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Te deseo. por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Hola ^^

Naruto no es mío y blablablá, lo de siempre jajaja.

Notas del capitulo:

Espero que os guste ^^

Mi linda Keiko chan me pidió un trio, pero supongo que es un trio a mi manera jajaja.

Aviso, contiene lemon.

No recomendado para los que padezcan del corazó y/o tengan severas hemorragias nasales.

Para el resto, disfrutad de mi fic,onegai ^^

 

Prologo.

 

Aún no entendía porqué se había dejado liar por su mejor amigo, Kiba Inuzuka, para que saliera de copas con él, su novio Shino y el resto de sus amigos de infancia. El rubio llevó una mano a su sien, temiendo un futuro dolor de cabeza, ya que la noche sería muy larga, porque apenas había llegado a Konoha despues de tres años sin volver a su hogar, estudiando en Tokio.

 

 

Diez horas antes

 

-Narutoooooooooooooooooooooooooooo.-había aullado su mejor amigo cuando lo fue a buscar a la estación, acompañado por su callado novio Shino, amigo también del rubio de ojos azules, que fue bastante menos efusivo que el chico perruno, ya que este se había lanzado a los amistosos brazos de Naruto.

 

-Kiba.-suspiró con alegría y nostalgia el lindo rubio.-Que gusto volver a veros, chicos.

 

Shino cabeceó su acuerdo, mientras Kiba se frotaba como un gato contra Naruto, que le devolvió en abrazo con fuerza y susurró:

 

-Estoy en casa, Kib.

 

-Bienvenido, Naru.-contestó el de marcas rojas en las mejillas, con ojos brillantes.

 

Naruto Uzumaki, huérfano de padre y madre, con tan sólo un primo llamado Deidara Uzumaki, que vivía en Konoha y se había sacrificado por cuidar a su pequeño primito. Con sólo catorce años, sus padres y los padres del pequeño Naruto, de ocho años, habían sufrido un desgraciado accidente de circulación. Los dos niños, muy similares en carácter y aspecto, habían sido separados y mandados a distintas casas, pese a las protestas del mayor, que no quería que su primito sufriera más de lo que ya lo hacía.

 

Como si sus sospechas fueran una premonición, el pequeño y tierno Naruto fue asignado a una pareja fría y muy severa, Danzou Suji y su esposa Shizuka, que metieron en una prisión a la dulce criatura que era Naruto, apagando toda su alegría natural y casi marchitando sus sueños.

 

Por suerte, cuando Deidara cumplió los dieciocho años, pudo independizarse y pedir la custodia de Naruto, que ahora contaba con doce. Los primeros meses con su primo habían sido muy duros para ambos, pues el rubio había sido maltratado física y psíquicamente, causando unos traumas muy arraigados, que le costaron años de ayuda de su primo y un psicólogo, Iruka Umino, alumno de su padre, Minato, que sufrió lo indecible al ver el estado del pequeño que había amado como a un hermanito.

 

Naruto pudo poner fin a la pesadilla que se había convertido su vida, y ser un niño normal, tener amigos normales y un brillante futuro. Por eso había estado estudiando tres años en Tokio, para especializarse en su carrera elegida, Psicología... ahora él quería seguir los pasos de su fallecido padre y ayudar a superar traumas a niños como él había sido.

 

Normalmente esa carrera le hubiera llevado cinco años, en vez de los tres que había necesitado, pero Naruto era muy inteligente, casi un superdotado, por eso no había necesitado el apoyo económico de Deidara para ir a Tokio, todo había sido pagado por su propio trabajo a media jornada en un café y una beca.

 

Shino y Kiba había ido a buscarle porque el kitsune quería darle una sorpresa a su primo Dei, en el camino a la casa que había sido el hogar de ambos, Kiba le había sacado la promesa de salir esa misma noche de fiesta, para celebrar su vuelta y su flamante título, que Naruto había sacado con matricula de honor, por lo que, incluso antes de terminar la carrera, el rubio había recibido multitud de ofertas de trabajo.

 

Naruto había dicho que sí a su mejor amigo, porque su alegría era contagiosa. Al llevarle hasta la puerta de su casa, situada en el centro de Konoha, muy cerca del Ichiraku ramen, el rubio les había invitado a entrar, cosa que los dos se negaron, alegando que era un encuentro familiar y ellos no pintaban nada.

 

Naruto sonrió dulcemente y les agradeció por todo, diciéndoles adiós hasta que el mini volumen se perdió en la lejanía. El rubio tomó su equipaje y llamó a la puerta, oyendo la bella voz de su primo Dei, que rápidamente le abrió la puerta, quedándose con la boca abierta al ver a su amado primito.

