Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Moshi, moshi? por J-Rizu

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es mi primer fanfic.

(¡qué nervios!)

C.C.S.!! (CRITICA CONSTRUCTIVA SOLAMENTE)

Notas del capitulo:

Mi tipo de narración está inspirada en el libro 'After Dark' de Haruki Murakami

Martes, 9:45 A.m.


 


Un gran edificio situado en alguna zona de Tokio, se logra ver dentro del edificio a un hombre de unos 23 o 25 años con un traje negro, camisa blanca y corbata azul marino.


Él está sentado frente a la computadora de su escritorio la cuál tiene una etiqueta que dice “Kazuo” así que suponemos que su nombre es ese; Kazuo, aunque ignoramos su apellido pero esto no parece importarnos del todo pues nos dejamos llevar por el físico de Kazuo, aunque esté sentado, se nota que es alto, tiene cabello negro algo desordenado a la altura del cuello pero no le quita ese toque de seriedad que debe tener un oficinista, se ve que trata de dejar crecer su cabello y nos gustaría mucho ver a un Kazuo con un cabello más largo pero en este momento nos enfocamos sólo en la visión que tenemos; de un apuesto oficinista con los ojos plantados en la computadora, nos aprovechamos un poco de su concentración para mirar el resto de su cuerpo, notamos sus zapatos negro que combinan con su cinturón y al ir subiendo nuestra mirada, notamos una cadena dorada que sobresale del bolsillo de Kazuo, ¿qué será?, ¿Un reloj?, ¿Un adorno muy bien disimulado?, o ¿algún artículo tan importante del cuál debe ponerse una cadena para no perderse? No lo sabemos. La información nos llueve, cae como agua y, como sabemos, no se puede contener totalmente una porción de agua en nuestras manos así que no podemos tener más de lo que se nos da.


 


De repente, nos vamos alejando de aquél edificio, de Kazuo y de sus ojos café oscuro concentrados en el trabajo, y nuestra mirada va hacia una calle de un suburbio un poco lejos de aquel edificio y nos enfocamos en una casa, una casa de la que no podemos nombrar nada extraordinario pues muchas de las casa que ahí se encuentran son casi iguales, nos quedamos viendo  esa casa por un rato tratando de buscar algo anormal pero no, entonces vemos caminar por la calle a un chico de unos 21 o 24 años, cabello castaño oscuro un poco largo por la parte de atrás y corto de enfrente, un suéter de color naranja oscuro, jeans color azul marino y arrugados. Este chico va caminando con las manos metidas en los bolsillos del pantalón con una actitud despreocupada, tranquila y distraída, vemos que sus ojos cafés se sitúan en aquella casa a la que anteriormente vimos y va directo a ella, se pone enfrente a la puerta, busca la llave, abre la puerta y entra. Al abrir la puerta y dejarla un momento abierta, tomamos esa acción como una invitación y nos atrevemos a pasar, la casa está ordenada y mientras el chico que vimos anteriormente se está quitando los zapatos, nos tomamos algo de tiempo para ver la casa, no hay fotos ni cuadros, suponemos que es porque el chico se acaba de mudar o talvez a este chico, del que aún no sabemos su nombre no le gustan ese tipo de cosas, otra vez, no lo sabemos. Después vemos pasar a este chico por la casa, como buscando algo, no con mucho apuro, barriendo los cuartos con la mirada; al no encontrar nada, este chico, al cuál le empezamos a tomar un poco de cariño, talvez por su cara relajada, tal vez por el corte de cabello que resalta la forma de su cara, pero nosotros le empezamos a tener cariño, aunque sea superficialmente pero lo hay, o más bien, atracción ya que, de alguna u otra forma no podemos evitar lanzarle una mirada de vez en cuando. El chico suspira en tono de resignación tal vez por no encontrar lo que buscaba y sube las escaleras, nosotros lo seguimos, lo vemos  ir a una habitación donde se sienta en el borde de una cama. La habitación era de pared blanca lisa, muebles de madera, un escritorio con algunos libros y papeles, nos detenemos ante la escena de los libros y vemos en uno de los libros, el nombre de “Miyake Akito” y viendo el físico del chico, con aspecto de universitario, nos convencemos de que ese chico es Miyake Akito y, por la necesidad de darle un nombre a este atrayente chico, decidimos llamarlo Akito no importándonos si este dato es real, o no. De repente, nuestras miradas se fijan en Akito, pues ha hecho un movimiento algo brusco con sus brazos y notamos como se despoja de su suéter y después de su camisa marrón, lanza su ropa a un lado de la cama, nos tomamos un momento para apreciar el cuerpo de Akito, unos brazos fuertes y masculinos un torso delgado y estilizado, volteamos a ver el rostro de Akito para comprobar si ese cuerpo y esa cara son de la misma persona y, para nuestro asombro, sí lo son. Entonces, Akito comienza a desabrochar su pantalón y lo desliza por sus piernas, cuando se lo quita, decide dejarlo en el piso, al mismo tiempo se quita  sus blancos calcetines. Ahora lo que vemos es un Akito en boxers negros pegados sentado en el borde de la cama, con una mirada distraída. Después de una pausa, Akito va por una toalla de color azul y luego se dirige a la regadera, lo seguimos por un momento y cierra la puerta detrás de nosotros, quitándonos la posibilidad de regresar, esto nos alarma un poco ya que nosotros no tenemos la intención de acosar a Akito ya que eso es un gesto grosero considerando que lo acabamos de “conocer” y lo que ha sucedido ha sido sólo un accidente, nos convencemos de que ya no podemos regresar el tiempo y sólo nos queda afrontar este presente, así que vemos como Akito abre la llave de la regadera esperando por el agua caliente, mientras espera, se mira al espejo, tratando de buscarse algo fuera de lo común y nosotros lo ayudamos mirando su espalda y la parte trasera de sus piernas “todo está bien” tratamos de decirle, mas no podemos, sólo somos espectadores de aquella realidad, Akito mete la mano al chorro de la regadera para probar si ya se había calentado el agua y vemos que se quita la última prenda que le quedaba y entra a la regadera antes de que podamos tomar nota de la totalidad del cuerpo de Akito. 


