El dolor corre por mis venas como un torrente de mil agujas punzantes, estoy sumamente cansado de mi vida y de amar a la persona más perfecta del universo...y la más inalcanzable.
Hola, jeje, perdón por el trágico comienzo de mi presentación, me llamo Naruto Uzumaki, tengo dieciocho años y soy un jounnin de Konoha, aldea escondida de la hoja. Mi vida, pensándolo con calma, no está tan mal, pero estar enamorado de tu mejor amigo no es un camino de rosas, más bien de espinas, porque Sasuke Uchiha es un dios hecho carne y yo soy un estupido patético que sólo puede amarle...sí, tan sólo amarle pero sin esperanza.
El único y patético consuelo que tengo, es que una vez, hace muchos años, mis labios probaron la suavidad y dulzura de sus labios, por causa de un extraño accidente, mi primer y ultimo beso, todo debo confesar, y si le hago caso a mi estupido corazón, será su beso el único que reciba en la vida, porque nadie puede arrancarme este amor del corazón, pese a que ahora soy muy querido en Konoha y tengo muchos y muchas admiradoras...pero no tengo a lo único que anhela mi corazón y alma, Sasuke.
Kyuubi se ríe mucho de mí y de mi absurdo amor, y yo no puedo más que darle la razón, porque soy un verdadero masoquista, que vive para sufrir y sentir dolor. ¿Quién me manda a mí enamorarme de ese teme? Pero no puedo evitarlo, por mucho que me duela y se me rasgue el corazón, sé que lo amaré hasta que dé mi último aliento.
Amor...qué cruel y hermoso eres, con que dulzura me matas poco a poco.
Naruto Uzumaki.
El hermoso rubio miró el pergamino que había escrito con una triste sonrisa, y lo volvió a poner en su sitio, un pequeño cajón donde guardaba su posesión más preciada, la bandana de la hoja que había pertenecido a Sasuke antes de que se marchara con Orochimaru. Cuando Sasuke había regresado y le había preguntado por ella, el rubio le había dicho que no sabía de ella, y así se la había quedado con él. Esa pequeña insignia que había sido de su amado Uchiha, sería su tesoro más preciado, tan sólo porque había tenido el placer de tocar su suave y blanca piel. Cuantas horas había pasado mirando ese importante objeto y besándolo con fervor, sólo porque había tenido el privilegio de ser de su amado teme.
-Naruto... ¿dónde estás dobe?-llamó la voz amadísima de Sasuke.
El rubio dejó de lado sus pensamientos de amor, y volvió a ponerse la careta de permanente alegría que todos conocían y creían real...Si supieran que en realidad Naruto era tan serio y juicioso como Shikamaru, se sorprenderían mucho, pero el rubio había tenido que ocultar su ser para sobrevivir en la aldea...y ahora era demasiado tarde para demostrar su verdadero yo. Sí...demasiado tarde.
Sasuke le estaba esperando impaciente. ¿Qué demonios estaba haciendo ese dobe estúpido? Ya llegaban tarde a la reunión con la Godaime. Mientras pensaba eso, el rubio salió de su casa, con su brillante sonrisa.
-Llegamos tarde, dobe.-gruñó Sasuke, irritado por sentirse feliz por verle-Vamos.
La rubia Tsunade les regañó por su tardanza, el rubio rió apenado, mientras Sasuke gruñía incoherencias.
-Bien, Naruto y Sasuke, vosotros iréis en la avanzadilla de la misión. Tenéis que proteger a Neji y Shikamaru hasta que consigan recuperar el pergamino del Trueno, reliquia de la familia Izuna.-dijo con seriedad, lanzando una mirada fulminante a ambos ninjas-Es una misión de rango S, por lo que será muy peligrosa...Suerte.
Los cuatro mencionados, se pusieron sus mascaras. Sasuke la de gato, Naruto la de zorro, Neji la de búho y Shikamaru la de lobo, y desaparecieron de inmediato.
El equipo comandado por Shikamaru, tardó unas seis horas en llegar a la fortaleza donde escondían el pergamino robado, y entraron sin muchos problemas, siendo Neji y Shikamaru, escoltados por Sasuke y Naruto. El pergamino fue localizado sin problemas y recuperado por Neji, los cuatro se disponían a irse sin problemas, cuando Naruto vió un movimiento por el rabillo del ojo, un puñal se dirigía a Sasuke.
El tiempo se paró, mientras el corazón del rubio latía desesperado, viendo como el arma se dirigía justo al corazón de Sasuke. El dolor y el amor tan enorme que sentía por el ultimo Uchiha, le llevaron a realizar algo imposible, Naruto protegió con su propio cuerpo a Sasuke. El puñal le hirió de gravedad, pero no dejó que el dolor le nublara el juicio, y arrancándose el arma, lo lanzó contra el ninja enemigo, matándolo en el acto, y siguió el camino de sus compañeros, que no se habían percatado del incidente.
Cuando el equipo entró por la puerta de la aldea de la Hoja, Naruto estaba casi inconsciente, pese a la ayuda de un angustiado Kyuubi, porque su poder de curación era poco para esa herida indiscutiblemente mortal. Al saberse en casa, Naruto se desplomó en el suelo, alarmando a sus compañeros y a varios aldeanos que estaban en la calle. Sasuke corrió hacia su mejor amigo y se puso lívido al ver la cantidad de sangre que había en la ropa oscura de su amigo y su inusual palidez.
Naruto fue ingresado en estado grave en el hospital de Konoha, siendo atendido personalmente por Tsunade, por la gravedad de su herida. Despues de cuatro horas de quirófano, la rubia salió con cara pálida y agotada.
