Llegamos a casa y, al no escuchar ruidos, llamé a mi madre. Su respuesta nunca llegó, así que me dirigí a la cocina.
-Qué extraño - murmuré
-¿Qué es extraño? - me preguntó Hisashi entrando
-Mi madre me dejó una nota. Dice que fue a visitar a mi tía y que vuelve en unos días.
Hisashi levantó los hombros y con un mohín me demostró que no se imaginaba que podía ser esa situación tan repentina. Decidí no darle importancia, aunque sabía perfectamente lo que significaba.
"Por supuesto que lo sabes. Es gracias a mí que lo sabes. Te quedarás solo con él y si no puedes imaginarte las cosas que pueden hacer..yo puedo ayudarte"
-Kiminobuuu...¡KIMINOBUU!
-S-si..perdón, ¿qué?
-Estás muy pensativo últimamente. ¿Hay algún problema?
-N-n-no...ninguno. Estoy bien, de verdad. No te preocupes. No te tendrías que haber molestado..
-No me molesta en lo más mínimo. Tú me ayudaste cuando me lesioné y yo no tuve la oportunidad de agradecértelo como se debe. ¿Quieres que cocine?
-¿Sabes cocinar? - pregunté sorprendido
El pobre se sonrojó al instante.
-Está bien que era un matón pero algunas cosas se me dan bien
Lo dijo tan inocentemente, que las imagenes de la pelea desaparecieron de mi mente. Este Hisashi no lo había conocido nunca, ni siquiera cuando teníamos 15 años, y me agradaba. Era el que más me gustaba de los tres. Así que yo no era el único con múltiples personalidades.
-Seguro, agarra lo que quieras
Se dispuso a cocinar mientras yo lo observaba. Se movía como pez en el agua y en minutos, un olor exquisito inundaba la cocina.
-¡Guau, Hisashi! Huele delicioso- exclamé sin dudar
-Gra-gracias - contestó cohibido
Poco después, el plato estaba frente a mí. Del otro lado de la mesa, Hisashi me miraba expectante. Me llevé un bocado a la boca e instintivamente cerré mis ojos. Sin exagerar, era lo más delicioso que había probado en mi vida. Abrí los ojos y la mirada de Hisashi estaba completamente fija en mí.
-Hisashi, está riquísimo. Jamás hubiera imaginado que cocinas así
-Gracias, me alegro de que te haya gustado.
Seguimos cenando, prácticamente en silencio. Pero no era incómodo. Al terminar, se ofreció a lavar los platos, pero no se lo permití. Ya me había ayudado demasiado. Una vez que terminé de lavar, me dirigí a la sala, donde Hisashi estaba mirando televisión. Me senté a su lado, aunque un poco alejado y al poco rato comencé a bostezar.
-Kiminobu, deberías ir a descansar. Voy a buscar unas mantas para el sillón, así después puedes acostarte tranquilo y yo armo todo acá
"Ohhh... y yo que esperaba que durmiéramos juntos. Deberías decir algo, yo me estoy esforzando mucho por esto. Dile que duerma contigo...¡DÍSELO!"
-Está bien, espera que te ayudo
"Eres malvadoo"
Fuimos a buscar las mantas a mi cuarto, al tiempo que yo me planteaba que mi conciencia se estaba volviendo un poco autoritaria. Luego, lo ayudé a abrir el sillón y a poner las mantas.
-Gracias, Kiminobu. Puedes irte a dormir. Necesitas descansar.
-Si, gracias, Hisashi. Hasta mañana. Que duermas bien.
-Igual tú- me contestó sonriendo.
Con cara de embobado, me dirigí a mi habitación. Iba a apagar mi mente del todo. Hisashi estaba durmiendo en la sala y yo en mi habitación. Completamente alejados. A salvo. Mi mente no podía controlar mi cuerpo, así que la batalla estaba ganada. Pero la vida da sorpresas y, lo que siguió después, no lo imaginaba en absoluto.
Me puse el pijama y apagué la luz. Me acosté en la cama, me tapé con la manta y escuché un extraño crujido. Unos segundos después otro crujido un poco más fuerte. A este le siguió otro y otro y de repente:
-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Los pasos de Hisashi se escucharon apresurados en la escalera. Abrió la puerta con desesperación y buscó el interruptor en la oscuridad. Cuando prendió la luz, la imagen que vio, lo dejó anonadado. La cama de Kiminobu se había partido, literalmente, al medio. Las dos mitades estaban completamente separadas, mientras que, en el medio, Kiminobu intentaba salir de esa trampa mortal. Hisashi corrió hacia él para ayudarlo a levantarse.
-Kiminobu, ¿Qué pasó?
-¡NO SÉ! Me acosté y la cama empezó a crujir y de repente... se partió - dijo con una expresión de total incredulidad.
Después de unos segundos, cayeron en cuenta de que estaban agarrados de las manos mirando la cama como si fuera un bicho mutante. Se separaron rápido y Hisashi cortó el silencio:
-Bueno, no hay más remedio. Hay suficiente lugar en el sillón para los dos.
"OOOH siii..Aunque tal vez tengamos que acurrucarnos un poco para entrar y dormir apapachados.."
-No, no te preocupes..algo se me va a ocurrir
-Kiminobu, son las dos de la mañana..¿qué se te va a ocurrir? No seas pesado y ven al sillón
Ahora resulta que Hisashi también era autoritario. Pero no le desagradaba en lo absoluto.
Suspiró derrotado y accedió. Era peligroso, muy peligroso. Pero no tenía otra opción. Una vez más, su conciencia obtenía lo que quería. Bajó con Hisashi y se acostó en el sillón, bien alejado de él. Al poco tiempo, comenzó a escuchar la respiración acompasada del moreno, lo cual le indicó que ya dormía. Soltó todo el aire que había estado conteniendo. No iba a poder dormir, lo sabía. Sus ojos se negaban a cerrarse y la cercanía lo inquietaba demasiado.
Se quedó completamente estático e inmóvil cuando sintió que Hisashi se daba vuelta y rescostaba su cabeza sobre su hombro, al momento que pasaba un brazo por encima de su estómago para agarrar su cintura.
"Dios mío...me vas a matar"