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Charlie por Zachary4

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Notas del fanfic:

esta historia esta basada en hechos reales, al menos la primera parte

Notas del capitulo:

otra historia bizarra más para mi coleción, pasen y lean

Advertencias: tiene lenguaje soez, así que si no les gustan las malas palabras, les recomiendo que no lo lean, si no es así, sigan y disfruten

Demonios, esa clase era realmente aburrida, ya habían pasado siglos desde que comenzara, al menos a su forma de ver, esta era la última clase del día, para su infortunio era el taller de costura y confección, que era el que le había tocado por llegar tarde el día en que les dieron a escoger, era la tortura más grande que pudiera imaginar, aunque no creía que secretariado, electrónica, o el mugroso cómputo, en el que les enseñaban media mierda fueran mejores, ese día estaban realizando trazos de un dichoso vestido de fiesta que tenían que entregar confeccionado como trabajo de fin de curso, y él, entre hacer los puñeteros trazos en papel, luego pasarlos a la tela, cortarlos, para finalmente coserlos, tenia seguro que el suyo sería el peor de todos, para acabarla de joder, Matt, su compañero y único hombre a parte de él que cursaba ese salón, no había llegado, eso no le importaría, no es que él asistiera mucho a la escuela, ambos eran casi desconocidos en ese lugar por su poca asistencia, el problema era que pronto, para ser exactos, la semana próxima se acababa todo y tenían que entregar la ropa y como, según la maestra, ese trabajo era demasiado para una persona inexperta como ellos, ese proyecto era en parejas, y ese bastardo que no llegaba era el que le habían asignado, según la encargada de clases, que fue la que los acomodó, lo hizo porque los dos al ser hombres se entenderían mejor, menuda patraña, esa tipa lo hizo así porque nadie los quería tener cerca, en otras circunstancias eso le valdría madres, si no lo querían, mejor por él, la bronca estaba en que ese era su último año y su mamá ya lo tenia amenazado con meterlo a un internado católico si reprobaba, no es que le tuviera aversión a la religión ni nada parecido, él creía en algo mayor que él, lo que lo jodía es que ya había tenido experiencias con escuelas de ese tipo, en las que no solo los maestros eran puros hombres, la mayoría pervertidos con complejo de pedófilos, sino también los compañeros, aún recordaba que en la primaria a la que iba, que era de ese tipo, varios de sus compañeros se le declararon y dos hasta intentaron meterle mano, sino fuera porque era experto en karate desde ese tiempo ya se lo habrían follado sin consideración, saliendo del espantoso recuerdo de esos horribles días de “niño bueno”, prestó atención a la puerta que se abría lentamente, intentando no llamar la atención de la maestra, allí se encontraba un chico alto, mucho más que él por lo menos, de cabellos negros, ojos cafés y sonrisa idiota, rojo como tomate, sudando a mares y con la respiración a tope seguramente por la carrera que debía haber dado para llegar más o menos a tiempo, ese era el mal nacido de su compañero de equipo y probablemente su mejor amigo, o al menos así lo consideraba ya que no tenia más amigos con los cuales compararlo, a paso lento vio como se acercaba a él para tirarse en el asiento de al lado, el tipo se veía en las últimas, hiperventilando para intentar que el aire llegara a sus pulmones, para su fortuna, la maestra y todas las demás se encontraban en el salón contiguo, utilizando las mesas para trazar o cortar la tela, más atrás se escuchaba el ruido procedente de las máquinas de coser, ya fueran normales o industriales, y es que su salón era bastante raro y por mucho el más grande de la escuela, ocupaba el equivalente a tres salones normales, en el año en el que entró se comenzó a dividir a los alumnos de acuerdo al taller que les asignaran, por lo que el salón contaba con el equipo necesario para trabajar en la parte trasera del mismo, este tenia una reja dividiendo el aula de clases del lugar de costura, el salón en si era normal, cinco hileras de asientos, en cada una había cinco o seis lugares, al frente el escritorio del profesor que tocara porque ellos eran los que tenían que llegar ahí, a diferencia de otras escuelas en las que los alumnos son los que se mueven, y el pintarrón con los marcadores que utilizaban, al igual que un borrador y un proyector para las exposiciones, que por lo general eran con acetatos, dos locker en el que se guardaba el material, en su mayoría papel revolución para los trazos, que la profesora vendía a dos pesos el pliego, si, la jodida vieja sabía hacer negocio, ese precio era el doble de lo que costaban en cualquier papelería, pero bueno, para no salir del tema, en la parte trasera, la reja que iba desde el suelo hasta el techo y estaba sujeta por tornillos, tenia una puerta de tamaño normal con un candado del cual solo la maestra y la encargada tenían llave, entrando se podían ver seis mesas de 2 mts de ancho por 4.5 mts de largo, en estas se encontraban reglas con nombres de los que ni se acordaba, tijeras y lápices, más atrás estaban las máquinas industriales, ocho en total, estas hacían un ruido del infierno apenas comparable con las voces chillonas de sus compañeras, a ambos lados estaban las telas que se usaban, ya fuera para un mandil o como en este caso, un vestido de gala, de lado izquierdo había un pequeño cuarto en el que guardaban el material de repuesto y en el que, ¿para que negarlo? Varias veces a la semana se encontraban residuos extraños, condones usados y, la última vez, un par de pantaletas bastante vistosas con diseño de ositos que él estaba seguro, no era trabajo de clase, del lado contrario y ocupando el espacio restante, había otro cuarto con una pared de metro y medio, enrejada por lo demás y una puerta de metal con candado, en su interior se encontraban diez máquinas normales que en este momento y para no variar se encontraban ocupadas, era un puto problema encontrar alguna disponible, por lo general nadie cosía, pero se iban allá para platicar sin ser castigadas y perder el tiempo, la mayoría de las fulanas que tenia por compañeras, no hacían sus trabajos, sino que los mandaban a hacer con costureras que cobraran barato, para su desgracia, eso le sería imposible, ya que la bruja de su madre lo obligaba a mostrarle sus cosas una vez por semana, además de que tenia que demostrarle que sabía realizarlas, menudo problema el tener una Maruja como madre, pero al menos tenia buenas notas y se le facilitaban las materias, no era un nerd, pero tampoco un idiota, se defendía bastante en clases a pesar de no asistir mucho, en una escuela donde lo que más importan son los exámenes, la asistencia quedaba en segundo plano, el problema era esta maldita clase en la que no entendía ni una mierda y que además tenia que hacerlo en equipo, odiaba depender de otros aunque fuera obligatorio, sabía que podía sacar él solo el trabajo, mal hecho pero eso era algo que no cambiaría por mucha ayuda que Matt le diera, después de todo ese tipo era un completo imbécil, aún recordaba que lo había conocido antes de entrar a clases, aún antes de escoger taller, él era una de las razones por las que estuviera allí, creyó que si entraba a costura el moreno no lo seguiría pero se equivocó, y así lo entendió una vez que ya en sus respectivos lugares se percató de que este no solo estaba en su clase, sino que además se sentaba a su lado, con desagrado se enteró de que no solo compartirían clases sino también equipo y por tres años para acabarla de joder, ahora ya era el último y con el tiempo había logrado acostumbrarse e inclusive, tomarle un poco de cariño, aunque solo un poco, cabe aclarar, para colmo de males, Matt se le había declarado hace medio año, diciéndole que le gustaba desde siempre y pidiéndole salir juntos, ja, como si él fuera marica, ni loco saldría con otro tipo, y menos más grande que él, de perdida que fuera más como chica, pero francamente Matt era todo menos femenino, sus facciones eran totalmente varoniles, mucho más que las suyas, así que no, de ninguna manera, volteó a ver al chico que ahora se veía más repuesto, su respiración ya era normal y su sonrojo había desaparecido por completo, Carlos, que ese era su nombre, esperaba la declaración del día, eso ya era costumbre, todos los días, sin excepción, Matt le pedía una cita y le reiteraba lo mucho que lo amaba, porque según él, ahora no era solo atracción, sino un enorme amor lo que sentía hacia él, y vaya que si se lo demostraba, desde tapar las maldades que hacía echándose la culpa, pasarle los trabajos que no había hecho, inclusive varias veces se lió a golpes con tipos que lo molestaban o simplemente porque lo veían feo, sin duda alguna Matt era el sujeto más raro que había conocido en su vida, en ese momento Carlos comía una galleta, esa era su comida chatarra favorita, de pronto sintió como lo abrazaban por detrás, casi se atraganta ¿en que momento había llegado Matt hasta allí?


