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La bestia por karin_san

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Masami Kurumada.

Notas del capitulo:

Pues haciendo mucho SagaxShaka para que crezca el fandom de esta hermosa pareja *_* se merecen mucho amor^^

Si, ya sé que adeudo mucho T///T trabajo en ello lento pero seguro XD

La bestia

 

 

Dicen que tiene ojos rojos y dientes afilados, que con sólo un movimiento de su espada puede desarmar al mejor guerrero. Dicen que las fieras salvajes huyen a sus escondites con sólo sentir su presencia, que ha cortado más cabezas que un ejército de mil hombres, que sus pasos hacen temblar la tierra, su aliento hiela la sangre, su voz paraliza de antemano a sus victimas. Dicen que en su espalda esta tatuado la imagen del averno y todos sus círculos, que ha pactado con el diablo, que es inmortal. Dicen que es el mal.

 

Mienten.

 

Estaba muy nervioso, aterrado. Finalmente, lo conocería. Tragué saliva mientras mi nodriza me arrastraba al salón real, me negué a abrir los ojos, sollocé. Oculté mi rostro en la falda de mamá... ¡tenia 10 años! No entendía porque había tanta gente reunida ni porque tenían que escogerme novio ¡no quería!

 

-Jajaja por eso me caen de la patada los niños, son unos mocosos llorones ¡vaya ejemplar hermanito!

 

-Kanon.

 

- ¿Qué?

 

-Respeta-lo retó el mayor acercándose a su madre y arrodillándose a su lado, podía sentir su aliento tibio en su oído: tembló- shhh todo estará bien-susurró con su voz envolvente mientras revolvía la dorada cabellera-... mi hermano hasta ahora no se anima a dormir con la luz apagada.

 

-Jaja es re miedoso-sonrió el menor.

 

-...Y cuando hay tormenta se viene a mi cuarto... es una gallina-agregó divertido el mayor.

 

- ¡Eh! ¿De qué se ríen? ¡Cuenten, mal educados!-reclamó curioso Kanon.

 

-Eso es un secreto entre nosotros ¿no, Shaka?- el niño se sobresaltó nervioso al oír su nombre en labios de él, luego asintió.

 

-Pues mejor que no sea algo degenerado porque aun está a tiempo de castrarte tu futuro suegro.

 

Todos en la sala echaron a reír ante el comentario del menor de los gemelos. El rey de Rinne tosió llamando la atención de la corte.

 

-Bien, Saga, como heredero del trono de Pólux ha sido acordado la paz entre nuestros pueblos con el compromiso con mi hijo. Cómo le informe a tu padre mi hijo mayor ha optado por una vida religiosa, y, cómo veras sólo puedo ofrecerte la mano de uno que aun es un niño, sin embargo, espero en cinco años pueda realizarse la boda felizmente como ambos pueblos anhelamos ¿te parece adecuado mi hijo? ¿Pactaras?

 

-Es un niño hermoso, claro que si.

 

Me sonroje a la vez que mamá se apartaba de mí, me dejaba a solas frente a él con el pulso desbocado.

 

-Muy bien, Shaka, abre los ojos de una vez y acepta a tu novio-ordenó el anciano rey.

 

Sabía lo que debía hacer, me lo habían explicado varias veces, había tenido pesadillas imaginando el momento, no había podido dormir la noche anterior. Temblé, me paralicé al verlo: celestial. Y él pudo leer en mi mirada, él siempre pudo leer en mí. Me sonrío pero ahora era la pena de estar frente a ese hombre majestuoso lo que me impedía moverme. Finalmente, fue él quién levanto mi mentón, inclino el rostro y beso mis trémulos labios.

 

Todos aplaudieron, el pacto acababa de ser sellado.

 

Yo me enamoré.

 

***

 

Saga no me olvidaba, cada verano venia a verme, cuatro veranos seguidos, dos semanas de cada uno fue tiempo suficiente para desear que llegara el quinto, que llegara el momento en que  no tuviera que esperar, sólo estar a su lado. Esa última tarde hablamos mucho, de sus sueños que eran también mis sueños, lo amaba y lo admiraba, él traería paz al mundo y yo no dudaba de su palabra. Tímidamente me acerque a él que descansaba apoyado en un árbol.

 

- ¿Puedo?-lo mire tímidamente.

