Siento mucho frío, no recuerdo haber dejado abierta la ventana, trato de acurrucarme más pero al jalar las cobijas algo impide que lo haga, abro los ojos perezosamente y siento como un dolor agudo ataca mi cabeza y a la vez da vueltas el techo color rojo.
¡Un momento! Exclamo, al darme cuenta que el techo que estoy contemplando es color rojo, que yo recuerde el techo de mi habitación es azul, me incorporo aunque la cabeza me siga dando vueltas y al mirar a mi lado, mis ojos se abren sorprendidos.
El torso desnudo y atlético de un muchacho de cabellera color rubio cenizo, la tez blanca y el semblante tranquilo se exponen ante mí, la sábana solo cubre su parte baja y en ese momento es cuando observo frente a mí, un espejo y solo puedo darme cuenta que estoy en un hotel, junto al ex - capitán de tenis del instituto, Tezuka Kunimitsu.
- Fuji, quédate parado aquí.
Fuji Syuusuke sonrió exageradamente a Tezuka, quien trataba de caminar sin trastabillar hacia la recepción de aquel lugar.
Sentía como el lugar de paredes color beige algo envejecido daban vueltas, Fuji reía sin razón aparente, nunca había tomado tanto alcohol, pero ese día hizo una excepción, había quedado con su mejor amigo verse en un pub para beber algunas copas y conversar, ya que desde hacía unas semanas Tezuka se había divorciado de Harumi, una mujer que había conocido en la universidad y de la cual se había enamorado.
El ex – buchou del Seigaku había estado tan enamorado de aquella mujer, que Syuusuke cuando se enteró de su divorcio se sorprendió, aunque se lo veía venir, ya que él también había conocido a aquella chica en la universidad e intuía que ella realmente solo estaba con Kunimitsu, no por amor sino por el apellido y la posición que el renombrado nombre Tezuka le brindó por cinco años.
Syuusuke aún no se había casado y tampoco le interesaba, solo su familia y sus amigos, como Eiji, Seiichi y en su defecto Oishi y Sanada, sabían de su orientación sexual y que no estaba interesado en lo más mínimo en el sexo opuesto. Tezuka, también lo sabía, pero a pesar de haber tenido una educación tradicional, jamás se alejó o discriminó a Syuusuke por ser homosexual.
Es más, Kunimitsu lo consideraba su mejor amigo y lo quería mucho.
- Kuni – chan, el mundo da tantas vueltas.
Dijo Syuusuke al ver que Tezuka se acercaba a él e hizo que se apoyara en él.
- Lo siento Fuji, pero tendremos que dormir en la misma habitación – abriendo la puerta – No había otra habitación.
Syuusuke tan solo se rió e ingreso a la habitación apoyado en Tezuka, quien lo recostó en la cama y le quitó la casaca que llevaba el ex – tensai y en la actualidad fotógrafo famoso de una de las revistas de moda más representativas de Japón.
Tezuka cerró la puerta y abrió un poco la ventana, ya que hacía algo de calor en aquella habitación, se quitó su propio abrigo y se sentó en la cama viendo a Syuusuke recostado con todo su cabello marrón desperdigado sobre una de las almohadas de ese no tan caro hotel, que era el que quedaba más cerca de aquel pub donde se habían citado para conversar y tomar un par de copas, las cuales con el paso de las horas habían pasado hacer más de un par y ambos, especialmente Fuji se habían emborrachado.
Kunimitsu pudo observar el rostro tranquilo de Syuusuke, al parecer ya se había dormido, y como el alcohol en sus venas ya habían hecho efecto en él, decidió que era hora de dormir un par de horas, para luego ir a su nuevo departamento de soltero.
Si soltero, nuevamente volvía a serlo y aunque Syuusuke seguramente aún creía que el aún amaba a Harumi, él ya estaba cien por ciento seguro que ya no era así, mucho menos al recordar a su ex – esposa besarse apasionadamente con uno de los gerente de una de las empresas que él era dueño, y no sintió más que decepción, pero no dolor. Por lo cual abrió los ojos y se dio cuenta que no la amaba.
- ¿Sigues pensando en ella Mitsu?