 


-te extrañé mucho carlitos ¿hoy si aceptarás salir conmigo? Sabes que te amo muuucho –se lo dijo al oído mientras se aferraba con ansias a ese cuerpo que tenia frente a si, como le gustaba su compañero, era precioso lo viese por donde lo viese, sus ojos azules, tanto como el cielo, sus sedosos cabellos castaños y su delgado cuerpo, similar al de una chica pero más bonito, sin duda era perfecto, o bueno, casi, porque tenia un carácter de los mil demonios, eso le quedó claro al sentir de nuevo como le encajaban un codo en el estómago, dejándolo sin aliento, esas muestras de cariño lo matarían tarde o temprano, a pesar de retorcerse del dolor, no soltó a Carlos, solo tenia oportunidad de abrazarlo así una vez al día, por lo que no la desaprovecharía


 


Por su parte Carlos se retorcía como babosa a la que le acaban de echar sal, preferiría mil veces que le regresara los golpes, pero lo único que hacía ese idiota era darle besos en el cabello y apretar más el abrazo ¿Qué acaso le veía cara de nena? Él odiaba las malditas muestras de afecto, no soportaba que nadie se le acercara, pero por mucho que intentara alejar de si a Matt, este siempre regresaba, además, debía admitir que se había vuelto un tanto dependiente de ese bastardo pegoste, después de todo, ni siquiera en su casa lo trataban así, si su madre nunca lo había abrazado, mucho menos decirle que lo quería y ya que no tenia padre o hermanos, toda su vida giraba en torno a su propia supervivencia y bienestar, los demás le importaban poco, pero por alguna extraña razón, Matt despertaba en él un cariño que no le demostraba a nadie más, estaba seguro que ya no podría vivir lejos de él, permitió que lo abrazaran un rato más, se sentía bastante a gusto y mientras no le dijera nada todo estaba bien, su mirada recorrió toda el aula, estaban totalmente solos, bueno, había un grupito de cinco chicas tres filas frente a ellos, pero no le interesaban, estas volteaban de vez en cuando y él, al ser tan borde, les enseñó el dedo corazón mientras lamía su labio inferior y entrecerraba los ojos, las chicas solo voltearon azoradas, siempre funcionaba para que lo dejaran en paz, siguiendo con el recorrido su vista se posó en el lugar de Matt, sobre la mesa estaba una tabla que, por el aspecto podía reconocerse fácilmente que era una de esas dichosas guija, que estaban tan de moda desde hacía unas semanas, eso se le hizo raro, no creía que su amigo hubiera comprado una de esas ridiculeces y menos cuando todo el dinero que tenia se lo gastaba en galletas que le regalaba después, justo como las que comía en estos instantes


