Era la hora del almuerzo en el Seigaku y cuatro de los titulares del club de tenis se reunieron para comer juntos, una amena platica se entablo rápidamente aunque el chico de lentes era el que menos participaba en esta como de costumbre, el pelirrojo le quitaba continuamente la comida al almuerzo del sub-capitán, este solo sonreía resignado a medio comer, a diferencia del capitán y el tensai del equipo cada uno con sus respectivos alimentos, cuando estaban por terminar de comer el tensai abrió una pequeña caja que había llevado consigo y se la extendió a Tezuka, quien algo extrañado vio el contenido de esta, por un segundo sus ojos parecieron iluminarse para que inmediatamente después se ajustara los lentes.
-Yumiko hizo pastel de yogurt, te gusta, ¿no es así? –dijo Fuji sonriente extendiéndole un tenedor –era el pedazo de papá pero preferí traértelo.
-Gracias –contesto Tezuka tomando el tenedor.
-Hoi, hoi, se ve muy rico, ¿me das un poco? –pregunto Eiji queriendo picar, pero el chico de lentes le dirigió una gélida mirada –si no quieres no.
-Luego te traigo a ti gatito –prometió Fuji divertido.
Tocaron la campana después de que Tezuka termino de comer su postre, se podía decir que el chico de lentes se encontraba bastante complacido. El tensai había tomado la costumbre de llevarle al capitán rebanadas de los postres que la mayor de los Fuji acostumbraba a hacer para la familia, y Tezuka pronto le agarro el gusto; nadie se habían dado cuenta de esto ya que Fuji procuraba darle a Tezuka los pasteles cuando estaban solos, pero ese día como se habían reunido para almorzar no quiso dejar al chico de lentes sin su golosina, que aunque no admitiera le gustaban mucho. Pero con lo que no contaban era que en la práctica de ese día les esperaba una sorpresa, una sorpresa que podría hacer peligrar a Tezuka y a sus postres, todo por cortesía de Inui.
-Como saben es muy importante que nos mantengamos dentro de nuestro peso recomendado, lo cual deberían recordar ciertos miembros –dijo Inui dirigiéndole una mirada a Momo –hoy nos aseguraremos que estemos dentro de nuestro peso.
Varios miembros del club se dirigieron miradas nerviosas tras escuchar las palabras de Inui, especialmente Momoshiro que no quería que lo pusieran en evidencia de esa forma. Inui se encontraba al frente con su inseparable libreta lista para los nuevos datos y una bascula al lado esperando que sus compañeros pasaran a pesarse, el primero en pesarse fue Kaidoh quien sí estuvo dentro de su peso, no era de extrañarse ya que el chico se la vivía entrenando, Echizen y Eiji no tuvieron problema alguno al igual que Kawamura, el primero en dar la sorpresa de estar pasado de peso fue Oishi, sin duda los helados que tomaba con el pelirrojo lo explicaban, seguido por Momoshiro quien fue reprendido por Inui por toda la comida chatarra que consumía y se vio muy triste por tener que dejar sus amadas chucherías, Fuji no tuvo ninguna preocupación cuando paso a pesarse e Inui le dijo que se encontraba dentro de su peso, finalmente fue el turno de Tezuka de someterse a la bascula.
-Esto sí es una sorpresa –dijo Inui escribiendo apresuradamente –Tezuka se encuentra un poco pasado de peso.
-¿Qué? –cuestiono Tezuka sin darle crédito a sus oídos.
-Estas pasado de peso –repitió Inui sin tacto alguno –lo mejor será que hagas una rutina de ejercicios extra.
-No puede ser –murmuro Tezuka atónito.
-Te aseguro que la bascula no miente –dijo Inui.
Los demás miembros del club tuvieron que morderse la lengua para no reírse a plena voz, ya que nadie esperaba de forma alguna que el capitán del equipo resultara con problemas con su peso, aunque muy seguramente el chico de lentes intuyo las intenciones de sus compañeros ya que al menor pleito de Momoshiro y Kaidoh los mando a todos a dar cincuenta vueltas, pagando todos los platos rotos por la discusión de los chicos de segundo.
