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Más importante que mi vida. por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Como siempre, Naruto no es mío, es del genio de su creador al que adoro mucho ^^

Tan sólo tomo sus personajes y su historia, para hacer reales mis más oscuras fantasías kukukuku

Aviso que tendrá lemon y mpreg, pero empiezo la historia desde los doce añitos y no es que odie el shota, pero hasta que no sean un poquito más mayores no quiero lemon ^^

 

Notas del capitulo:

He comenzado un nuevo proyecto, siguiendo uno de mis argumentos favoritos, el viaje en el tiempo. He decidido que en este fic Naruto pueda cambiar las vidas y las muertes de su anterior vida ^^

Sigo mucho la historia, haciendo mis cambios kukuku

Espero que os guste ^^

 

 

 

 

La tristeza embargaba su corazón. El cementerio estaba completamente vacío, mientras una solitaria silueta se recortaba en el amanecer.

 

 

 

El único presente en el camposanto, era un muchacho de unos veinte años, alto y rubio, piel ligeramente bronceada con unas marquitas en las mejillas y bellísimos ojos azules.

 

Miraba sin ver las tumbas ante él, con nombres tan añorados como queridos: Jiraiya, Tsunade, Kakashi, Iruka, Sakura, Sai, Shizune, y…Sasuke.

 

 

 

Naruto se encontraba totalmente sólo en el mundo. En una sola batalla, había perdido todo lo que amaba en el mundo, cuando todo parecía ir bien.

 

 

 

Había logrado traer de vuelta a Sasuke, tras tres años de infructuosos intentos. El principio fue duro y nada sencillo, pero había conseguido que todos perdonaran a Sasuke y las aguas habían vuelto a su cauce. Sakura estaba feliz, Naruto era feliz mirando a su equipo completo, aunque ocultado su amor por el Uchiha, Sai también era todo lo feliz que podía ser, viendo lo raro que era, y Sasuke había vuelto a ser el de antes, engreído y orgulloso…La vida era maravillosa.

 

 

 

El ampliado equipo 7, con Kakashi al mando, era bastante reconocido en el mundo ninja, todos sus ocupantes eran jounnin de élite y contaban con la inestimable ayuda de Sakura, medico ninja especializado.

 

 

 

El tiempo fue pasando y se formaron parejas estables. Kakashi salía con Iruka, para disgusto de Naruto ^^, Shikamaru con Temari, Ino con Neji, Hinata con Kiba, Tentén con Shino y Sakura acabó saliendo con Lee. Sasuke no le había dado señales de interés y la kunoichi se rindió definitivamente. Quedaron como únicos solteros Chouji, Sai, Naruto y Sasuke. Pero a ninguno le importaba la soltería, Chouji porque no estaba preparado para tener novia y los tres restantes por diversos motivos. Naruto estaba enamorado del Uchiha y no quería engañar a nadie ni engañarse, Sai porque no entendía lo que significaba estar enamorado y Sasuke porque no se creía capaz de amar.

 

 

 

Con sus momentos felices y tristes, el tiempo fue pasando y comenzaron las bodas en Konoha. Todas las parejas mencionadas se fueron casando, Shikamaru se mudó a Suna con Temari, y el resto de sus amigos crearon su propia familia, para deleite y envidia de Naruto, que observó como tenían hijitos y eran felices.

 

 

 

Cuando cumplió los diecinueve años, Tsunade le reveló la verdad de su pasado, diciéndole quienes habían sido sus verdaderos padres. El muchacho se alegró un montón y quiso mantener el secreto. La Godaime y Jiraiya aceptaron su decisión y la respetaron. El rubio nunca le contó a nadie su preciado secreto, pero sentía su corazón más ligero. La vida era tranquila y maravillosa…hasta ese día.

 

 

 

Un cuatro de junio, llegaron mensajes de la reaparición de Akatsuki. Avisaban de un ataque inminente a Konoha. La Hokage dio la voz de alarma y mandó evacuar a la mayoría de la población civil, quedando sólo los ninjas capacitados para luchar. Ese día llegó el Akatsuki al completo, en busca de Naruto. Fue una larga y cruenta batalla, en la que consiguieron derrotar a los Akatsuki…pero a que precio ToT.