Tezuka se sorprendió y miró a Fuji, quien estaba recostado de lado abrazando una de las almohadas, había abierto sus ojos azules y le sonreía.
- Si – contestó – Pensé que dormías.
- Lo hacía, pero la luz me molesta, por lo cual desperté y aún el mundo sigue dando vueltas.
- Duerme Fuji, apagaré la luz.
Sin más Tezuka apagó la luz y se recostó al lado de Syuusuke, quien al parecer se había quedado dormido nuevamente. Kunimitsu sentía que la cabeza le daba vueltas, realmente había tomado mucho y el aire de la noche había hecho que se subiera más el alcohol.
Estaba por quedarse dormido, cuando en escuchó un sollozo y supo que era Fuji, así que se dio la vuelta en la posición de donde estaba y quedando frente a frente al muchacho le preguntó.
- ¿Qué sucede Fuji?
El sollozo se acrecentó más y Tezuka quiso incorporarse para encender la luz y ver si Fuji estaba bien, pero la suave mano de Syuusuke en su brazo se lo impidió.
- No…no enciendas la luz Tezuka, no me pasa nada.
¿Tezuka?, se preguntó así mismo Kunimitsu, hacía tanto que Fuji no le llamaba por su apellido, salvo cuando estaba molesto. Pero un sollozo hizo que Tezuka se acercara más a Fuji y lo abrazara.
- Dime que sucede, Fuji.
- Es algo tonto… - sollozando – No me hagas caso y no me abraces.
Dicho esto Syuusuke se zafó del abrazo de Tezuka quien frunció el entrecejo, al sentir que rechazaban su abrazo.
Quizás fue el alcohol, quizás fueron aquellas ganas reprimidas y ocultas que tenía desde hace mucho Tezuka, quien al sentirse ignorado por Fuji y escucharlo sollozar, hizo que tomara de forma no tan delicada por la cintura a Syuusuke y lo acercara a él, diciéndole:
- Dime – susurrando en su oído – Que sucede Syuusuke.
Fuji, quien aún lloraba sin realmente saber porque lo hacía, aunque el alcohol estuviera involucrado directamente, ya que podía recordar que hacía meses atrás al tomar junto a Seiichi, él se había puesto a llorar recordando su amor no correspondido por su mejor amigo: Tezuka Kunimitsu.
Lo mejor era no responderle y fingir que se había quedado dormido, así saldría de apuros, pero Kunimitsu lo conocía y sabía que durante esos minutos en el que el tensai estuvo callado, no era porque estuviera durmiendo.
Al sentir su respiración tan cerca y al no haberse medido al abrazarlo tan posesivamente por la espalda, causando que su entrepierna rozara descaradamente el trasero del tensai, hizo que su propia respiración comenzara a entrecortarse y su mano derecha comenzara a acariciar el pecho de Syuusuke.
Fuji al sentir esto se sobresaltó y lo hizo mucho más al escuchar las palabras de Tezuka.
- Si no me quieres decir que te pasa, lo voy a descubrir por mi cuenta, Suke.
- Que…que haces Kunimitsu.
- Vaya…sabía que no dormías – contestó sin dejar de acariciar el pecho del tensai sobre la camisa – Dime qué te pasa.
- Si alguien te viera hacerme esto, dirían que te gustan los chicos – respondió Fuji tratando de distraer a Tezuka.
- El hecho de que me haya casado con una chica, no quiere decir que no me gustes Syuusuke.
Fuji volteó al escuchar esto y quedó frente a frente a Tezuka, estaba asombrado y el alcohol hizo que se riera al escuchar aquello. ¿Tezuka se estaba riendo de él?
- Deja de decir tonterías y duérmete.
Syuusuke sintió algo de alivio al darse cuenta que Tezuka ya se había dormido, y una lágrima rebelde resbaló por su mejilla, ¿él gustarle a Tezuka? , eso era imposible, se dijo así mismo, por lo cual él también debía dormirse.
- Jamás nos hemos besado ¿no?
Los ojos azules de Fuji se abrieron nuevamente asombrados y lo único que pudo responder fue:
- No.
