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Caza al gato por EijiTonks

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Notas del capitulo:

Viva la Strngest y Golden Pair!!!!!

 

-Ojala y hagas esto bien –dijo un chico con altanería, mientras el castaño preparaba la jeringa –por culpa de esto suspendieron nuestras prácticas.

 

 En la enfermería el castaño, junto con las otras enfermeras, se encontraban atendiendo a los miembros del equipo de baloncesto, los cuales tenían la fachada de parecer muy valientes pero ya varios habían estado chillando al lado suyo.

 

-Pero, ¿qué les importa a los demás? –se quejo el chico mientras se alzaba la manga de la camisa –mientras no sean los del adorado club de tenis todo está bien.

 

-También suspendieron la práctica del club de tenis –dijo Fuji tomando un algodón.

 

-Esos se creen mucho, tienen a toda la escuela loca por ellos –continuo el chico con sus quejas –no sé que les ven, el capitán de tenis se ve que tiene una cara de amargoso de lo peor.

 

-Tezuka es un digno líder –contesto Fuji con una mirada amenazante –además ganamos el nacional, poco más de lo que el equipo de baloncesto ha hecho.

 

 El muchacho por primera vez se fijo en la persona con la que se estaba quejando y deseo que se lo tragara la tierra al ver que aquel al que le decían tensai estaba delante suyo con una aterradora mirada y una jeringa en mano, un escalofrió recorrió su columna vertebral cuando el castaño con una sonrisa se acerco y un dolor lo inundo cuando el castaño clavo la ajuga en su brazo.

 

-No debió hablar mal de Tezuka –murmuro Fuji para sí mismo cuando el chico se fue mientras trataba de controlar su llanto –muy valiente, muy valiente pero se fue llorando.

 

 En la puerta de la enfermería apareció un grupito de chicos quienes llevaban bien agarrados a dos regulares del club de tenis, Fuji sonrió al ver a sus compañeros y después de decirles a las enfermeras que eran conocidos suyos, indico que los soltaran, el chico de pelos de punta se agarraba la cabeza pues parecía adolorido, mientras que el bipolar se mantuvo tranquilo al estar en presencia del castaño.

 

-Chicos solo una pregunta –dijo Fuji con una sonrisa siniestra –¿quién mas esta con Eiji?

 

-No sé de qué habla F-Fuji-sempai –tartamudeo Momoshiro con miedo.

 

-¿Por quién me tomas?, ¿en verdad crees que no se que Eiji está dirigiendo esta rebelión?, tengo idea de quien lo acompaña solo necesito que me lo confirmen.

 

-Fuji, estas tomando esto muy en serio –intervino Kawamura con timidez.

 

-No suelo eludir los retos, Taka-san, y él me reto al escapar –aclaro Fuji gentilmente.

 

-Fuji-kun… ¿qué hay de la promesa? –pregunto el chico que había llevado a los prisioneros.

 

-No me han traído a Eiji, y el acuerdo con Himeji-san y Yoshino-san fue si encontraban a Eiji –explico Fuji son una sonrisa de ángel.

 

 Las chicas y el muchacho se vieron entre ellos algo decepcionados, pero fueron incapaces de enfadarse con el tensai el cual los miraba con gentileza y tras decir que regresarían a su búsqueda salieron de la enfermería.

 

-En lo que estábamos entonces, ¿quién acompaña a Eiji?

 

-No diré nada, no traicionare por la espalda aunque el otro sea un necio –declaro Momoshiro con firmeza.

 

-Echizen y Kaidoh entonces, gracias Momo –dedujo Fuji de inmediato –ahora sean tan amables de pasar con estas lindas damas.

 

 Fuji vio con deliberado placer como las enfermeras arrastraban a sus compañeros hacia los cubículos y después lo exagerados gritos de Momoshiro al ver la aguja y la cara de decepción de Kawamura, ya que el tensai no toco a ninguno de sus compañeros, en lugar de eso tomo su celular para mandar un mensaje a la siguiente persona que le era útil.

 

-Nya, tenemos que huir –dijo Eiji buscando un lugar donde esconderse.

 

-Eiji-sempai creo que es mejor que esto termine –razono Ryoma.

 

-Solo dices eso porque Momo cayo, nya, no te des por vencido ochibi.