 

 

 

Ese día, Naruto perdió a todos los que había considerado su familia, a los que consideraba sus segundos padres, Jiraiya y Tsunade, a sus hermanos mayores, Iruka y Kakashi, a las que llamaba hermanas, Shizune y Sakura, a su mejor amigo, Sai… y al hombre que amaba con el alma, Sasuke.

 

 

 

Desde ese día, Naruto cambió totalmente, para pena de todos sus amigos y conocidos. El chico alegre y natural, de permanente sonrisa, se volvió su antítesis. Era como si Naruto hubiera reemplazado a Sasuke Uchiha. Y no era extraño, ese cuatro de junio había perdido su corazón y su razón de vivir. Ahora era un autómata, que actuaba mecánicamente, sin emoción alguna.

 

 

 

Cuando Tsunade murió, Danzou se hizo con la aldea y utilizó a Naruto para sus oscuros propósitos. El chico ni protestó siquiera, se limitó a aceptar cada peligrosa misión que le daban, con la esperanza de morir, pero sin éxito. Hasta la muerte le esquivaba…

 

 

 

Por eso, hoy estaba en el cementerio, hacía casi dos años que vivía sin vivir, y sólo sentía alguna emoción, cuando visitaba esas tumbas o las tumbas de sus padres.

 

 

 

-Está claro que la vida es injusta.-musitó el rubio para sí mismo-Yo, que he sido el único culpable del ataque de Akatsuki, y es como si les hubiera matado con mis propias manos, estoy vivo. Y ellos…murieron por salvar mi vacía vida. ¿Qué justicia hay en esto?

 

 

 

-Fue todo el destino.-dijo una voz detrás de él. Sobresaltándolo y dándose la vuelta con brusquedad, encontrándose con un individuo encapuchado.-El destino quiso que fuera así, y nadie puede escapar de su destino. Tu destino fue vivir y el de todos tus amigos, morir para salvarte. Deberías agradecerles el amor que te tenían y no llorar durante toda tu vida por lo que no puede ser.

 

 

 

-Pero yo sigo pensando que no es justo.-dijo Naruto con furia al desconocido-He sido tan débil que no pude proteger a lo que más quería. Daría lo que fuera, por poder cambiar las cosas.

 

 

 

-¿De verdad, Naruto Uzumaki?-preguntó el desconocido, quitándose la capa y revelando a Itachi Uchiha-¿Pondrías en riesgo tu propia vida para evitar el destino que conoces?

 

 

 

-Sí.-dijo Naruto sin miedo alguno.-Ahora conozco muchas verdades y secretos y arriesgaría mi vida por ellos.  Porque sin ellos no existe vida alguna.

 

 

 

-Veo que estás decidido, Naruto.-dijo el joven ojeroso con una sonrisa de afecto-Y como demostraste ser amigo de mi ototo hasta el final de su vida, te voy a hacer un regalo.

 

 

 

Naruto sintió que se mareaba y el Kyuubi le preguntó que estaba pasando. El muchacho no pudo contestar porque estaba perdiendo el sentido y sólo escuchó decir:

 

-Cambia el pasado, amigo de mi hermano. Y danos un nuevo futuro a todos.

 

 

 

Todo se volvió negro para Naruto y ya no sintió ni escuchó nada más.

 

 

 

Cuando Naruto abrió los ojos, se encontró en el cementerio, tirado en el suelo. Se levantó con lentitud y la cabeza se le fue a todos los lados.

 

 

 

-¡Qué mareo, dattebayo!-masculló el hermoso rubio.

 

 

 

-Y que lo digas, cachorro-refunfuñó Kyuubi medio gruñendo-¿Qué demonios nos ha hecho el Uchiha ese?

 

 

 

-No tengo ni idea, pero me siento fatal.-miró distraído a sus pies y se encontró que llevaba puesto su viejísimo chándal naranja-¿Qué es esto, dattebayo?

 

 

 

El zorro, que veía lo que Naruto veía y sentía y observaba lo que el kitsune hacía, se quedó de piedra. Naruto salió a galope del cementerio en dirección al río, con tanto ímpetu que casi se cae allí. Y vió con sorpresa que tenía la carita inocente de hace muchísimos años…y que aún no era ni gennin.

 

 

 

-¿Pero qué significa estooooooooooooo?-aulló el nueve colas alarmado-El Uchiha ojeroso nos mandó al pasadooooooooooooooooooo.