 


-¿y eso? –preguntó señalando con su dedo la tabla intentando llamar la atención del otro


 


-¿ah?, es una guija –lo soltó acercándose al objeto en cuestión, tal parece que Carlos tenia curiosidad, la había llevado para que jugaran un rato en lo que las clases terminaban


 


-ya se que es, idiota -¿lo creía tarado o que? –lo que yo quiero saber es porque trajiste una mierda como esa a la escuela, no me digas que eres otro imbécil que se aficionó al jueguito


 


-no, no, no, no ¿Cómo crees? –movía enérgicamente la cabeza mientras negaba con ambas manos –lo que pasa es que mi hermana la tenia en su cuarto y pues, mamá la cachó y le ordenó que se deshiciera de ella, pero ya sabes que a Mari le encantan este tipo de cosas sobrenaturales y pues, me pidió que se la cuidara hasta que mi mamá olvidara que la tenia –eso no sorprendía al castaño, Mari, la hermana de Matt era una amante de lo oculto y lo paranormal, solía hacer rituales en los que según ella, hablaba con espíritus y entes de otras dimensiones, la última vez en la que por desgracia tuvo que estar ya que fue arrastrado por su amigo, la chica había sacrificado una gallina y luego había bebido su sangre, desde entonces prefería mantener distancia con la rara familia de Matt, ya suficiente tenia con la suya –y como tengo que guardarla en un lugar fuera de casa, pensé que sería buena idea jugar un ratito, ya sabes, solo para probar que se siente, a ti ¿no te da curiosidad?


 


-eso suena a invitación para drogarnos, pero bueno –miró la cara expectante de Matt –supongo que no pasa nada por entretenernos un rato con esa mierda, no es que tengamos nada mejor que hacer –el rostro de su amigo se iluminó mientras le besaba la mejilla, Carlos solo rodó los ojos, realmente se estaba encariñando demasiado con ese bastardo, esperó a que lo soltara para acomodar una silla al otro lado y comenzar a jugar, mientras más rápido empezaran, más rápido se terminaría, ya tenían la tabla en su lugar, recargada en la mesa, ambos colocados frente a frente –y ahora ¿Qué? –no tenia ni idea de lo que se tenia que hacer después de eso


 


-según lo que me dijo Mari, tenemos que poner nuestras manos en este pedacito de madera de aquí- ponía las manos tal y como su hermana le había dicho ayer, tenia muchas ganas de empezar ya que Mari le había dicho que los espíritus te podían conceder un deseo y el que quería era que Carlos le correspondiera, ella le dijo que para hacer eso tenia que jugar con él, afortunadamente el castaño no sospechaba nada –tu también pon tus manos, aquí sobre las mías –cuando Carlos las puso, Matt se las sobó de forma suave, el otro solo lo miró de manera amenazante


 


-no te aproveches cabrón, ponte a jugar y no le hagas al tonto o sino mejor me voy


 


-no, espera, ya me calmo –usó su sonrisa especial, esa con la que conseguía que Carlos no se enojara, mucho, tal parece que lo logró porque este respiró profundo y no quitó sus manos de donde las tenía


 


-¿Qué más? –esto era aburrido, mejor se hubiera dormido, este pendejo solo lo hacía perder el tiempo, lo malo es que ya comenzaba a considerarlo su pendejo, por lo que se aguantaba y le seguía la corriente, por un ratito no pasaría nada, o al menos eso es lo que creía


 


-falta saber con quien vamos a hablar e invocarlo


 


-eso ¿Cómo se hace? –vio que Matt estaba algo dubitativo, nada más faltaba que el cabrón no supiera que hacer y solo le estuviera haciendo pasar esa molestia por joder


 


-si sé, si sé –se apresuró a responder porque ya imaginaba que Carlos se estaba desesperando, no es que le tuviera mucha paciencia, así que lo mejor era apurarse –debemos hablarle diciendo unas palabras, mmm, Mari me enseñó algunas pero creo que las más adecuadas serían las que invocan a Charlie


 


-¿Charlie? Y eso ¿Por qué? ¿Qué tiene de especial ese pendejo? ¿lo conoces o que?


 


-no, pero es que su nombre es como el tuyo pero en inglés ^-^ -Carlos lo quería asesinar con la mirada, ¿a que imbécil se le ocurría basar su decisión en una idiotez como esa? Seguro solo a Matt


 


-esta bien, pero empieza de una jodida vez que me estoy hartando  


 


-a la orden –no debía hacerlo esperar o seguro se iba –bien, era… -estaba concentrándose para recordar las palabras exactas que lo ayudarían con su problema amoroso –ya me acordé –Carlos solo volteó los ojos de manera enfadada –aquí vamos, “Charlie, Charlie, ¿quieres jugar conmigo?”