 

 Andaban deambulando por los pasillos con cuidado de no toparse con alguien, pues era muy obvio que el tensai había reclutado a sus clubs de fans, ya que el pelirrojo alcanzo a reconocer como una de las chicas que siempre lo acosaban; desafortunadamente su grupo había sufrido dos bajas por lo que trataba de mantenerse junto con el resto del grupo, para poder conseguir algo de tiempo. No era seguro quedarse en los pasillos, debían encontrar un lugar donde resguardarse, entonces empezaron a escuchar unos murmullos indicando que se acercaba gente, miraron a su alrededor y no había lugar donde ocultarse, los murmullos y cuchicheos iban en aumento, fue entonces cuando en las escaleras se encontraron con una multitud de chicas y chicos que se quedaron de piedra al verlos.

 

-¡Lo encontramos!

 

-¡Nya!

 

 Pero antes de que la muchedumbre se lanzara sobre él, porque era obvio que el pelirrojo era el objetivo, le dio un empujón a Echizen, el cual fue envuelto en la multitud que perseguía a Eiji y a Kaidoh, después de todo el novato no quería ir con ellos desde el principio así que el gato solo había cumplido con su deseo de ir a vacunarse. Si lograban llegar a las escaleras de emergencia estarían a salvo, pero los perseguían de muy de cerca, si querían salir vivos tenía que hacer algo.

 

-Nya, espérame detrás de la salida de emergencia –indico Eiji a su kouhai.

 

 El pelirrojo se detuvo mientras su compañero seguía corriendo, al acto los demás también se detuvieron pues no esperaban que Eiji diera la cara para confrontarlos, ya que los miraba seriamente y no parecía tener intención alguna de huir.

 

-Inui respondiste rápido a mi mensaje –dijo Fuji recibiendo al chico de los datos en la enfermería.

 

-Dijiste que podía recopilar valiosos datos.

 

-Hablemos de negocios acá, acompáñame –indico Fuji para que su compañero entrara en el cubículo vacio –y baja la voz.

 

-¿Qué sucede Fuji? –pregunto Inui mientras el tensai corría la cortina para estar en “privado”.

 

-¿Ya terminaste el jugo concentrado en el que trabajabas? –interrogo Fuji en un murmullo preparando la jeringa.

 

-Aun no lo pruebo, en teoría unas cuantas gotas se disolverían en varios litros con un fuerte sabor –contesto Inui subiendo la manga de su camisa.

 

-¿Conoces la cisterna que abastece los bebederos de la escuela? –siguió Fuji con su interrogatorio, aplicando el algodón.

 

-¿Acaso quieres que eche el concentrado en el agua a cambio de que no me duela la inyección?

 

-¿Quién dijo que no te iba a doler? –cuestiono Fuji con sadismo –el trato es otro.

 

 Volviendo con Eiji, este se encontraba a salvo en la planta baja a punto de salir del edificio junto con Kaidoh. En los pisos superiores la multitud de gente que los cazaban aun se mantenía embobada después de que el gato se portara verdaderamente adorable con sus perseguidores, los había enfrentado pero cuando el pelirrojo puso ojos de cachorro y pregunto el por qué estaban detrás suyo, los demás quedaron desarmados, el gato se comporto de forma despreocupada diciéndoles que se trataba de un mero juego entre él y Fuji, y que el tensai los había involucrado como parte de su estrategia y sin embargo, ya que gran parte de esa multitud era de su propio club de fans, les prometió que les pagaría el favor de hacerse de la vista gorda con un día de convivencia (después de todo lo iban a consentir), por lo que los demás se quedaron ensoñados mientras el pelirrojo aprovechaba para escapar.

 

-No esperaba que hiciera eso, Kikumaru-sempai –dijo Kaidoh que había visto todo el numerito del gato.

 

-Hoi, hoi, tiene sus ventajas convivir tanto tiempo con Fujiko –contesto Eiji alegremente, caminando al lado de su kouhai –lo bueno es que al menos nos hemos quitado a mi club de encima.

 

-Echizen se quedo con ellos.

 

-Nos dio algo de tiempo para escapar, nya, ahora solo quedamos tu y yo –dijo Eiji pensativo –hay que tener cuidado, seguro Fujiko no se quedara cruzado de brazos.

 

-Esa carrera me dio sed –murmuro Kaidoh.

 

-Hoi, hoi, a mi también, mira ahí hay un bebedero –indico Eiji señalándole el bebedero a su compañero.

 

 El pelirrojo le dio chance a Kaidoh de tomar agua primero, ya que este lo había dicho primero, el moreno se inclino sobre el bebedero para tomar agua mientras que el gato hacía guardia vigilando los alrededores, entonces un grito ahogado se escucho y luego algo caía al suelo, Eiji volteo para ver qué era lo que había pasado y se llevo toda una sorpresa al encontrar a Kaidoh inconsciente en el piso, sorprendido de acerco a su compañero para tratar de hacerlo reaccionar pero nada.

