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Amor de niños. por loveless fighter

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Notas del fanfic:

Feliz cumple jessi-chan!!! =D

Notas del capitulo:

Feliz cumpleaños jessi-chan!!!! como te lo prometi aqui está el fic de regalo d cumple q tanto te había prometido (y lo acabe  antes de la fecha top!! eso es genial!! jajaja) espero sinceramente que te haya gustado ya que este fic es especialmente para ti!!! shota, lemon, están tus personajes favoritos... jajaja eres afortunada!! xD

En cuanto  a uds mis queridos lectores espero que les haya gustado esta humilde historia y cabe aclarar que aqui no existen las orejas y cola de neko... cuando lo lean comprenderán por que ;)

Ahora si, a leer!!!

 

 

Amor de niños.

By loveless fighter.

 

- demo oto-san, yo quiero ir con ustedes- exclamó enojado un pequeño niño de 8 años de edad que se encontraba sentado en la cama del dormitorio de sus padres viendo como su papá se anudaba el nudo de su corbata color plata.

 

- no Ritsuka, ni tú ni tu hermano pueden ir, es una cita que tenemos planeada tu madre y yo desde hace 2 meses por nuestro aniversario- razonó el rubio de ojos amatistas, padre del infante mientras veía al niño por el espejo al mismo tiempo que terminaba de acomodarse la corbata

 

- ¡ahh demo oto-san! ¡Prometo no hacer nada malo! ¡Yo quiero ir al teatro con ustedes!- reclamó en un tierno puchero

 

- tu padre ha dicho que no Ritsuka- explicó la madre del mencionado la cual iba entrando a la habitación con un hermoso vestido color oro que resaltaba su blanca piel y su hermoso cabello negro que aquella velada lo llevaría recogido en un elegante chongo con un lindo tocado- es una velada para dos además no te quedarás solo, tu hermano estará cuidándote- dijo al mismo tiempo que se colocaba sus aretes de oro y diamantes

 

- ¡pero Soubi desde que entró a intermedio ya casi no me hace caso!- berrincheó tiernamente viendo como sus padres se arreglaban para "abandonarlo"

 

- es por que le dejan mucha tarea más no por que ya no te quiera eso ya lo habíamos hablado- dijo Karin, su madre mientras lo cargaba para mimarlo un poco

 

- oka-san onegai, quiero ir con ustedes- suplicó una vez más mientras veía con sus preciosos orbes amatistas los zafiro de su madre y la abrazaba por su cuello

 

- no Ritsu-chan, ya está decidido, tu padre y yo vamos a ir al teatro y después iremos a cenar

 

- ¡pero van a tardar mucho!

 

- no pequeño, la obra dura aproximadamente hora y media y la cena pues lo habitual- dijo su padre

 

- ¿que hora son?- preguntó curioso

 

- las... 7.30- respondió su mamá

 

- ahhhh ya ven ¡si se van a tardar!

 

- no te preocupes, ya te explicamos que te quedarás con tu hermano, les renté unas películas para que las vean juntos y la pizza no tardará en llegar, alégrate que es sábado y mañana no vas a la escuela si no ya estarías en la cama jovencito- le regañó Kosei, su amado padre.

 

- ahh ahh abuuu- sollozó al notar que lo habían regañado por su actitud

 

- no no no, shhh shhh no llores Ritsuka, tu papi no te estaba regañando, solo que tienes que entender que habrá veces que Soubi y tú puedan ir con nosotros de paseo y otras que no- sonrió la pelinegra intentando animar al menor de sus dos hijos

 

- de... demo ¡otosan me odia!- "explicó" al mismo tiempo que se tallaba sus ojitos intentando retener las lágrimas que luchaban por salir

 

- no Ritsuka yo no te odio, te adoro ustedes tres son mi vida pero tu madre tiene razón, habrá veces que podrás ir y otras que no así que no digas esas cosas ¿está bien?- musitó su papá luego de haberlo recibido de los brazos de su esposa para cargarlo y tranquilizarlo

 

- mjmjmj- fue la única contestación del pelinegro

 

- bueno, ahora que por fin has entendido ya es hora de que nos vayamos o perderemos la función- exclamó Karin mientras se colocaba su abrigo y tomaba su bolso, lista para irse con su marido

 

- ¡no no quiero no quiero! ¡de seguro me están mintiendo para poder irse los dos solos a hacer "cosas de adultos" como las de la otra noche!- "razonó" mientras forcejeaba para zafarse de los brazos de su papá

 

- ¿cosas de adultos? ¿De qué hablas Ritsu-chan?- preguntó Karin confundida

- ¡pues de "eso" que est

aban haciendo la otra noche tú y papá!- contestó luego de haberse dado por vencido al ver que las fuerzas de Kosei no eran nada comparadas con las suyas y que no lograría nada intentando huir

 

- ¿nosotros? Ritsuka en verdad no entiendo de qué nos estás hablando- dijo su papá

 

- ¡pues...!

 

- oto-san, oka-san, el chico con la pizza acaba de llegar y dice que son 220 yens más propina- interrumpió sin notarlo un hermoso niño de 12 años de edad

 

- ¡onii-chan!- sonrió el ojiamatista al ver entrar a su hermano a la alcoba

 

- ¿220? ¡Dios! ¿Pues de que las pediste?- dijo su papá mientras bajaba a Ritsuka para buscar su billetera y pagarle al repartidor

 

- pedí la favorita de Rit-chan hawaiana con queso doble y rellena de queso philadelphia - sonrió inocentemente al mismo tiempo que abrazaba a su hermanito, el cual ya había corrido a refugiarse con él

 

- Soubi, ayúdame, convence a mis papás de que me lleven con ellos onegai- suplicó jalando la camisa de su hermano mayor

 

- no Rit-chan, ellos tienen que salir a festejar su aniversario además será divertido, veremos películas, jugaremos y comeremos tu pizza favorita toda la noche, igual que los viejos tiempos- contestó su hermano

 

- ¿en serio? ¿Hoy no te dejaron tarea? ¿No me estarás mintiendo para después dejarme solito jugando verdad Soubi?- preguntó ilusionado el niño

 

- no, hoy no, esta noche estará dedicada a mi hermano preferido- rió divertido al ver como su hermanito se ponía a dar brincos de felicidad

 

- ¡entonces vamos vamos! ¡Soubi vente, la pizza se va a enfriar!- gritó animadamente al mismo tiempo que jalaba a su hermano de su mano para llevárselo con él

 

- jajajajaja, si ya voy ya voy- contestó su hermano llendo detrás de él

 

- ahh, menos mal que a Soubi no le dejaron tarea esta noche, no se que habríamos hecho no me gusta contratar a nadie para que los cuide y ya vez que mi madre ya no está como para cuidar a unos niños- dijo aliviada Karin

 

- si, eso fue un punto a nuestro favor además así sirve de que Soubi aprende a ser responsable

 

- jajaja ¿más? ¡si es el niño más responsable que he conocido amor!- sonrió dulcemente

 

- bueno si, pero un extra nunca está de más- contestó Kosei

 

- humm cierto... ¡por dios mira la hora! ¡7.45 no vamos a llegar!

 

- tranquila mujer, conozco un atajo pero tenemos que irnos ya

 

- ¡hai!- dijo la pelinegra saliendo del cuarto a toda velocidad seguida por su marido

 

 

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- ... y no prendan la estufa ni abran la llave del gas, tampoco le abran la puerta a extraños ¡ah! y mucho menos llamadas de broma, que la cuenta del teléfono llegó muy cara este mes... cualquier cosa nos llaman al celular o a la policía ¿entendido?- preguntó Karin desde dentro del hermoso automóvil color negro

 

- jijijiji ¡ups! - fue lo que dijo el menor al escuchar el reclamo por la cuenta del teléfono

 

- hai oka-san, no te preocupes yo cuidaré bien a Rit-chan- respondió calmadamente el rubio mientras abrazaba a su hermanito

 

- bueno, ya está todo listo, cierras con llave Soubi- dijo su padre entregándole las llaves de la casa al mencionado- yo llevo las mías así que en cuanto cierres ponlas en un lugar seguro ¿entendido? ya no tienen que salir para nada, dale de cenar a Ritsuka primero y luego ven las películas que si no se va a atiborrar de palomitas ¡eh! ((aunque no sé si le puede llamar cena a las pizzas pero bueno...))- pensó para sí

 

- hai oto-san, no pasa nada vayánse tranquilos yo cuidaré bien de mi hermanito

 

- ¡confío en tí campeón!- musitó su padre encendiendo el auto- llegaremos cerca de la una o dos de la mañana, no nos esperen despiertos ¡ah! y por favor no se salgan ni se desvelen

 

- hai- dijo una vez más el niño

 

- ¡que se diviertan!- dijo un animado Ritsuka

 

- ¡sayonara!- fue lo último que dijeron sus padres en cuanto alcanzaron la avenida

 

- ¡matta ne!- exclamaron al unísono los dos hermanos

 

- bien, ya se fueron, entremos a la casa Rit-chan- dijo el mayor al ver que la calle empezaba a estar sola y ya era noche

 

-...-

 

- ¿Rit-chan?