 


-… -Carlos esperaba a lo que diría a continuación, pero se dio cuenta de que no había más –no jodas ¿a poco eso es todo lo que tenías que decir? –Matt asintió, aún esperando una señal por parte de la tabla –si serás pendejo, si era todo entonces seguro es una vil mierda que tu hermana se inventó, ningún puto espíritu se aparecería con unas palabras tan babosas, apenas puedo creer que… -sus palabras murieron en sus labios al sentir como la mugrosa flechita de madera en la que tenían las manos comenzaba a moverse, señalando de manera lenta las letras que estaban impresas en la tabla, Matt leyó en voz alta lo que se estaba deletreando


 


“no estés tan seguro” “imbécil”


 


-jajaja, mira te dijo imbécil


 


-no mames pendejo, de seguro tu fuiste el que movió la mierda esa


 


-no, te lo juro, yo no fui, si quieres pregúntale algo que solo tu sepas, si no te responde entonces sabrás que no es cierto


 


-no es tan mala idea, para haberla dicho tu, veamos… ¿cuál es el segundo nombre de mi mamá?


 


“yo que cabrones voy a saber”


 


-ves, te dije que era pura mierda


 


-espérate, sigue moviéndose


 


“pregúntame algo tuyo”


 


-¿Cómo que? Si se puede saber, no creo que tengas ni puta idea de nada –genial, ya le estaba siguiendo la conversación al muertito ese


 


“te puedes sorprender”


 


Ese tipo o lo que fuera, ya le estaba tocando los huevos, metafóricamente hablando, esto lo comenzaba a hartar, luego golpearía a Matt por hacer tantas idioteces, porque estaba seguro de que él era el que estaba moviendo la porquería esa 


 


-bien, te lo dejo a tu elección, sorpréndeme


“te gusta dormir con un conejito gris que te dio tu tía”


 


-¿en serio? –Matt tenia corazoncitos en vez de ojos al imaginarse al moreno abrazando un peluche, eso era algo digno de ver


 


-hum, esta bien, eso fue suerte, pero dime ¿Cuándo me lo dio?


 


“en tu quinto cumpleaños” “tres días antes de que muriera”      


 


Bien, esto ya estaba empezando a hacerlo cabrear, o Matt le quería joder el rato o realmente era cierto, se golpeó la cabeza mentalmente ¿quién cabrones se iba a creer que un fantasma te hablaría por medio de un cuadrado de madera, todavía fuera por teléfono o ya siendo más modernos, por el maldito programa de “almas en pena”, ese que estaba ganando popularidad últimamente y que según sus fuentes, se te aparecía en tu computadora misteriosamente, capaz que era un puto virus o un mensaje cadena, pero a él le valía madres, de todas formas nunca revisaba su correo


 


Matt estaba impaciente por pedirle a Charlie que hiciera que Carlos se enamorara de él, Mari le había dicho que tenia que pedírselo en voz alta, no es que le diera vergüenza pero seguro que su amigo lo molería a golpes después, a pesar de ser tan pequeño, tenia una fuerza monstruosa y un carácter agresivo, especialmente con él, pero ya decidido, no se retractaría, haría lo que fuera para estar junto a Carlos, tomó aire intentando sacar fuerzas de flaqueza y decidió aventar preguntas al aire, intentando tapar disimuladamente la importante, pero solo se le ocurrió una


 


-es mi turno, ¿Cuántos años tengo?


 


“quince”


 


Charlie respondió inmediatamente


 


-que pregunta tan tonta –Matt lo vio e infló los mofletes, como cada vez que le hablaba de esa manera, lo que era todo el tiempo


 


-pero yo quiero saber


 


-y a mi ¿Qué me dices? Tu trajiste la putada esta, pregúntale lo que se te antoje, no te cortes


 


-¿en serio puedo preguntar lo que yo quiera?


 


-si


 


-y ¿no te vas a enojar?


 


-no


 


-¿seguro?


 


-si


-¿de veras?


 


-si


 


-¿seguro, seguro, seguro?


 


-ya deja de joder y pregunta de una puta vez, antes de que decida ir a otro lado


 


-ya, ya, le preguntaré, pero… -Carlos lo volteó a ver, ¿Qué se traería este ahora?


 


-pero ¿Qué?


 


-promete que no te vas a enojar


 


-no te preocupes, no va a pasar nada


 


-¿en serio? –Matt lo miró ilusionado, tal vez ya estaba avanzando en su “relación”


 


-si, de cualquier manera yo ya estoy encabronado, así que no va a cambiar nada


 


-bu-bueno, entonces preguntaré ^-^


 


- -_-U


 


-Charlie, oh grandioso Charlie, ¿debería llamarlo señor?