 

-¿Kaidoh que te paso? –pregunto Eiji sacudiendo al muchacho.

 

 Fue entonces que se fijo que entre la comisura de los labios de su compañero resbalaba un hilillo de un liquido verde, se levanto y reviso el bebedero, seguro de que la causa del desmayo de Kaidoh se encontraba ahí y tuvo razón, al acercarse vio que unas gotas de un liquido viscoso de color verde salía de la llave, abrió un poco la llave y de esta salió un agua verde, con su dedo tomo una gota y la olfateo, solo eso le fue suficiente para darse cuenta que se trataba del jugo de Inui.

 

-Fujiko está loco, nya.

 

 Fuji acababa de terminar la tortura a una de las acosadoras de Tezuka, cuando vio que acaban de dejar al más joven del equipo en la enfermería, se vio decepcionado por un segundo al ver que el gato no lo acompañaba, pero recupero su postura de inmediato ya que la cacería estaba resultando más divertida de lo que pensaba. Echizen se levanto y encaro a su desquiciado sempai, que parecía tener un control absoluto de la escuela, el castaño sonrió llevando en su mano una jeringa, lo que provoco que toda la confianza y seguridad del arrogante novato se fuera de vacaciones.

 

-Echizen-kun te juro que esto será un agradable recuerdo… al menos para mí.

 

 Después de que mandara al novato, el cual estaba aguantando el llanto, a los vestuarios junto con los demás vio que llevaban arrastrando a Kaidoh el cual se encontraba inconsciente, los estudiantes dijeron que lo habían encontrado solo a mitad del pasillo desmayado, las enfermeras asustadas lo recibieron y acostaron en una camilla para después tratar de hacerlo reaccionar, aunque el castaño sabia a la perfección del porque del estado de su compañero, otra vez el gato se había salvado, debía admitir que fue astuto por parte del pelirrojo el llevarse a compañeros con el ya que le estaban consiguiendo tiempo, pero ahora Eiji estaba solo, ya no tenía a quien sacrificar así que tenía que caer pronto.

 

-¡Haaaaa!

 

 Kaidoh había despertado el tiempo suficiente para que estuviera consiente mientras era inyectado para después volver a desmayarse, el castaño mando un mensaje mas y poco rato después llego Inui acompañado por Oishi.

 

-Aunque no cayo quien esperaba cumpliré con mi promesa –dijo Fuji señalando a la inconsciente serpiente –ahí tienes mi pago Inui.

 

 Las gafas del chico de los datos resplandecieron y sonrió con malicia, para después llevarse a su “recompensa” por haber ayudado al prodigio del equipo, Oishi solo miraba algo confundido todo el asunto sin saber exactamente de que estaba hablando el castaño, el cual volteo a verlo con maldad.

 

 El pelirrojo se encontraba escondido en un rincón apartado de la biblioteca, el cual tenía la ventaja de poder ver a su alrededor pero sin ser descubierto, era de los pocos puntos ciegos del aula, el cual muchas veces era ocupado para otros fines pero en ese momento era lo ideal. Ahora el gato se encontraba solo, ya no tenía a nadie que entregar y sabía a la perfección que su psicótico amigo lo sabía, aunque aquel era el último lugar donde lo buscarían de eso estaba seguro, en eso sintió vibrar algo dentro del bolsillo de su pantalón.

 

-¿Oishi qué pasa? –pregunto Eiji en voz baja al contestar su celular.

 

-Eiji, que bueno escucharte –dijo una suave voz.

 

-¿Fuji? –pregunto Eiji con miedo.

 

-Has sido bastante hábil pero esto ya tiene que acabar.

 

-¿Qué le hiciste a Oishi? –interrogo Eiji aprensivo.

 

-Por el tono que usas haces creer que lo tengo de rehén… por cierto esta aquí conmigo y tiene algo que decirte –dijo Fuji pasándole el teléfono a su propietario.

 

-¿Oishi?

 

-Eiji ya puedes dejar de esconderte –dijo Oishi con tono resignado –hable con Fuji y llegamos a un acuerdo.

 

-¿Nya?

 

-El me pondrá la vacuna en tu lugar…

 

-¿Cómo?, ¿ya te vacunaron?

 

-Sí, me inyectara otra vez y prometió que te dejara en paz.

 

-¡No lo hagas Oishi!

 

-¿Escuchaste lo que hará Oishi por ti? –pregunto Fuji quien había tomado una vez más el teléfono –¿dejaras que se sacrifique por ti?, sino te presentas en media hora lo tomare como un sí, la decisión es tuya.