Durante el entrenamiento Inui estuvo molestando a los chicos que salieron con unos kilitos extra, con nuevas rutinas de ejercicio y un nuevo régimen alimenticio, lo cual no le hizo ninguna gracia a los muchachos quienes en su mente le daban a probar a Inui uno de sus mas asquerosos jugos. Cuando la practica hubo terminado y se dirigieron a sus hogares, Tezuka y Fuji pasaron delante de un nuevo gimnasio que estaban por inaugurar, el chico de lentes tomo un folleto para verlo más tarde y durante todo el camino a la casa de los Fuji el capitán se mostro muy pensativo y apenas si pronuncio alguna palabra, manteniéndose así durante un rato en la habitación de Fuji mientras hacían sus deberes.
-¿Sucede algo? –pregunto Fuji guardando su libreta –estas mas callado de lo normal lo cual ya es mucho decir.
-Disculpa estoy algo distraído –contesto Tezuka sacando disimuladamente el folleto.
-¿Piensas inscribirte al gimnasio? –interrogo Fuji divertido.
-Esa bascula que llevo Inui debe estar averiada –dijo Tezuka caminando por la habitación mientras miraba el folleto –lo de Momoshiro no es de extrañar pero que Oishi y yo estemos pasados de peso no puede ser, YO no puedo estar pasado de peso.
-Mitsu, no es nada de qué preocuparse –aseguro Fuji aguantándose la risa –además, así te puedo hacer cosquillas.
-¿Qué?
En ese instante tocaron a la puerta y la discusión de la pareja tuvo que posponerse, por un segundo, cuando la mayor de los Fuji abrió la puerta.
-¿Van a querer pastel? –pregunto Yumiko.
-Si, guárdanos un poco por favor –contesto Fuji.
-Está bien, les guardare una buena porción, en especial a ti Tezuka-kun, Syusuke me ha dicho que te gustan mucho mis postres –dijo Yumiko sonriente.
La hermana mayor de Fuji salió de la habitación y bajo las escaleras dejando en silencio a la pareja, el chico de lentes se quedo pensativo por un segundo hasta que en su mente todo cuadro y cobro sentido.
-Es tu culpa –aseguro Tezuka con decisión.
-¿Disculpa? –pregunto Fuji con extrañeza.
-Tú y los pasteles de tu hermana tienen la culpa –dijo Tezuka severamente.
-Mitsu, estas exagerando –calmo Fuji al chico de lentes –puede que los postres tengan algo que ver, pero con algo de ejercicio extra se soluciona.
-Tendré que inscribirme en ese gimnasio –se lamento Tezuka sentándose en la cama del tensai.
-Me parece tan adorable que estés preocupado por tu peso –comento Fuji divertido sentándose al lado del capitán.
-Como tú no tienes problema con tu peso te parece divertido –respondió Tezuka quitándose los lentes.
-Seguramente –admitió Fuji sonriente.
-No te burles, también tendré que tener un régimen alimenticio –dijo Tezuka quien al parecer por un momento pareció triste –eso significa que ya no me darás mas pasteles ni postres.
-Pero si te gustan mucho –alego Fuji algo ofendido –no es mi culpa o la de mi hermana el que tengas un paladar dulce.
-Suke por favor, no hagas que esto sea difícil –pidió Tezuka poniéndose los lentes.
Se quedaron en silencio una vez más, para el tensai era muy divertido ver a Tezuka preocupado, lo cual demostraba que si tenía un poco de vanidad, ahora tenía que someterse a nuevos ejercicios y un nuevo régimen; pero entonces se le ocurrió una idea bastante interesante, de la que sacaría partido no nada más el capitán sino también el tensai.
-Mitsu no soy tan malo –dijo Fuji al oído del chico de lentes –se dé un régimen que puede ser muy gratificante para ambos.
-¿De qué hablas? –pregunto Tezuka volteando a ver al prodigio.
-Sabes que el sexo se considera un muy buen ejercicio –informo Fuji con una mirada provocativa.
-¿Estas insinuando que tengamos sexo como ejercicio? –pregunto Tezuka algo sorprendido.
-Si de cualquier modo vas a hacer ejercicio extra, ¿por qué no hacer algo que sea placentero para ambos?
-Estás loco –dijo Tezuka levantándose de la cama.
-Todo depende del punto de vista con que veas las cosas –alego Fuji abrazando al chico de lentes –¿qué puedes perder además de los kilitos de mas?
-No lo sé –dijo Tezuka no muy convencido.
-El sexo no engorda –afirmo Fuji deslizando sus manos debajo de la camisa del otro.