 


-ya déjate de babosadas y pregunta de una jodida vez


 


-perdón, es que me emociono, bien Charlie, verás, es que… hay una persona que me gusta y pues… yo quería que… este… quería saber si me puedes ayudar a que sea mío -¿Qué? ¿Esta era la mierda que quería preguntar? Con razón estaba tan feliz cuando le dijo que si quería jugar con él, de seguro la pendeja de Mari le había metido ideas en la cabeza, otra vez, Matt si que era tonto, solo tenia que esperar un poquito más su respuesta, tampoco es que le fuera indiferente pero es que de gustarte alguien del mismo sexo a salir con ese alguien, ya era un paso muy grande, decidió decirle que le podía dar una oportunidad, o al menos intentarlo, así dejaría de hacer tantas estupideces, bueno, lo más seguro es que no, pero al menos no lo involucraría con muertitos y tonterías de esas


 


-oye, no tienes que pedir eso porque yo… bueno –sus mejillas se estaban poniendo rojas, solo eso le faltaba, y el otro tonto perdido esperando la respuesta del muerto ese –yo… -desgraciadamente no pudo responder por que la jodida tablita se le adelantó


 


“no te preocupes, yo me encargaré de todo”


 


-¿de veras? ¡¡Eso es genial!! ¿oíste Carlos? Él va a… -los ojos de Matt se pusieron en blanco y cayó estruendosamente sobre la guija, como un peso muerto, su piel se había puesto pálida y su rostro se deformaba en una mueca extraña, Carlos no pudo evitar preocuparse, si era una broma, el moreno ya se estaba pasando, lo movió una y otra vez intentando despertarlo pero no pasaba nada, su amigo seguía igual


 


-¡¡¡¡EY!!!! ¡pendejo despierta joder, ya deja de bromear! ¡te voy a patear los huevos si no te despiertas! –se estaba desesperando y eso no era bueno, pensó que no podría solo, por lo que decidió pedir ayuda a las fulanas que estaban ahí, aunque pensándolo bien, esas tipas eran unas chismosas que se metían en todo, entonces ¿Por qué no se habían acercado aún, si ya llevaba tiempo gritando a todo lo que daba?


 


-¡oigan! ¿Por qué cabrones no vienen a ayudar! ¡les estoy hablando! –nada, no pasaba absolutamente nada, él estaba casi sobre Matt moviéndolo frenéticamente y pidiendo ayuda a gritos, pero parecía que nadie lo escuchaba, intentó levantarse y acercarse a ellas, pero sus piernas no le respondieron, algunas de las que se sentaban cerca de ellos se aproximaron y tomaron sus cosas, las clases ya casi habían terminado y ya se podían ir, de repente escuchó algo que lo dejó helado


 


-vaya, Carlos ya se fue y yo quería pedirle que si me acompañaba a mi casa


 


-no se ni para que te haces ilusiones si él sale con Matt


 


-si, eso es cierto, el tampoco está


 


-él no vino, creo que Carlos se salió hace rato, de seguro para reunirse con su novio


 


-que mal, bueno, vámonos antes de que la profesora cambie de opinión y ya no nos deje salir


 


Sus compañeras empezaron a abandonar el salón mientras platicaban de temas tarados igual que ellas, bien, debía estar soñando, si, eso tenia que ser una pesadilla bizarra de esas que te dan cuando cenas mucho, ¿Cómo era posible que no lo vieran? O es que ¿no lo querían ayudar? Intentó levantarse de nuevo pero fue inútil, su cuerpo estaba entumido de la cintura para abajo, sintió un apretón en su mano derecha, bajó la vista y se encontró con la mirada perdida del moreno, este lo miraba pero sus ojos seguían en blanco, se levantó un poco, sin dejar de verlo


 


-¿e-estas bien? –no quería que le temblara la voz pero era imposible


 


-si, no te preocupes, te aseguro que esto te va a gustar, Carlitos –la mueca que se reflejaba en la cara de Matt era aterradora, además esa voz era demasiado rasposa, no era la voz del moreno, de eso podía estar seguro, pero lo que más lo inquietó fue lo que le dijo ¿a que se refería con lo de que le iba a gustar? ¿Qué le iba a gustar?


 


Antes de que pudiera hacer algo, el cuerpo del otro cayó nuevamente para enseguida cerrar y abrir los ojos, su mirada estaba confusa pero se veía normal, al menos tan normal como Matt podía ser, el moreno volteó la cabeza de un lado a otro intentando orientarse, se sentía mareado y bastante cansado ¿Qué había pasado? No recordaba nada después de preguntar su edad, ¡cierto! Tenia que pedirle ayuda al espíritu


 


-creo que tengo que hacer otra pregunta


 


-¡ESTAS PENDEJO! ¡CABRON DE MIERDA! ¡QUE NI SE TE OCURRA SEGUIR CON ESAS ESTUPIDECES QUE POR TU CULPA CASI ME DA UN INFARTO!


 


-guarden silencio, este no es uno de esos antros de mala muerte a los que suelen asistir, además ¿Qué hacen aquí? Desde hace rato les dije que ya se podían ir –la que habló era la maestra ¿desde cuando podían verlos y escucharlos otra vez?


 


-p-perdón ya nos vamos –volteó a ver a Matt, apurándolo para que guardara sus cosas –vámonos de una jodida vez que tengo que hablar contigo –Matt asintió y tragó en seco, Carlos estaba enojado, muy enojado ¿Qué habría pasado? El tiempo se le había escapado, cuando comenzaron a jugar todavía faltaba más de hora y media para salir, y ahora, observando su reloj, faltaban solo cinco minutos, ¿sería que Carlos si sabía? ¿habría hecho algo malo? Esperaba poder saberlo


 



 



 


 


Estaban en su casa, habían caminado todo el recorrido en completo silencio, ese día Carlos se iba a quedar a dormir, llevaba toda la semana pidiéndoselo y ahora que estaban juntos y a solas, el castaño ni siquiera lo miraba ¿habría sido mala idea el jugar?