 


Después de esto, nuestra visión se va alejando de aquella casa para volver a la oficina, nuestra vista trata de buscar a Kazuo y vamos a su escritorio, pero no está ahí, entonces lo vemos cerca de una mesa donde había una cafetera, botes de azúcar, café, té, tazas, cucharas y contenedores de agua caliente. Vemos a Kazuo bebiendo una taza de café, sus ojos se ven más relajados y notamos la profundidad de los ojos de Kazuo, a pesar de que él no nos ve, no podemos verlo directo a los ojos por más de 8 segundos porque sentimos que, aunque no seamos seres visibles, él puede atravesarnos con la mirada; los ojos de Kazuo están entreabiertos haciendo que no nos cueste mucho trabajo imaginar como se vería una mirada seductora por parte de él y, aunque aún no escuchamos su voz, no es difícil imaginarla por el aspecto de Kazuo; una voz grave, profunda, masculina. Y nos gustaría mucho comprobar esta hipótesis así que nos quedamos esperando ante él para oír su voz, pasan varios minutos hasta que el momento sucede.


 


—Hey, Nara-san ¿vas a ir a la junta? Le dice otro hombre que va pasando, un poco menos alto que Kazuo, de unos 24 o 26 años, cabello corto, traje negro y corbata gis con azul.


 


—Si. Después de terminar las gráficas, voy para allá.


 