Un estremecimiento recorrió la columna del chico de lentes al sentir las suaves manos del tensai, trato de que su mente se mantuviera clara y no se precipitara, la idea de Fuji era igual que sus otras ideas, totalmente disparatada y el tenía que tomar con seriedad el asunto, y lo mejor era inscribirse a ese gimnasio, eso era lo más sensato; pero los avances que el castaño hacia le imposibilitaban cada vez mas pensar con algo de raciocinio.
Para su fortuna o desfortuna, depende de cómo lo viera, la hermana mayor de Fuji los llamo a comer así que el tensai tuvo que postergar su labor de convencer al chico de lentes sobre su idea para bajar de peso. A la hora del postre Tezuka se vio indeciso sobre negarse a comer la rica rebanada de pastel de yogurt que Yumiko le ofrecía y noto que el castaño lo miraba con atención, pero sería una grosería de su parte el rechazar el pastel, por lo que le agradeció a la mayor de los Fuji cuando dejo delante suyo el plato, de cualquier forma al día siguiente empezaría con su nueva rutina de ejercicio así que una rebanada mas de pastel no suponía mayor daño.
-Mitsu, hablo en serio, quiero ayudar –dijo Fuji cuando se despedía del chico de lentes.
-Suke tu quieres otra cosa –respondió Tezuka dándole un beso en la mejilla –nos vemos mañana.
El chico de lentes se retiro del hogar de los Fuji dejando al castaño algo pensativo, se las tendría que ingeniar para que Tezuka aceptara, el estaba hablando muy enserio y su sugerencia no había sido ninguna broma. No fue ninguna sorpresa cuando Inui al día siguiente se la paso hostigando a Momoshiro, Oishi y Tezuka, programándoles nuevas rutinas de ejercicio y un menú alimenticio el cual tenían que cumplir al pie de la regla, el chico de pelos de punta era el que se observaba más triste y sin lugar a dudas esos serian los días más difíciles de su existencia, sino quería a su sempai detrás de él como una sombra; mientras Oishi y Tezuka solo se limitaron a acatar, no de muy buen modo, las indicaciones de Inui.
-Hoi, hoi, vamos por un helado Oishi –pidió Eiji colgándose de su compañero.
-Eiji no puedo, ¿qué no has escuchado a Inui?, no lo quiero encima de mi –se negó Oishi quitándose al gato de encima.
-Nya, ¿y quien dijo que yo me tenía que sacrificar? –dijo Eiji haciendo puchero –yo me como el helado y tú ves, no hay problema con eso.
-Eiji… que cruel –musito Oishi sin creer lo que había escuchado.
-Estoy tan orgulloso de ti, gatito –dijo Fuji conmovido, dándole una palmada en la espalda.
La golden pair salió de los vestidores, mientras Oishi murmuraba que Fuji era una muy mala influencia para el adorable y cada vez menos inocente gato, dejando solos al capitán y al tensai, el cual sacaba de su mochila un folder y buscaba al parecer algo que parecía importante, después de esculcar bien encontró lo que buscaba y saco una hoja de papel, la cual se la extendió a Tezuka para que la leyera.
-¿Qué es esto? –pregunto Tezuka recibiendo el papel.
-Solo un artículo que encontré y que puede resultarte interesante.
Tezuka suponía de que hablaba Fuji, opto por leer lo que el tensai le había llevado, ya que no estaba de humor para llevarle la contra en ese momento, se ajusto los lentes y prosiguió a leer el artículo.
“Como cualquier otra actividad física, hacer el amor implica un aporte energético y por tanto en la relación sexual se queman calorías. Sin embargo se debe tener en cuenta distintas variables que son importantes, como: la duración de la relación sexual, las posturas que se adoptan, los movimientos que se realizan, etc.
No obstante los movimientos pélvicos, la aceleración de los latidos cardiacos, la vasodilatación de las zonas genitales erógenas, la aceleración de la respiración, las contracciones y espasmos musculares y el orgasmo, suponen un gasto de energía. Por tanto el sexo se puede considerar como una actividad beneficiosa para adelgazar.
En la relación sexual, las caricias, los besos, nuestro organismo experimenta una liberación de endorfinas, sustancias químicas naturales, y de serotonina, un neurotransmisor, que aumentan el estado anímico, el optimismo, la sensación de placer, bienestar y felicidad. Esto nos ayuda a evitar la depresión y la ansiedad. Por todo ello se puede afirmar que el sexo seguro con tu pareja es beneficioso y ayuda a adelgazar.”
