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Mi mejor regalo. por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Hola a todos ^^

He decidido subir este fic(que en realidad quería que fuera un oneshot)por motivo del cumpleaños de Sasuke Uchiha, porque aquí ahora mismo es la una de la madrugada del 23.

Los personajes no son mios, y blablabla.

Notas del capitulo:

Hola a todos y todas ^^

Tenia preparado este fic desde hace unos días, al principio fue con la idea de un oneshot, pero lamentablemente no soy capaz, espero que me perdoneis ^^

Aclaro, vivo en España, por lo que ahora mismo es la una de la mañana del ventitres, o sea, el día del cumple de Sasuke, por eso le felicito con mi fic.

Espero que os guste ^^

Itachi_Sasuke_by_Yue_Iceseal.jpg itachi and sasuke image by gohan-sama

Un chico moreno miraba pensativo las nubes pasar por el sereno cielo, con sus ojos negros se perdidos en la inmensidad del paisaje que observaba. Rayos de sol iluminaban juguetonamente su pálida piel, mientras una mueca de dolor deformaba la sensual curvatura de sus labios.

 

Sasuke Uchiha, miembro de la prestigiosa familia dueña de la mitad de la aldea de Konoha, hermano pequeño del genio Itachi, que perdió parte de su vida intentando protegerle a él y a una aldea que le había dado la espalda.

 

Él personalmente odiaba profundamente a esa aldea y todos sus habitantes, pero su hermano, que había dejado el Akatsuki, y ahora vivían juntos en algún lugar del país de las Olas, adoraba y siempre había adorado a la Hoja. El azabache sospechaba que su hermano había estado enamorado del Yondaime, porque siempre decía con orgullo que él protegía el legado del Cuarto.

 

El suspiro cansado que salió de sus labios, tenía sabor de amor para su hermano y mucha resignación, pues la vida no le había regalado nada y él no tenía ningún incentivo para seguir el buen camino y la nobleza que su hermano mostraba... Su conciencia le dejó un leve retazo de un rostro de piel dorada, ojos azules y pelo rubio, y le llamó claramente mentiroso, pero el de piel blanquecina era un experto en engañarse a sí mismo.

 

Al oír los pasos de su hermano mayor, Sasuke se volvió hacia él y le sonrió con la misma admiración y cariño de antes, como si volviera a tener seis años y su aniki era su sueño a aspirar, lo que quería ser de mayor.

 

-Ohayo, ototo-baka.-dijo el de pelo largo, lleno de cariño.

 

-Ohayo, aniki-baka.-respondió el menor, con una pequeña risita, pues era el saludito tonto que habían inventado hace muchos años-Ya hice el desayuno y te esperé.

 

-Muchas gracias.-sonrió con calidez y orgullo el mayor.- ¿desayunamos?

 

El día, como muchos otros, seguro que pasará en tranquilidad y calma. Nada de los Akatsuki y sus locuras, nada del Taka y sus tonterías, esa vida como vengador estúpido había quedado perdida en el tiempo y el olvido.

 

-Ah, se me olvidaba, ototo.-dijo Itachi con una sonrisa.-Feliz cumpleaños.

 

El Uchiha menor sonrió lleno de dicha y tomó el pequeño paquetito que su hermano le mostraba, abriéndolo con ilusión y encontrándose con una esfera transparente, igualita a una bola de cristal.

 

-¿Y qué es esto, aniki?-preguntó con sorpresa el menor de ojos negros.

 

-En la vieja tienda que encontré en el país del Cielo me dijeron que era una puerta al pasado y al futuro.-dijo con una sonrisita burlona.-Me pareció tan divertido que te la compré para ti.

 

Sasuke miró con desconfianza la pequeña esfera y su hermano mayor, con una risa dulce y cristalina, le entregó su verdadero regalo, un nuevo traje ninja con su emblema bordado en brazos y espalda, y en los bolsillos del pantalón, porque un buen Uchiha está orgulloso de su linaje kukuku.

 

Ese regalo  sí le gustó a menor de los hermanos y corrió a probárselo, dejando la esferita abandonada cerca de la ventana...pero sin que ambos se percataran la pequeña bolita transparente había empezado a brillar sutilmente.

 

Esa misma tarde, cuando estaba solo en la casa, ya que su hermano había ido al mercado y el azabache estaba demasiado adormilado como para acompañarle, una voz dulce y femenina le había hecho despertarse de su duermevela.

 

-¿Eres tú mi dueño, mortal?-decía la voz desconocida.- ¿O puedo suponer que aún no he encontrado al ser que utilizará mi poder?

 

Sasuke se levantó del sillón de un salto, claramente acojonado (aunque no lo admitiría ante nadie), comenzó a mirar hacia todos los lados, buscando a la mujer que le había asustado y le gustaría despellejar.

 

-¿Quién eres y qué quieres?-tronó con su mejor tono de voz (para hacer ver que un Uchiha no temía a nadie, aunque estaba a un paso de un infarto).

 

-¿Acaso oyes mi voz, mortal?-trinó la voz dulce y femenina llena de felicidad.- ¿Será posible que el día de mi liberación esté próximo?