 El otro hombre se va satisfecho con su respuesta y nos volvemos a quedar con Kazuo; volvemos a recordar el momento en el que habló: una voz directa pero no golpeada, grave. Al recordar ese momento, nos damos cuenta que el otro hombre lo llamó ‘Nara-san’ así que nos queda claro que este hombre es Nara Kazuo. Después de un rato, Kazuo vuelve a su escritorio: lo vemos sacar unas notas con datos y copiarlos a la computadora, está concentrado, pero en un cierto momento de su trabajo, lo vemos detenerse y mirar su teléfono con un gesto especial. Como si le estuviera pidiendo un deseo al teléfono, pues tiene una mirada tranquilizante, de repente, mete su mano a su bolsillo donde anteriormente vimos la cadena, busca siguiendo la cadena y saca algo, pero lo oculta con su mano, como si ese objeto estuviera hecho sólo para la mirada de Kazuo, pues lo mira con mucho cariño y con una sonrisa tranquila. Nos cuesta trabajo imaginar y nos gustaría mucho saber qué es eso que hace tan feliz a Kazuo, mas no podemos, porque Kazuo tapa con toda su mano aquel objeto que es el centro de nuestra curiosidad y antes de que nuestra vista se acomode para observar por fin aquel objeto, Kazuo lo vuelve a guardar. Esto nos causa un poco de frustración pero el sentimiento no nos dura mucho ya que después volvemos a prestar atención a lo que rodea a Kazuo, alguno papeles, botes con lápices y lapiceros, tratamos de buscar algo que nos haga profundizar sobre Kazuo, ya que lo vemos tan serio y concentrado que se nos hace difícil saber qué objeto causa ese cambio tan repentino de actitud, pero no vemos nada. De repente nuestra vista se levanta y notamos un reloj de manecillas en la pared, alcanzamos a ver la hora: 10:22 A.m.


 


Después nuestra vista se vuelve a ir de aquel lugar “¿otra vez?” Pensamos asombrados y algo fastidiados de ir de un lugar a otro así de repente. Volvemos a la casa donde vimos a Akito, estamos en la habitación pero no lo vemos, comenzamos a pensar que estos dos tienen una relación entre sí porque un nuestros cambios de escena siempre vamos con Kazuo y luego con Akito, pero hablando de Akito… no lo vemos y comenzamos a revisar el cuarto minuciosamente mas no vemos nada, de repente un chico entra en la habitación; con el cuerpo húmedo y una toalla a la cintura, nos quedamos apreciando esa visión por un rato hasta que notamos que ese chico es Akito, ¡sí! El mismo chico que nos “invitó” a pasar a esta casa pero por alguna razón, lo vemos diferente, es algo… más atrayente y nos sentimos aliviado de que Akito no pueda percibir nuestra presencia haciendo que no ocultemos nuestra curiosidad ante la figura y el cuerpo de Akito. Él se recuesta en la cama de la habitación, parece como si se fuera a dormir pues sus ojos se ven cansados, mas no se duerme, sólo se acomoda en la cama como si sólo quisiera ponerse cómodo y descansar después de una ducha. Lo vemos acostado en la cama solamente con una toalla azul en la cintura, su mirada se ve pensativa. De repente, Akito involuntariamente, pone su mano izquierda sobre su estómago y ante esto, su vientre se comprime, como si ese toque hiciera reaccionar esa parte del cuerpo de Akito y parece que esta recordando algo, cierra sus ojos, respira de forma diferente y baja su mano un poco más, Akito parece recordar algo reciente, pues sus reacciones se ven tan frescas, como si nuca repetido esas acciones. Esto despierta nuestro asombro y tratamos de mirar con más atención: pero en ese cuarto sólo está Akito, sólo él y su recuerdo, Akito parece querer decir algo por medio de sus movimientos, de sus respiraciones y de sus gemidos ahogados que quisiéramos poder rescatar y apreciar en su esplendor, pero no podemos tomar ninguna acción ante lo que vemos, sólo observamos. Akito de repente, frena sus movimientos, trata de controlar su respiración y mira en dirección a un cajón de su mesa, sostiene la toalla en su cintura y Akito parece ocultar algo con cierta vergüenza detrás de la toalla, se levanta de la cama y va hacia la mesa con una actitud de determinación increíble considerando el sonrojo de sus mejillas. Saca un celular del cajón de su mesa, un celular negro con rayas verdes sin ningún adorno, entonces Akito busca un número en el celular, se sienta en el borde en la cama con la toalla en su cintura y llama a ese número. Nos mata la curiosidad saber a quién le marca Akito en un momento así. Vemos a Akito esperando una respuesta, un tanto impaciente.


 


— ¿Moshi, moshi? Le contesta una voz masculina al otro lado de la línea.