 

 Y con eso termino la llamada, el pelirrojo tenía los ojos totalmente abiertos, atónito de la llamada recibida, no podía creer que el castaño hubiera tomado a Oishi de rehén para salirse con la suya, aunque según si el sub-capitán recibía la vacuna en su lugar aquel juego infernal se terminaría lo que era tremendamente tentador, pero luego recordó al chico de ojos esmeralda y su interior se retorció por la culpa; respiro profundamente tratando de tranquilizarse y analizar la situación, solo era un piquetito, solo eso un simple piquete igual que un pellizco, seguro podía soportarlo… podía soportar el dolor de la aguja entrando en su piel y atravesando sus músculos y luego el ardor, sensibilidad y tal vez fiebre que vendrían después.

 

-¡No!

 

 La mente de Eiji era un caos gracias al habilidoso y manipulador tensai, ya que diversos argumentos a favor del rescate de Oishi tenían una férrea batalla con los que decían que era mejor salvar su propio pellejo y después pedirle disculpas al sub-capitán, por lo que no tenía idea de que hacer y en ese momento era víctima de una verdadera tortura psicológica.

 

-Tezuka, que bueno verte por aquí –saludo Fuji al ver al capitán entrar –yo me ocupo de ti.

 

 El chico de lentes pareció congelarse durante un segundo, rogando a Kami que lo que había escuchado fuera una broma, pero Kami no escucho sus plegarias observo interrogante a las enfermeras, las cuales solo le dijeron que obedeciera al tensai, miro a su alrededor y vio a Oishi sentado al lado de la ventana con una expresión afligida y resignada pero el castaño lo tomo del brazo y lo metió a uno de los cubículos para después correr la cortina y tener así un poco de privacidad, el capitán solo estaba más callado de lo acostumbrado pues no había pronunciado palabra alguna desde que puso un pie en la enfermería y se mostraba algo renuente a lo que estaba pasando.

 

-Bájate el pantalón –indico Fuji sonriente.

 

-¿Qué? –pregunto Tezuka casi sin voz.

 

-Que te bajes el pantalón –ordeno Fuji con jeringa en mano.

 

-Estás loco si piensas…

 

-¿Acaso tienes miedo de una agujita? –se mofo Fuji para molestarlo.

 

-No digas tonterías –contesto Tezuka contrariado.

 

-Pues no lo parece –continuo Fuji con sus burlas –demuéstralo y bájate el pantalón.

 

 Tezuka luchaba por mantenerse impasible y estoico como siempre, pero el tensai le dificultaba las cosas, la verdad era que no le tenía miedo a las inyecciones pero tampoco era un aficionado a estas y menos aun cuando el pequeño castaño estaba frente a él, con una sonrisa y mirada sádica, su respiración se acelero un poco cuando desabrocho su cinturón pues parecía estar luchando contra su razón e instinto, bajo sus pantalones y quedo solamente en bóxers, cerró los ojos aunque sentía sobre su persona la mirada lasciva que le dedicaba Syusuke.

 

-Que buen chico –dijo Fuji a escasos centímetros del capitán.

 

 Aun con los ojos cerrados el chico de lentes sintió el cuerpo del tensai contra el suyo, sintió el cálido aliento del tensai en su cuello y se estremeció, luego la mano izquierda del castaño se deslizo bajo su camisa recorriendo su espalda hasta llegar a sus bóxers y los deslizaba suavemente hacia abajo acariciando en el trayecto el perfecto trasero del capitán, lo que provoco que se estremeciera, lo que agrado a Fuji enormemente, entonces Kunimitsu sintió un par de pellizcos. Su mente carburo más rápido de lo esperado para la situación al reparar que había sentido dos pellizcos, uno obviamente en su trasero y el otro en su brazo, fue entonces que abrió los ojos y vio que Syusuke retiraba la aguja de su brazo izquierdo para luego aplicar un algodón con alcohol.

 

-¿Era en el brazo? –pregunto Tezuka tratando de controlar su voz.

 

-Aja.

 

-Fuji t-tu… tu…. ¿por qué hiciste que me bajara los pantalones? –interrogo Tezuka furioso.

 

-Por qué podía –contesto Fuji con simplicidad –pero no fui malo, ni te dolió.

 

-Pagaras por esto –prometió Tezuka controlando sus deseos homicidas.

 

-Y eres de convicciones férreas –comento Fuji divertido ante la visión ante el –por ahora deberías subirte los pantalones… sino es que quieres hacerme pagar ahora.

 

-¡Fuji!

 

-Baja la voz no seas escandaloso –dijo Fuji complacido.

