Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ESTORBO por DRAGIOLA

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno hace tiempo tengo esta historia guardada en un borrador y por fin la pase a la compu. 

Esta claro que es la continuacion de este one-shot que escribi hace tiempo, a decir verdad la escribi unos dias despues de haber leido los review, en donde me preguntaban si la continuaria, como dije antes, no pensaba hacerla pero entonces la idea se me vino una tarde de aburrimiento y la comense a escribir, asi que ahi la tienen.

Dedicada con cariño  a los que la pidieron.

P.S.; No olviden, Kyo Kara Maou no me pertenece, etc, etc., gracias.

SOBREVIVI



Aquella noche para mi infortunio, sobreviví, aun no se como lo consiguió, solo se que nuestro dios, el mismo Shinoun tuvo algo que ver, siempre me pregunte como lo consiguió, un favor así, era algo impensado, quizás algún día me lo contara.


Nos marchamos lejos, no tuve opinión en ello, aunque ya no me importaba.  Nadie tampoco lo impidió, ante los ojos de todos yo estaba muerto.


Nuestro viaje llego hasta un pequeño poblado al norte de Inglaterra, tierras humanas, con excepción de ese lugar habitado por mestizos como él.

Siempre estuvo pendiente de mi, no le agradaba dejarme solo, siempre me miraba con su calida sonrisa que ahora de notaba melancolía, me rogaba que le hablara pero no podía, desde ese día algo quedo mal en mi, no se si podía, mas no hacia el intento, para que, nada resolvería con hablar, nunca sirvió en todo caso.


Los años pasaron, comencé a salir de a poco de nuestro calido hogar, se te notaba feliz en aquel lugar, a veces creías que era por eso mi reclusión, no te agrada la gente de aquí, me preguntaste creyendo que aun con todo lo vivido podía conservar mis prejuicios, negué con la cabeza, lo que menos deseaba era tener una pareja en mi amargura.


Fue en el mercado, en medio de las compras cuando una joven hermosa se me acerco, se veía pálida, daba la impresión de que en cualquier momento lloraría, mas se contuvo, esa no fue la única oportunidad en la cual nos vimos.  Extrañamente nuestros caminos se cruzaron en mas de una ocasión, parecía solitaria, tenia la impresión de conocerla, mas no recordaba de donde, tampoco tenia muchas ganas de saberlo, todo me daba igual, así era hace años.  Me dijo que le agradaría ser mi amiga, yo no acepte pero tampoco me negué.  Comenzó a buscarme, hasta a visitarme sin siquiera ser invitada, me ayudaba con la comida, en el fondo daba gracias por ello, jamás me agrado mucho esta tarea y si había decidido realizarla solo era para aminorarle la carga a mi hermano.


Me daba un poco de gracia este, claro que nunca lo demostré, parecía muy a gusto con la muchacha, deseaba que se enamorara, quizás así se casaría, se marcharía y me dejaría terminar con lo que había sido interrumpido.


Entre sus risas escuche un nombre, no pude evitarlo reaccione por instinto, se dieron cuenta, la mire asustado, me levante bruscamente de la silla, quiso acercarse,  pedía comprensión, permiso para explicarme, entre ambos me miraban, huí hasta mi cuarto encerrándome en el, estaba confundido, como no la reconocí. Fui a la cama temprano, llore toda la noche, los recuerdos me hacían pedasos el pecho, el dolor de cabeza se acrecentaba, porque, porque no la reconocí.


Tocaron mi puerta varias veces, el sabia bien que no abriría, ella no se daba por vencida.