 

 

 

Naruto se sintió inmensamente feliz y se prometió cambiar muchas cosas. Salió silbando del bosque y se dirigió a la escuela de ninjas. Por el camino se encontró con muchas miradas de odio, pero al chico de veinte años en un cuerpo de apenas doce años, le resbalaba muchísimo y devolvía las miradas con desafío, sobresaltando a más de uno kukuku.

 

 

 

-Cachorro…-murmuró Kyuubi con orgullo-Esos dos años en los que imitaste a la perfección al Uchiha ese, te han hecho temible.

 

 

 

-¿Pero qué dices, Kyuubi?-murmuró suavemente el kitsune-El que me ha hecho temible has sido tú.

 

 

 

Desde ese fatídico cuatro de junio, Naruto había perdido una gran parte de su ser. Kyuubi había pasado a ser su única ancla a la realidad, y habían desarrollado una relación inesperadamente cercana. Esa relación beneficiaria sobremanera al Naruto de doce años que ahora era. Los dos habían aprendido de sus errores pasados, y gracias a Itachi Uchiha, tenían otra oportunidad, por no decir que mucha experiencia e información. Ahora era el primer Jounnin de élite, volviendo a ser gennin kukuku.

 

 

 

El chico caminó tranquilamente hacia la academia y fue sorprendido por un furioso Iruka-sensei.

 

 

 

-¡OYE NARUTO!-aulló el pelicastaño a su oído.

 

 

 

Naruto dió un inmenso salto y tropezó con su propios pies, cayendo al suelo. Del susto no pudo pronunciar palabra y se limitó a mirar en silencio a Iruka, mientras Kyuubi refunfuñaba sobre estar a punto de yuyu kukuku.

 

 

 

-¿Qué estás haciendo en horas de clase?-preguntó el joven con severidad.

 

 

 

El kitsune se vió arrastrado hacia la academia de la oreja (sus travesuras pasadas le estaban pasando factura) y sermoneado delante de toda su generación.

 

 

 

-Escucha, Naruto.-empezó Iruka-¡Ya has suspendido los dos últimos exámenes de la graduación!-pausa para hacer efecto-¡No es momento de jugar, idiota!

 

 

 

Naruto fingió estar enfurruñado y molesto, y le puso un puchero a Iruka. Al pelicastaño se le formó una vena gigante en la cabeza y aulló a toda la clase.

 

 

 

-¡Durante la clase de hoy, haremos un examen de la prueba de la técnica de transformación, Henge no jutsu! ¡Qué todo el mundo se ponga en fila, hasta los aprobados!

 

 

 

Toda la clase aulló un enfadado: ¿Qué? Y se prepararon para hacer la prueba. Todos estaban muy molestos con el kitsune y protestaban, haciendo que el chico se hiciera el duro, para no cambiar nada. Despues de todo, hoy era el día antes  de la traición del asqueroso Mizuki, y quería que todo fuera igual.

 

 

 

-Con algunas diferencias-cacareó el zorro-¿verdad cachorro?

 

 

 

Naruto soltó una risita divertida, ganándose una fea mirada de media clase kukuku.

 

 

 

Uno a uno, fueron realizando la prueba, y cuando le tocó el turno al rubio, fue hacia Iruka muy gallito y le hizo el Sexy no Jutsu, provocándole una hemorragia nasal y un cabreo de mil demonios.

 

 

 

Naruto se ganó un castigo, pero como no había pintado el rostro a los hokages de piedra, se ganó un sermón y limpiar la clase. Naruto refunfuñó todo lo que pudo, para que Iruka le escuchase y el pelicastaño lo acabó invitando a ramen. El pobre tenía debilidad por el rubio travieso ^^.

 

 

 

Al día siguiente, llegó el examen, presidido por Iruka y Mizuki.

 

 

 

Naruto fingió estar súper nervioso y creó un bunshin no jutsu patético. El zorro se partía dentro de Naruto, arrancándole lágrimas de risa, que los dos instructores confundieron con pena. Mizuki hizo su teatro y suplicó a Iruka aprobarle, y el justo pelicastaño le suspendió, muy a su pesar. Naruto estaba muy orgulloso de su hermano adoptivo y ocultó la mirada, para no demostrar el intenso amor que llenaba su pecho.

 

 

 

Le estaba costando muchísimo no demostrar su felicidad. Cuando vió por primera vez al Sasuke de doce años, por poco le dá un yuyu, se sentía un pervertido kukuku.