 

-...-

 

- ¡Ritsuka!- dijo un poco más fuerte al ver como su hermano estaba como ido

 

- ¿uh? ah, lo siento Soubi ya voy- respondió el menor de los Agatsuma, entrando al interior de su casa

 

- ahhh ese niño... siempre en las nubes- rió divertido su hermano, ingresando a su hogar y cerrando las dos chapas como se lo había indicado su madre para después poner las llaves en uno de los cajones del mueble que había en la entrada

 

 

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Una cuadra más y estarían llegando a su destino, observaba a través del cristal del auto como los trausentes caminaban despreocupadamente, la torre de Tokio se veía en todo su esplendor llena de luces y majestuosa como ninguna, los coches iban y venían por esa gran avenida pero lo que sí no podía dejar ir y venir como si nada era esa preocupación que toda madre tiene al dejar solos a sus dos únicos hijos…

 

- ¿crees que estarán bien los dos solos? ¿Y si les pasa algo?- preguntó angustiada

 

- claro que si cariño, no te preocupes estarán bien además solo es una noche y Soubi esta con el no tienes de que preocuparte- respondió relajadamente

- ahhh aún así no puedo dejar de preocuparme Kosei

 

- ya mujer, tranquilízate y mejor disfrútalo que esta noche será solo para nosotros dos- dijo con voz sensual

 

- no cambias Kosei, no cambias jajaja- respondió un poco más animada y sonrojada

 

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- ¡Ritsuka a cenar!- exclamó el ojiazul al terminar de poner la mesa y colocar la pizza de manera que los dos la alcanzaran a tomar de la caja y los condimentos sin problemas

 

- Soubi, ¿me ayudas? me atoré

 

Fue lo que dijo el pelinegro ante el llamado de su hermano, ingresando a la sala-comedor con la camisa de su pijama azul de borreguitos muy mal puesta ya que tenía una de las mangas con la cabeza medio metida en esta -lo cual le intrigó ya que no sabía como diablos logró eso- y donde se supone que era el cuello de esta tenía metida su bracito izquierdo y el derecho a salvo de aquel alboroto, estando totalmente chueco dentro de aquella prenda, causando una sonora carcajada de su hermano mayor ante la chistosa imagen de su hermanito.

 

- ¡no te rías Soubi-baka! ¡Se supone que me tenías que cambiar tú!- reclamó indignado, no era bufón de nadie

 

- jajajaja gomen gomen jajajajaja y si yo tenía que hacerlo demo jajajaja ¿quien ponía la mesa? jajaja

 

- ¡aún así no es razón para que te burles!- reclamó de nuevo

 

- hai hai jajaja... haber... deja te acomodo la camisa...

 

Como pudo le sacó el brazo de donde lo tenía metido, cosa que no fue nada fácil ya que su onii-chan le daba guerra por haberse burlado de él y he ahí las consecuencias, no podía hacer ningún movimiento en brusco o lo lastimaría y lo de menos era meterse en problemas, sino que su preocupación era hacerlo llorar, si algo odiaba más que nada en ese mundo era verlo derramar lágrimas de aquellos ojitos tan lindos que tenía.

Luego de haberlo logrado, se dispuso a desatorar su cabecita, otro dolor de cabeza para él ya que la tenía aun más atorada que su brazo y con uno que otro jalón a su cabello por intentar sacársela, golpes pequeños de su onii-chan por lo "brusco" que estaba siendo según él y protestas por que ya quería cenar logró sacarla de donde la había metido para después ponerle la camisa como era debido, se veía realmente tierno, su carita toda enfurruñada, sus cachetitos inflados y sonrojados y ese gesto de molestia le daba mucha gracia, pero en fin, si se atrevía a reír de nuevo tendría que pagar las consecuencias con sonoros berrinches que no quería ver y mucho menos soportar ya que cuando se ponía en ese plan no había poder humano que lograra controlarlo -a excepción de su madre claro, pero de seguro ella ya estaba en el teatro y como que llamarle por eso no era lo apropiado- ahh en fin... lo mejor era darle de cenar y ver las películas con él, hacía mucho que no compartía una noche de juegos con su hermanito y estaba dispuesto a disfrutar esta lo más posible.

 

- bueno... ya estás bien- le arregla un poco su cabellito y le sonríe con generosidad- así que ya vamos a cenar ¿te parece?

 

- ¡si! ¡Ya era hora, me moría de hambre!- dijo para inmediatamente después irse a sentar a la mesa

 

- sonríe ante esta acción y le sigue- bien, aquí está la ketchup, mostaza, servilletas, el refresco ya te lo serví no lo vayas a tirar sobre el mantel o mamá se enojará que lo acaba de lavar y planchar... ahmm aquí está la salsa soja y... la pizza jaja ¡itadakimasu Rit-chan!

 

- ¡itadakimasu Soubi!- respondió al momento de tomar un gran pedazo de pizza, ponerla en su plato e inmediatamente después bañarla de salsa ketchup

 

- ¡Ritsuka no le pongas tanta ketchup! ¡Te hará daño!- exclamó alarmado quitándole el envase de las manos

 

- ahh demo sabe muy rica- protestó en un tierno puchero

 

- si, pero le vas a poner a los otros pedazos de pizza y tanta ketchup te causará dolor de panza- dijo luego de haber puesto el envase a un lado suyo para que su hermanito no la tomara

 

- abuu yo quiero ketchup- dijo con ojitos de niño regañado- dámela onegai

 

- no Ritsuka, ni por que pongas tu carita con ojitos de borrego a medio morir te daré la ketchup- contestó mientras le daba un mordisco a su pizza

 

- onegai =3

 

- no

 

- onegai onii-chan no pondré mucha pero por fis dame la ketchup- suplicó con la mirada que sabía perfectamente debilitaba por completo a su hermano

 

- ahhh está bien, ten la ketchup ¡pero luego no te quejes de que te duele la panza!- dijo al darse por vencido ante las súplicas de su hermanito dándole el envase en las manos

 

- ¡wiii ketchup!- exclamó sumamente feliz

 

- waaa- caída tipo anime

 

 

Cenaron entre risas, atragantamientos de pizza ya que estaba deliciosa, anécdotas de las travesuras que Ritsuka hacía en la primaria como la vez que "sin querer" empujó a su maestra de deportes por las últimas escaleras del primer piso- las últimas 5 para llegar al suelo- pero que con esas le bastó y sobró para esguinzarce el tobillo y la muñeca, llevándose una linda de incapacidad de 2 semanas, cobrándose el hecho de ponerle 6 de calificación en esa materia y alguna que otra de Soubi en su secundaria como la vez que este hizo un avión de papel y lo aventó justo en el momento en el que la directora iba entrando, dándole de lleno en su cara y en consecuencia haciéndola tropezar con la tarima de su salón, tirándola sin remedio alguno enfrente de toda su clase que se rió a más no poder, lo cual le llevó a tener un reporte del cual sus padres no estaban enterados y después de haber hecho jurar a su hermano no decir nada, se dispuso a contar sus otras diabluras de un chico propio de su edad.

Aunque también tomó aires sumamente nostálgicos como el hecho de que Soubi ya no tenía tanto tiempo como antes para jugar con su hermanito al fútbol, salir con él a la bicicleta o al parque, ir a comer helados a la heladería de la esquina, irse juntos después de la escuela e incluso las tardes de videojuegos a veces tardaban en llegar, cosas que hicieron que Ritsuka por poco se pusiera a llorar al extrañar esa convivencia tan añorada por él puesto que se sentía sumamente solo al no tener con quien jugar y convivir como antes.

 

- ya Ritsuka, tranquilo no vayas a llorar bien sabes que no me gusta que lo hagas- le consoló

 

- e... es que tú... tú ya no me qui...quieres, prefieres estar en la co... computadora ha... haciendo tare... rea o es... estudiando que jugar conmi...mi go- dijo entre hipidos al intentar retener el llanto

 

- no claro que no, no prefiero eso créeme que también extraño mucho jugar contigo pero me dejan tarea y más en los exámenes y dentro de dos semanas ya tengo pruebas por eso es que ya no estoy contigo tanto tiempo pero no es por que no te quiera pequeño- confesó mientras le abrazaba con amor

 

- ¡no es cierto! ¡Tú prefieres estudiar y salir con Kio que estar conmigo! ¡A mi se me hace que ya tienes novia y me reemplazaste por ella! ¡buaaaaaaaaaa!- lloriqueó intentando por todas las fuerzas zafarse del abrazo de su onii-chan

 

¡Bum! la bomba había explotado, ahora si que lo había hecho llorar...

 

- ¡claro que no, yo no prefiero salir con Kio que jugar contigo!- musitó impresionado por las locas deducciones que Ritsuka había dicho

 

- asombrado con esa "confesión" contraataca- ahh, ¡entonces si tienes novia!- reclamó zafándose completamente de los brazos del mayor

 

- ¡¿QUÉ?! ¿De dónde sacas eso? ¡Claro que yo no tengo novia!- respondió exaltado

 

- ¡si, si tienes! ¡Si dices que no te gusta salir con Kio más que jugar conmigo eso quiere decir que tienes novia y que ya me reemplazaste por ella! ¡Buaaaa Soubi ya no me quiere buaaaa!- lloró desconsoladamente

 

Y es que... el solo saber que era reemplazado por alguien más ajeno al mundo que ellos dos han compartido desde siempre y ver como era privado del amor y cariño de su hermano le dolía en lo más hondo de su corazón, un dolor... simplemente indescriptible para él, algo que a sus escasos 8 años de edad no podía comprender del todo, pero si sentir...