-¿Qué dices? –pregunto Fuji sonriente.
-Solo quieres hacerlo –corto Tezuka tomando sus cosas.
-Puede que sí, pero piénsalo –pidió Fuji tomando del brazo al capitán –el ejercicio siempre es bueno, si es placentero mucho mejor.
-Supongo que no haría mal el probarlo –dijo Tezuka algo pensativo.
Fuji sonrió complacido de que Tezuka aceptara su idea, y el chico de lentes pensaba que ya que había aceptado lo mejor era llevarla a cabo de inmediato y atrajo a su cuerpo el del castaño, quien poso delicadamente sus manos sobre su pecho, mientras que su cabeza se recargaba en el hombro del más alto, luego las manos del tensai comenzaron una serie de caricias, lo que hizo que el de lentes cerrara los ojos mientras sus manos acariciaban lentamente la espalda del castaño.
-¿Quieres empezar de una vez? –pregunto Fuji besando el cuello del más alto.
-¿No era esto lo que querías?, ¿ayudarme? –contesto Tezuka desabrochándole la camisa al menor.
Los labios del tensai fueron atrapados de pronto con otros que exigían atención y respuesta, la cual fue dada inmediatamente, Fuji envolvió la nuca del mayor para atraerlo a él, Tezuka lo había tomado firmemente de su cadera acercándolo más a él y haciendo que sus respiraciones se entremezclaran mutuamente, con la mano libre que tenía el tensai desabotonado la camisa del uniforme de Tezuka para después quitársela, este lo separo brevemente llevando sus manos a los pantalones del castaño para desabrocharlos y bajarlos de un tirón, el de lentes se dirigió al pecho del tensai, mordiendo y chupando los pezones de este hasta dejarlos erectos.
-Aaaggg… Mit-Mitsu…
Fuji respiraba entrecortadamente, jadeando y gimiendo audiblemente, por los avances del más alto, no quiso sentirse secundario en el tema así que deslizo una de sus manos dentro de los bóxers del chico de lentes, apretando su miembro a lo que este gimió; Tezuka empujo a Fuji hasta quedar contra la pared, cargo a este hasta que las piernas del tensai estuvieron alrededor de su cintura, el castaño lo tomo del rostro para ir directamente a sus labios, besándolo con gran intensidad mientras con una mano sostenía el peso de Fuji, con su mano dominante, con la otra empezaba a prepararlo.
-Aaahhh… por favor… muévete –pidió Fuji entrecortadamente.
Tezuka observo por un instante la forma del tensai de echar la cabeza hacia atrás, arqueándose ante las sensaciones que experimentaba, el rubio se deleitaba al ver a su novio excitado ante aquellos movimientos. El chico de lentes empezó con el delicioso vaivén, el cuerpo de Fuji demandaba un ritmo rápido, duro, profundo, intenso. Tezuka necesito toda su concentración para aumentar su ritmo, su cabeza cayó en el arco del cuello del tensai, su respiración y sus gemidos directos en el oído Fuji. Necesitaba saber si su compañero estaba a gusto, tanto como él lo estaba dentro de aquella estrechez cálida que le provocaba el mayor de los éxtasis.
-Dime… si te gusta –dijo Tezuka mientras apretaba con fuerzas las caderas del tensai.
-Sí, si… ¡aaahhh!… ahí, por favor ¡ahí! –suplico Fuji extasiado.
Interminables parecían los minutos en que el chico de lentes embestía una y otra vez ese lugar dentro de Fuji que lo hacía delirar, fuerte y rápido. Los dos amantes intercambiaron un par de sonrisas y besos, el tensai mordió el hombro de Tezuka cuando empezó a temblar descontroladamente y su mente se sumía en una neblina blanca, sintió todavía unas arremetidas mas de Kunimitsu quien apretó su cadera contra la del tensai, mandando su miembro lo mas dentro posible del chico y con esta fuerte estocada comenzó a tener su orgasmo dentro de Syusuke.
-Creo que esta rutina de ejercicios va a agradarme mucho –murmuro Tezuka al oído del tensai al que mantenía abrazado.
-Sabia que te iba a gustar –respondió Fuji dejando caer su cabeza en el hombro del más alto.