 


-ey, Carlos ¿de que querías hablar?    


 


-no te acuerdas ¿verdad?


 


-¿eh?


 


-digo que no te acuerdas de nada de lo que pasó, dime ¿Qué hicimos hoy en clase?


 


-¿hoy? Pues jugamos con la guija y Charlie te dijo que dormías con un conejito -“que me gustaría ver” pensó- y después le pregunté mi edad y me dijiste que era una pregunta tonta y después de eso te dije que iba a preguntar otra cosa y tu empezaste a gritar y al final nos regañó la maestra y me dijiste que querías hablar conmigo y ahora estamos aquí en mi casa ¿Por qué?


 


-eso ¿es todo lo que recuerdas?


 


-¿pasó algo más? –si era todo lo que recordaba, él no se iba a molestar en contarle lo demás, solo sería perder el tiempo, lo mejor era olvidarlo, no había pasado nada, ¿para que darle importancia?


 


-solo que de la emoción te desmayaste


 


-¡¡¿QUE?!! Estas bromeando


 


-si no fuera cierto entonces dime que pasó en toda la clase, no creo que eso sea todo lo que hicimos en una hora ¿o si?


 


-no, creo que tienes razón


 


-yo SIEMPRE tengo razón, solo tenías que darte cuenta


 


-bueno ¿jugamos en la play? O quieres comer algo


-vamos a jugar, ¿Dónde está tu familia?


 


-ellos no están, no van a llegar hoy –Carlos lo veía fijamente –no creas que por eso te invité, cuando lo hice ni siquiera sabía que no iban a estar, de veras


 


-te creo


 


-¿en serio?


 


-si, no eres tan inteligente, vámonos ya, anda, que me estoy aburriendo


 


-sip ^-^



 


 



 


 


Estaba mirándolo desde hacía rato, el cabello esparcido por la almohada, sus ojos cerrados, sus enormes pestañas rizadas y claras, esos deliciosos labios, ese chiquillo se veía realmente tentador, se acercó hasta que sus alientos chocaron, deslizando lentamente su lengua sobre la cálida superficie, podía escuchar los latidos pausados y la respiración tranquila, estaba profundamente dormido, siguió su recorrido, lamiendo una de las rosadas mejillas, su piel era sumamente suave, no pudo evitar tocar por dentro del pijama, era agradable, hace mucho que no sentía un ser vivo tan delicado como ese, tendría que cumplir deseos más seguido, llevó su mano hasta el elástico de los pantalones decidido en tocar un poco más, sin embargo se detuvo, no era tan divertido si no tenia público, comenzó a mover el cuerpo intentando que despertara, tenia ganas de seguir


 


 Carlos se despertó intentando enfocar su vista en la persona que lo molestaba a esa hora, cuando pudo despertarse por completo se percató que no era otro que el imbécil de Matt, seguramente quería aprovecharse de él, pero como le metiera mano él le rompería todos los huesos


 


-¿Qué demonios quieres?


 


-…


 


-no le hagas al pendejo que te estoy hablando cabrón, dime de una jodida vez que quieres o déjame dormir


 


El niño se había despertado, le gustaba la manera salvaje en la que le hablaba, ya se encargaría de domarlo


 


-no deberías dirigirte así a tus mayores –esa voz, ¿Dónde la había escuchado? Sus ojos se abrieron de par en par al recordar lo pasado esa tarde


 


-t-tu…


 


 


-veo que te diste cuenta de que no soy el mocoso ¿verdad? Eres más interesante de lo que creí, muy pocas personas lo logran, la mayoría lo hacen hasta el final -¿el final? ¿de que? Carlos estaba seguro de que no quería averiguarlo, decidió que lo mejor era huir y buscar ayuda, Mari sabría que hacer, sin embargo solo pudo moverse un poco y caer irremediablemente al frío suelo, su cuerpo estaba totalmente inmóvil, más que la última vez, se dio cuenta de que sentía porque el golpe le dolió mucho, el sujeto ese se le acercaba lentamente, el miedo comenzaba a apoderarse de él, estando en esas condiciones ni siquiera podría defenderse, sintió como lo tomaban en brazos y lo recostaban nuevamente en la cama, al menos era amable, su opinión cambió al sentir que lo abrazaban fuertemente, casi asfixiándolo, era doloroso, unas uñas bastante largas se encajaban en sus descubiertos brazos, haciéndole sangrar, no pudo reprimir un quejido lastimero, ¿Qué planeaba ese cabrón?