Celos

 

 unos grandes y terribles celos... pero no unos celos de hermanos cualquiera al resentir la ausencia de Soubi en su mundo de juegos, no, sino aquellos que solo los enamorados pueden sentir al sospechar que la persona que aman está con otro, otorgándoles aquel amor que alguna vez fue suyo... Claro que Ritsuka no sabía que era eso, pero sin duda alguna... pronto lo descubriría

 

- ¡no Ritsuka, eso no es cierto yo te quiero y mucho! ¡No tienes idea de cuanto! ¡Yo jamás te reemplazaría por nadie, nunca haría eso nunca!- explicó intentando relajar al pelinegro

 

- ¡claro que sí! ¡Ya no me quieres por eso ya no estás conmigo! buaaa- siguió llorando inconsolablemente

 

- no llores por favor, sabes que no me gusta verte llorar...- suplicó mientras limpiaba las lágrimas de su hermanito con la manga de su propia pijama y le sonreía con afán de calmarlo

 

- ¡mentiroso mentiroso mentiroso! ¡Eso eres un mentiroso!- repitió una y otra vez mientras le golpeaba con sus pequeños puños en su pecho y pataleaba enojado, tirando varias cosas que había en la mesa entre ellas, el refresco sobre el blanco mantel lo cual aseguraba que Soubi sería tremendamente reprendido por su madre

 

- Rit-chan te juro que no te estoy mintiendo en serio- intentó hacerle razonar por todos los medios que estaban a su alcance

 

- ¡no! ¡Si me quisieras no me dejarías de lado!

 

- pero Rit-chan ya te expliqué las razones no es por que no te quiera- dijo ya un poco desesperado... como odiaba verlo así...

 

- ¡esas son excusas! ¡Tú ya no me quieres! ¡Me reemplazaste por tu novia!

 

- ¡pero si ya te dije que no tengo novia!- protestó alzando levemente la voz, un tanto desesperado por la necedad del ojiamatista

 

- ¿vez? ¡Si tienes antes no me gritabas y ahora si lo haces! buaaaa- lloriqueó aún más

 

- pero si yo no... oh oh... - dijo al darse cuenta de su gran error

 

- abuuu ahhhm abuuu- sollozaba sin control alguno

 

- no llores Ritsuka, por favor no lo hagas...- susurró limpiando aquellas gotas saladas con un tierno besito en la mejilla sonrojada del otro

 

- ahhhmm ahh abuuu- sollozó de nuevo pero ahora con un lindo carmín adornando sus infantiles mejillas

 

- ya ya, no llores mira que te vez feo y tú eres muy lindo por favor no llores más- susurró cobijándolo bajo sus protectores brazos, mimándolo e intentando por todos los medios hacerle sentir ese hermoso amor que sentía por él

 

- yo no soy feo Soubi-baka ... abuuu... ahhmm abuuu- reclamó entre hipidos por el llanto

 

- jajajaja claro que no, eres el niño más bonito que he conocido- dijo mientras le sonreía al menor

 

- jijijiji- rió tiernamente al escuchar ese cumplido que le hizo sonrojarse

 

- ¡bien! Ya te reíste eso es bueno- sonrió de nuevo, aliviado al ver que había logrado su cometido

 

- ¡no! ¡No es bueno por que solo te interesa que me tranquilice para irte con tu novia! Buaaaa- dijo reanudando de nuevo el llanto

 

- ((que yo no tengo novia))- pensó desesperado-… Rit-chan ¿qué debo hacer para que me creas?- dijo con ternura su hermano al mismo tiempo que limpiaba con dulzura las lágrimas que bañaban aquel infantil pero precioso rostro

 

 

Ante esa propuesta el pelinegro se quedó callado… ¿qué sería bueno pedir para ver si su hermano realmente le quería o no? Sus ojitos dejaron de sacar lágrimas y su mente se puso a trabajar intentando averiguar que sería bueno pedirle como prueba de su amor…

¡Bingo! ¡Si, eso estaba perfecto! Si los grandes lo usaban para demostrarse amor ¿por qué ellos dos no si se amaban mucho? –Pensó inocentemente- solo que… no sabía como se hacía… pero estaba seguro que su hermano si, ya que él era muy inteligente y sabía muchas cosas que él aún no… solo era cosa de pedírselo…

¿O no?

 

- ¿pro... prometes que... que harás lo que te pi...pida?- dijo entrecortadamente por el aún presente llanto

 

- mmm depende, si tengo que dejar de atender la escuela no prometo hacerlo del...

 

- ¡no! ¡Eso no!- exclamó extrañamente sonrojado mientras se secaba sus lágrimas e intentaba ya no llorar más

 

- ¿uh? ¿Entonces qué es?

 

- etto... etto...- musitaba sin atreverse a terminar su petición

 

- ¿qué pasa hermano?

 

- es que yo... yo quiero que me... que me...

 

- ¿que quieres?

 

- yo quiero que... que...

 

-¿qué cosa?- preguntó intrigado

 

- yo quiero que... que... ¡ME DES UN BESO Y... Y... ME HAGAS COSAS DE ADULTOS!- exclamó totalmente sonrojado y sin atreverse a ver a los ojos a su hermano mayor

 

Un sonrojo enorme hizo su aparición en su rostro al igual que un gesto de descomunal asombro... ¿besar a su hermano? ¿El? ¿Su sangre? ¿Incluso hacerle... "eso"? ¿Aquello estaba permitido? ¡¿Pero en qué pensaba el menor?! ¿De dónde había sacado semejante idea? ¡Eso estaba prohibido! ¡Simplemente no podía hacerlo! ¡No no podía… no!

 

- ¡RITSUKA! ¿Cómo me pides eso? ¡Eres mi hermanito menor! ¡Yo no puedo besarte ni hacerte "cosas de adultos"! ¡Eso está prohibido!- dijo totalmente desconcertado y un gran sonrojo en sus pómulos

 

- entonces... eso quiere decir que... no me... quieres...- susurró sumamente triste

 

- claro que te quiero ya te lo dije, te adoro incluso daría mi vida por ti pero eso no puedo hacerlo...

 

- ¡¿pero por qué?! ¡¿Qué acaso no me amas?!- reclamó tristemente

 

- ¡claro que te amo! ¡Eres mi hermanito!

 

- ¿entonces? ¡Las personas que se aman se dan besos y también hacen "cosas de adultos"! ¡Y eso no está prohibido por que tu me amas y yo a ti y si eso es cierto quiere decir que si me besas me demuestras que me quieres y también que no tienes novia!

 

Sorprendido ante tal razonamiento del menor por esas cosas que él aún no alcanzaba a comprender del todo -por que obviamente sabía a que se refería pero le daba pena llamarlo como se debe- preguntó intrigado

 

- y... ¿tú como sabes que los adultos se demuestran que se aman haciendo... haciendo... "eso"?- cuestionó con un lindo carmín en sus mejillas

 

- por que... por que mamá dice que ama a papá y que por eso le da besitos aquí- dijo señalando su pequeña boquita con un precioso sonrojo adornando sus infantiles mejillas- y lo de las cosas de adultos las sé por que... por que...- dijo sin poder terminar de hablar por la pena que le daba confesar lo que había visto

 

- ¿por qué sabes eso Rit-chan?- preguntó intrigado

 

- pues... por que... por que yo la otra noche... tenía hambre y quería un vaso de leche... así que fui a la habitación de nuestros papis para decirle a mamá que me diera un vaso y vi... como papá le hacía cosas de adultos a mamá... además la otra vez en la tele vi que eso lo hacen las personas que se aman... y yo te amo mucho onii-chan

 

- ...-

 

Un silencio abrumador se interpuso entre ambos hermanos… Ritsuka sentado en la silla esperaba impaciente la respuesta de su onii-chan y Soubi hincado frente a él se encontraba dubitativo y pensante… ¿Realmente estaba bien hacer eso? Ciertamente sus padres le habían enseñado que el sexo no es malo, siempre que sea con responsabilidad y amor, conceptos que a su corta edad aún no alcanzaba a comprender del todo, pero a su juicio él en ese instante era responsable de su hermano y por su parte él lo amaba demasiado, entonces si hacer el amor estaba basado en eso, amor y el amaba a su hermanito y viceversa... ¿qué tenía de malo?