 

-He vuelto, Dei.-musitó con dulzura, abrazando al rubio mayor, que estalló en llanto, pues ambos se consideraban como verdaderos hermanos y habían estado tres años sin verse, ya que su situación económica nunca había sido muy buena, estando solos en la vida.

 

-Bienvenido a casa, Naru.-hipó el rubio mayor, apretando con fuerza a al menor.

 

Deidara lloraba por la alegría de volver a ver a su Naru-chan, pero no sólo por eso...pero ya veremos porqué más adelante.

 

 

Así era como el lindo Naruto Uzumaki se encontraba en esta situación, rodeado de gente bailando y bebiendo, con un vaso de licor en la mano y muchas dudas en la cabeza, pues no solía ni salir ni beber, porque  toda la adolescencia la había pasado encerrado estudiando para salir adelante en sus estudios o trabajando, para poder sobrevivir.

 

Vestido con una camiseta naranja ajustada, unos jeans azul claro y unas cómodas zapatillas, nuestro rubio precioso se sentía totalmente fuera de lugar, con gente tan a la moda y con ropas de marca.

 

-Anímate hombre.-chilló Kiba a su oído, pegándole una fuerte palmada en la espalda al rubio, que casi derrama su bebida-Todo corre de mi cuenta, por lo que disfruta.

Con una sonrisa titubeante, Naruto miró a su mejor amigo, ya que aún faltaban el resto de sus amigos, él estaba con Shino y Kiba, y se sentía bastante cohibido ya que pensaba que era el tercero en la discordia...

 

-Etto, lo haré Kiba-chan.-dijo el rubio con una sonrisa de disculpa.-No te preocupes por mí y sigue con tu novio.

 

Kiba le sonrió afectuosamente y volvió junto a Shino, mientras Naruto se armaba de valor y probaba el extraño brebaje que Kiba le había dicho que estaba muy bueno, Bacardi con Coca-cola. El primer sorbito fue pequeñito, pues se temía que eso que estaba en el vaso fuera asqueroso...nada más lejos de la realidad, estaba buenísimo, y muy pronto terminó con su contenido, pidiendo más al camarero.

 

Con tres de esas copas, el rubio comenzó a sentirse mejor, más a gusto, y descubrió que la música le llamaba. Ante los atónitos ojos de Kiba y Shino, y de Hinata, Neji, Lee y Tentén, que acababan de llegar, Naruto, el dulce Naruto, se transformó de tímido patito feo en un fascinante cisne.

 

Los movimientos fluidos y sensuales de su cuerpo, eran pura poesía, llevando a que los bailarines que estaban junto a él, se apartaran casi reverencialmente, para verle moverse al ritmo de la música, sus cabellos rubios y revueltos, parecían bailar con él, rozando su hermoso y calmado rostro, con los ojos cerrados. Normalmente la duda y las sonrisas de disculpa, no dejaban ver bien la maravillosa hermosura que Naruto poseía, ahora la música y la bebida, habían dejado al descubierto que Naruto Uzumaki era un diamante en bruto, la tentación misma.

 

Sus movimientos ondulantes y sexys, atrapaban todos los ojos, fueran femeninos o masculinos, llevando poco a poco, a los más atractivos a bailar junto a ese dios de oro, intentando tener su atención. Uno tras otro, probaban suerte, recibiendo una mirada de esos gloriosos ojos azules, una sonrisa y una disculpa, el ángel quería bailar sólo.

 

Entre las sombras, dos ángeles oscuros, vigilaban al de cabellos dorados, hipnotizados por sus movimientos, inocentemente sexys.

 

-Que polvazo tiene esa ricura.-musitó el mayor de los dos, de cabellos oscuros y largos, y ojos negros ardientes.

 

-Cierto, pero no deberías mirarle, aniki. Tienes novio.-dijo el menor con voz aparentemente aburrida, mirando de reojo al ángel dorado.

 

-Ya no, ototo. Rompimos esta tarde.-dijo con pena el mayor, que estaba muy, muy borracho.

 

El menor, de cabellos igualmente negros, aunque más cortos, y ojos de igual color, sintió un vuelco en el corazón. ¿Cómo era eso posible? Su aniki y su novio estaban a punto de prometerse e irse a vivir juntos, y él sabía que se amaban mucho.