Dos días pasaron, Conrad se estaba desesperando, consiguió abrir la puerta pero no así que yo comiera.  La amabilidad se convirtió en suplica, esta en una orden y al final perdió la paciencia, sentí un ardor en el rostro para luego ser rodeado por sus brazos calidos pidiéndome perdón.   Papá, por favor, me dijo en tono suplicante, las lagrimas caían por sus ojos, creía que no deseaba verla, quizás que la odiaba por quedarse a su lado, pero estaba equivocada, lo que en verdad odiaba era ser visto en aquella condición tan aborrecible ante ella.  Como podía si quiera verle a la  cara, cuando de aquel orgulloso mazoku que llamaba padre no quedaba ni rastro, era un despojo, peor que eso, ya no tenia fuerzas ni para tomar una espada, apenas para encender una vela.  Sentía vergüenza de verme tan débil ante ella.   

-Adiós, no volveré a molestarte, te quiero-

Se marchaba, mi niña se retiraba con el corazón roto, nunca la volvería a ver, no desea verla así, no quería ser odiado, no por ella.  

Con un terrible ardor que parecía destrozar mi garganta le grite para que se quedara, él se asombro, mi voz se escuchaba rara, peor ahí estaba, -¡Gre…ta!, hi..ja-     

Estuvimos abrazados todo el día, ni siquiera me soltó cuando me obligaban a comer, estabas alegre, me contabas sobre tu vida, de lo mucho que me extrañabas, de tu próxima boda con un joven de tu reino, si, mi niña ya era toda una reina, fue ahí que me percate que los papeles se habían intercambiado, era yo quien parecía el hijo ahora, pero no me importaba.


Conrad por fin se atrevió a salir por un par de días, con Greta a mi lado podía sentirse seguro que estaría bien.


Aunque tuvo la delicadeza de no nombrarlo, a veces tenia el deseo que lo hiciera, pero nunca me atreví a preguntarle por el.  Ella tampoco al parecer pretendía hacerlo.


Cuando se marcho me sentí triste, comprendía que tenia obligaciones pero el poco tiempo que había estado a mi lado fue como si me inyectaran una droga tan poderosa, que me había sacado el mimo abismo del infierno del cual ni pretendía escapar, ahora que la veía partir no sabia si seria capaz de permanecer por mucho tiempo alejado de el pero la promesa de mi pequeña de volver a mi, me daba fuerzas para esto.



Estaba nervioso, al igual que mi hermano, no quería encontrármelos, pero tampoco deseaba desairar a mi hija, después de todo era su boda y me había rogado asistir, al punto de asegurarme que ellos no irían.  Fue entonces que me atreví a preguntar por ellos, pero de inmediato cambio de tema, a lo cual Conrad ayudo.


Temblaba, no podía evitarlo, sentía miedo, me aferre al brazo de mi hermano con fuerza, el intento confortarme, pero era inútil, frente a nosotros estaban ellos, estaba él.

Porque Greta, porque me haces esto hija, era obvio que ellos no dejarían de asistir, con o sin invitación, Yuri era su padre adoptivo, se entendía, pero ellos, no se trataba de un error, habían sido convidados aquel evento.





Su rostro de notaba amargura, rabia, no había envejecido como un humano cualquiera, al parecer ya era como cualquier demonio, aunque se veía unos años mayor que el.


Se abalanzaron sobre ellos, por suerte estaban en una sala privada o el escándalo hubiese sido tremendo. 

Me separaron de mi hermano con violencia, no podía entender lo que decían, lo comprendí tarde, atacaban a Conrad, le gritaban, lo amenazaban  empuñando sus espadas, no pude evitarlo, caí al suelo soltando el grito mas fuerte que pudiese salirme, agarre con fuerza mi cabeza cerrando instintivamente los ojos, yo no deseaba verlos, quería retroceder el tiempo, deseaba haber muerto, desaparecer, porque tenia que ser así, porque no se le ocurrió en aquellos años esfumarse de la vida de su hermano, dejarlo libre, permitirle ser feliz, se lo merecía con todo lo que había hecho por el , mas ahora por su culpa estaba a punto de morir.


