Kaede Rukawa entraba en los vestidores del gimnasio de Shohoku. Como siempre, se había quedado más que el resto de los chicos y ahora le quedaba el lugar para él solo. Se metió a la ducha con lentitud, sintiendo el agua correr lentamente por su cuerpo. Con toda la tranquilidad del mundo, se duchó, para luego ponerse una toalla a la cintura y acercarse a su locker.
Se encontraba más pensativo que de costumbre. Ese día había sido demasiado aburrido. Todo había sido demasiado calmo y él sabía muy bien qué era lo que había faltado en su rutina. En medio de su silenciosa existencia, habían faltado aquellos gritos descomunales, esa risa estruendosa, esas bobadas graciosas que le reconfortaban el alma, a pesar de parecer crueles. Para él no lo eran. Los motes eran casi cariñosos a esta altura; y los golpes, demasiado conocidos y personales. Al menos para él.
Abrió su locker y cayó un papelito doblado por la mitad. Se sorprendió muchísimo, no tenía idea de qué se podía tratar. Le suponía tal misterio, que tardó en abrirlo, sólo para saborear la intriga. Finalmente lo desdobló para leer, con los ojos como platos, una frase muy simple:
"Hoy sonreíste..."
Era verdad. Después de anotar una canasta increíble y sin poder evitarlo, había esbozado una mínima sonrisa, que nadie podría haber notado...
Guardó la nota en su bolso rápidamente, apagó las luces del gimnasio, cerró las puertas y salió de allí para ver si la persona que había escrito la nota todavía se encontraba allí. Pero la escuela estaba desierta. Tomó su bicicleta y se fue a su casa, aún preguntándose quién podríahaber sido, quién podría haber notado esa mueca tan sutil, quién podría estar tan pendiente de él. Empezó a imaginar que tal vez fuera una de esas animadoras suyas, pero la nota era demasiado sencilla y a la vez dulce, dos cosas que no eran propias de ese trío de locas. Después pensó en la hermana del Gori... pero ella era demasiado inocente y no creyó que pudiera notar un detalle tan pequeño.
Llegó a su casa, dejó la bicicleta en el jardín y luego subió a su habitación. El intento de dormir fue totalmente vano, por primera vez en años. Ya casi se estaba arrancando los pelos de la desesperación. Llegó a la conclusión... Esperaría al día siguiente. Tal vez, las notas seguirían apareciendo.
No se equivocó. Repitió las acciones del día anterior, sólo que esta vez, en vez de bañarse, se dirigió directamente a su locker. Lo abrió con lentitud y ahí estaba... Otra nota, esta vez un poco más extensa:
"¿Hoy estabas nervioso? Deberías sonreír más. Se te da muy bien..."
Irónicamente, esa frase lo hizo sonreír. Esa persona sabía captar perfectamente sus emociones y eso lo descolocaba completamente. Pensaba que su pose del "Rey del hielo" no permitía que nadie viera en su interior, pero la persona que escribía esas notas, había visto en dos días sus reacciones. Además esa persona pensaba que tenía una sonrisa bonita y eso lo hizo sonrojarse. Tenía que ser alguien que lo conociera, pues ese alguien sabía que no solía sonreír ni solía ponerse nervioso. Alguien estaba viendo en su interior. Alguien no se quedaba con la belleza que le atribuían todas sus admiradoras.
Tenía que encontrar a esa persona. Tenía que descubrir quién era el destinatario de esas palabras que le habían calado tan hondo. Se apresuró a salir del gimnasio, ya era tarde y tenía que llegar a casa para ducharse porque se sentía hecho un asco.
-Al otro día-
Llegó a la práctica, aparentando que nada nuevo sucedía en su vida. Sin embargo, su mirada vagaba por todo el gimnasio, intentando hallar, al menos, una pista sobre el destinatario de las notas. Pero no había nada, todo estaba igual que siempre. Lo único que lo sorprendió fue que los gritos y la alegría del torpe habían vuelto. Se encaminó a la duela y le robó el balón que el pelirrojo estaba botando.
"¡Zorro apestosoooooo! ¿Te crees mejor que este Tensai? ¡Me las pagarás!"
"Torpe"
Kaede corrió rápidamente e hizo un Slam Dunk que dejó con la boca abierta a más de uno.
"Zorro, deja de lucirte. ¿No crees que ya tienes suficientes admiradoras?"
