:*: Enamórame :*:
-Naruto-san, Sasuke-san ha llegado y lo está esperando en la biblioteca-me comunico una de las sirvientas de la casa.
Mama ha puesto a mi servicio a un profesor particular de matemáticas. Sé que no soy bueno en esa materia pero no era necesario. Mi padre es empresario y dueño de la mitad de las tiendas comerciales que existen en el país, junto con otro respetable señor. Y piensa que debo heredar la parte que le corresponde a él cuando envejezca, por lo tanto debo ser bueno en materias como esa.
Me levanto de mi escritorio dirigiéndome a la puerta de mi habitación. Mientras bajo para recibir a mi nuevo profesor pienso que en verdad esto es desagradable. Ahora no podre salir con mis amigos a divertirme ni mucho menos conseguir alguna chica para pasar el rato y si se da algo más ¡sería fantástico!
Al bajar me percato que la puerta está abierta. Es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas. Pero qué más da estoy en mi casa.
-bien joven Uchiha le encargamos a nuestro Naruto espero no le cause problemas-le decía mi madre muy preocupada
-no se preocupe señora aria todo para que estuviera a un buen nivel y que sea alguien digno de ser llamado….-pero no termino de hablar porque la tonta de la sirvienta se tropezó de nuevo, para variar, con mi mascota.
-kyubi-corro en dirección de mi pequeño zorrito que estaba debajo de la mesa del teléfono-Sakura-chan ten más cuidado para próxima ¿quieres?-le hablo a la peli rosa que tenemos por sirvienta
-disculpe Naruto-sama-hace una reverencia y comienza a recoger las cosas que antes había tirado.
-no me llames sama sabes que lo detesto-le recrimine mientras acariciaba a mi kyubi entre mis brazos. Pero de pronto lo veo en las manos de otra persona.
-para un buen noble no es correcto hablar con las sirvientas, y mucho menos simpatizar con ellas-me hablo un peli negro que tenia del lomo a mi zorrito y alejado completamente de su cuerpo como si este tuviera rabia o algo parecido.
-¿pero qué dices? Es mi casa las sirvientas son mis amigas y ¡deja a kyubi lo lastimas!-le grite sin importarme que mi madre estuviera presente.
El chico enarco una ceja y me miro con una mirada seria y fría sin algún gesto o sentimiento que pudiera denotar en el rostro.
-¿kyubi? ¿Así se llama este bicho raro?-pregunto sin cambiar de dirección su mirada.
-disculpe Sasuke-san, lo que pasa es que Naruto a pesar de la edad que tiene aún juega con mascotas-hablo mi madre para dejarme en vergüenza. Espera un minuto él es…
-¿tú eres mi profesor?-pregunte sorprendido e incrédulo.
-así es-afirmo entregándole el zorro a mi madre-y las clases van atrasadas mejor comencemos-me tomo de la muñeca y me llevo junto a él en la biblioteca.
1. Y así comenzó todo.
Estábamos en la biblioteca, estaba leyendo un libro frente a mí en voz alta, mientras se supone tomaba notas, ¿pero qué le pasa? ¿Acaso no sabe lo malo que soy para prestar atención? Lo primero que hago es colocar el título, pero mientras lo hago mi mente viaja atreves de lugares que he visitado o quisiera conocer y sin más comienzo a escribir palabras que rimen entre ellas con los viajes y aventuras que se nunca se harán realidad. Me mira de reojo y observa que escribo así que sigue leyendo sin prestarme más atención.
Al final, lo que resulta de mis locas palabras entrelazadas es una canción, ya sea de cualquier tipo, por lo regular son de amor y desamor.
-Naruto…-escucho a lo lejos de mis pensamientos pero no le prestó atención
-Naruto…-vuelvo a escuchar pero esta vez un poco más fuerte
-¡UZUMAKI NARUTO!-eso sí que me despertó
Así es mi nombre es Uzumaki Naruto, tengo 17 años de edad, actualmente vivo en Francia, París con mis padres y varias comodidades. Soy rubio y ojos-azul como mi padre. De piel bronceada y tres marquitas en mi rostro. Aun soy un poco infantil por que según mi madre aun juego con kyubi, pero él es mi mascota y es uno de mis seres más amados. Me lo regalo mi amigo Gaara cuando tuvimos que separarnos.
