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Nunca fue de él. por paty-san

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Notas del fanfic:

Espero las fans de la Sleep me perdonen.

 

Notas del capitulo:

Espero que sea amena y agradable la lectura.

Tal vez y para algunos pueda resultar algo enredada, por cuestiones de que no manejaré constantemente nombres, sin embargo, creo que la idea es clara.

Nunca se imaginó serlo, mucho menos tenerlo.  Nunca se imaginó aceptarlo, mucho menos perderlo.

 

 

Por él descubrió, se descubrió, fue, es, lo asumió, se aceptó, lo tuvo y lo perdió. Por él lloró y sonrió, besó y abrazó, fue besado y abrazado, sintió y dejó de sentir.

 

Sintió amor, pasión, deseo y lujuria, tristeza, desesperación, ansías y nerviosismo. Sintió vergüenza la primera vez que su ropa cayó frente a él, sintió pasión cuando sus labios se deslizaron sobre los suyos, sintió deseo mientras sus dedos le tocaban cada rincón de su cuerpo, sintió lujuria cuando lo vio por primera vez desnudo ahí frente a él. Sintió amor cuando con sus labios le llamaba una y otra vez.

 

Sintió vergüenza cuando en medio de su cama desnudos los dos, él no dejaba de mirarle, sintió nerviosismo cuando él dejó de mirarle, sintió ansías cuando desnudo de su cama él se levantó, sintió desesperación cuando lo vio buscar su ropa, sintió angustia cuando lo vio marcharse y sintió mucho miedo cuando le dijo –Tenemos que hablar- , sin siquiera mirarle.

 

Jiroh lo sabía, lo sabía muy bien, Atobe le amaba, pero aún no olvidaba, es por eso que terminaban.

 

 

 

 

Nunca fueron dos en la cama, nunca fueron dos en las mañanas, nunca fueron dos los que se tomaban de las manos a escondidas o en la calle. Nunca fueron dos los que se decían “Te Amo”, nunca fueron dos los que sonreían, lloraban, sufrían, gemían, hablaban. En conclusión, nunca fueron dos.

 

En medio de ellos siempre hubo un tercero. Un tercero a quién Atobe buscaba olvidar, un tercero a quién Atobe buscada dejar de amar y empezar a odiar. Un tercero que nunca estuvo con ellos, pero siempre permaneció en medio. Un tercero por quién Jiroh sufrió, un tercero por quién Jiroh maldijo y lloró. Él, sin siquiera estar se llevaba a su Atobe.

 

 

Atobe nunca fue de Jiroh y eso los tres lo sabían. No importaron los intentos, las promesas, las segundas, las terceras, las cuartas y las quintas oportunidades. No importaron los esfuerzos y demaces, Atobe siempre fue, es y sería de él.  Siempre le perteneció a él. Ese tipo de anteojos, de cabello azul, aquel Don Juan que no escatimaba en si era hombre o mujer, pues para él todos estaban bien.

 

Jiroh lo sabía y siempre lo supo y por más que intentó nada logró. Aquel tercero ganaba sin siquiera saberlo, se llevaba al dueño de su corazón sin siquiera proponérselo.

 

Jiroh nunca nada perdió, nunca nada ganó, pues nunca siquiera al juego entró.

 

 

Había prometido dejar de verlo, se había prometido no buscarlo, había jurado no pensarlo más, se había jurado dejar de amarlo, y que gran mentira se había creado. Eso lo sabían los tres. Estaban unidos así no quisieran, Jiroh a Atobe, Atobe a Oshitari y Oshitari a él.

 

No importaron las despedidas, las cartas escritas y nunca entregadas, las palabras a medio decir, los sentimientos atorados, pues con ello nada consiguió y una vez más supo que Atobe siempre fue de él.  

 

¿Cómo pretender olvidarlo si todo le recordaba a él?. La misma escuela, el mismo uniforme, los mismos lugares, los mismos amigos, la misma música, pero nunca los mismos gustos. El de él, pero él de otro.

 

Una semana había pasado, hace 7 días habían terminado, 168 horas habían transcurrido, hace 10.080 minutos su mano soltó de la suya, hace 604.800 segundos por fin esa historia terminó y con un beso sobre su frente Atobe todo selló.

 

 

 

 

 

 

 

-Sonríe aunque te duela el corazón- Se dijo para sí bajito Jiroh.

 

-Sonríe mientras se rompe- Y una lágrima por su mejilla resbaló.

 

-Cuando el cielo este nublado, estarás bien- Mientras las primeras gotas caían sobre él.

 

-Si sonríes aunque sientas miedo y pena- Apretando con fuerza su pecho.

 

-Sonríe y tal vez mañana- Por fin un paso dio.

 

-Ilumina tu cara con gozo- Debajo de un árbol escampó.

 

-Esconde cada trazo de tristeza- A su lado una risilla escuchó.

 

-Aunque una lágrima se encuentre tan cerca- Su juguetona mano aquella lágrima borró.

 

-Es entonces cuando debes seguir intentando- Su mano con fuerza él tomo.

 

-Sonríe ¿Qué ganas con llorar?- Aquel sujeto le preguntó.

 

-Verás que la vida vale la pena- De nuevo una sonrisa sincera su rostro pintó.

 

-Si tan solo sonríes- Con alegría él le miró.

 

 

 

 

-Es entonces cuando debes seguir intentado- La lluvia pasó y el sol como siempre por fin salió. Jiroh sonrió y un nuevo camino al fin emprendió.

 

 

 

 

 

No era el momento, no era el lugar. Nunca fue él, nunca fue de él.

Notas finales:

Comentarios y sugerencias más que bien recibidos.


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