 


¡…! ¿Kazuo? Es lo que responde Akito a esa misteriosa voz que hace una pequeña risita y luego responde:


 


—Akito… ¿Qué pasa?- Ante este diálogo no nos queda duda sobre la relación entre Akito y Kazuo.


 


—Kazuo-kun, ¿verdad que vendrás temprano a casa? Esto, Akito lo dice mientras toca la piel que tiene debajo de la toalla.


 


—Pues no sé Akito, todavía tengo muchas cosas que hacer. Akito no parece inmutarse ante las palabras de Kazuo y seguía tocándose sin ninguna preocupación.


 


 –No seas así, Kazuo. Al menos deja un poco de trabajo para mañana. Si Kazuo hubiera cedido ante esas palabras, tal vez Akito hubiera estallado en alegría.


 


—No puedo, Aki-chan. Pero te prometo que terminando el trabajo, voy corriendo a casa.- Kazuo trataba de persuadir a Akito pero se veía que Akito iba decidido y que no iba a dejar de intentar convencer a Kazuo tan fácilmente y que no le iba a importar lo que Kazuo le dijera, no iba a detener esos movimientos que su cuerpo le pedían a gritos.


 


–No me digas Aki-chan, ya tengo 22 años.- Mas sin embargo, podemos distinguir que el cuerpo de Akito reacciona de manera especial ente ese nombre a pesar de que diga lo contrario.


 


–De acuerdo, Akito ya me tengo que ir, te veo en la tarde.- En ese momento, la expresión en la cara de Akito cambia.


 


¡No, Kazuo espera!- Akito hace una pausa probablemente preguntándose “¿qué estoy haciendo?” –Hay… algo que quiero que escuches.


 


¿Mmm? Dime.- En ese momento, Akito hizo a un lado la toalla que tenia dejando su miembro semi-erecto al descubierto y comenzó a pasar su mano por todo su cuerpo, dejando salir los gemidos de su garganta con toda libertad. Por alguna razón, logramos ver, esporádicamente las reacciones de Kazuo, no percibimos donde está, es un Close up a su rostro, permitiéndonos ver sus reacciones, se ve asombrado pero después su cara se ve tranquila y en su mirada se puede ver el cariño que le tiene a Akito. Después de un rato, le dice:


 


— ¿No podrías gemir un poco más fuerte, Aki-chan?- La pregunta sorprende a Akito.


 


¡…Ha-hago lo que puedo! – Akito se ve sonrojado pero con una actitud desafiante, parece que no quería mostrar debilidad directamente con Kazuo y después de una pequeña risa por parte de Kazuo, Akito comienza a hacer movimientos lentos pero profundos sobre su miembro, gemía con una voz temblorosa de vez en cuando, su cuerpo e tensaba ante su propio tacto y por la situación en la que estaba.


 


—Aki-chan, ¿te puedo pedir algo?- Dice, de repente Kazuo.


 


— ¿Qué quieres?- La voz de Akito sonaba jadeante.


 


— ¿Puedes moverte un poco más rápido?- La pregunta vuelve a sorprender a Akito.


 


— ¿Eh?, ¿Más rápido?- Akito se veía con nerviosismo y con algunas pequeñas gotas de sudor sobre su frente.


 


—Si quieres, te puedo decir algo para que no se te haga tan difícil- Le propuso, Kazuo.


 


— ¿Qué… qué podrías decirme?- Akito se veía nervioso pero también con  curiosidad de saber la respuesta de Kazuo.


 


—Algo así como: que Aki-chan es un niño muy travieso por llamarme en medio de mi trabajo o “Aki-chan, has sido un niño malo por llamarme y cuando llegue, prometo que te castigaré hasta hacerte venir.”


 


Sin darse cuenta, el miembro de Akito reaccionó ante las palabras de Kazuo.


 


—Ah… Kazuo, no.- Se podía leer en la cara de Akito el esfuerzo que hacia por no perder el control.


 


—    ¿Por qué no, Aki-chan? Te he oído suplicar por más de eso.


 


Akito se veía en un duelo de pensamientos, su cara se veía indecisa, tal vez quería que Kazuo le siguiera diciendo esas cosas pero, a la vez, él parecía no querer aceptarlo, Akito no parece querer aceptar esa sensibilidad que le daba Kazuo con el tono de su voz.