 

 Tezuka subió su pantalón y salió de la enfermería, totalmente furioso mientras se abrochaba el cinturón. En verdad el rostro de Tezuka había sido un verdadero poema para Fuji, quien estaba gozando de ese día hasta el último momento, saco su celular para ver la hora, faltaban escasos cinco minutos para que el plazo de tiempo que le había dado a Eiji expirara, de cualquier manera tendría una víctima pero en esa ocasión en verdad anhelaba que se presentara el pelirrojo, recibió entonces un último mensaje y al revisarlo su alegría casi no tenía cabida en su cuerpo.

 

-¡Nya, aquí estoy! –se lamento Eiji en la puerta de la enfermería.

 

-Tres minutos antes de que venciera el plazo –dijo Fuji al ver la hora –por un momento creí que dejarías que Oishi se sacrificara… que decepción.

 

-Acabemos con esto de una vez, nya –exigió Eiji tembloroso.

 

 Fue entonces que la puerta de la enfermería se cerro y Oishi lo sujeto por la espalda para que no escapara, antes de que pudiera reaccionar ya estaba amarrado a una silla con la ayuda de las enfermeras y Eiji percibió lo que más temía el aura maligna de Fuji.

 

-¿Nya?, ¿qué es esto?, ¿qué haces Oishi? –pregunto Eiji confundido.

 

-Lo siento Eiji es por tu bien –se disculpo Oishi afligido.

 

-Esto no es necesario, nya, vine por propia voluntad –dijo Eiji asustado.

 

-Te dije que funcionaria, Eiji no iba a dejar que sufrieras… muy predecible de tu parte gatito –dijo Fuji con una sonrisa diabólica –y esto si es necesario, ¿sabes quién me mando un mensaje muy interesante?

 

-¿Nya?

 

-Tu hermana me mando un mensaje diciendo que te falta la vacuna contra la rubeola y contra la hepatitis –explico Fuji sacando una jeringa –¿y adivina qué?... tienes la fortuna de que te aplicaremos la del tétanos y las otras dos.

 

-¡¿QUE?!

 

-Lo lamento, te pondrán tres inyecciones –dijo Oishi con todo el dolor de su corazón –pero es por tu bien.

 

-¡NYA!, ¡de ninguna manera! –se negó Eiji saltando y moviéndose desenfrenadamente en la silla –¡pónselas a la más vieja de tu casa!, ¡Oishi traidor eres igual que mi odiosa!

 

-Este es el mejor día de mi vida –declaro Fuji verdaderamente deleitado.

 

 La campaña de vacunación por fin había terminado y ahora en la enfermería se encontraban al menos una docena de estudiantes desmayados y unos tres profesores por un “ligero” envenenamiento tras tomar agua de los bebederos, y continuaban llegando. En los vestuarios del club de tenis los miembros titulares se encontraban reunidos, como habían prometido a la entrenadora, casi todos los presentes parecían haber desarrollado un fuerte trauma ese día y se frotaban el brazo en que los habían vacunado.

 

-Bueno solo tenía que asegurarme que todos se hubieran presentado a vacunarse –dijo Sumire-sensei al ver a su equipo –me alegra ver que todos fueron lo suficientemente maduros y cumplieron con su obligación… se me olvidaba, la próxima semana será la campaña de salud bucal, Fuji tiene los detalles será voluntario también.

 

 Tras decir esto la entrenadora salió dejando al equipo solo, quedaron aun más traumatizados, debido a la nueva noticia y el recordar del terrorífico día que habían sufrido a causa del prodigio del equipo, el cual había justificado el miedo irracional a las inyecciones y ahora sonreía anhelando que llegara la siguiente semana.

 

-Nya –maulló Eiji débilmente.

 

 Desde el banquillo hecho bolita se encontraba el gato, demasiado débil para discutir con el que se hacía llamar su amigo, el cual sería voluntario en la nueva campaña de terror, muy concentrado en maldecir a su “odiosa” y en el dolor del que era presa además de estar algo aletargado, tembloroso y con fiebre después de sufrir las tres inyecciones, una en cada brazo y la restante en su ahora sensible pompi izquierda, lo que Eiji no supo jamás es que si desde el principio se hubiera dejado vacunar Fuji no le hubiera causado dolor alguno.

 

-Este en verdad es el mejor día de mi vida –reitero Fuji con satisfacción.

 

Notas finales:

Bueno y con esto concluye el fic que espero les haya gustado las desventuras del pobre Eiji a manos de Fuji, andare fuera de circulacion un tiempito por que ando super ocupada pero en cuanto pueda me veran por aqui con otros fics, entonces nos vemos despues y no olviden dejar reviews, ciao.


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