-¿Qué es lo que quiere?-le respondo fastidiado a mi nuevo maestro me ha interrumpido en mi mejor concentración
-no estabas poniendo atención-me dijo visiblemente molesto
-¿acaso importa? La verdad no sé por qué lo contrataron, a simple vista se ve que eres solo un estudiante-le dije, ya me estaba empezando a molestar
-que dobe eres-me dijo acercándose en dirección a la silla del escritorio frente al mío-por supuesto que soy un estudiante, más exactos un estudiante de medicina
-¿un estudiante de medicina?-me sorprendió saber eso, un médico en la casa no está mal porque yo…
-¿te molesta que sea un estudiante y no un profesor en particular?-se sentó en la silla y dejo el libro que antes leía para recargar su barbilla sobre sus manos entrelazadas que estaban sobre la mesa-¿y qué esperas?
No entendía la pregunta, ¿Qué espero?, la verdad no sé. Mejor dicho no entiendo su pregunta. Mire hacia mi cuaderno y sobre él se encontraba una hoja con variaos números y letras. Me sorprendí.
-¿¡pero qué es esto!?-me levante de la silla y mire con los ojos abiertos la hoja
-son los ejercicios que resolverás con los apuntes que tomaste de la lectura que estaba haciendo-sonrió de medio lado ese chico. Sabía que no tome ningún apunte y se estaba vengando, pero no perder ante ese teme-si no los haces tendrás un castigo-me dijo para finalizar la conversación, por que empezó su lectura mental de nuevo
Sin más remedio me puse a contestarlos, eran ecuaciones de primer grado así que no había problema las entendía. ¡Pero eran demasiadas! Lo mire de reojo y seguía inmerso en su lectura, al menos no me estaba vigilando como mis maestros en la escuela. De pronto mi celular comenzó a vibrar, era un mensaje de Gaara, por lo regular siempre nos comunicamos por mensajes. Volví de nuevo mi mirada hacia el azabache y notando que no me prestaba de nuevo atención. Levante mi libro en forma de una pequeña pared, escondí mi cabeza y saque el celular de mi bolsillo. Sin más comencé a teclear mi mensaje.
Era ahora más hábil al para escribir las palabras, “la practica hace al maestro”, fue lo que me dijo mi amiga Hinata. Crear ok, opción ok, enviar ok, numero ok, desea continuar… y antes de enviarlo mi celular fue arrebatado, de nuevo, de mis manos. Sus ojos me miraron con molestia en sus orbes que causaron un escalofrió en mi cuerpecito pero no lo tome en cuenta y reclame.
-¿Qué te pasa teme? Devuélveme mi celular-me levante y trate de quitárselo pero, es obvio me sentó de un empujón en la silla, es más grande que yo, más fuerte
-creo que no has entendido bien las reglas Naru-chan-me sonrió macabramente y me miro con dureza-soy tu profesor y por ende me tienes que prestar atención solo a mí y cuando digo que tienes que trabajar en lo que te doy lo tienes que hacer-me tomo de la barbilla y me sonrió falsamente cambiando completamente de actitud-si no ocasionara que me moleste y no querrás conocerme enojado-beso mi mejilla y se separó de mi revisando mi teléfono.
No podía moverme, estaba sonrojado lo sabía un acercamiento así me aria incluso desmayarme, pero sé que solo me sonroje porque aún no veo el techo de la habitación. No podía hacer nada ante la visón de que claramente se inmiscuía con una de mis pertenencias. Pero en esa pose. Su mano izquierda la tenía en su cintura y en la derecha tenía mi celular su cabello negro peinado en punta al final, su piel pálida y esos ojos que combinan a la perfección con su cabello lacio y brillante ese cuerpo tan bien torneado…era hermoso ¡NO! ¡Hable como una maldita colegiala enamorada! ¡Cómo me paso esto!
-¿Quién es Gaa-chan?-me pregunto con un ceño fruncido y sin mirarme.
-¡Qué te importa!-por fin pude moverle y levantarme para tratar de quitarle MI teléfono, pero él me esquivo y por lo que vi no pensaba devolvérmelo.
-si no me dices quien es borrare el numero-si como lo suponía quería que le diera algo a cambio de que me lo devolviera, ¿pero este quien se cree? ¿Mi novio? O ¿mi padre?
-no te voy a decir quién es, devuélveme mi celular, son cosas que no te incumben-trate de alcanzar el teléfono y lo logre, pero en la pantalla aprecie un “borrando” y la imagen del bote de basura-¡TEME! ¡Eres un bastardo!-le grite estaba molesto, realmente molesto y ahora ¿cómo conseguía su número?