 

 

 

Observó con aire desvalido, totalmente fingido ^^, como los nuevos gennin eran felicitados por sus padres y seres queridos, esperando pacientemente a que la rata se acercara a él, para engañarle. No tardó mucho, y Naruto le siguió el juego completamente. Robó el pergamino de los sellos, y aprovechó, mientras esperaba toda la función, a aprenderse todito el pergamino kukuku.

 

 

 

-Realmente eres muy inteligente, cachorro-susurró el nueve colas con afecto-¿Te he contado cuanto lamento haberte hecho daño?

 

 

 

-Pues unas diez mil veces, Kyuu.-suspiró el kitsune con cariño-¿Te he dicho alguna vez cuanto me alegra que seas mi amigo?

 

 

 

-Pues unas diez mil veces, pequeño-rió el zorro feliz de la vida.

 

 

 

El tiempo pasó muy deprisa, mientras estudiaba con detenimiento el pergamino y cambiaba impresiones con Kyuubi.

 

 

 

Esperó pacientemente, hasta que Iruka-sensei lo encontró y esperó en alerta, a que Mizuki apareciera, fingiendo estar muy sorprendido y asustado. El malvado Mizuki, intentó desarmar completamente a Naruto, contándole la verdad sobre él, que era el contenedor del nueve colas. Y el pobre Iruka-sensei, sufrió por él.

 

 

 

-No me dices nada que yo no supiera, Mizuki-sensei.-dijo con una voz totalmente desconocida para ambos shinobis. Una voz aniñada pero muy maliciosa y serena-Pero ahora yo, te voy a decir algo que tú no sabes. Yo soy el hijo del Cuarto.

 

 

 

Mizuki y el pobre Iruka, se quedaron flipando en colores.

 

 

 

-Y otra cosa que tampoco sabes y será una oportunidad para cambiar tu futuro.-dijo el kitsune con diversión-Orochimaru sólo se está burlando de ti, nada de lo que te prometió es cierto.

 

 

 

El peliazul se quedó mirando al chico con horror. ¿Cómo podía saber esas cosas? Hace apenas una semana, que el sennin traidor le había hecho la propuesta.

 

 

 

-¿Cómo puedes saber esas cosas, zorro maldito?-aulló el ninja desesperado.

 

 

 

-Porque no soy ningún zorro maldito, Mi-zu-ki-sen-se-i.-se burló el rubio precioso-Soy Naruto Namikaze Uzumaki, futuro Hokage.

 

 

 

Iruka, sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, no podía explicar el porqué, pero creía ciegamente las palabras de Naruto.

 

 

 

Mizuki enloqueció y atacó a la desesperada al rubio. Naruto le esquivó y suspiró.

 

 

 

-Bien, si esta es tu respuesta, significa que no quieres cambiar tu futuro.-dijo con una mirada sesgada y sumamente fría, que los dos reconocieron como la mirada del tigre.

 

 

 

Iruka, confirmó que su corazonada era cierta y Mizuki cayó de rodillas ante el rubio.

 

 

 

-Si que quiero cambiar mi futuro, Naruto Namikaze.-dijo el shinobi rendido-¿Pero qué puedo hacer? Tengo miedo de mí mismo, sabiendo todo lo que Orochimaru me enseñó.

 

 

 

-No temas, Mizuki.-dijo con suavidad Naruto, acercándose al ninja arrodillado-Por suerte para ti, puedo borrarte la memoria de esta última semana, y fingir que te has caído al intentar capturarme.

 

 

 

Los dos shinobis miraron con sorpresa al rubio chiquillo, que los miraba con una sonrisa muy dulce y adulta para su edad. El rubio le hizo al pelimalva un genjutsu de olvido y se volvió con lentitud al sorprendido Iruka.

 

 

 

-Puedo hacerte el genjutsu también si quieres, Iruka-sensei.-dijo Naruto con infinito cariño mirando los ojos oscuros de su adorado Iruka.

 

 

 

-Antes de decidir nada, quiero que me expliques que es lo que está pasando.-dijo el pelicastaño, intentando mantener la calma.

 

 

 

Continuará…

Notas finales:

Espero de corazón que os guste, es un proyecto que me hacía mucha ilusión ^/////^

Dedicado a todos los que habéis leído mis fics anteriores, no nombro a nadie pero os lo dedico a todos.

Un beso muy grande y gracias por todo ^^

Sasukitsu.


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