 


-te voy a hacer mío, tal y como quería tu amigo –genial, además de controlar su cuerpo, el tipo ese podía leer la mente


 


-d-de-jame, ale-ja-te, no me to-ques –su voz salía entrecortada, le era difícil el simple hecho de hablar


 


-no te preocupes, te gustará –lo mismo que le dijo esa tarde, dudaba que le fuera a gustar, si al menos pudiera defenderse


 


Charlie siguió lo que tenia pendiente, besando con fuerza los labios de Carlos, intentó meter su lengua pero el niño no abría la boca, encajó con saña su mano en el costado del castaño haciéndole una herida profunda que sangraba profusamente, eso arrancó un alarido del pobre chico, el otro aprovechando esto comenzó a lamer y morder con furia todo lo que tenia a su alcance, apresó entre sus dientes la rosada lengua del menor y la apretó con fuerza, logrando destrozarla arrancando un pedazo que se comió después, la sangre empezaba a manar de manera exagerada, Carlos estaba perdiendo la conciencia, todo era horrible, debió decirle que si al idiota de Matt antes de que hiciera esa estupidez, lo gracioso es que solo podía pensar en lo que le pasaría al moreno ¿estaría bien después de eso?


 


-je, pensando en ese chico en este momento, sin duda eres diferente, me divertirás más de lo que creí –deseaba poseer ese pequeño cuerpo que se convulsionaba por la pérdida de sangre, era hermoso y su sangre increíblemente deliciosa, no dejaría absolutamente nada de él, estaba desnudándolo cuando sintió un fuerte dolor en el pecho que lo hizo soltar al muchacho y doblarse en si mismo, demonios, el bastardo al que había poseído intentaba obtener el control del cuerpo otra vez, justo cuando se estaba divirtiendo tanto, si no lo detenía no podría hacer nada, él era un espíritu de bajo rango y solo podía hacerse de los cuerpos de personas débiles, duró un rato intentando retomar fuerzas pero el otro era mucho más fuerte, sin poder evitarlo sintió como su pensamiento se nublaba, estaba desapareciendo, de eso no había duda –creo que tu amiguito ganó, por ahora, pero no te confíes tanto, algún día volveré por ti, por eso más te vale mantenerte vivo, espérame


 


El cuerpo de Matt cayó inconsciente en el piso, manchándose en el charco de sangre de inundaba la habitación, Carlos estaba tranquilo, al menos así el moreno estaría bien, aunque no creía que fuera lo mismo con él, su cuerpo estaba destazado, lleno de heridas y cortes profundos, además de que su lengua había desparecido por completo y ahora solo podía sentir como se ahogaba en el vital líquido que no dejaba de salir por su boca, chorreando la cama y terminando en el suelo al lado de su amigo, extendió débilmente su mano en un infructuoso intento por tocar a Matt, debió aprovechar su tiempo, ahora era demasiado tarde, si tan solo pudiera cambiar el pasado, sus ojos comenzaron a cerrarse, la conciencia lo abandonaba para no volver, solo un pensamiento cruzó su mente en ese momento “te amo Matt”


 


Se podía observar la habitación gracias a la leve luz que se filtraba por la ventana, un chico yacía inerte en la cama, seguramente muerto, líneas finas de un líquido oscuro escurrían por su cuerpo hasta tocar el de otro que tenia la cara sumergida en algo parecido a lo que lo manchaba…


 



 



 


 


Escuchó un ruido que lo asustó, lentamente abrió sus ojos para ver como por la puerta entraba un chico moreno, era Matt, esperen ¿era Matt? ¿Qué hacía Matt allí? Y ¿Dónde estaba? Se fijó en su alrededor pudiendo reconocer el taller de corte y confección, volteó al frente y vio a las chicas que estuvieran ahí el día pasado, en su mano tenia una galleta a medio comer, de fondo se escuchaban risas y un ruido ensordecedor procedente de las máquinas, ¿Qué estaba pasando? Él había muerto, recordaba todo lo ocurrido, los cortes, la voz rasposa, su lengua siendo devorada por esa criatura, ¿habría sido un sueño? Sintió como unos brazos lo rodeaban llenando de calor y conforte su cuerpo, extrañaba ese contacto, fijó su vista en la mesa a su lado y pudo ver esa maldita tabla, sin dejar de verla intentó que su voz saliera


 


-¿q-que es eso? –Matt escuchó la voz de Carlos un tanto temblorosa ¿sería que le tenia miedo a la guija? Y él que la había llevado para que jugaran y poder cumplir su sueño de que estuvieran juntos como pareja, porque según Mari, esa cosa te podía cumplir un deseo


 


-es una guija –Matt decía lo mismo que ayer, ¿Qué rayos estaba sucediendo? Al menos logró sentir su lengua nuevamente, echó un vistazo rápido a sus brazos, comprobando que no tenían ni una sola marca


 


-¿Qué día es hoy?


 


-¿eh? Hoy es jueves ¿Por qué lo preguntas? –Carlos estaba muy extraño, ¿se sentiría bien?


 


-por nada –ayer había sido jueves, todo era más extraño de lo que creía, tal vez ¿no había pasado nada? -¿Por qué traes eso? ¿no me digas que tu hermana te dijo que se la cuidaras porque tu mamá se dio cuenta de que la tenía? –Matt se quedó boquiabierto ¿Cómo sabía eso? Él no le había contado nada aún


 


-hablaste con Mari ¿verdad?