Pero… siempre hay un pero…

Él era el mayor… ambos eran chicos y no sabía como se hacía "eso" además ¿por qué el sentimiento de que no era lo correcto? ¿Realmente le haría un daño a su onii-chan si lo hacía? ¿Qué dirían sus padres si se llegaban a enterar?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por completo al sentir como unos pequeños brazos y un dulce aroma que el reconocía muy bien se acercaban a él con lentitud… Ritsuka se encontraba abrazado a su pecho con una fuerza muy grande, sentía el cálido aliento de este golpear con la tela de su pijama al igual que su carita recargada tiernamente en su torso, correspondió ese abrazo con ternura hasta que sintió que algo se encontraba humedeciendo su ropa… Eran las lágrimas de Ritsuka que habían regresado

 

- ¿pero por qué lloras onii-chan? No te he hecho nada malo

 

- es que… sniff… tú no quie… res darme un beso sniff y a tu novia si se los das y yo que soy tu herma…no no quieres sniff sniff- explicó entrecortadamente por el recién reanudado llanto

 

- Ritsuka… ya te expliqué que yo no tengo novia

 

- ¡si tienes! Sniff ¡Es por eso que no me quie…res dar un besi…to en mis… sniff labios! ¿Te pido mucho Soubi? ¡Solo es un beso!

 

- somos hermanos… está prohibido- intentó hacerle entrar en razón

 

- pero a mi no me importa ¿Qué a ti si?

 

- n…no pe…pero…- titubeó

 

- ¿entonces? Soubi… solo quiero un besito… aquí… solo eso…- susurró muy cerca del rostro de su hermano mientras señalaba sus tiernos y pequeños labios rosas, invitando al otro a robarle su primer beso- ¿te pido mucho?- murmuró

 

- no… no es… mucho por que te amo… y los que se aman se besan ¿verdad?- dijo dejándose llevar por la tentadora imagen que se presentaba en bandeja de plata ante él

 

- mjmj… pe...pero yo... yo no sé como hacerlo onii-chan- confesó en un susurro totalmente azorado

 

- humm... cierra tus ojos- susurró sutilmente

 

- ¿eh? ¿cerrarlos?

 

- si, tú solo cierralos - respondió

 

- pero si los cierro no voy a ver nada onii-chan- protestó el pelinegro

 

- solo ciérralos y te prometo que yo te besaré

 

- pero...

 

- hazme caso- fue su unica contestación

 

- mjmj...

 

Y siguiendo la "extraña" petición del rubio, cerró sus preciosos ojitos amatistas, aguardando el tan ansiado contacto que su onii-chan le prometió. Por su parte, Soubi solo observaba como Ritsuka, instintivamente, entre abría sus rosados labios, aguardando pacientemente por él pero... el no sabía besar...

 

Se quedó un segundo así, estático, hasta que recordó lo que había visto en las películas infantiles y lo que sus padres hacían cuando se daban un beso, y, dispuesto a recrear lo que a su juicio era eso, un beso, se aproximó lentamente al infantil rostro de su hermano, sintiendo la respiración calmada de este golpear dulcemente parte de su rostro... abrazó sutilmente la cintura de este, aproximándolo a él aún más y sin nada más que decir, selló la conciencia de ambos en lo que el llamaba un beso. Sus bocas se juntaron ansiosas, el menor se había sorprendido bastante ya que ese contacto sinceramente aún no lo esperaba, pero decidido a no romperlo por nada del mundo, acercó sus manitas a la camisa del pijama de su hermano atrayéndolo hacia él aún más, ocasionando un roce aún más fuerte pero no por eso menos delicado.

El momento era perfecto, mágico. Sus labios unidos y acariciándose tan suavemente le hicieron olvidar al de iris zafiro el hecho de que se encontraba besando a su hermano menor y tan solo se dejó llevar por el hermoso momento; los labios del pelinegro eran tan suaves que le traían una paz que él jamás había sentido en su cuerpo, al igual que una sensación en su estómago que le hacía pensar que tenía mariposas vivas dentro de él. Siguieron así unos cuantos segundos, con sus labios unidos y moviéndolos con una lentitud armoniosa, haciendo de ese contacto algo más íntimo, hasta que tuvieron que separarse con lentitud tras sentir que la falta de aire les impedía continuar... Abrieron sus ojos suavemente, mirándose fijamente, ambos con un hermoso y suave rubor en sus mejillas, mientras que sus pequeños cuerpos se negaban a despegarse de la figura del contrario, quedándose así, abrazados, sintiendo el exquisito calor que el cuerpo contrario les proporcionaba mientras se veían a los ojos completamente azorados pero extrañamente...

 

Felices...

 

- ¿E...eso fu...fue un beso?- preguntó un apenado Ritsuka, sintiendo la dulce sensación aún presente en su boquita

 

- cre...creo que sí- fue la respuesta que le dio su hermano

 

-... ¿sabes onii-chan?- preguntó dulcemente

 

- ¿qué cosa?

 

-... tus besos saben muy rico- comentó mientras reía tiernamente y se tapaba su boquita, soltando la camisa del mayor apenado por lo que acaba de decir

 

-...- no respondió, solo se quedó callado y sumamente asombrado por el comentario de su inocente hermanito, con un fuerte carmín adornando sus blancos pómulos y una sonrisa en sus ahora, rojos labios

 

- ¡quiero otro!- gritó animado y con un hermoso y especial brillo en su mirada- ¿me das otro onii-chan?- preguntó, temeroso de que su hermano se negara

 

- ...

 

- ¿onii-chan?

 

-...

 

No respondió, solo se quedó ahí, incado, mientras soltaba con lentitud la cintura del ojiamatista y procesaba lo que acababa de ocurrir... Había besado a su hermano, y eso no era lo peor, sino que le había gustado... y le había gustado mucho... aquella dulce sensación que sintió los pocos segundos que su boca estuvo pegada a la del menor en tan bello contacto aún estaba presente en su boca y aquel sabor... Dios... ¡aquel sabor! sabía que jamás los iba a poder borrar de su mente y mucho menos de su corazón...

Pasaron aproximadamente otros cinco segundos en los cuales el pelinegro se había recargado en el respaldo de la silla, sumamente triste y a punto de llorar de nuevo por la falta de respuesta procedente del rubio hasta que sintió un sorprendente jalón en su frágil bracito que le hizo asustarse en demasía pero que inmediatamente le calmó una determinada mirada azulada que el se conocía de memoria y una agitada respiración que recién había descubierto muy pegada a su rostro...

 

- her...hermano...- susurró impresionado al sentir como es que el contrario le había acercado repentinamente en un abrazo demandante

 

- ¿qué pasa?- preguntó calmado al mismo tiempo que colocaba un mechón de aquel negro cabello detrás de la oreja del infante pero procurando no soltar un solo segundo la cintura de este

 

- ¿q...qué estás haciendo?- cuestionó asombrado por el repentino cambio de actitud del pelicastaño

 

- nada... solo... cumplir la promesa que le hice a mi hermano menor

 

- ¿pro... promesa?- preguntó dificultosamente ante aquella cercanía que no sabía por qué, pero le hacía ponerse sumamente nervioso

 

- mjmj... ¿qué acaso no te dije que haría lo que fuera por que me creyeras que realmente te amaba? pues bien... aquí está tu respuesta...

 

- ¡en serio! y cua...

 

No pudo terminar de completar su pregunta ya que lo único que sintió fue como la boca del mayor se encontraba de nuevo pegada a la suya en un sutil contacto que le hizo quedarse así, estático, hasta que observó como su hermano cerraba de nuevo sus ojos y él, siguiendo el ejemplo, se abandonó a la ternura de este... jamás pensó que lo que los grandes hacían se sentía tan bien, y es que el suave contacto de su boca pegada en un sutil movimiento de labios por parte de los dos le hacía sentir... tan feliz...

Con cuidado y más por instinto que por otra cosa, levantó sus bracitos y con ellos rodeó cuidadosamente el cuello del pelicastaño, acercándolo aún más a él mientras sus labios no dejaban de rozarse en un ritmo armónico; las mejillas de ambos ardían en carmín, la pena les invadía ya que no querían parecer un tonto para el contrario, pero poco a poco esa pena fue quedando atrás y en su lugar, nació un sentimiento que ellos no podían describir aún...

 

La pasión...

 

Se soltaron con lentitud cuando sintieron que el aire les faltaba de nuevo y es que a esa edad no podían estar más de cinco o siete segundos besando al contrario ya que aún no aprendían a retener el aire para prolongar el momento pero... por ahora, así estaban bien... Una hermosa sonrisa apareció en el rostro del hermano mayor al ver tan bella imagen frente a él, Ritsuka, anonado todavía por la nueva sensación recibida, seguía con sus ojitos cerrados, sus labios ahora no eran delgados y rosados, en ese momento se encontraban rojos e hinchados y sus mejillas seguían igual si no es que más rojas que cuando le dió el primer beso. Hipnotizado por tan tierna imagen se acercó de nuevo al rostro del menor y besó con delicadeza los párpados que en ese momento escondían tan bella mirada, lo cual hizo que el pelinegro los abriera lentamente, observando la piel pálida de su hermano ahora ligeramente coloreada por un rojo que a su parecer le hacía lucir tierno y adorable... como un osito de peluche. No dijo nada y solo esperó el siguiente movimiento del contrario, anhelando otro beso de su parte y lo recibió pero esta vez empezó por sus mejillas y fue bajando con sutilidad en dirección a su moreno cuello.

