ESTORBO por DRAGIOLA

                                  ESTORBO





-¡Como pudiste!-

-¡En que estabas pensando!-



Todo estaba en mi contra, mis hermanos me miraban con decepción, la única con quien
contaba era mi Madre, ella sabia lo que era estar enamorado, mas no se pronunciaba.

Me sentía fatal, no dejaba de temblar.

-¿Qué haremos?-

-Pediré perdón a su majestad y a su prometida, partirás apenas caiga la noche-

Mire hacia mi Madre por ayuda, con tristeza me esquivo.

-Será lo mejor, no debe volver a poner un pie en Pacto de Sangre-

-Hahue- dije con un hilo de voz suplicante, ese no era tan solo un palacio, aquel era mi hogar, todo lo que amaba y creía que me amaban estaba ahí.

-Será lo mejor, te acompañare hasta tu nuevo destino- mi coni-chan también estaba molesto, de seguro pensaba que haría alguna tontería de marcharme solo.

-Kriaskian, ese será tu nuevo hogar- lo mire sin dar crédito a mis oídos. Aniki me envías a las sombras de Shin Makoku, al infierno blanco.

Madre y Conrad te miran igual de asombrados, pero saben que no darás tu brazo a torcer, me castigas de la peor forma que se le puede dañar a un demonio de fuego.

Tonto, acaso no te descuenta que mi peor castigo llego hace meses.

Quiero salir, tomar aire, caminar por ultima vez por esos pasillos que me vieron crecer, visitar mi torre, mas no me lo permites, te niegas a que salga del cuarto.

Quiero pedírtelo como ultimo favor pero se por mirada que será inútil.

-Es mejor así Wolfy-

Madre como puedes, pero de que me extraño, fuiste tu quien la trajo y quien se encargo de ponerla sin ninguna vergüenza ante los ojos de quien fuera mi prometido.

-Tienes razón, tu protegida esta primero-
-¡Wolfram, no es mi culpa que la haya preferido!- gritaste molesta.

-El jamás te amo, lo sabes, nunca lo iba hacer, deja de humillarte y pisotear el apellido que llevas- Gwendall, siempre recto, cruel, fiel a sus Heikas, sin importar las consecuencias.

Es una lastima, deseaba tanto pasear por estos pasillos, quería tanto llegar a esa torre que me acuno en mis momentos mas dolorosos.

Ya estaba todo listo, esa seria mi ultima morada, tal como lo hiciera ella, me lanzaría al vacío dejando atrás esta horrible vida llena de dolor, pero a diferencia suya dejaría me despediría de ustedes.



MI PRIMERA CARTA SERIA PARA MI FAMILIA.


“Perdonen por las molestias y vergüenzas que les he causado a lo largo de mi vida.
Aniki, perdóname por no ser el orgulloso Mazoku que debería haber sido, por no lograr convertirme en el soldado aguerrido de quien pudieses enorgullecerte.

Coni-chan, perdóname por haberte ignorado, por odiarte sin razón, pero sabes bien que no podía evitarlo. Siendo noble se me inculco ese odio hacia los humanos desde pequeño. Se que no es escusa, aun así quiero que sepas desde el fondo de mi corazón que te agradezco el haber estado a mi lado sin importar mi desprecio. En el fondo siempre te quise.

Madre, te quiero, mas no puedo negar que tengo un gran resentimiento en tu contra.

Nunca estuviste a mi lado como lo Dessié, no sentí tu calor, tu amor, tu comprensión como si se los dabas a mis hermanos. Para colmo trajiste a esa mujer, poniéndola prácticamente en la cama del prometido de tu hijo, sin siquiera pensar en sus sentimientos.

Me marcho, no deseo seguir molestándoles, no quiero ser motivo de vergüenza, hoy dejare de ser un estorbo en sus vidas.


WOLFRAM VON BIELFIELD”





LA SEGUNDA CARTA SERA PARA EL.


Te amo tanto que ya ni duele, estoy vacío desde que me abandonaste.

Te acercaste a mi ofreciéndome tu amistad, la acepte, no podía pedir mas.

Viniste donde estaba a robarme un beso, el que siempre soñé, me abrazaste pidiéndome con desesperación ser tuyo.