 


Parecía ser que el moreno no se acordaba de nada, lo mejor era dejarlo vivir en la ignorancia y quitarle de una vez esas jodidas ideas que tenia


 


-si, ella me lo dijo, también me dijo que querías jugar para pedirle a los espíritus que te ayudaran a estar conmigo, por tu cara puedo ver que es cierto


 


Diablos, Mari era una chismosa traicionera, ahora Carlos se burlaría de él y ya no conseguiría nada, sus planes se habían derrumbado sin siquiera empezar


 


-y… ¿estás molesto? –su voz era mucho más baja que lo de costumbre, Carlos no se había fijado en todo lo que le gustaba ese sonido hasta este momento


 


-claro que lo estoy, mira que serás pendejo –ya estaba, Carlos no le volvería a hablar –si querías que saliera contigo solo tenías que esperar -¿Qué dijo? Volteó con rapidez y pudo ver como las mejillas del castaño se coloreaban con un tenue sonrojo –creo que ya pasó bastante desde la primera vez que te me declaraste y ahora te puedo decir que… si quiero salir contigo –Matt no salía de su asombro, tenia los ojos completamente abiertos y por su boca pasaban un sin fin de moscas –ey, responde de una jodida vez, a menos que no quieras salir conmigo, imbécil


 


-¡¡¡¡¡¡¡SI!!!!!!!, ¡¡SI QUIERO!! ¡¡YO… -Carlos había tapado su boca, las chicas del frente volteaban sonriendo con miradas idiotas con corazoncitos, parece que escucharon la conversación


 


-deja de gritar de una puta vez, me duele la cabeza, voy a salir contigo pero no quiero que te emociones como si fuera la gran cosa


 


-pero es que es lo mejor que me pudo pasar en la vida ¿te puedo besar?


 


-si, si puedes pero antes deshazte de esa mierda


 


-pero es de Mari, no lo puedo tirar


 


-créeme, es lo mejor que puedes hacer –usó una de sus miradas de conquista, el que fuera un bastardo borde no significaba que no supiera como engatusar y manipular a las personas -¿no confías en tu NOVIO?


 


-¿no-no-no-NOVIO?


 


-sip n.n


 


-claro que confío en ti, hay que tirar esto cuanto antes


 


-bien, vámonos ya, hoy tengo ganas de pasear


 


-pero y ¿las clases?


 


-no te preocupes, hoy nos dejará salir temprano de todas formas


 


-¿en serio, cuando lo dijo la maestra?


 


-emm, hace rato…


 


-esta bien ^-^, quiero ir al cine, hoy hay una peli de terror muy buena


 


-creo que no tengo ganas de ver nada relacionado con el terror


 


-entonces de acción


 


-esta bien


 


-genial


 


Avanzaron a la salida, Matt tiró la guija en el bote que estaba en la entrada, con esto Carlos se sentía más relajado, ya afuera el moreno acercó el cuerpo del castaño al suyo y le dio un suave beso, diciéndole lo mucho que lo quería


 


-me alegra que dijeras que sí


 


-tal vez no sea tan malo, solo… solo nunca vayas a hacer brujería ni nada de eso ¿de acuerdo?


 


-si, esta bien, ya no lo necesito


 


Eso esperaba, quería vivir su vida de manera tranquila al lado del idiota que quería


 



 



 


 


En el salón ya varias chicas se despedían y se preparaban para ir a sus casas


 


-vaya, Carlos ya se fue y yo quería pedirle que si me acompañaba a mi casa


 


-no se ni para que te haces ilusiones si él sale con Matt


 


-si, eso es cierto, el tampoco está


 


-él no vino, creo que Carlos se salió hace rato, de seguro para reunirse con su novio


 


-que mal, bueno, vámonos antes de que la profesora cambie de opinión y ya no nos deje salir


 


-si, tienes razón, de cualquier manera Carlos es demasiado afeminado y borde, jajaja


 


-ni lo digas, además ¿han notado como se viste?


 


-si, parece pordiosero, jajaja


 


-yo prefiero a Bernardo, está buenísimo


 


-ahh, tienes razón, como me gustaría que me hiciera caso, hey mira –se acercó lentamente al bote de la basura, entre los papeles había una tabla cuadrada, la recogió quitándole la porquería que tenia encima –es una guija, que bien, yo quería una desde hace mucho


 


-fíjate, tiene algo escrito atrás, préstamela “si quieres que se cumpla tu deseo pídemelo, Charlie, Charlie ¿quieres jugar conmigo?”


 


-que genial, vamos a mi casa a jugar, quiero que Bernardo me haga caso, esto será fantástico


 


-ya lo creo


 


-vamos, vamos, me muero de las ganas


 


Se apresuraron a llegar a su casa, con suerte se les concedería su deseo


 


 


 


 


Y tu


 


¿quieres jugar conmigo?


 


 

Notas finales:

y ¿que les pareció?, lo que les puedo decir como dato extra es que ese tal Charlie, si existe, cuando estaba en la secundaria estaba muy de moda eso de jugar con seres sobrenaturales, y este personaje era el que todos invocaban, también cabe decir que la frase que utilicé para invocarlo también es verdadera, el programa de almas en pena también es cierto, solo que ahí hablabas con alguien llamado Pedro, luego escribiré algo que les pasó a unos amigos que fueron los que me mostraron eso, bueno eso es todo, espero les guste, si quieren saber que fue lo que me pasó, dejenme un review y se los contaré, muajajaja, hay que buscar la manera de que me dejen comentarios, bye bye


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