Fue ahí cuando el primer jadeo salió de su inocente boca, queriendo morirse en ese instante por haber hecho un ruido tan raro que no sabía ni por que lo había hecho... además... se sentía sumamente extraño, no podía describir como así que como todo niño de su edad, se armó de valor y preguntó curioso:

 

- onii-chan... ahmm... ¿q...qué me esta pasando? me siento ca...caliente, mu... muy caliente...- dijo con dificultad entre jadeos

 

- ¿caliente? ¿como cuando te da fiebre?- preguntó sin dejar su labor de llenar de besitos el cuello del pelinegro

 

- ahhhmm... ajá... como... cuando me da fi...fiebre... ahmm...- respondió al mismo tiempo que recargaba su cabecita en el hombro del contrario, entrecerrando los ojos y disfrutando de aquello que su onii-chan le hacía y que se sentía tan bien

 

- ¿te duele?- preguntó angustiado de haber hecho algo que lastimara al pequeño

 

- n...no... al contrario se... se siente muy... muy bien...ahmm- musitó en un dulce susurro

 

-... te quiero Ritsuka- susurró en el oído del menor para después lamerlo con delicadeza sacándole otro sutil jadeó al ojiamatista

 

- yo también Soubi...mmm...- respondió sin soltarse del agarre con su hermano

 

Después de esta pequeña declaración, la boca del ojiazul siguió descendiendo suavemente llenando de dulces besitos toda la piel del cuello del morenito hasta toparse con la camisa del pelinegro, bufó, no sabía por que pero en esos momentos se le hacía una prenda sumamente estorbosa ya que no le permitía seguir demostrándole a su hermanito cuanto lo quería además de que estar él incado y el menor sentado en la silla se le hacía algo sumamente incómodo así que sin pensarlo, hizo que este se sentara lo más "derecho" posible en la silla, mientras le depositaba un tierno beso en sus labios y le sonreía con amor, gesto que fue correspondido de la misma manera. Abrió sus piernitas con lentitud lo cual ocasionó cierto pudor en el contrario pero antes de que este pudiera reaccionar y cerrarlas, se situó entre ellas y le hizo abrazarle la cadera con sus piernas, le sujetó la cintura con firmeza y con cuidado, se fue poniendo lentamente de pie cargando a su hermanito dispuesto a dirigirse a la alcoba de los dos.

Una vez que llegaron, depositó al pelinegro con cuidado en su cama para después él subirse a esta lentamente, colocándose encima del menudo cuerpo del ojiamatista. Se miraron a los ojos con las respiraciones agitadas y al mismo tiempo se fundieron en otro beso que les devolvió el calor a sus pequeños cuerpos, Ritsuka volvió a acercar al ojiazul hacía él en un abrazo por su cuello para después sentir como es que un bultito húmedo golpeaba suavemente sus labios... era la lengua de su onii-chan que le pedía permiso para entrar a su cavidad, así que rápidamente y sin pensar le dió acceso abriendo su boquita lo más que podía para darle total acceso, sus lengüitas se encontraron y se acariciaron suavemente, mezclando su deliciosa saliva por primera vez pero lejos de darles asco como normalmente sería, les abrió otro sentimiento que no estaba dentro de su vocabulario aún... Deseo...

 

Cuando el aire les hizo falta de nuevo, se separaron dulcemente mientras sus miradas se topaban de nuevo y sus respiraciones descontroladas rompían el silencio de la habitación. Sin decir nada, Soubi volvió a situar su cabeza en el espacio que había entre el cuello y hombros de Ritsuka, besando toda aquella extensión de piel con un poco más de desesperación. Sus manos se dirigieron a los hombros de su hermano, acariciándolos con sutileza por encima de la ropa de este, mientras descendían con lentitud por la delgada figura del chico. Al llegar a su cintura, levantó sutilmente la prenda introduciendo ambas manos en esta, acariciando con lentitud la caliente y sedosa piel de su hermano ocasionando que otro jadeo más fuerte que los anteriores escapara de su inocente boca. Subió sus manos lentamente por el torso del ojivioleta, acariciando todo a su paso con ternura y al mismo tiempo retirando aquella estorbosa prenda; cuando lo logró, la sacó con delicadeza del cuerpo de su hermanito siendo ayudado por este que levantó sus bracitos para ayudar a su hermano a llevar a cabo tan importante tarea. La dejó caer al suelo sin importancia alguna y se volvió a concentrar en el pequeño cuerpo que tenía debajo del propio, acercando su rostro a los pequeños pezoncitos que estaban totalmente expuestos para su creciente hambre.

 

Los lamió con lentitud a los dos, disfrutando aquel sonido que escapaba de los rojos labios de su hermano y que no sabía por que pero le incitaba a seguir haciendo aquello que al parecer le hacía sentir especial al ojivioleta. Observó uno de cerca, notando la agitada respiración de su onii-chan en el subir y bajar de su pequeño pecho y, con curiosidad, acercó uno de sus dedos a este acariciándolo suavemente mientras escuchaba de nuevo aquel sonido. Se acomodó mejor encima del cuerpo de este y con lenta parsimonia, pasó su húmeda y cálida lengua por el contorno de tan tierno botoncito, disfrutando el dulce olor a vainilla que el cuerpecito de su hermano siempre emanaba y que en esos momentos le había arrebatado toda cordura.

 

Lo lamió repetidas veces para después prendarse de este como un bebé buscando alimento y empezó a mimarlo con pasión mientras su mano derecha se encargaba de no abandonar el otro pezón, haciendo que el pequeño por primera vez en lo que va de la noche y de su corta existencia dejara escapar su primer gemido de total y puro placer.

 

- ¡ahhhh! ¡onii-chan!

 

Gimió con sensualidad innata el pequeño

 

- ¿qué pasa, Ritsuka?- preguntó sin querer despegarse del ahora duro botón

 

- ¡n...no hagas eso!- dijo totalmente apenado por la acción del otro sobre su cuerpo

 

- ¿eh? ¿por qué? ¿qué acaso no te gusta?- cuestionó dejando toda labor en el cuerpo del ojivioleta

 

- s...si pero... pe..pero me... me hace sentir extraño "ahí"...abajo...- respondió con pudor

 

- ¿dónde?- preguntó divertido

 

- pu... pues "ahí"- respondió avergonzado

 

- ¿dónde?- volvió a cuestionar divertido de la pena que el menor sentía

 

- ¡Soubi! ¡no te hagas el baka! ¡bien sabes de donde te estoy hablando!- exclamó un poco enojado y cohibido al mismo tiempo

 

- ahh... te refieres... ¿a aquí?- preguntó mientras una de sus manos descendia lentamente hasta el pequeño miembro de su onii-chan

 

- ¡ahhhh! ¡s...sí! ¡a...ahí!... ¡ahhh!- respondió entre gemidos

 

- pero... si cuando mamá le acaricia aquí a papá él se siente muy bien ¿que tú no?

 

- s...si pero... pero ¡¿eh?! ¡y tú como sabes que mamá le acaricia ahí a papá!- preguntó sorprendido

 

- porque... yo también los he visto haciendo cosas de adultos, Ritsuka- respondió al mismo tiempo que mordía con delicadeza el pezón de su hermano

 

- onii-chan...- susurró en un hilo de voz

 

Y si más que decir, volvió a la tarea de atacar de caricias y besos a su onii-chan, empezando por mimar el segundo pezón que dejó pendiente al mismo tiempo que acariciaba el sexo de este por encima de la ropa, sintiendo como es que se ponía más y más duro con cada caricia que le otorgaba con su delicada mano y escuchaba para deleite propio los hermosos gemidos que su hermanito sinceramente ya no podía callar...

 

- ahhhh... ahhhh... mmm... ahmmm...

 

Gemía y jadeaba sin control alguno mientras sentía como su hasta ese momento puro e inocente cuerpo era mancillado por su hermano mayor.

 

- S...Soubi... ¡ahhh! ¡hermano!

 

Grito de placer puro cuando sintió como es que el mencionado se había atrevido a meter su mano dentro de su pijama y ropa interior y ya acariciaba directamente su miembro excitado al mismo tiempo que los labios y lengua de su onii-chan descendían con sensualidad por su torso y llegaban a su ombligo, el cual ahora se encontraba siendo atacado por suaves mordiscos, excitantes lamidas y tiernos besos que hacían que el pelinegro se retorciera de placer puro debajo del cuerpo del más grande

 

- ¡Soubi ¡Soubi!- llamaba sin parar- ahhh... ahhhmmm...ahhhh...

 

El aludido, al escuchar el silencioso timbre suplicante en la voz de su hermano, sacó su mano de aquella sensible zona al mismo tiempo que dejaba por la paz aquel ombliguito que le volvió un loco y se dirigió a la boquita de este, metiendo su lengua lo más que podía a la pequeña cavidad de su hermanito que como podía, respondía los demandantes besos de su hermano mayor. Se aferraba a su cuello con afán de no querer soltarlo mientras seguía besándose con ardor con su amado onii-chan, entrelazando su pequeña lengua a la del contrario y dejaba que este le mordisqueara sus pequeños labios que de pronto sentío un ardor más o menos soportable y un líquido descendiendo lentamente por su barbilla....

 

- lo siento Ritsuka... te... te lastimé- susurró con voz agitada y totalmente excitada mientras recogía con sensualidad la sangre que salía de la herida hecha por él en el delicado labio inferior de su hermanito

 

- daijobu, Soubi... pero onegai, no dejes de tocarme y mucho menos de besarme... onegai onii-chan- suplicó con la mirada cristalizada y un hilillo de saliva y sangre entremezclada descendiendo por la comisura de sus labios

 

- no lo haré...- respondió con determinación.