-¿Cómo está Naruto, Hokage-sama?-preguntó un medio histérico Sasuke.
-Su pronostico aún es grave, pero tenemos esperanzas de que se recupere favorablemente.-dijo la rubia madura con seriedad y tristeza-Cuando llegó aquí, estaba casi muerto, aún con su increíble capacidad de curación...
Neji y Shikamaru, que también estaban en la sala de espera, sintieron un escalofrío. La herida del rubio era increíblemente grave, prácticamente mortal...
Sasuke se quedó casi en schock. Naruto había estado a punto de morirse y él ni se había dado cuenta, y su instinto de ninja le decía que el rubio había sido herido por protegerle. Con semblante más pálido que la cal, el azabache pidió permiso a la Godaime para quedarse en la habitación del rubio, permiso que le fue concedido de inmediato.
-Ahora mismo está prácticamente en coma.-dijo con pesar-Pero puedes quedarte a su lado y hablarle, que es bien sabido que se puede escuchar, incluso en esas condiciones.
El azabache asintió y se despidió de sus agotados amigos, que se fueron a descansar cuando Sasuke les dijo que se fueran a dormir, que él velaría al dobe. Cuando el joven ninja se quedó solo, usó su Sharingan para visitar al zorro.
-¿Qué haces aquí, bastardo Uchiha?-preguntó un muy angustiado nueve colas, que estaba que mordía por la preocupación por su cachorro.
-Quiero saber que fue lo que pasó en esa fortaleza, zorro.-dijo con toda su chulería modo on.
-¿Aparte que casi te matan y mi tonto cachorro casi muere por salvarte?-gruñó el zorro con toda su piel erizada y gana de matar Uchiha.
Sasuke comprobó que su razonamiento había sido el acertado y salió del interior del rubio herido, con un gran dolor en el alma. Naruto estaba así por salvar su miserable vida...
Los días fueron pasando lentamente, sin que el rubio despertara de su coma, demostrando la gravedad de la herida recibida, para inmenso dolor de Sasuke, y tristeza de todos los amigos y seres queridos del rubio. Toda la aldea llenó la habitación de flores y presentes para el jounnin, visitándole casi a diario...sin que el rubio diera señal de vida. Tsunade y Sasuke casi vivían en el hospital, pero nunca hubo mejoría, por mucho que Sasuke hablara con el zorro, que tampoco podía comunicarse con el rubio, ni por mucho que la rubia madura investigara...el coma es una reacción del cuerpo para evitar daños mayores, lo que demostraba la tremenda gravedad de la herida...
Cuando Naruto ya llevaba dos semanas en coma, Tsunade lo echó del hospital para que descansara un poco, porque llevaba esas dos semanas sin dormir más de dos horas diarias. El chico marchó a regañadientes, cuando la rubia mayor le dijo que se quedaría con Naruto hasta que él regresara, que nunca estaría sólo.
Sasuke salió sin ganas, rumbo a su casa, cuando sintió un enorme deseo de sentirse cerca de su dobe, al que amaba con todo el corazón que creía haber perdido años atrás, y fue a casa de su rubio amado. Al llegar al apartamento del rubio, se dirigió derechito a su cuarto y se acostó en esa estrecha cama, que tenía el olor embriagante del rubio.
El moreno cerró sus ojos con fuerza, intentando no demostrar su dolor con esas traicioneras lágrimas que se agolpaban en sus ojos negros, intentando distraerse, sus ojos encontraron un cajón ligeramente abierto, del que asomaba una tela azul marino. Intrigado, porque el color favorito del dobe era el naranja, se acercó a la tela y tiró, quedándose con su antigua banda en las manos, para sorpresa del azabache.
Decir que Sasuke estaba sorprendido, es decir poco, Naruto le había dicho que la había perdido, y la tenía en su poder. Un poco aturdido, el joven jounnin descubrió que el cajón estaba lleno de varios pergaminos, y su curiosidad pudo con él, abriendo uno al azar...
Cómo puedo describir el dolor que inunda mi corazón, el triste palpitar de este órgano que casi está herido de muerte por el inexplicable dardo de cupido.
Ahhh, maldito y fabuloso amor, que me está enseñando lo agridulce que es el amor, dulce porque con una solo mirada de esos ojos maravillosos, late mi marchito corazón, agrio porque ese latir tan sólo le pertenece a él, a ese maravilloso ser que me está matando poco a poco.
Quien fuera poeta, para describir la maravillosa blancura de su suave piel, la brillante seda de su cabello negro, o la inmensa y profunda negrura de sus ojos.
Quien fuera artista, para poder inmortalizar la belleza de ese ser, tan grácil y etéreo, como un ángel caminando entre mortales insignificantes, deleitándonos con su maravillosa hermosura.
Quien fuera hermosa mujer, para poder tener la oportunidad de estar a tu lado, un dios entre los hombres...y mi amor imposible.
Mi amor...
Mi vida...
Lo que más deseo y no puedo tener...
Mi mejor amigo, Sasuke Uchiha, dolor de mis noches en vela y la alegría de mis días, que Dios me perdone por este amor que siento.
Naruto Uzumaki
Sasuke no pudo evitarlo, dos lágrimas cayeron por sus mejillas, mientras se dejaba caer al suelo, sacudido por el dolor...
El dobe le amaba tanto como él lo hacía, y ahora se sentía morir, porque se temía que nunca llegara a despertar.
-Yo también te amo, Naruto.-susurró entre amargas lágrimas-Y cuanto lamento no haber llegado a decírtelo.
Continuará...