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PAR: normal nuestras distintas fotos... por Cloroformo

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Notas del fanfic:

Musas que me han ayudado a escribir esta historia:

The black atlantic, Daughter, Sia, Lanterns on the lake, A boy & his kite, IKO, Eisley, Strays don't sleep, Sigur Rós

Notas del capitulo:

PAR: [normal] es una historia completamente original sacada de mi mente, no esta basada en ningún libro, anime, o serie. Tal vez me haya inspirado en algunas cosas pero no estoy robando nada a sus creadores o autores. Así que agradezco que no hagan lo mismo con la mía.

 

Capitulo 0

Zero

 

 …Ocho horas habían pasado, ocho horas y ocho tazas de café para ser exactos, que de nada sirvieron para ayudarme, pues no habían hecho más que aumentar mi ansiedad. Ya no podía soportar estar sentado ni un segundo más. Si no paraba de dar vueltas en círculos, seguro abriría un hoyo al piso de abajo.

—Deja de girar en círculos, no haces más que ponernos más nerviosos a todos —el rostro del rubio denotaba las continuas noches en vela de esta semana, en realidad, todos los presentes denotaban dolor, ansiedad y cansancio. No necesitaba de un espejo para asegurarme de que yo estaba igual que ellos o aún mucho peor.

—¿Y cómo crees que estoy yo, ¡eh!? —le grité tan fuerte que todos los presentes, incluyendo familiares de otros pacientes y enfermeras voltearon a vernos. No me importaba en lo más mínimo— ¡Son más de las doce y no nos han dado noticia alguna! ¿¡Cómo quieres que yo este!?

La actitud de Kate había sido firme en todo este tiempo, demostrando fortaleza y optimismo ante todos, pero su armadura de cristal se había desmoronado, sus reservas de fuerzas se esfumaron y al final rompió en llanto… desde que la conocí en la academia jamás la había visto llorar. No parecía Kate, no parecía la chica que había conocido, no parecía la chica con la que solía entrenar todos los lunes, no reconocía a la joven a quien ahora veía, ante mí había a una chica débil y frágil, la Kate que nunca habíamos tratado pero siempre había estado presente en su interior.

Sentía envidia, sentía envidia de ella, Kate por lo menos podía desahogarse, yo por lo contrario luchaba contra este maldito nudo en la garganta que me impedía gritar, que me impedía soltarle al supuesto Dios “bondadoso” todo lo que se merecía escuchar y más. Quería gritar, quería golpear, quería matar al maldito cabrón causante de todo esto, no se merecía perdón, ¡no se merecía perdón!, lo mataré, juro que lo matare y disfrutaré haciéndolo.

Un leve Pit se escuchó cerca de nosotros y las puertas del quirófano se abrieron levemente, el doctor Roger caminó hacia nosotros desamarrándose el cubre-bocas y quitándose el gorro quirúrgico, una vez frente a nosotros resopló fuertemente visiblemente desesperado tomándose de los cabellos. Si Kate ya estaba llorando, ahora estaba gritando entre lágrimas. Gerald la abrazó y se le unió entre sollozos.

—Lo siento, lo lamento en verdad —su frente estaba empapada de sudor.

—No…, no es cierto… —no podía ser verdad, aquello no era cierto, era una broma ¿verdad?

Las puertas del quirófano volvieron a abrirse y esta vez fue él quien salió de entre ellas sobre una camilla, alrededor de él lo acompañaban enfermeras, NovaTec y Rose Mary. Corrí para alcanzarlos antes de que tomaran el elevador.

Rose Mary bajó los barandales de mi lado y se aparto para dejarme espacio.

—Hicimos todo lo que pudimos… pero era demasiado daño por reparar, —NovaTec mostraba un aspecto en exceso demacrado, no había duda en  sus palabras— aparte, su condición...

—A-a-a… —mi voz se quebró al ver su aspecto— ¿A-aun me escucha…?

—...No lo sé —contestó NovaTec.

Una mano delicada se posó en mi espalda.

—Probablemente si te escuche —aun y la situación, Rose Mary me sonrió sinceramente.

Tomé su mano entre las mías, se sentía tan frágil…, mis manos lograban cubrirla por completo y su piel parecía papel contra la mía, se podía notar el surcar de las venas bajo ella como si una delgada tela blanca fuera lo único que protegía su interior. Su piel se sentía fría, tan fría como la de un cadáver, si no fuera por el débil movimiento de su pecho y por el sonido del monitor de signos vitales juraría que si lo estaba.

Enredado en cientos de cables, brazos y pecho lo conectaban a múltiples aparatos, y sobre su rostro de porcelana, una mascarilla le suministraba oxigeno. Aquello fue suficiente para mí, fue lo suficiente para desgarrar el nudo que me bloqueaba la garganta. Las lágrimas resbalaron por mis mejillas.

En ese momento me di cuenta de todo, me di cuenta de lo insignificante que fui y que soy, en ese momento me di cuenta que no era más que un simple humano, y que su vida se escapaba de mis manos igual a fina arena de playa… En aquellos momentos me di cuenta que la muerte había ganado pues sus largas garras se aferraban a su último aliento de existencia…

Notas finales:

02/05/14

 


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