Error. Ese comentario hizo efecto en el zorrito que, recordando las notas, se sonrojó.
"Zorro, ¿estás bien? ¿Tienes fiebre?"
Afortunadamente, logró reaccionar rápido y le contestó al pelirrojo con su original: "Torpe".
La práctica siguió de lo más normal. Claro, con los berrinches de Hanamichi, los "Torpe´s" de Kaede, las bromas del "Trío de torpes(Hana, Mitchi y Ryota xD) y los coscorrones de Akagi.
El ritual de los dos días anteriores volvió a repetirse. Ya cuando todos se habían ido del gimnasio, Kaede se encaminó a los vestidores con un poco más de ansiedad que las anteriores veces. Intentó abrir el locker, pero estaba tan nervioso que no podía. Respiró hondo y volvió a intentarlo más tranquilo. Gracias a Dios, encontró lo que esperaba. La abrió y leyó en voz alta:
-"Te noté sorprendido cuando entraste. ¿Por que habrá sido? Me gustaría saberlo. Pero más me intriga saber por qué te sonrojaste..."
¡Por Kami! Esa persona parecía estar leyendo sus pensamientos. ¿Por qué no podía descifrar quién era?. La intriga lo estaba matando y esas palabras... lo estaban envolviendo, los hacían sentir un calorcito en el pecho. Estaba rebosante de alegría, se sentía feliz por primera vez en mucho tiempo.
Entonces se dio cuenta del algo. ¡Qué torpe había sido!. Las notas siempre decían algo que había sido en la práctica del día en el que las había leído. La persona que las escribía, debía estar en los vestidores cuando él seguía practicando. Esto parecía realmente fácil, pero entraba todo el mundo a esos vestidores. Sí, lo que nunca faltaba en Shohoku eran pervertidos y acosadoras u.u
Decidió que, al otro día, entraría antes a los vestidores para interceptar a su "admirador secreto" con las manos en la masa. El misterio sería resuelto.
Abandonó el gimnasio un poco más tranquilo, con un plan en mente y con muchas, muchas, MUCHAS ganas de dormir.
Finalmente, esa noche logró conciliar el sueño. Su incertidumbre iba a terminar al día siguiente.
Despertó tarde, como siempre y salió como un rayo en su bicicleta. Obviamente dormido, chocó con cuanta cosa se le cruzara por delante. El primer tacho de basura ni lo notó, el gato que se le cruzó salió volando al instante, el poste que apareció "misteriosamente" en su camino lo molestó un poco pero no impidió que, al volver a subirse a la bici, se volviera a dormir. Acabó despertando cuando su bicicleta terminó encima de algo mullidito que hacía mucho ruido:
"¡Zorrooooo! ¿Cómo te atreves a atropellar a este Tensai?"
Kaede que todavía no entendía bien lo que había pasado, se dispuso a levantar su bicicleta del suelo y a alejarse lentamente de ahí.
"Hana, no le hagas caso a Rukawa. Vamos que tenemos clase"- Decía Yohei a un Hanamichi muy silencioso.
"Hana, ¿qué pasa?"
"No me dijo torpe... ¡No me dijo nada! Maldito zorro, ¿quién se cree para ignorarmeeeee?"- Gritaba Hana en pleno berrinche. Su amigo, Yohei, lo miraba con una gota gigante en su cabeza.
"Primero te quejas de que te dice torpe, luego te quejas de que te ignora. ¿Quién te entiende?" - Hana miró a Yohei, quien comenzaba a pensar que se había equivocado un poco mucho con lo que acababa de decir.
Hana comienza a reír con su usual risa estrepitosa, con lo cual Yohei respira aliviado... Pero no le dura mucho. El cabezaso mortal le demuestra que, a veces (y sobre todo con Hana), es mejor callar.
-Mientras tanto en la clase de Kaede-
"Hoy lo voy a lograr. Lo voy a descubrir. Pero... ¿que haré cuando sepa quién es?. Mmmm... no había pensado en eso. Supongo que lo veré en el momento. Ufff... creo que estoy hiperventilando. Necesito aire. Mejor me hago el dormido así me echan.."
Kaede recuesta su cabeza en el pupitre y pronto escucha las palabras del profesor:
"Señor Rukawa... Señor Rukawa... ¿Tiene que dormirse en TODAS mis clases? Señor Rukawa, ¡DESPIÉRTESE!"