No supo cómo, ni porque pero al sentir el rostro de Syuusuke cerca, su cuerpo comenzó a reaccionar, el aliento del tensai entre menta combinado con el alcohol lo estaba embriagando, por lo cual al escuchar la respuesta negativa de Fuji, acercó más su rostro y sus labios rozaron los del fotógrafo, sintió como el cuerpo de su mejor amigo se estremeció ante el contacto.
El beso comenzó lento, sin apuros, pero Tezuka tomó posesivamente la delgada cintura de Fuji y al sentir la tibia lengua del muchacho hacer contacto con la suya, la razón se fue de su mente y solo pudo hacer lo que en ese momento estaba deseando, besarlo a su antojo.
Fuji sentía la lengua de Kunimitsu invadir su boca y las fuertes manos del ex – capitán, no estaban quietas, una de ellas se infiltró descaradamente debajo de su camisa y acarició de manera posesiva su cintura y bajó hacia sus caderas pegándolo más a él y aunque él no supo porque Tezuka lo hacía, se dejó llevar por aquella arrasadora pasión que en ese momento Kunimitsu lo estaba haciendo presa.
La ropa comenzó a estorbarles y toda la libido que ambos habían reprimido salió atrevido, y Tezuka rozó su entrepierna con la de su compañero causando que un gemido placentero saliera de los labios del fotógrafo.
- ¿Qué…qué estamos haciendo?
Preguntó entre gemidos Syuusuke, sintiendo las manos de Tezuka quitarle la camisa y besar su pecho y morder aquellos botoncitos erguidos ante el contacto de la lengua caliente de Kunimitsu.
- Somos amigos, y mañana me detestarás.
Dijo Syuusuke dejando salir sus lágrimas a medida que le desabotonaba torpemente la camisa y acariciaba aquel torso que tanto había deseado durante años.
- Jamás…lo haré, eres mi amigo y te quiero.
- Ya no iremos al cine, ya no saldremos a caminar, ya no saldremos a comer…
Balbuceaba Syuusuke entre gemidos y sus lágrimas, Tezuka tomó la mano de Syuusuke y la colocó encima del bulto sugerente que se había acrecentado en su parte baja, Fuji acarició sobre el pantalón y gimió más fuerte al sentir otra mordida en su labio inferior.
El botón de su pantalón fue abierto y con desesperación sus bóxers fueron bajados, causándole excitación, Syuusuke se olvidó de las lágrimas y sin más dejó libres sus instintos, no era un primerizo en la cama y eso se lo demostraría a Tezuka.
Las posiciones cambiaron y ahora Fuji estaba arriba de Tezuka quien ya se había deshecho de sus propios pantalones y bóxers, Syuusuke sonrió con alevosía y lo beso apasionadamente, separándose un poco le susurró en el oído.
- ¿Qué quieres que haga?
- Hazme todo lo que tú quieras – contestó en un susurro excitado a la vez que tomaba su cabeza y la acercaba hacia su virilidad que palpitaba deseosa por sentir aquellos delicados labios apoderarse totalmente de ella.
Syuusuke, sonrió y no detuvo más aquella ansiedad, aunque aún con el alcohol en sus venas, aún podía hacer aquello, se metió lentamente aquello en su boca y comenzó a chuparlo, tan lento y en ocasiones tan rápido, que los gemidos apasionados de su compañero no se hicieron esperar.
La cabeza le daba vueltas aún, por lo cual se separó de aquel lugar y volvió a besar los labios de Tezuka quien lo recibió gustoso, y sin poder posponerlo más, recostó a Syuusuke en la cama y besándolo con furia y pasión, lo penetró sin delicadeza.
Syuusuke gimió, no le dolió, aunque quizás fue por el alcohol que lo había adormecido, y tan solo pudo excitarse más y comenzó a pedir más embestidas tan salvajes que lo llevaban al delirio.
Fueron tantas las posiciones en las que lo hicieron, pero la memorable fue cuando se puso en cuatro patas y Kunimitsu lo penetró lentamente.
- ¡Más, más!
Pidió Syuusuke y Tezuka apoyándose libidinosamente sobre su espalda le dijo:
- ¿Quieres más?
- ¡Sí!