 

Cuando vió la esferita que le compró su hermano, flotando en el aire y brillando débilmente, y comprendió que la voz venía de ella, el azabache se asustó aún más y se quedó sentadito y extrañamente callado.

 

-Kyaaaaaaaaaaaa.-chilló la esferita loca de alegría.-Además de estar como un tren, este mortal puede liberarme de mi prisión.

 

Sasuke se puso de pie al momento, la voz de esa extraña esfera le había sonado igualito que el grito de guerra de Karin, cuando le perseguía para verle desnudo, y su primera defensa fue ponerse en pie para escapar, por lo que la esfera le quedó cerca de los ojos y pudo ver a una diminuta criatura alada, dentro de ella.

 

-Santo Dios. ¿Qué demonios eres tú?-soltó el moreno lleno de sorpresa.-Pareces un hada o algo así.

 

-Tsk. No soy un hada, soy una sílfide, maldición.-gruñó la diminuta criatura, cabellos rubios casi blancos y ojos azules.-Soy un espíritu del aire y no un haducha de mala reputación, que concede deseos a mortales desesperados. Yo soy mucho mejor que eso y...

 

Sasuke puso los ojos en blanco y desconectó totalmente, mientras la criatura seguía despotricando contra las hadas, los mortales y todo lo que se le ocurriera. Estaba pensando seriamente en romper la esfera y aplastar a la arpía que decía ser una sílfide, hasta que escuchó algo que le interesó.

 

-Las hadas sólo conceden deseos sin importancia ni fundamento, como un vestido o unos zapatos, o sea chucherías. Una sílfide como yo, puede llegar a cambiar el pasado.-decía la muchacha alada enfurecida.

 

Pero eso era lo que le había interesado al moreno...Cambiar el pasado.

 

-Vamos a ver, sílfide. ¿Cómo te llamas?-preguntó el azabache diplomático, cortando de cuajo la cháchara de la diminuta criatura y haciendo que la sílfide se concentrara y calmase su furia.

 

-Me llamo Irie (Conseguir un favor)-dijo la sílfide contenta.

 

-Hola Irie, yo soy Sasuke Uchiha.-dijo el moreno, haciendo el ambiente menos tenso.-Dime, ¿es cierto que puedes cambiar el pasado?

 

-Si, es cierto, Sasuke Uchiha-san.-chilló la diminuta chica entusiasmada, haciendo que una gran gotaza le apareciera en la cabeza al azabache, pensando repentinamente que la sílfide esa, era clavadita a un rubio adorable y gritón.-Con mis grandes poderes puedo mostrarte el pasado, también puedo llevarte al día que más desees cambiar y hacer realidad todos tus sueños.

 

El azabache la miró con duda más que evidente, cosa que la chica rubia y diminuta notó, e inflando sus mejillas, utilizó su poder, en el mismo momento que el hermano mayor de Sasuke entraba por la puerta.

 

Una brillantísima luz los cubrió, y los dos azabache y su esferita, con Irie dentro, se encontraron de lleno en una batalla.

 

-Pero bueno...-berreó Itachi asustado.- ¿Dónde demonios estamos ototo-baka?

 

-No tengo ni idea.-musitó el chico asombrado.- ¿Dónde estamos Irie?

 

Antes de que la sílfide contestara, un borrón amarillo chocó sobre ellos, cayendo encima de Itachi y mandando contra un árbol a Sasuke. Muy  mareado, Itachi miró hacia la persona que había chocado con él, y se encontró con un verdadero fantasma, Minato Namikaze, Cuarto Hokage y Rayo amarillo de Konoha.

 

Unos ojos negros y aterciopelados se quedaron mirando al rubio en pleno shock, el rubio, con los ojos cerrados, se estaba quejando débilmente por el golpe.

-Gomenasai.-murmuró abriendo los ojos azules. Apenas vió al chico que tenía debajo, el rubio se quedó en pleno trance, en la vida había visto un joven tan hermoso.

 

Los dos se quedaron mirando maravillados, uno porque estaba viendo con sus propios ojos al hombre del que se había enamorado veinte años atrás, y el otro, porque se acababa de enamorar, a pesar de haber perdido en ese mismo día a su adorada esposa.

 

Sasuke se quedó de piedra al ver al hombre que casi le había matado, era clavadito a su dobe. Un momento, por la cara de besugo que tenía su aniki, ese tipo debía de ser el Yondaime. Si era así, entonces su hermano estaba enamorado... ¡Del padre de Naruto!

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Nota de autor

Acojonar es asustarse muchísimo jeje, es una de las palabraas que se utilizan por aquí y mi linda Pikachita me hizo ver que no la conocía ^^

Esta es la imagen que me gustó para mi pequeña Irie jeje, es muy bonita, tanto como escandalosa, la creé del Naruto de doce años ^^

Espero que os gustara mi homenaje al teme Sasuke que adoro.

Dedicado a mis lindas imotos, que son cada día más ^^, y a todos los que se molestan en leer mis fics.

Un beso.

Sasukitsu


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