SIN TU AMOR PREFIERO LA MUERTE
Querida Sakura, te amo, se que jamás te lo dije a la cara y debí hacerlo, pero no me atreví, era tanto el miedo que tenia, no temía una negativa, era evidente que rechazarías mi amor, tu lo amas a él, lo que temía era también perder tu amistad.
Desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron no tuve la menor duda, me enamore de ti perdidamente, si, aun era una niña, y aun así puedo decir que te amaba como a nadie. El tiempo pasó y en vez de hacer que me olvidara de ese absurdo sentimiento que de antemano sabia no sería correspondido, solo me enamore más y más de ti, día a día te ibas clavando más profundamente en mi corazón.
Aun así decidí no decírtelo, dejarte ser feliz con Shaoran, el si te haría feliz, el tenia todo lo que desearía cualquier chica, era apuesto, sincero, noble, fiel, fuerte, valiente y además el heredero de una importante familia, que mas podía pedir? Era perfecto. Sé que no me quedo atrás, la heredera del emporio Daidouji, conocida por su belleza, su hermosa voz y su talento en el diseño y el cine. Aun así, aun con todo eso jamás podría llegar a tu corazón.
Pero sabes, hoy me di cuenta de algo, al escucharte dar el sí en el altar comprendí que sin tu amor prefiero la muerte, pensé que soportaría el tremendo dolor que inunda mi ya maltrecho corazón, pero me doy cuenta de lo equivocada que estaba.
Sakura, te extraño y no sabes cuánto, me duele tanto verte con alguien más, se que lo amas y sé que con el eres feliz, recuerdo que te dije que si tú eras feliz yo lo seria, pero creo que al final no soy tan noble como pensé, al final resulte igual de egoísta que el resto del mundo, al final odio a Shaoran por interponerse, quizás si él jamás hubiera aparecido yo pude haberte conquistado, pude hacer que te enamoraras de mi. Pero ya 10 años han pasado desde que lo conociste y apenas unas horas de que se casaron, como me hubiera gustado ser yo tu acompañante en el altar, solo unas horas de tu boda y yo ya me siento morir, seguro ahora mismo están en la luna de miel, el con sus caricias te lleva al cielo y el será el afortunado en poder acariciar el hermoso y casto cuerpo que posees, me encantaría ser yo quien te acariciara, quien besara cada centímetro de tu piel, ser la que provoque en ti los más profundos sentimientos de placer y de amor; solo unas horas de haberte perdido y mi mundo está terminado, el dolor es tan fuerte y profundo que ya no quiero seguir viviendo, ya no quiero este mundo cruel que me arrebato tu amor.
Sakura, te amo más que a nada en el mundo, más que a mi propia vida, sin ti mi vida carece de valor alguno. Sakura te amo y si he de morir de dolor, moriré.
Tomoyo estaba totalmente desolada, hace apenas unas horas Shaoran y Sakura había contraído matrimonio. La noticia se dio a conocer por todos lados debido al peso del joven Li en la sociedad. La boda se celebro a lo grande, estaban desde sus compañeros en la escuela primaria, hasta importantes empresarios y dueños de templos y dojos conocidos de la familia Li. Como buena amiga Tomoyo estuvo en primera fila en la boda, le confecciono un hermoso vestido a Sakura y fue su dama. Además canto el Ave María durante la ceremonia. Sakura se veía feliz, la ojiazul no podía negar que ver ese brillo en los ojos esmeralda y esa hermosa sonrisa le levantaban el ánimo, pero tampoco era que estuviera del todo feliz, al contrario, por dentro moría, por dentro su corazón se desgarraba. Sakura se casaba y jamás le confesó sus verdaderos sentimientos, jamás le dijo cuanto la amaba, desde el primer momento, pero quizás lo mejor era así.
La boda fue todo un éxito, todo mundo se divirtió y los ahora esposos iban camino a la luna de miel.
Tomoyo por el contrario triste y abatida escribía esa carta en su habitación, ya había tomado su decisión, no había poder humano que la hiciera retractarse , el dolor era demasiado.
No hacía falta más explicación ni disculpas con nadie, ya nadie la echaría de menos, su mamá y el señor Kinomoto Vivian felices en Kanto. Meiling había contraído matrimonio hace ya un par de años con Subaru, un apuesto chico que conoció en la universidad, y Sakura, su amada Sakura ya era la esposa del joven Li.