Gimoteo excitado y Kunimitsu arremetió contra su estrechez, tomando en el camino la virilidad de Syuusuke, masturbándolo y penetrándolo, una y otra vez, hasta que ambos llenos de éxtasis llegaron hacia la cima de su propio cielo, cayendo en segundos a la cama exhaustos.
Tezuka atrapó entre sus brazos a Fuji y acarició sus cabellos diciéndole:
- Duerme…seremos amigos por siempre.
Syuusuke tan solo asintió y cerrando sus ojos se durmió.
- ¿Qué…qué pasó?
Syuusuke dejó de recordar lo ocurrido y se sobresaltó al escuchar la voz de Tezuka quien ya había despertado.
- No lo sé.
Contestó Fuji, tratando de escuchar lo que Tezuka tenía que decirle.
- ¿Qué hago desnudo? – preguntó Tezuka tomandose la cabeza – mi cabeza, me duele.
Fuji sintió la mirada de Tezuka y vio su rostro sorprendido e incrédulo.
- ¿No me digas que tú y yo…
- No lo recuerdo – contestó inmediatamente Fuji.
- Yo tampoco – contestó – Voy a cambiarme al baño, lo siento.
Aquella palabra “lo siento” fue el detonante para que la cólera de Fuji se hiciera presente, durante unos minutos se quedó apretando con furia sus puños y escuchó la voz de Tezuka.
- ¿Te cambiaste?
- Estúpido – murmuró Syuusuke - ¿Acaso crees que soy una chica para que no me puedas ver desnudo?
Tezuka salió del baño y solo vio la espalda blanca de Syuusuke y aunque el tensai hacia los esfuerzos posibles por no dejar que sus sentimientos salieran a flote mordiendo sus labios, Kunimitsu pudo ver su rostro por el espejo y vislumbro una mueca de cólera en su rostro.
- ¿Qué te pasa? – preguntó Tezuka.
- ¡Qué me pasa! – Exclamó Syuusuke acabando de atar sus zapatillas – Es tan poco cortes de tú parte decirme que no recuerdas lo que pasó y… ¡Todavía me preguntas que me pasa!
- Lo siento, yo…
- No me digas nada Tezuka – poniéndose su casaca – Debo ir a casa.
- Syuusuke, espera.
Tezuka detuvo a Fuji del brazo ganándose una mirada intimidadora de parte del tensai.
- La cabeza me duele y debo ir a casa Tezuka, suéltame.
- Lo siento Syuusuke, pero… - acomodándose los lentes sobre el puente de su nariz – Podría quedarse lo que sucedió entre nosotros como un secreto.
“Himitsu”, fue la palabra que le vino a la mente a Syuusuke y sintió como en su pecho algo se apretujaba causándole mucho dolor, pero su afilada mirada zafiro se cruzó con la de Tezuka, quien se sintió intimidado y supo que debía de decirle algo.
- Como usted quiera, Tezuka – sama.
Dicho esto Syuusuke se soltó del agarre de Tezuka y caminó hacia la puerta, tomó el pomo de la puerta y sin esperárselo, sintió como era aprisionado entre la puerta y el cuerpo de Kunimitsu.
- Suke, déjame terminar de hablar – susurró en el oído del tensai.
- Déjame Tezuka – amenazó Fuji.
-No, solo hasta que me prometas que dejarás que todo esto sea un secreto entre los dos, porque no quisiera que alguien se enterara que el lugar donde te dije que te amo fue en este hotel tan barato y sobre una cama que no es la mía.
El corazón de Fuji Syuusuke comenzó a latir desaforado, ¿Te amo?, escuchó bien, se preguntó.
- Deja que este sea nuestro secreto, pero lo que si no lo será ante los demás, es que te amo, te quiero y no serás más solo mi mejor amigo, serás mi amante, mi amor por toda mi vida.
Syuusuke sonrió con alegría al escuchar aquella extraña, pero emocionante declaración.
- Yo también te amo, mitsu.
Ambos se abrazaron y el muchacho de lentes sonrió ampliamente al recordar las palabras de Sanada.
Te he contado todo, pero por favor, que sea un secreto donde lleve a Seiichi para decirle que lo amo.