Entonces Kaede (para mantener las apariencias xD), levanta su rostro lentamente con una mirada más fría que la usual, a lo cual el profesor traga con dificultad.
"No perdonaré a nadie que interrumpa mi sueño"
"S-s-señor Rukawa, emmm... lo...lo...invito a... ejem...re-re-retirarse del aula, ¿si? ¿Por favor?"- Le contesta el profesor en algo que casi parece un ataque de pánico. (Ojalá hubiese profes asi :P)
Kaede sale y se dirige a la terraza de los primeros años. Un poco de aire le va a sentar bien. Pero faltan 4 horas para el entrenamiento y la ansiedad lo carcome. Decide aprovechar la frescura de las alturas para echarse una siesta. Despierta quince minutos antes de que comience la práctica y... es el momento. Después de que termine la misma, el plan comienza.
¿Quién iba a imaginarse que Kaede Rukawa, el super novato, iba a fallar un tiro? Pues nadie, ni siquiera él. Pero así fue. Sus nervios eran tales, que la pelota escapó de sus manos, perdiendo dirección y pasando por encima del tablero. Todas las miradas cayeron en él, que miraba sus manos como si no las hubiera visto nunca. Este momento tan shockeante para todos fue cortado, por supuesto, por una risa estruendosa:
"MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJA SIIIIIII, ¡el zorro falló! Eres un zorro apestoso, eres un zorro apestoso, eres un zo.."- cantaba alegremente Hana, hasta que su cancioncita fue cortada por un coscorrón de Akagi.
"¡Aaauch! Pero Goriii.. ¿No lo viste? El zorro falló"
"Primero: NO me digas Gori. Segundo: NO molestes a Rukawa. Tercero: sigue practicando que, Rukawa ha fallado un tiro, pero tú fallaste TODOS"
Esta vez las risas fueron de Mitchi y Ryota que señalaban a Hana con una mano y se tomaban el estómago con la otra para aguantar las carcajadas.
El entrenamiento siguió y todos parecieron olvidar el incidente del tiro fallado. Comenzaron a dirigirse todos a los vestidores y Kaede esperó diez minutos antes de entrar. Todos estaban saliendo, así que el "admirador secreto" debía estar en ese preciso momento poniendo la nota en su locker... Pero, no. Se encontró solo nuevamente. Esta persona era realmente veloz o... no había dejado ninguna nota. Ese pensamiento le desagradó. Abrió su locker y un papelito cayó. No pudo reprimir una sonrisa. Lo abrió y leyó:
"Me resultó muy extraño lo que pasó hoy. ¿Estás bien?. Por favor, no me busques. Cuando sea el momento indicado, sabrás quién soy".
Las últimas palabras habían sido escritas apresuradamente, por poco no lo había descubierto. Se sintió un poco decepcionado, pero a la vez intrigado porque su "admirador" se había dado cuenta de su plan. Tal vez sería mejorseguir la instrucción de la nota. Salió de los vestidores, apagó las luces, cerró las puertas y se fue.
Sin embargo, destrás de unos lockers en el vestidor de Shohoku, resonaron unas palabras que nadie escuchó:
"Y ahora, ¿cómo demonios salgo de aquí?"
Kaede llegó a su casa sonriendo embobado. El destinatario de las notas no se había dado cuenta de que había fallado el tiro por él, pero igualmente estaba preocupado por su salud. Sólo esperaba que "el momento indicado" del que hablaba, fuera pronto. Se metió en la ducha y sus pensamientos viraron en una nueva dirección. ¿Qué era lo que le hacía sentir aquella persona? Bueno, se sentía halagado, deseado, querido. Aquella persona aparentaba ser dulce, comprensiva, preocupada por él. Se estaba volviendo loco. ¿Acaso se estaba enamorando de una persona que ni siquiera sabía quién era?. Después de ducharse acostó, pero para no pegar un ojo en toda la noche.
Las clases fueron larguísimas y el sueño nunca llegó. El entrenamiento fue eterno y no logró siquiera encontrar alguna pista... Siguió el consejo de su "admirador". Esperó a que todos se fueran y encontró una nota que lo dejó perplejo:
"Mañana es el día. Mañana será la última nota."