Dejo la carta en un lugar lo suficientemente visible, se vistió con un vestido blanco, realmente hermoso que había confeccionado para esa ocasión en especial.
También se había informado bastante, las pastillas, un balazo o aventarse de algún lugar de altura eran malas opciones, la orca era bastante tardada y frustrante, su mejor opción: evitar que la sangre llegara a su corazón, a su herido corazón.
Tomo la navaja entre sus manos, se dirigió a la bañera y la lleno de agua. Haciendo un corte profundo en su mano derecha empezó a sentirse débil al ver diluirse todo aquel rojo liquido en la bañera, sumergió la mano aun sana y también hizo un corte profundo, dejando en el agua toda la sangre que una vez corría rauda y cálida hacia su corazón y ahora por fin la liberaría de su dolor. Sus ojos se cerraban lentamente y con su último aliento susurro-Sakura, te amare aun en el otro mundo.
Mientras tanto no muy lejos de ahí, en un hotel la pareja de recién casados discutía.
-por favor Sakura, bien sabias que este matrimonio era solo un convenio para tener todo tu poder mágico con los Li, te imaginas lo poderosos que serán nuestros hijos-decía Shaoran orgulloso
-lo sé-respondió Sakura con lagrimas en los ojos-pero aun así guardaba las esperanza de que las cosas cambiaran y aunque no nos amaramos mínimo lo intentáramos
-Sakura, entiende que jamás me enamorare de ti-respondió Shaoran molesto-además yo sé bien que tampoco me amas
Sakura enrojeció de golpe y su rostro se mostro sumamente sorprendido
-así es-dijo el chico-yo se que en realidad estas enamorada de Daidouji, que no eres más que una lesbiana queriendo ocultarlo casándote conmigo
Sakura estaba sin palabras, como se entero el chico de la verdad?, no tenía idea, pero lo sabía.
-eres un imbécil, jamás debí aceptar esa boda-grito Sakura-Si, la amo, la amo como no tienes una idea, la amo con todo el corazón y es con ella con quien debo estar
Sakura cogió solo una chamarra y su cartera y salió del hotel.
Tomo un taxi hacia la mansión Daidouji, esperando encontrarse con su mejor amiga, dispuesta a confesarle sus sentimientos. Apenas llego corrió hacia la entrada. El guardia la detuvo explicándole que la ojiazul no llego a dormir.
Sakura se quedo pensando unos segundos.
-claro, el departamento-exclamo recordando aquel departamento en el que Tomoyo se refugiaba cuando estaba triste o quería estar sola y que solo Sakura conocía.
Quedándose sin dinero por el taxi que tomo, se vio obligada a correr hasta el departamento, si bien no era muy lejos el camino le pareció eterno, moría de ganas de abrazar a Tomoyo y confesarle todo lo que sentía. Entregarse a ella y no a Shaoran.
Llego al departamento y entre sus cosas busco desesperada, hasta que hayo la llave que la ojiazul le había dado.
-Tomoyo, Tomoyo-grito Sakura entrando al departamento-ya debe estar dormida-se dijo la ojiverde entrando a la habitación, pero la encontró vacía, con solo un sobre en color blanco que decía solamente “Sakura”.
La chica tomo la carta entre sus manos y la leyó, estaba impactada por el contenido de aquella misiva. Sus sentimientos pudieron ser correspondidos hace mucho pero por el temor de ambas a confesarse jamás se consumo. Continuo leyendo para hallar la triste realidad, Tomoyo sufría sobremanera, estaba realmente herida, al grado de querer morir.
-sin tu amor prefiero la muerte-repitió Sakura al terminar de leer la carta comprendiendo la situación. Comenzó a buscar por toda la casa en busca de Tomoyo, busco en la cocina, sala, recamara… el baño, aun faltaba el baño, corrió hacia el lugar para encontrarse con aquel hermoso ángel vestido de blanco, pero con visibles manchas rojas ensuciando su vestido, una bañera llena de agua y ese inconfundible liquido rojo; con lagrimas en los ojos se acerco a la ojiazul y la estrecho entre sus brazos, le tomo el pulso solo para confirmar lo evidente, la chica había muerto. Había muerto de dolor, muerto de amor.
-sin tu amor prefiero la muerte-repitió una vez mas Sakura, beso esos hermosos labios sin vida, tomo la navaja y haciendo un profundo corte en ambas muñecas se entrego a la muerte no sin antes susurrar-te alcanzare Tomoyo, iré contigo a donde quiera que estés, y por fin podremos estar juntas.
FIN