes de que el niño naciese para que la gente no hablase de más. La apariencia era importante. Formaba parte de sus costumbres nacionales. Años más tarde consiguió divorciarse, pasando olímpicamente de lo que dijeran los demás. Una rebelde su madre. - ¿Qué dijo tu padre al respecto?

-Que dejara de actuar como una maruja cincuentona y se preocupase de mantenerse callada para no despertar a mi hermana. -Le había sorprendido aquella reacción en su padre, pero no podía decirle nada. Como cabeza de familia que era, la mujer debía agachar la cabeza a sus mandatos, aunque su madre tenía sus armas para hacerle callar a él.

- ¡Joder con tu padre! -Soltó una carcajada. ¿Quién podría imaginarse una contestación así por parte de un tipo tan calmado y educado como su suegro? -Eso significa que está en contra, ¿no?

-Mayoritariamente sí.

-Siempre podemos escaparnos del país y vivir de puta madre, sin que nos molesten, bien lejos de aquí. -Takashi sonrió al escucharle. También había barajado esa opción y saber que su novio pensaba igual le daba a entender que estaban en la misma onda. Casi en sincronización.

-Eso sería genial, -levantó su cabeza ligeramente, apoyando su mentón en el hombro de Jin, mirándole de reojo. Este devolvió la mirada mientras una pregunta le seguía rondando por la cabeza.

- ¿Nos olvidamos de lo que acaba de pasar?

La mirada de Takashi volvió al frente, después al suelo y finalmente cerró sus ojos. Sus labios se estiraron con suavidad, mostrando una pequeña y tierna sonrisa.

-Por favor.

 

Notas finales:

Cambio repentino: en el siguiente capítulo volveremos a Tokyo, amig@s. Lo que no sé, todavía, es si debo irme con alguno de los que ya están emparejados o con los solterones de oro (Inui y Echizen). O cambiar de escuela, qué se yo XD

En fin, retraso de tres meses. ¡Me voy superando!

Alguna cosa más, en un comentario, por favor. Me alimento de ellos, forman parte de mi dieta y no cuesta nada dejarlos, de verdad. Ya que os molestais en leer, ¿qué os cuesta dejar vuestra huella para que el autor se sienta agradecido de escribir para vosotros y sin tener que hacerlo?

:D


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