 

Y sin pensarlo un solo segundo más, se incorporó de encima del cuerpo del ojivioleta y con rapidez, llegó a la cintura de este y quitó sin titubear el resto de la ropa que portaba el pequeño. Sonrió maravillado al observar frente de él tan perfecto y pequeño cuerpo que de pronto sintió un dolor punzante en su entrepierna, así que por inercia dirigió una de sus delicadas manos a su parte íntima y la sobó por encima de la tela de su pijama, intentando calmar el ardor pero lo único que logró fue que esta se endureciera aún más, ocasionándole un dolor más fuerte que el que ya tenía. Su respiración agitada se mezclaba con la del ser que le esperaba invitante debajo de su cuerpo, pero el calor le estaba matando así que sin más se quitó su camisa dejándola caer al frío parquet, dándole un pequeño espectáculo a su hermanito menor que se encontraba observando todo desde donde estaba.

 

Este, se quedó anonado con el cuerpo del mayor, su blanco pecho resaltaba en la oscuridad de la noche a diferencia de su morena piel, su respiración también estaba sumamente agitada lo cual le alegró al saber que no era el único... descendió un poco más la mirada hasta que notó como el sexo de su hermano también se encontraba levantado como el suyo solo que este aún portaba los pantalones, permitiéndole ver como se hacía una "casita de campaña" muy chistosa a parecer suyo pero... ahora que lo recordaba, cuando él le había acariciado "allí" se había sentido muy bien... así que supuso que para su onii-chan sería lo mismo... Se incorporó de tal manera que quedó sentado de frente con el rubio, se miraron a los ojos con sus respiraciones en crispadas y sus mejillas ardientes, se acercó al cuerpo del mayor y se abrazó a este obteniendo el mismo dulce gesto de respuesta. Alzó su carita y con lentitud, se dispuso a hacer sentir igual o más que bien que lo que su hermano le había hecho sentir.

 

- ¿qué... qué haces Ritsuka?- preguntó con la voz entrecortada al sentir los suaves labios del aludido besar su blanco cuello

 

- lo mismo que tu onii-chan... demostrarte mi amor- respondió inocentemente

 

El menor sonrió encantadoramente, bajando con sutileza por su cuello y subiendo de nuevo sin quererse separar de ese lugar, besando cada porción de piel con inmenso amor y dedicación...

 

Puede que no supiera muy bien lo que era amar a una persona como se amaban sus padres, pero para el sus sentimientos hacia su onii-san eran así de fuertes... si no es que más. Sus afilados dientes mordieron con sutilidad una parte del hombro del pelicastaño, lo cual le hizo a este dejar salir un pequeño jadeo que llegó a los oidos de su hermano al estar tan de cerca. Sonrió con alegría al ver que él también podía hacer sentir bien a su onii-chan y decidido, se dedicó a hacerle lo que él había sentido sobre su propio cuerpo. Besó, lamió y mordió toda la piel que tenía ante sus ojitos mientras descendía lentamente por el torso de su hermano, al llegar a los pezones de este, notó lo duros que ya se encontraban pero ingenuo de saber lo que esto significaba le restó importancia y se dispuso a besarlos como su onii-chan le había hecho, sacándole ahora un gemido a toda norma de sus rojos labios. Los lamió con lentitud una y otra vez, sintiéndose extrañamente feliz al sentir tan dulce sabor de estos en su boquita; su manita se dirigió con timidez al otro botón dispuesto a acariciarlo pero la mano de su onii-chan le impidió llegar a su objetivo. Extrañado, detuvo su labor, sin notar como un hilo de saliva lo unía aún al pezón de su onii-chan y le preguntó con la mirada por qué había hecho eso. Sin recibir una respuesta clara, sintió como le hacían descender su manita, llegando hasta el sexo de su hermano en un solo instante, sintiendo claramente la dureza que estaba escondida debajo de los pantalones del ojiazul.

Como que medio captando la idea y con un carmín más fuerte que los anteriores al notar en que parte se encontraba su mano, se dispuso a acariciar con lentitud y torpeza entremezcladas la dura excitación de su onii-chan mientras que sus dientes afilados se disponían a morder el otro pezón que este no dejó que su mano acariciara, escuchando satisfecho los jadeos que se entremezclaban con los propios. Siguió el ritmo que el rubio le imponía sobre su mano para poder acariciar aquella dureza que a cada segundo que pasaba emanaba un calor mayor sumamente agradable al tacto, sintió sus pómulos arder de vergüenza al ver lo que estaba haciendo pero si con eso hacía sentir bien a su onii-chan, él estaba dispuesto a acariciarle "allí" todo el tiempo que este quisiera.

 

Pasados algunos minutos, abandonó los botones más que erectados de su hermano y descendió por el torso de este, sintiendo su piel caliente y viendo como delgadas gotas de sudor descendían por el camino que este tomaba. Llegó al ombligo de su hermano y lo mordió con sutilidad para después escarbarlo con su lengua como si fuera una cuchara que se encontraba repleta de mermelada de fresa y que él se tenía a dar a la "ardua tarea" de "limpiar"; sintiéndose a gusto al escuchar como es que él también era capaz de sacar gemidos de placer de los labios de su hermano así que se animó a descender más hasta que se topó con su propia manita acariciando la intimidad y los pantalones del pelicastaño. Confundido al ya no saber que hacer, alzó su dulce mirada brillante y observó a su hermano por unos dos segundos, que fueron los cuales este le alejó un poco de su propio cuerpo y se hincó sobre la cama para quitarse lentamente la ropa que quedaba sobre su juvenil cuerpo.

Impactado al observar como el pedazo de su onii-chan era un poco más grande que el propio, se quedó como embobado observándolo hasta que sintió como el caliente cuerpo del ojiazul le abrazaba con amor y sutilidad y le guiaba de nuevo a recostarse sobre las sábanas que ya no les ayudaban en lo absoluto a sentirse frescos. Por instinto y antes de que su hermano se situara por completo sobre su cuerpo, abrió sus piernitas mostrándole su sexo y su entrada a su ser al contrario que, al observar aquella vista se sintió extrañamente más hambriento del cuerpecito de su onii-san y sin más que esperar, se acomodó encima del de este, situándose entre el espacio que este le había dado por su cuenta.

 

Se besaron de nuevo pero esta vez con lentitud, disfrutando de la sensación de sus labios unidos al mismo tiempo que sus manos procuraban acariciar todo cuanto podían del cuerpo del contrario... brazos, espalda, torso, cabello... mejillas... todo lo que sus manitas les permitieran acariciar. Soubi, por su parte, se dirigió rápidamente a la pequeña entrada que su hermanito le había mostrado, acariciándola con sutilidad por encima con las yemas de sus dedos, sintiéndose un loco al sentir como es que este ahogaba un gemido en su propia boca al hacer contacto en esa parte con sus dedos. Se separaron de nuevo y se miraron a las lagunas del contrario, observándose detenidamente y tratando de asimilar lo que estaba por ocurrir...

 

- onii-chan... ¿q...qué haces?- preguntó con temor al sentir como este acariciaba sus nalguitas delicadamente

 

- nada... solo te acaricio onii-chan- respondió mientras se dirigía de nuevo al cuello del menor, marcándolo con sutilidad por miedo a que su madre se diera cuenta de lo que en esos momentos estaba pasando al mismo tiempo que acariciaba aquel pequeño y cálido lugar

 

- e...eso ya lo... lo sé demo... ¿por qué mis nalguitas?- preguntó con inocencia

 

- ¿qué acaso no se siente bien?- cuestionó exhalando un suspiro de satisfacción en el cuello del menor

 

- s...si...hmmm- contestó soltando un leve jadeo al sentir aquel cálido aliento sobre su suave piel

 

- entonces no te quejes onii-chan- respondió con una sonrisa de medio lado adornando su rostro

 

- ha...hai...

 

Exclamó cohibido el pelinegro...

 

Sin más tiempo que esperar, Soubi llevó tres de sus dedos a la boquita de su hermano, indicándole silenciosamente que los lamiera, orden que fue aceptada sin dudar. Al sentir que estaban suficientemente bañados de saliva, dirigió con sutileza sus dedos a la entrada de su pequeño hermano, en ocasiones anteriores vio a su padre haciéndoselo a su madre y supondría que debía hacer lo mismo con su onii-san para no lastimarlo ya que sabía mediante los gritos de sus progenitores que debía de causar mucho daño lo que se disponía a hacer, así que se propuso hacerlo con la mayor delicadeza posible para no herirlo... eso era lo que menos deseaba. Con cuidado, acarició la sonrosada entrada con delicadeza por fuera, tratando de embarrar la saliva de su hermano lo mejor posible para que no le doliera y con precaución, ingresó uno de sus dedos en la estrecha cavidad del menor.

 

- ahhh... ¡¡onii-chaaan!! ¡i...itai desu!- exclamó con un gemido de profundo dolor al sentir aquella extraña invasión

 

- ¡go...gomen nasai!

