Prefacio
Era el receso en aquel internado, todos los estudiantes estaban reunidos en el patio; iba a ser castigo del alumnado, ahí se encontraban los “guardias”, dos sujetando a dos jóvenes: Una chica castaña, con el pelo corto y unos bonitos ojos de color verde que en ese momento reflejaban pánico y el chico era pelirrojo con los ojos negros que reflejaban impotencia.
-Landerson, Tatsumi…Díganme, ustedes son acusados de ser parte de los Dragones Negros y no pagar sus impuestos a los Dragones Blancos.
-¿Impuestos? ¡Es ridículo! ¡¿Para qué demonios quieren los impuestos?! ¡Cada vez los suben más! ¡¿Por qué demonios ponen impuestos sobre los bebederos?!
Los alumnos veían al chico con pena, todo eso era cierto, todo el alumnado lo sabía pero nadie hablaba de ello y sabían que por decirlo ese chico se llevaría una paliza, sería el esclavo personal de la corte durante mucho tiempo y a la pobre chica quien sabe.
-Idiota, ahora sí, muchachos agárrenlo
Dos tipos lo levantaron y le agarraron de los brazos mientras el primero le daba en los riñones. “Que pare, que no le hagan nada más daño a Sey” pensaba la chica mientras lloraba.
Y de pronto, cuando ya todos creían saber el fin de esta triste historia tres chicos llego, iban con el uniforme de la escuela pero en color negro totalmente, llevaban antifaces rojos atacaron a los guardias, dos peleaban con los guardias frente los gritos de terror de los nobles mientras el otro sacaba a los dos chicos de ahí. Los guaridas no eran rivales para ellos.
-Ustedes no se nos pueden comparar, díganle a sus majestades que esta guerra la ganaremos nosotros no ustedes.-Les dijo uno de los enmascarados
-Maldito, te vas a arrepentir. ¡Al ataque!
-No lo creo. ¡Vivan los Dragones negros que mueran los Blancos!
Y como si de una orden se tratara, los estudiantes cubrieron a los tres desconocidos quienes corrieron, dejaron a la chica en los dormitorios de chicas y al chico en la enfermería, luego corrieron hasta la escultura de un león, tenía un fondo falso, eso lo sabían todos, pero lo que casi nadie sabía era que había una trampilla bastante oculta por la cual bajaron y justo cuando cerraban la puertecita los guardias pasaban cerca de ahí.
-¡Maldición! ¡Parecen unos malditos fantasmas!-Grito una rubia
-Pero ¿Enserio eran los Dragones Negros?-Preguntó un chico pelinegro
-Estoy tan segura como de que mi nombre es Mai Valentine
-Ah, bueno…
*Debajo de la trampilla*
Los chicos salvadores de aquel día se quitaban los antifaces dejando ver a una chica castaña rizada con una cara muy bonita, un pelirojo un poco alto y a un castaño ojiblanco (se preguntaran como es que nadie se da cuenta de su pelo, llevan capuchas) caminaban los tres por un corredor, la chica iba con una antorcha mientras subían por una torre, al llegar hasta arriba se encontraron con una pared, el castaño tocó tres veces hasta que alguien le respondiera.
-¿Contraseña?
-Rasengan
-Pasen
La pared resulto ser una puerta que solo se podía abrir desde adentro por lo que siempre se quedaba alguien dentro, era buena cosa ser amigos del conserje. Se dejo ver una sala muy acogedora de color rojo (la sala común de Griffindor) con banderas de un león y otras con dos Dragones enfrentados con los bordes blancos y el fondo negro, habían muchos chicos que al igual que ellos traían uniformes en color negro había otros que traían el uniforme normal:
Para las chicas:
Una torera en blanco, con una camisa simple con el escudo de la escuela, una falda blanca a cuadros con rayas negras, unas calcetas largas y unos zapatos negros.
Para los chicos:
Una sudadera en blanca, la misma camisa, unos pantalones blancos y zapatos negros.
Dragones Negros:
Para todos, chicos o chicas (para que nadie pueda distinguir) sudadera negra, camisa negra con el símbolo de los Dragones en la espalda, pantalones negros y tenis.
Este claro, solo lo usaban para dentro de la sala y cuando hacían ese tipo de “misiones” había chicos en la terraza entrenando, dentro de la sala había una pequeña biblioteca con espacios para trabajar y una pequeña cocina.
-Bienvenidos Granger, Weasly, Hyuuga-Les dijo una chica pelirosa
-Gracias Sakura.-Dijo la chica.- ¿Y los pilares?
-Los esperan arriba, en la habitación de siempre
Después de agradecerle a la chica subieron las estrechas escaleras en caracol, se separaron hacía una sección de los dormitorios, ni siquiera se habían detenido enfrente de la puerta de madera tallada cuando oyeron.
-Adelante
El trío obedeció de inmediato, cuando el último hubo entrado cerraron la puerta, dentro habían cinco hombres y una chica.
-Ah! Ya volvieron, que bien.-Dijo un rubio ojiazul
-Kyuubi cállate no me dejas oír lo que me van a decir.-Ordeno la chica
Ella era pelinegra con ojos azules como hielo, con buena figura, tenía las manos cruzadas, los codos apoyados en la mesa y la delicada barbilla apoyada sobre sus manos.
-Fénix-sama, el rescate fue un éxito, los guardias siguen igual y la recolección de impuestos fue frenada
-Me alegra oír eso, pueden retirarse
-Gracias
Después de que esos chicos se fueran los seis chicos se reunieron, había un pelinegro, con ojos verdes, usaba lentes, era alto y tenía una cicatriz en forma de rayo en la frente.
-¿Cómo va le reclutación Griffindor?
-Mal, el nombre de los Dragones Negros es temido y vigilado
-Demonios, ¿Qué tienes tu Bad Luck?
-Los Blancos piensan hacer una fiesta de nobles el sábado, obviamente pagado con los impuestos.
-Perfecto podemos atacarlos ¿Cachorro?
-Veré como pero conseguiré meternos
-Bien ¿Loveless?
-No te preocupes yo organizare el ataque
-Genial ¿Kyuubi, como va la investigación?
-Mal, nadie sabe donde podemos iniciar.
-Bien no importa pero encuentra su punto débil
-Hai
Continuara.......................