Mello estaba en la sala de Wammy’s House, contemplando la lluvia por la ventana, mientras comía chocolate, como era habitual en el. Últimamente estaba algo deprimido. Se podía decir que bastante deprimido. Esto preocupaba a Matt, su mejor amigo. Mello ya no hablaba… nisiquiera para insultar a Near o para criticar a Matt por estar siempre en la consola. No. Desde hace una semana, todos los días se sentaba detrás de esa ventana a contemplar el paisaje del jardín. Y cuando Matt entraba a esa habitación, Mello solo se levanta y se iba. Estaba diferente, había cambiado. El adolescente pelirrojo creyó que solo había sido su imaginación, o una exageración, hasta esa conversación con Near hace 4 días.
(Flash Back)
- Oye, Matt.- Le dijo Near, mientras el estaba jugando a la consola.
- Que raro que me hables, cabezota blanca.- Solo contestó el pelirrojo, totalmente concentrado en su juego.
El peliblanco lo ignoró y siguió.
- Estoy preocupado por Mello… y quizás tu lo conoces más que yo.-
Entonces si Matt apagó su consola y se dispuso a escuchar a Near.
- Pff… ¿por qué estarías preocupado por él?- se dió vuelta para ver a Near.
- No se… no come, no habla ¡Nisiquiera para insularme o algo! No se que le pasa a ese tío.-
- Veré que puedo hacer, intentaré hablar con el.- Contestó, como restándole importancia al asunto.
Pero la verdad… Matt estaba muy preocupado por su mejor amigo.
(Fin Flash Back)
Matt estaba pensando en eso, mientras tenía la mano en el picaporte, vacilante si debía abrir o no. Se decidió por fin y abrió lentamente. Ahí vió al rubio, sentado en el suelo, contemplando la ventana, como siempre.
- Mello…- Dijo Matt al verlo.
- Si..? – Wow, Mello había contestado, eso era un paso, cierto?
- Me estas preocupando.-
El adolescente de ojos azules se dió la vuelta para poder ver a Matt.
- ¿Por qué? ¡Déjame vivir mi vida, Matt, es mi problema! – La agresiva respuesta de Mello lo sorprendió.
- No, claro que no. ¡Dime que te pasa, maldita sea! ¿Para que somos amigos, si no me compartes tus problemas? –
- No... No puedo.-
- Inténtalo.-
Mello dió un gran suspiro.
- Me siento solo.- Dijo.
- ¿Solo?-
- Sabía que no lo entenderías.- Sollozó el rubio, mientras las lágrimas acumuladas en sus ojos amenazaban con caer. – Me siento solo, aún estando contigo... pero no lo entenderías… no entiendes que no me conformo con tu amistad.
- M-mi… amistad? – Matt sabía muy bien lo que Mello quería decir con eso, pero estaba bastante sorprendido.
- Que aún no lo entiendes? – Las lágrimas empezaron a caer por el rostro del muchacho.– Y-yo… ¡Te amo Matt! Y no como un amigo, no como tú crees, ya no quiero fingir más que soy feliz siendo solo tú amigo… mientras solo…-
Mello no pudo terminar la frase, al sentir los cálidos labios del Pelirrojo sobre los suyos.
En ese momento, el rubio quedó estupefacto, tanto que no pudo responder al beso. Al ver que Mello no reaccionaba, Matt se separó de el.
- ¿Te pasa algo? ¿Qué no era esto lo que querías, Mels? – Preguntó, algo confundido.
Mello lo vió unos segundos a los ojos, y luego lo besó más intensamente, perdiéndose en sus labios…