 

Respondió espantado al ver que lejos de demostrarle su amor le estaba causando un daño, así que sin más se dispuso a sacar su dedo de allí dentro pero su hermanito se lo impidió, estrechando su entradita lo más posible con tal de impedir que su onii-chan llevara a cabo esa acción...

 

- Ritsuka...- susurró asombrado ante la respuesta silenciosa del otro

 

- o...onegai onii-chan... sigue...- suplicó entre jadeos de placer y dolor entremezclados, procurando apretar todo lo que podía para que ese dedo no saliera de ahí

 

- pero... si con mi dedo te duele no se que pasará cuando lo haga con mi...

 

- ¡no me importa!- interrumpió con decisión- ¡yo solo quiero que me demuestres cuanto me amas onii-chan!- exclamó entre sollozos

 

- ¿se...seguro?- preguntó indeciso

 

- hai... muy seguro onii-chan ...- sonrió

 

Así que, después de conseguir la aprobación de su onii-chan, limpió con un beso una única lágrima que se había escapado de sus hermosos iris amatistas y se dispuso a preparar con más delicadeza la entrada del menor, sobando con ese dedo las paredes del interior de Ritsuka lo más posible para que se hiciera un poquito más grande y después ya no le doliera nada, impresionado por la calidez y elasticidad que esta presentaba. Un dedo... uno que se volvieron dos, dos que se hicieron tres... Soubi procuraba ensanchar esa dulce y cálida entradita lo más posible, moviendo sus dedos de adentro hacia afuera y abriéndolos en tijera de vez en cuando, mientras sentía la agitada respiración del menor golpear su cuello y sus uñas arañar levemente su espalda al mismo tiempo que los labios de este se encontraban muy ocupados besando sus hombros, tratando de hacerlo sentir igual de bien como él lo estaba haciendo con su hermanito.

Una vez que estuvo lo suficientemente preparado al parecer del rubio, dejó de preparar al pequeño y, con delicadeza, los sacó lentamente del traserito del menor, procurando no lastimarlo, escuchando un gemidito de gusto escapar de aquella dulce boquita. Abrió sus piernitas lo más posible con ayuda de Ritsuka y las colocó una a cada lado de sus caderas para inmediatamente después tomar una almohada pequeña que se encontraba cerca y colocarla debajo de la espaldita de su hermano para que este estuviera más agusto y lentamente se fue acercando al moreno cuerp, pegando su perlado pecho al del menor, rozando deliciosamente todo su cuerpo con el contrario y posicionando su miembro excitado en el suave trasero, rozando ambas colinas de este y dispuesto en cualquier momento a introducirse en su cuerpo.

 

- Rit-chan, si te duele me dices para que me detenga onegai... no quiero lastimarte-pidió temeroso mientras se acercaba más y más a aquella dilatada entrada

 

- hai... Soubi...- llamó con sutileza a su hermano

 

- ¿si?

 

-... te amo Soubi- confesó con un tierno rubor en su rostro y una brillante luz adornando sus bellos iris amatistas

 

- yo también te amo Ritsuka...

 

Fue su única respuesta antes de besar con amor a su hermanito al mismo tiempo que introducía su abultado miembro en el cuerpo de su hermano. Ritsuka, al sentir como este se metía con lentitud, exhaló un gemido entremezclado de dolor y de portentosa satisfacción en los labios de Soubi mientras procuraba por instinto abrir sus piernitas lo más que su menudo cuerpo se lo permitía para darle un acceso total a su onii-chan, hasta que sintió por su totalidad aquel sexo caliente y rígido dentro de su pequeño cuerpo.Separó su boquita de su hermano y ocultó inmediatamente su rostro en el cuello de este, mordiéndose los labios lo más posible para no gritar y mucho menos llorar, no quería que su hermano se espantara y se detuviera... quería llegar al final... pero es que... le dolía... le dolía demasiado...

 

Soubi, por su parte, al ser él el que se encontraba penetrando a su hermanito profirió un profundo gemido de descomunal satisfacción y gusto, aquella parte del cuerpo del menor estaba muy pequeña y calientita, jamás había sentido algo tan rico rodear su cuerpo... pero aún dentro de su propia burbuja de placer notó la "disimulada" reacción del menor,notando la incomodidad de este al tenerle dentro de su ser, así que se detuvo un momento por miedo a lastimarlo más de lo que ya lo había hecho, esperando hasta que su hermanito estuviera listo para continuar. Estuvieron unos cuantos segundos así, estáticos, sin moverse ni decir nada, hasta que Ritsuka se animó a alzar su mirada cristalina por el dolor y placer y se acercó sensualmente a la boca de Soubi, depositando un suave beso de piquito en estos al mismo tiempo que movía sus caderas encima del miembro de su hermano, indicándole que ya podía moverse con libertad. Soubi, captando la idea, tomó entre sus manos aquellas caderas y las arrimó un poquito más a su cuerpo para poder darle la primera embestida procurando no causar dolor alguno y así, empezar a penetrarle pausadamente, acariciando las suaves piernas con delicadeza y sonriéndole al otro para intentar calmarlo.

 

Ritsuka, al sentir como su hermano le daba la primera embestida, dejó caer su cabecita hacia atrás y abrió su boca totalmente dejando escapar un fuerte gemido que retumbó en las paredes de su habitación, aquello se sentía tan delicioso que quería no sabía por que, pero quería más y más... todo lo que su hermano pudiera ofrecerle. Se aferró con fervor a la espalda del rubio mientras sentía como este empezaba a penetrarle con un ritmo un poquito más rápido pero sin perder la sutilidad, metiendo y sacando su sexo de aquella estrecha entradita con lentitud por miedo a lastimarlo de nuevo o causarle alguna incomodidad, pero olvidando por completo que su hermano también quería recibir placer, no solo cuidados así que sin dudarlo, suplicó:

 

- m...más...más rápido...So...Sou...bi... o...onegai...

 

Dijo el pequeño tomando un poco de aire mientras soltaba pequeños gemiditos y observaba con los brazos alzados por sobre su cabeza como su hermano metía y sacaba una y otra vez su sexo de su entradita y su propio sexo era altamente estimulado por el abdomen del ojiazul, causándole dos enormes placeres y sintiéndo "inexplicablemente" un calor más grande rodear su infatil cuerpo...

 

- aaahh... demo... puedo lastimarte onii-chan- respondió con dificultad

 

- one... gai Sou...biiii... ¡ahhh! ¡ahhh! se...se que no lo harás her... hermano...- pidió de nuevo entre gemidos

 

- ¿se...seguro?- preguntó no del todo convencido

 

- ¡hai!- respondió animadamente y con una sonrisa surcando su sudoroso rostro

 

 

Soubi, rápidamente hizo caso y dejándose salir volvió a entrar una y otra vez con un poco más de fuerza haciendo que Ritsuka se ahogara en sus gemidos...

 

- ¡ahhh! ¡ahhhh! ¡ahhhh! ¡onii-chaaan!- gemía sin control

 

- ¿t... te guuuus... gusta ¡Rit-chaaaahhn?!- preguntó perdido en el placer

 

- ¡hai! ¡me... me gusta Sou... bi... me gusta mucho! ¡ahhh! ¡ahhh!

 

 

Sin previo aviso, comenzó a mover su caderas en sincronía con las de su hermano mientras su jadeos iban en aumento, se mordía su labio inferior intentando no hacerlo con mucha fuerza o se abriría la herida de nuevo pero le era imposible... se sentía TAN increíble tener ese pedazo de carne caliente y cálido proveniente de su onii-chan atrapado en las paredes de su interior que inconscientemente fue moldeando su intimidad a este, pegando sus caderas lo más posible a las del mayor mientras seguía como podía el ritmo que se le estaba siendo impuesto. Soubi por su parte, al notar el interior de su onii-san relajarse aún más con cada entrada en su cuerpo, aumentó el ritmo progresivamente, ambas manos se entrelazaron en una unión mística y sus rostros se sonrieron con amor mientras los gemidos de placer inundaban cada rincón de la habitación, el rubio arremetía con fuerza sus caderas contra el excitado y sumamente sudoroso cuerpo del pequeño pelinegro quien le transmitía confianza besando el blanco cuello bañado en sudor por aquellas acciones al mismo tiempo que lo mordisqueaba levemente, ambos niños intentado satisfacer a su hermano lo más posible, pero no de placer como un adulto buscaría, sino de algo más profundo y que alguien ajeno a ellos no lo entendería jamás...

 

Era... el amor...

 

- ¡ahhh! ¡ahhh! ¡onii-chan! ¡no...no pares... onegai!- gemía una y otra vez el pelinegro

 

- ¡ahhhh! ¡i...iie... ahhh Rit-chan, te amo te amo onii-chan!- confesó entre suculentos gemidos sin intención alguna de reprimir su sentir

 

- ¡yo también te amo Soubi... te amo hermano! ahh... ahhh... ¡ahhh!

 

Gimió para inmediatamente después abrazarse al cuerpo del estudiante de secundaria con tal desesperación que parecía iba a morir en sus brazos, por el éxtasis, por el descontrol, por la pasión pero más que nada, por el amor que sentía en esos momentos de entrega, al lado de su amado hermano. Sus labios volvieron a buscarse para besarse frenéticamente mientras sus caderas seguían danzando aquel frenético baile impuesto por los dos, el calor subía y subía, cada vez más en ambos cuerpos a cada segundo que pasaba, mete-saca mete-saca... aquellos movimientos estaban volviéndolos locos...