Sentía todo su cuerpo adolorido, no podía abrir sus ojos, escuchaba una voz lejana decir que todo se trato de un error de sus consejeros, al parecer estos desobedecieron sus ordenes para evitar así un problema político con el reino Shin Mazoku.  


Sabia que debían haber pasado horas desde la ultima vez que había estado conciente, pero aun así no se atrevía a abrir los ojos, tenia miedo de lo que le deparaba el mañana. 


Noto un peso en su frente, en sus cabellos, debía ser la mano de su hermano, de seguro estaba preocupado, se asombro al escuchar la voz de otra persona junto a el, la conocía, mas era diferente, aguda.  Te extrañe amor, te prometo que le haré pagar, esta vez no permitiré que nos vuelvan a separar.  


Empecé a convulsionar, te asustaste al ver como te miraba horrorizado, con lagrimas en los ojos, le llamaba a gritos, no te quería cerca,  entro pensando que era el por quien clamaba,  quiso abrasarme, caí de la cama arrastrándome hasta la esquina del cuarto,  estaban asombrados, nunca imaginaron verme así.

Entro a toda prisa esquivándolos, se agacho tomando mi rostro, lo apoyo en su pecho y me abrazo con fuerza, intentando calmarme.  Mi hija les ordenaba marcharse, no le hacían caso alguno,  mando llamar soldados, entonces los escuche marcharse de muy mala gana.

Conrad intentaba tranquilizarme, yo le contaba mis temores por lo que había escucha de la boca del Heika, apenas me salía la voz, tenia tan poco tiempo de haberla recuperado que se sorprendió al escucharme sin pausa alguna.  

Greta estuvo a su lado cuando les explico lo ocurrido conmigo tras esa noche fatídica, aun así estaban furiosos, por ocultarles la verdad, ni siquiera el hecho de mi delicado estado de salud  y como este me había atendido durante esos años parecían calmarlos. 


Tras la boda de mi hija nos vimos  obligados a permanecer mas tiempo del debido en su reino, temíamos que al marcharnos nos interceptaran obligándonos a regresar, al parecer la culpa de mi familia había sido insufrible tanto para mi aniki como para mi madre, yo no deseaba verles, mucho menos hablarles, siempre me aseguraba de ir junto a uno de ellos, sino a un guardia que puso mi hija a mi entera disposición.


Sin quererlo me entere que el Maou nunca se había casado, su prometida lo abandono luego de un par de años tras mi supuesta muerte, aunque extraoficialmente se decía que el la había descubierto con otro y la había exiliado con pena de muerte si se atrevía a regresar a su reino. 

No se alegraba de aquello, pero tampoco le apenaba, cosechaba lo que sembraba.

Estaban en casa, por fin, nunca creyó sentir tal felicidad por regresar a esa casita que al principio no le daba la menor importancia, podía respirar tranquilo, sentía que finalmente podía cerrar una dolorosa pagina de su pasado, quien sabe si con el tiempo lograra sentir algo por una persona especial para él.  Solo el tiempo lo diría, aunque no deseaba enamorarse, eso ya no, era muy doloroso, deseaba que lo quisieran, tener la familia que siempre soñó, tenia tiempo, era un mazoku, las heridas aun estaban abiertas y costaban ser cerradas pero con calma todo era posible, bien lo sabia su hermano que era prueba viviente de cómo se logra sobrevivir a una perdida.




El moreno estaba decidido, sabia donde quedaba el pueblo, no seria problema encontrarlos, ahora solo debía tener paciencia para que su amado volviera a estar a su lado y si eso no era suficiente utilizaría cualquier arma para conseguirlo, porque después de verle con vida, igual a como se le aparecía en sueños, no podía concebir seguir existiendo sin tenerlo a su lado.




 

 

FIN

Notas finales:

Agradesco a quienes se han tomado de leer esta historia, advierto que esta historia se debe tomar como un on-shot, ya que no creo que tenga continuacion.

Gracias.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).