Su corazón dio un salto. Aquella persona que le había robado el corazón, finalmente, le descubriría su identidad. Sentía que temblaba de emoción, pero tenía que contenerse, el era el "Rey del hielo". ¡AL DIABLO CON EL "Rey del hielo"!. Sonrió como nunca.
"Mañana es el día"-Susurró, tomando sus cosas y abandonando el gimnasio.
Sorprendentemente, esa noche logró dormir. El cansancio acumulado acabó venciéndolo. Hasta hubiera deseado que las horas pasasen más lento, porque cuando llegó al gimnasio, ya no podía ocultar su emoción. Sin embargo, las palabras de Akagi detuvieron sus pensamientos:
-"Chicos, hoy no hay entrenamiento. Tómense el día. El lunes seguimos con las prácticas normales"
No lo podía creer. ¡Ese gorila le estaba frustrando su felicidad!. Sus compañeros empezaron a salir del gimnasio, mientras él no lograba reaccionar. Minutos después corrió hacia los vestidores, con la esperanza de que la nota estuviera ahí.
El corazón le dio un vuelco cuando la vio. Se apoyó un momento contra el locker. La abrió con parsimonia y empezó a leer en voz alta la última nota, mucho más extensa que las demás:
"Quizás te preguntes cómo me di cuenta de tus reacciones. Quizás te preguntes el por qué de estas notas. Me encantaría contestarte, pero no puedo... simplemente comencé a fijarme en tí y te descifré. También fue sorprendente para mí, tal vez hasta más que para tí. Quise dejar de observarte pero me fue imposible. Me siento preso de tu ser, siento que estoy hecho para estar pendiente de tí. Creo que esto nació cuando me di cuenta de que no eres como te muestras. Hay demasiadas cosas hermosas detrás de esa fachada de "Rey del hielo". Hay demasiadas cosas que todavía no he logrado descubrir, pero que me desvivo por hacerlo algún día. No se me ocurrió otra manera de expresarte lo que siento más que a través de estas notas. Jamás me atreví a decírtelo frente a frente. ¿Sabes por qué?. Porque si lo hiciera, pensarías que es una locura. Que no es verdad. Que es una broma. Pero la realidad, es que si sigo callando, será para peor. No puedo evitar lo que siento y creo que es importante que sepas que hay alguien que te quiere más allá de tu apariencia y tu forma de jugar. Hay alguien que observa cada reacción tuya para conocerte un poco más a fondo. Hay alguien que se ha enamorado de tí. Y sólo una persona lo podría haber hecho... un torpe como yo. Te amo... zorrito".
Las últimas palabras salieron de la boca de Kaede con un suspiro. Se tapó la boca, conteniendo la congoja. Nunca nadie se le había declarado así. Ese... ese.. torpe, ese matón, ese escandaloso pelirrojo... era el ser más...
Su pensamiento fue interrumpido por un ruido detrás suyo. Giró rápidamente. Ahí estaba el pelirrojo, apoyado contra la puerta de los vestidores. Lo estaba mirando a Kaede con una mirada sumamente avergonzada y tierna. El zorrito no podía articular palabra. Estaba anonadado, jamás hubiera imaginado que podía ser el torpe el destinatario de esas notas tan dulces, el dueño de esas palabras tan hermosas.
"Zorro... yo... lo siento si te incomodé. No era mi intención"
El cuerpo de Kaede empezó a reaccionar y comenzó a acercarse al pelirrojo. Estando a escasos centímetros, Hana le dijo:
"Si quieres golpearme, hazlo. Tendrás tus razones."- Acto seguido, Hana cerró sus ojos, esperando ese golpe que nunca llegó. Sólo unos labios que se posaron en los suyos, tímidos al principio, pero anhelantes más tarde. Hana no esperó. En seguida, tomó a su zorro de la cintura y empezó a besarlo con todo el amor contenido que sentía desde hace tiempo por aquel zorruno ser que le robaba el sueño. Después de unos segundos de saborear sus labios, separó un poco a Kaede de su cuerpo:
"Zorrito, te amo"
Kaede sonrió, ante la mirada anonadada de Hana.
"Torpe... en el fondo de mi ser siempre quise que fueras tú el de las notas. Te amo, Hana. Gracias por hacerme feliz."
El destinatario fue descubierto.El misterio resuelto. Y Kaede, finalmente, encontró lo que buscaba: un torpe a quien amar.