 

- ¡ahhh Soubi! ¡Soubi! ¡Siento que me muero! ¡Me siento muy caliente!- exclamó al momento de romper tan mágico beso

 

- ¿te...te duele? hmm....- preguntó entre preocupado y extasiado

 

- ¡n...no! no me duele nada, pero siento…que voy a morirme... tengo calor mucho calor…- contestó en un susurro apenas audible mientras pegaba su pequeña frente al torso del ojiazul

 

- e…eso es normal… es… estás sudando mucho… ¡ahh!- dijo mientras seguía aferrando todo de sí en la pequeña cavidad

 

- ahhh… en… ¿enserio? ¡ahhh!- preguntó incrédulo

 

- hai…

 

Susurró al mismo tiempo que abría de nuevo las piernas de su pequeño hermano y las colocaba con cuidado sobre sus hombros para así poder penetrarle con más certeza…

 

- ¡Soubi! ¡ahí! ¡ahí se si…siente muy bien! Hmm… ¡ahhhh!- gimió de placer puro en cuanto su hermano le estimuló sin saber su próstata

 

- do…donde ¿a…aquí?- cuestionó mientras inconcientemente hacía que sus caderas golpearan de nuevo en el lugar indicado

 

- ¡si! ¡ahí! ¡onii-chan! ahhhh ahhh ahhh

 

- Rit-chan… mmm…

 

Al sentir como es que le embestían una y otra vez en el lugar pedido, se abrazó lo más fuerte que podía a la espalda del mayor, sentía como es que el pedazo de su onii-chan ya estaba tan duro que con la presión podía dar fácilmente con ese punto tan sensible que producía algo muy rico dentro de él ¿qué cosa? No lo sabía, solo sabía que eso le gustaba… le gustaba demasiado…

 

Sin embargo algo le decía que eso quería decir solo una cosa… también su hermano se estaba sintiendo llegar al límite… de eso estaba casi seguro así que tomó entre sus manitas el rostro del mayor, le sonrió y beso con ternura su mejilla derecha para inmediatamente después abrazarse a su cuello y gemir una y otra vez en el hombro de su onii-chan, ocasionando con esta acción que su voz le llegara directamente a los oídos y como consecuencia, el pelicastaño movía con más fuerza sus inexpertas caderas  contra el excitado cuerpo de Ritsuka, transmitiéndole confianza acariciándole con cariño y pasión su pequeño cuerpo una y otra vez , tratando de no dejar un solo rincón de piel sin tocar y mordiéndo con ternura intentando acaparar su sabor el máximo tiempo posible; ambos niños estaban llegando al límite de sus pasionales movimientos y ambos lo sabían…

 

- Rit-chan… ya no se por qué pero… siento que... que yo… yo ya no puedo más…. ahhh

 

- yo… yo tampoco Soubi ahhh ¡ahhh! ¡AHHH SOUBIII!!

 

- ¡AHHH RITSUKAAAA!

 

Y sin más que decir, el primero en terminar fue Ritsuka culminando en un sonoro gemido, arribando a la cúspide del placer, manchando el torso de su hermano con su plateada miel mientras que aprisionaba entre sus paredes el miembro del pelicastaño el cual al sentir como esa pequeña entradita se hacía más pequeña y un líquido caliente resbalar por su abdomen terminó dentro de este, marcando con su esencia totalmente la intimidad del menor al mismo tiempo que dejaba escapar un gemido de inmenso placer en el oído del menor que al escuchar esto se sintió sumamente feliz y contento… contento de que su onii-chan también se haya sentido tan bien como él…

 

- ahhh… So… Soubi… se… se me salió algo ahmm…

 

- no te preocupes pequeño- susurró con voz pacífica luego del orgasmo recién obtenido- es… normal…

 

Explicó ya casi sin fuerzas al mismo tiempo que salía con cuidado de no dañar la delicada piel del interior de su hermanito, abandonando con pereza el cálido interior del menor mientras veía como su semen escurría lentamente por aquellas tersas piernas y descendían con lentitud hasta perderse en las sábanas e inmediatamente después besar cariñosamente los húmedos cabellos noche. Se recostó a un lado del chico, tratando de normalizar su respiración que aún estaba un poco agitada, cuando lo logró, atrajo hacia él a su pequeño hermanito, cobijándole entre uno de sus brazos al mismo tiempo que procuraba tapar su desnudo cuerpo con las sábanas de la desarreglada cama…

 

- Soubi...- dijo con voz tierna y exhausta

 

- ¿uhm?- preguntó un poco adormilado... se había cansado

 

-... ¿crees que…es así como se demuestran dos personas…que se aman?-preguntó apenado mientras trataba de reducir su agitada respiración.

 

-supongo… que sí… ven aquí

 

Ordenó mientras abría de nuevo sus brazos para que el pelinegro se acomodara entre sus brazos a su gusto; este, se abrazó con ternura al rubito, recostándose sobre su pecho húmedo producto del sudor, quedándose ambos profundamente dormidos presas del agotamiento no sin antes decir:

 

- onii-chan…- musitó en un susurro casi inaudible

 

- ¿humm? ¿Qué pasa Ritsuka?

 

-… te amo…- confesó con sus tiernas mejillas rojas cual manzana

 

- … yo te amo aún más pequeño

 

Fue su última contestación antes de cerrar los ojos con una sonrisa enorme surcando ambos rostros y sumirse en un profundo sueño del cual nada ni nadie los iba a despertar…

 

 

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1:45 a.m, casa de la familia Agatsuma

 

- shhh... Kosei no vayas a hacer ningún ruido, o vas a despertar a los niños- susurró Karin ingresando al interior de su casa

 

- hai hai daijobu- respondió su esposo mientras trataba de no hacer el más mínimo ruido

 

La habían pasado de maravilla, la obra estuvo exquisita Karin quedó maravillada con las bailarinas del ballet francés y Kosei obviamente con lo sucedido en el hotel, pero en toda la noche a ninguno de los dos se les había ocurrido llamar a la casa haber siquiera si los niños estaban bien, así que sin pensarlo se dirigieron rápidamente por el largo pasillo hasta detenerse enfrente del cuarto que estos compartían.

 

Abrieron la puerta con delicadeza e ingresaron al interior de la alcoba procurando no decir ni pío, encontrándose con una imagen sumamente...

 

Encantadora

 

- ¿vez? Te dije que estaban bien Karin, Soubi estaba a cargo ¿qué esperabas?- dijo en un susurro al mismo tiempo que se acercaba a la cama y cobijaba mejor a los dos hermanos

 

- si… creo que exagere un poco… pero me extraña que estén dormidos en la misma cama si cada quien tiene la suya- dijo con cara soñolienta

 

- ay mujer, si son hermanos además Ritsuka está muy pequeño puede que hayan visto otra película de fantasmas, vampiros o yo que sé y se espantó y por eso decidió dormir con Soubi

 

- te dije que no le compraras de esas cosas a Soubi, mi niño se ha de haber aterrado- dijo mientras se inclinaba a besar en la cabeza a ambos niños que dormían plácidamente

 

- ya amor no exageres, mejor vámonos a dormir que estoy exhausto- suplicó Kosei

 

- hai, vamos

 

Y siguiendo el ejemplo de su marido, salieron del cuarto de los pequeños, cerrando la puerta detrás de ellos con delicadeza sin imaginarse siquiera lo sucedido horas antes entre los pequeños hermanos

 

- menos mal que me desperté a tiempo y le puse el pijama a Rit-chan- dijo para sí un niño de mirada zafiro en cuanto supuso que sus padres estaban en su alcoba listos para dormir- si no, no sé que habrían hecho nuestros padres al encontrarnos así jijijiji- rió bajito mientras volteaba a ver el hermoso ser que tenía durmiendo entre sus brazos

 

- Soubi… sukidayo…- dijo entre sueños el pequeño niño

 

- watashi mo, Rit-chan… yo también…

 

Confesó inmensamente feliz para inmediatamente después darle un sutil beso en los labios a su hermano menor, atrapándolos entre sus blancos dientes, procurando no abrirle la herida de nuevo ni despertarlo para después abrazarse aún más a su menudo y cálido cuerpecito y así, dormirse tranquilamente, esperando la llegada de un nuevo y maravilloso día.

 

FIN.

 

Notas finales:

Jejejeje ¿qué les parecio? la verdad a mi me gustó mucho y más por que jamás había escrito un lemon con personajes de esa edad (se me dificultó un poco abuu TT.TT) pero al final quedé encantada =D espero que uds también n.n

Y a ti mi jessi moxa espero que te haya encantado, feliz cumple y animo!!!! =D jajaja es especialmente para ti y lo sabes =) guardalo bien y ahi me dices que te parecio jajajaja tk 1000 niña!!! cuidate bxox!!!

P.D.- disculpen si es mucho pero tenia q lucirme!! (fueron 30 hojas lo mas largo que he escrito xD) y espero de todo corazon q les haya gustado =) djen reviews!!! cuidense mis lindos lectores!! =)

Bxox!


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