 

Me sonrió y extendió su mano, fueron horas, minutos, no se, fue una eternidad, un sueño, recostado en su pecho, oyendo su corazón hasta dormir. Despreocupado de las guerras de las que hablaban los adultos yo sólo vivía para acompañarlo. Desperté tarde en la noche en mi cama, bajé aterrado sabiendo que era el día de su partida.

 

- ¿Dónde está?-le grité a Mu, mi sirviente personal.

 

-Debía partir, la guerra en su reino en inminente-me recordó.

 

Por primera vez pensé que Saga era mortal y temí, esperé, recé. Finalmente, llegaron los vientos del verano pero él no. Morí.

 

***

Renací otro, de la crisálida de la tristeza brotó una bestia hambrienta de venganza. Si Saga no volvía a mí, el mundo pagaría el precio de su ausencia. Fueron tres años de duro entrenamiento físico y mental. Aprendí de armas y estrategia, de política y clases sociales, de dolor. El mundo se caía a pedazos, la guerra estaba en todos lados y la búsqueda de Saga sólo me importaba a mí.

 

Tras la muerte de angustia del padre y la desaparición de Saga, Kanon se volvió rey. ¡Maldito!. Confié en él, creí, me alíe a sus tropas. Dijo que encontraríamos a Saga vivo o muerto, pero que lo traeríamos de regreso. Perdimos. Los aliados perdimos contra la bestia del reino oscuro al que apodaban "Arles". Sobrevivimos pocos y debimos exiliarnos, fue entonces cuando lo supe de labios del propio Kanon.

 

-...Nuestro enemigo es fuerte porque conoce nuestras debilidades, el enemigo alguna vez fue nuestro aliado... nuestro enemigo es un traidor-clamó Kanon ante las tropas afligidas por la derrota en el campamento provisorio- y por eso doblemente pelearemos, vengaremos la sangre de inocentes derramada, de nuestras esposas, hijos, amigos. Haremos salir el sol en nuestros pueblos-gritó con la voz quebrada. Shura, Camus, Aldebarán, Aioria, Aioros, Dhoko, Shion, yo. Todos los reyes y príncipes aliados elevamos nuestras espadas dispuestos a vencer-bajo pena de muerte ¡destruiremos al traidor!-aseguró mordiéndose los labios, observe a Mu apretar su mano y a Kanon corresponder el gesto- ¡VENCEREMOS!

 

¿Quién es el traidor? Preguntó alguien, quizás yo, lo único que recuerdo es la mirada de Kanon. Entonces comprendí la amargura y la ira del gemelo menor.

 

***

 

Era un castillo tétrico, pero no temía. Pisé la negra alfombra real, ignoré a los soldados ebrios que gritaban barbaridades ante mi presencia desarmada y voluntaria, ignoré la suciedad, los gemidos que amantes impúdicos soltaban en los rincones. Ignoré todo menos a aquél que majestuoso dominaba la escena desde su trono.

 

- ¿Qué busca voluntariamente aquí, príncipe de Virgo?-su voz grave e intimidante: imperiosa.

 

-Lo busco a usted, su alteza.

 

Movió divertido su copa de bebida roja como sangre. Luego supe que realmente lo era.

 

- ¿Y para que me buscas?

 

Corrí mi cabello a un lado, llevé mis manos a mi espalda, desanudé la túnica que cayó rozando insinuante mi figura.

 

-Para ser suyo, como lo acordamos hace diez años ¿lo recuerdas, Saga?

 

Saga mordió sus labios, me recorrió lascivo con la mirada, luego se incorporó y acerco a mi, giro en derredor mío como fiera estudiando a su presa.

 

- ¿Por qué?

 

Preguntó con su aliento que hacia hervir mi sangre. Como respuesta ladeé mi rostro en busca de sus labios, encontré un beso feroz. Abracé su cuello, acarició mi cintura, me estrujó. Pellizco mis nalgas con sus garras. Me quitó el aliento.

 

-Porque te amo-jadeé besando su fuerte cuello.

 

Desconfiado me apartó de pronto. Meditó, se sentó en su trono. Lo segui.

 

-Tengo entendido que eres parte de la alianza de mi hermano, si creyeron que caería en un plan tan ton...

 

Me arrodille, lloré.

 

-Pensé que habías muerto... yo sólo te sigo a vos...-juré levantando su tunica, buscando su hombría. Quería que todos vieran que era mío, que sólo yo podía estar a su lado, que él era mío.