-te lo mereces cuando pregunto algo me lo tienes que responder-me dijo cruzando sus brazos ¡suficiente! Tuve suficiente de este tipo. Camine hacia la salida enojado y era más que evidente.
-¡espera aun no terminamos!-me tomo del brazo para que saliera no del lugar.
-¡pues puedes meterte tus clases por el culo!-me gire molesto y me zafe de su agarre-¡no quiero volver a verte en mi vida! ¡Largo de mi casa!-le seguía gritando.
Ante tal escándalo Sakura salió de la cocina junto con mi abuela. Tsunade era rubia al igual que yo con ojos color miel y dos coletas, gran “personalidad” si saben a lo que me refiero y muy cariñosa.
-¿Qué te pasa mi niño?-me miro subir las escaleras pero no le respondí así que miro a Sasuke-¿Qué fue lo que le hiciste maldito pervertido?-se lanzó contra el ojinegro.
-abuela tranquila-le dije dándole la espalda estaba frente a mi habitación-no me hizo nada, no me agrada quiero que se valla de la casa solo eso.
-pero mi niño…-la interrumpí no quería escuchar nada más me sentía mal.
-abuela quiero descansar no me molesten-y entre a mi habitación.
-¿Qué fue lo que le hiciste a mi nieto?
-no fue nada serio.
-perdón la intromisión, pero para que Naruto-sama se haya puesto así debió haber sido grave, y por lo que él se pone así es porque se trata de Gaara-sama.
-he cierto, la última vez que se encerró en su habitación fue cuando perdió su teléfono y junto con él, el numero de su amigo, pero dudo mucho que haya sido eso. Le dije que escribiera en su agenda los teléfonos más….
-es Naruto-sama….
-¿Por qué es tan importante ese tal Gaara?
-es el mejor amigo de mi Naru-chan, es muy apreciable para él, así que Uchiha-san si le hiso algo relacionado con él, o si no fue así. De todas formas ¡discúlpese!
Estaba en mi cama acostado, mirando la pantalla de mi celular. Creí que recuperaría el número en los mensajes o en las llamadas que me había hecho. Pero ¿Cómo pudo? Borro todo, me borro todo. ¿Cómo pudo haber borrado todo mi disco?, canciones, números, fotografías, mensajes, llamadas, juegos, TODOS MIS ARCHIVOS. No era posible.
El ruido del toque de mi puerta me hace incorporarme y dar el paso a quien tocaba, era ese maldito pelo de cacatúa.
-¿Qué quiere aquí?-le dije en mi tono más frio.
-es difícil para mí decir esto, así que solo lo haré una vez-miro hacia el suelo y susurro algo intangible.
-¿he?-no escuche lo que dijo pero creo que se dé que se trataba-no sé lo que me dijiste, pero si eran disculpas, guárdatelas no las quiero. Nadie pide disculpas realmente. Lo dicen pero nunca es de verdad. Pero, qué caray, yo escucho a todo el mundo. Así que ¿Por qué pides disculpas?
-no me has entendido bien. Lo que quise decir es…-¿quiso pedir disculpas de nuevo? Pero no me dejare, lo haré callar.
-nadie dice lo que quiere decir. Eso es algo importante que te enseña la vida. Todo iría mejor si más gente lo aprendiera-su cara era un dilema, pero sé que jugara el juego que le he puesto frente a él.
-permíteme empezar de nuevo con….-sonreí de nuevo, negando con la cabeza, creo que este teme me entretendrá un rato.
-nadie puede volver a empezar, por lo menos que yo sepa. Todos decimos que queremos encontrar una manera nueva de empezar la vida de nuevo, pero las cosas no son así-su cara estaba enojada, eso me causo escalofríos en sus ojos se notaba un tenue color rojizo y mejor calle.
-¡usuratonkachi!-entro a mi habitación por completo, cerró la puerta y se acercó a mí-no quiero que me ocultes nada de hoy en adelante, tenías miles de mensajes de ese chico, llamadas, fotografías de él, de él contigo, eso me molesto de sobre manera-se acercó a mí, he incluso subió a la cama acorralándome debajo de él.
-¿y tu quien te crees para reclamarme algo?-estaba molesto y nervioso esa posición era indecoros por más que quisieras verle el lado bueno.
-soy tu prometido y me tienes que respetar-me dijo y ante la sorpresa abrí mis ojos como plato y no pude articular palabra, hasta que por fin asimile aquella cadena de caracteres tabú en mi vida “prometido”
-¿QUÉ?-grite asustado.