 


—No creo que te estés moviendo más rápido.- Dijo Kazuo.


 


—Ha-hai. Ya voy.


 


Entonces Akito comenzó a mover su mano más rápidamente sobre su miembro, tenia sus ojos cerrados y mordía su labio inferior para no verse tan afectado por ese repentino cambio, aunque la verdad, al tratar de cubrirlo, se hacía más evidente. Al morder su labio, no sacaba ningún gemido, y Kazuo probablemente notó el silencio de Akito.


 


— ¿Aki-chan?- Preguntó Kazuo.


 


Y en ese momento, Akito al tratar de responder y abrir la boca, saca de un solo jalón todos los gemidos que había estado guardando y que se notaba que ya no podía contener más su voz.


 


— ¿Qué, Kazuo?- Contesto Akito con algo de desesperación y parando sus movimientos en seco. De repente, vemos la reacción de Kazuo ante esto; se ve su cara de sorpresa y que sólo vuelve a su actitud anterior para responderle a Akito.


 


—Aki-chan…- Kazuo lo nombraba en un tono de cariño, de amor.


 


Akito estaba con la cara totalmente roja, además de tener una muy creciente erección en la que ya se asomaba una gotita de semen.


 


—Kazuo-kun… ya… no voy a poder.- La voz de Akito sonaba cada vez más jadeante.


 


—Espera Aki-chan, aún no termino.- La voz de Kazuo sonaba insinuante y notamos una pequeña sonrisa de satisfacción en su cara pero aun así, le dio tiempo a Akito para que se recuperara.


 


—    ¿Ya te sientes más relajado, Aki-chan?- La voz de Kazuo sonaba juguetona.


 


—No me digas Aki-chan.- Akito había vuelto a tener el control sobre sí y estaba a punto de volver a tocarse.


 


—Espera, todavía no te muevas.- Akito hizo una expresión de curiosidad que Kazuo alcanzó a percibir. —Métete dos dedos a la boca.


 


— ¿Eh?- Akito parecía no creer lo que le había dicho Kazuo.


 


—Vamos, quiero escuchar como los chupas.


 


Entonces Akito sabiendo lo que vendría después, deja el celular a un lado cerca de su cara para luego llevarse sus dedos índice y medio de su mano izquierda a su boca, ensalivándolos de manera generosa por todos lados y sacando leves gemidos que chocaban con su mano, su mano derecha estaba sobre su estómago y parecía que al sentir sus dedos en su boca, su vientre hacía un pequeño movimiento que lo hacía ver impaciente.


 


 —Kazuo-kun, ¿puedo empezar ya?- Akito se había vuelto a sonrojar y tenia sus ojos entreabiertos.


 


—Sí Aki-chan.


 


Akito pasa su mano izquierda por debajo de su espalda y hace un gemido en tono de exaltación al sentir sus dedos a punto de entrar en él.


 


—Ah… ¡Aaaah!


 


Akito tocaba superficialmente su miembro mientras movía su dedo índice dentro de él. Entraba y salía una y otra vez de manera constante pero sin prisa. Con la yema de los dedos de su mano derecha tocaba su sensibilidad con delicadeza y cuando iba a meter su segundo dedo, tomó con su mano derecha su miembro  e hizo un movimiento violento y rápido con su mano derecha al momento de meter su dedo medio.


 


—¡Aaaaaah!


 


—¿Aún puedes resistir, Aki-chan?


 


—S-si.- Akito contestó con dificultad para respirar.


 


Aunque, a decir verdad, Akito se veía como si al sincronizar su cadera con el movimiento de sus manos, no tardaría en terminar,  así que trató de no mover su cintura, aunque se veía que le costaba mucho trabajo resistir. Continuó moviendo su mano derecha y penetrándose con la mano izquierda dejando salir algunos gemidos y jadeos.


 


—Ah… Kazuo-kun.


 


Akito comenzaba a mover su cadera con un movimiento casi imperceptible, pero presente.


 


—Aki-chan.


 


—¿Qué, Kazuo-kun? Me estoy cansando, ¿puedo terminar ya?