 

***

Me odiaban. Milo, Death Mask y Afrodita, tres príncipes aliados a su reino Vivian diciéndoles que yo era un espía y llenándole la cabeza en mi contra. Mi vida radicaba en ganarme su confianza, en mostrarle lealtad. Dormía en un calabozo. Mi único privilegio era poder arrodillarme entre sus piernas y hacerlo jadear de placer frente a sus hombres en las noches de orgías en el salón real. Mi primer victima fue un joven que en una de esas noches quiso insinuársele. Lo asesiné sin reparos y él supo que no estaba dispuesto a compartirlo con nadie. Esa noche me llevo a su habitación pese a la crítica de toda su corte. Por primera vez hicimos el amor. Por primera vez comprendí que había pasado con Saga.

 

Me dejó desvestirlo. Con sutiles caricias lo desnude: perfecto. Empecé a besar su amplio y torneado pecho... a descubrir...

 

-No te detengas-pronuncio malhumorado. Pese al nudo en la garganta: seguí, besé aun  con más amor el marcado cuerpo.

 

Me senté sobre su sexo, complací todos sus caprichos. Le entregué mi cuerpo y mi alma hasta agotarlo, hasta franquear sus barreras, hasta oírlo en el brumoso amanecer a él, enteramente a él.

 

-Te amo, Shaka.

 

-Lo se.

 

-Te extrañé... tanto-resopló antes de que sus parpados cayeran pesados.

 

Afligido besé cada cicatriz, fueron años de torturas. Cuando logró escapar y matar al maldito rey de este lugar que lo habia tenido cautivo él ya era otro. Algo mas había despertado en su interior, una bestia sin corazón, sin amor por nada ni nadie... excepto por mi ¿cómo iba a abandonarlo? En el fondo era Saga, la criatura celestial y la bestia. De la primera me enamoré a primera vista, a la segunda aprendí a amarla.

 

***

Até fuertemente la trenza, acoplé la armadura dorada a mi cuerpo, revisé el filo de mis armas.

 

-No hace falta que vayas, Milo puede sólo.

 

-Prefiero supervisar, los rebeldes han conseguido nuevos aliados y se están volviendo peligrosos.

 

-Quédate conmigo-rogó besándome con sus labios gruesos y calientes, con su mirada animal.

 

- ¿No te alcanzó lo de anoche?-le sonreí.

 

-Nunca es suficiente para mí... pero si tan importante, espero que me traigas muchas cabezas.

 

-Traeré la de tu hermano-aseguré mordiendo su boca.

 

-Si me traes eso no podrás caminar por una semana... te amare sin descanso.

 

-Un motivo más para tener éxito-afirmé antes de partir.

 

Esa fue la última vez que vi a mi bestia. El maldito de Milo nos traiciono seducido por la rata de Camus ¡sabia que debía vigilarlo mas! fue una emboscada... los mataron a todos en el castillo. Ayer un guardia se jactaba de cómo la bestia que hacia temblar la tierra fue derrotada por una sola flecha en el corazón. La bestia que aterró por años al mundo cayó... su propio hermano le arrancó la cabeza. Cuando lo supe deje de pelear, sólo me quedaba anhelar su mismo destino, la venganza no bastaría para mitigar el dolor de mi doble perdida. Ese día no perdí a una persona, los perdí a los dos: el Dios y el demonio que amaba.

 

-Shaka, se te acusa de haber servido a un tirano durante tres años, haber asesinado inocentes, ser cómplice y ejecutor de sus planes, traicionar a la alianza y a tu reino, no guardar el recato ni la moralidad correspondiente a tu nobleza ¿Te arrepientes de tus pecados?

 

- ¡Ja! Y así limpiaras mi alma en nombre de Dios ¿no, hermanito? Y luego pedirás que me perdonen la vida.

 

- ¡Shaka! ¡No puedes estar tan ciego! Ese hombre no merece tu vida, si te disculpas Mu intercederá por ti ante Kanon, no te ejecutaran, no...

 

-No. No me arrepiento, Asmita. Soy conciente y feliz de cada una de mis decisiones. Por Saga  haría lo mismo una y mil veces. ¿Puedes irte de una vez?

 Quiero recordar.

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, cualquier queja o comentario me dicen nomás XD


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