Las esperanzas resurgieron, te amo tanto, eres mi aire, mi razón de existir. .

Mas cuando la viste parada en la entrada del cuarto, me empujaste, mirándome acusadoramente

Me rompiste el corazón por tercera vez desde que te conocí.

La primera cuando ignorabas nuestro compromiso, la segunda al dejarme por ella.

Corriste en su búsqueda dejándome entre lagrimas, llamándote sin creer lo que hacías, porque las cosas eran tan diferentes a aquella vez, cuando fui yo quien te encontró en esa misma posición, estaba horrorizado.

No corriste en mi búsqueda, no la dejaste, ella no miro con vergüenza, es mas, me sonrío con descaro tomándote del brazo, refregándome en la cara que tu si eras suyo de la forma que jamás lo serias para mi.

Por ti abandone mis principios, mi orgullo, mi honor y a mi familia, ahora estoy solo, porque después de esto, no puedo esperar mas que el repudio de quienes dijeron alguna vez amarme.

Ellos te deben lealtad pero a mi.

Cuida bien de Greta, aquella luz de esperanza que fue lo único bueno de nuestra relación, ámala, protégela, es lo único que te pido como ultima voluntad.

Adiós amor.


WOLFRAM VON BIELFIELD”




Me sostengo como puedo en la mesita del cuarto, Conrad intenta auxiliarme, sigo temblando, mas se detiene, Gwendall le mira con frialdad, es obvio lo que piensa, deja de mimarlo.

-Es una pena, yo deseaba salir-

-Ya te dije que de aquí no sales- Aniki, porque.

-Lo se, solo que…es una lastima…en verdad-

Nadie le da importancia a mis palabras, tampoco al objeto que saco con cuidado del cajón, pongo las cartas en el velador, Aniki lo nota, da un bufido, se lo que eso significa, no piensas entregarlas, supones bien a quien va dirigida, al menos una de ellas.
Me pronuncio por ultima vez.
-Gomen(perdón), no volveré a causarles molestias-

Al fin se dan cuenta pero ya es tarde, la daga atraviesa mi garganta cortándola de cuajo.

La sangre no se hace esperar, al igual que el golpe sordo que da mi cuerpo al estrellarse en el suelo. Conrad corre aterrado a mi lado, Hahue llora, la escucho, Gwendall esta congelado, inmutable como siempre, solo el grito de coni-chan lo hace reaccionar y corre por ayuda. Pero es tarde, Gisela se da cuenta apenas me ve, no le creen, me revisa detenidamente, pero nada.

Se lleva a mi madre que no deja de llorar.

Aniki mira la escena desde el mismo lugar del que me viera caer, mientras Conrad aun me sostiene entre sus brazos.

Esta oscuro.




Gwendall se acerca donde se encuentran sus hermanos, el menor aun sigue con los ojos abiertos, dejándoles ver aquellos ojos verdes sin vida.

Se arrodilla, pasa su mano por aquellos rubios cabellos teñidos de rojo, pone su mano en sus parpados cerrándolos ante la mirada vacía de quien lo sostiene.

Es su adiós, pone su mano en el hombro del castaño y se retira.



Los minutos pasan lento, las horas son eternas, esta solo, en aquel cuarto, culpándose de lo que no pudo evitar.



Escucha la voz de una niña que desea entrar, dos soldados apostados en la entrada, seguramente por ordenes de su hermano, le impiden el paso, escucha una nueva voz que pide entrar, los guardias están dudosos, una voz conocida exige que le permitan entrar, escucho como se hacen a un lado.

Piensa en la pequeña, reacciona, grita que no le dejen pasar. Escucha su llanto pero también el consuelo que alguien le da, alejándola de ahí.

Alguien entro al cuarto, esta petrificado, se les acerca lentamente observando tan horrible escena, se agacha gritando su nombre, quiere arrebatárselo, más no se lo permite.

-¡No lo toques!, ¡acaso no esta satisfecho!, ¡vete con ella!-


El rey no salía de su asombro, ve odio en los ojos de su padrino.

Lo culpa, tiene razón en hacerlo, pero ese día, Wolfram no es el único que ha muerto.




FIN