 


—Mmm… –De manera pensativa.- Voy a contar 40 segundos y cuando termine de contar, te podrás venir.


 


—¿Qué? -Totalmente atónito.- Pero…


 


“Ya no puedo más” parecía querer decir Akito, pero como siempre, parecía no querer mostrar su debilidad frente a Kazuo.


 


—Sólo 40 segundos Aki-chan, después de eso, te podrás liberar. 39, 38, 37, 37, 36, 35, 34, 33…


 


No hacía falta ser muy observador para darse cuenta que para Akito, este conteo se le hacía eterno; movía hacia atrás sus caderas para resistir, cerraba sus ojos y mordía su labio inferior con una fuerza sobrenatural.


 


—…28, 27, 26, 25, 24, 23, 22…


 


La desesperación que se leía en los movimientos de Akito maldecían el conteo de Kazuo. Seguía gimiendo de forma un poco incómoda y tratando de resistir.


 


—…14, 13, 12, 11, 10…


 


Akito al escuchar el número 10 y saber que ya faltaba muy poco, se movió con rapidez y el movimiento de sus caderas se hizo más pronunciado. Akito se movía con fuerza e impaciencia, sacando todos los gemidos que al principio se había guardado, hasta que dio su última embestida justo cuando Kazuo terminó de contar los 40 segundos.


 


—Ahh, ¡Kazuo-kun!


 


Probablemente, sin quererlo, o por la emoción del momento, Akito había aceptado la debilidad que le causaba Kazuo, gritando su nombre admitiendo que, aunque no lo viera ni lo tocara, Akito lo podía sentir con él.


 


—Aki-chan… te amo.


 


Akito se veía muy feliz por las palabras de Kazuo, hasta que reaccionó después de unos segundos.


 


—    ¡Espera un momento…! No estás en tu trabajo ¿verdad que no?


 


—    … -no sabiendo que responder.-  ¿Cómo lo supiste, Aki-chan?


 


—    ¡Porque tú nunca me dices nada así cuando estás en tu trabajo!


 


—Sí, eso es cierto.


 


—    ¿Y porqué demonios no me dijiste que ya habías salido?- En un tono de enojo.


 


Kazuo, de repente, cambio su tono, de nervioso a uno más tranquilo.


 


—Si te lo hubiera dicho, no hubieras hecho esto… Quería escucharte, Aki-chan.


 


Akito no sabía que contestar.


 


—Tu voz, Aki-chan… es hermosa y me encanta escucharte gemir.


 


Akito se sonrojó un poco pero trató de no dejarse llevar mucho por eso y dijo.


 


—Pero aún así, es muy grosero que me tengas aquí haciendo el ridículo.


 


—Para mí, esto ha sido algo muy tierno de tu parte.


 


Akito se quedó pensando un poco, su cara se volvió tranquila y mostraba una pequeña sonrisa.


 


—Además, -dijo carismáticamente, Kazuo- puede que después te devuelva el favor.


 


—    ¿Y cómo piensas hacer eso? De todas formas, si llamas, te colgaré.- Contestó Akito sin inmutarse de lo que Kazuo le decía.


 


— No pienso hacerlo a tráves de tu celular.


 


—¿… Entonces?


 


—    No lo sé. Puedo enviarte fotos sugestivas de mí, imprimirlas y guardar una diferente en cada uno de tus libros. Secuestrarte en horas de clase… Hasta podría ser tu profesor privado y darte clases de lo que quieras.


 


La cara de Akito se volvió toda roja y quería regresar el tiempo para no tener que lidiar con eso.


 


—Te estaré vigilando, Kazuo-kun –tono serio.


 


—Es lo que más deseo, Aki-chan – Kazuo hablaba con un tono cariñoso hacia Akito.


 


—Jaa nee. Bye, bye.- Y Akito colgó el celular.

Notas finales:

OWARI


He dejado cosas sin responder a propósito, bien podría seguir la historia, pero yo sólo hago oneshots así que, hasta ahí se queda la hitoria, no hay continuación, ese es mi estilo, no hay más.


Por mi parte, es todo y espero que les haya gustado, nya.


Rizu


::^-^::


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).