 

Se disculpó un momento con su aniki, mientras el pelilargo bebía toda su copa y pedía más, para hacer una llamada al novio de su hermano...craso error. Itachi perdió todo contacto con la realidad y sólo pudo ver al ángel que bailaba sólo, viendo en él a su amado ex novio...Deidara.

 

Los amigos de Naruto, al ver cómo disfrutaba de su baile y que no corría peligro alguno, tomaron su ejemplo, bailando y riendo con sus parejas. Hinata y Neji,  Tenten y Lee, salían juntos, Sakura y Sai no habían podido venir, una porque estaba de guardia en el hospital  y el otro porque estaba de viaje con su novio Gaara.

 

Naruto se sintió acalorado, y decidió ir a refrescarse un poco al baño, sin darse cuenta de que una pantera negra le estaba acechando...

 

Cuando el bello rubio llegó a los aseos, estos estaban desiertos. Medio tambaleándose,  se acercó al lavabo, mojando sus rubios cabellos y su rostro, no sintiendo a la pantera a su espalda, que tapó sus ojos con su propia corbata y susurró al mareado y sorprendido rubio:

 

-Eres mío.

 

Naruto se quedó helado al oír la voz desconocida y sensual, hablando y echando su aliento en su  sensible oído, cierta excitación, al tener sus dos manos atrapadas por otra mano más grande y fuerte, pese a que él mismo era fuerte, y al sentir que tocaban con descaro su pecho, demorándose en sus erectos pezones, excitándole mucho, mientras unos labios exploraban su cuello con sensualidad y dulzura.

 

La bebida y las hormonas del propio Naru, que habían estado en un letargo durante veinte años, se despertaron de golpe, haciendo que dulces gemidos salieran de sus labios de fresa, y el depredador fuese más atrevido, bajando hasta dónde la espalda perdía su nombre y apretando su duro culito, haciendo gemir aún más a Naruto, perdido en el placer prohibido que esos labios en su cuello y esa mano atrevida, le proporcionaban.

 

Esta ardiente escena se encontró el azabache menor, que sintió que la rabia le cegaba y apartó a su aniki del rubio en el que había posado sus ojos.

 

-Sal de aquí, tu novio te espera fuera.-dijo con rabia , casi empujándolo hacia la salida, dejando a un muy aturdido Naruto, sentado en el suelo, pues al faltarle el apoyo de Itachi, se había dejado caer al suelo, mareado por la bebida y la excitación.-Y quédate esta noche en su casa, porque yo también tengo planes.

 

Un tembloroso Deidara le esperaba fuera, y cuando los ojos negro de Itachi contemplaron su hermoso y lloroso rostro, la razón volvió a su ser, haciéndole arrodillarse y pedirle perdón, ya que la pelea de esa misma tarde había sido por los estúpidos celos del pelilargo, que no soportaba a uno de los compañeros de trabajo del rubio y había montado una verdadera escena cuando lo había visto salir del coche del pelirrojo, llamado Sasori.

 

Sasuke resopló con indignación, pero no podía culpar a Itachi, ahora estaba tan bebido que no razonaba, por eso había ido a por el bello rubio al baño. El azabache volvió sobre sus pasos al aseo, buscando al rubito que le había fascinado desde que entró al local.

 

Naruto seguía sentado en el suelo, aún respirando agitadamente y bastante mareado. Había intentado levantarse varias veces, pero parecía que sus piernas se negaban a colaborar, ni siquiera se había quitado la corbata alrededor de sus ojos. El azabache se puso bastante nervioso, pero se acercó hacia él y se arrodilló a su lado, quitándole la venda, dejándole deslumbrado al ver de cerca a la persona más hermosa que había visto en su vida, con ese rostro fino y delicado y esos profundos y bellísimos ojos azules.

 

Naruto parpadeó deslumbrado por la repentina luz, despues que alguien le quitara la venda, perdiéndose en unos ojos oscuros y preciosos, y en un rostro digno de un dios griego, de rasgos finos y bellos, de piel pálida como el mármol.

 

-¿Quién eres tú?-susurró el rubio maravillado.

 

-Me llamo Sasuke Uchiha.-murmuró Sasuke-¿Cuál es tu nombre?

 

-Naruto Uzumaki.

 

Los ojos negros se abrieron mucho. ¿Naruto Uzumaki? ¿El amado primo de su cuñado? Con un suspiro decidió dejar de momento sus planes de seducción, pero el destino tenía una sorpresa para el viril azabache, el rubio sintió su corazón inflamarse de amor, y la bebida que corría por sus venas le proporcionó el valor necesario para besar los labios del azabache.

 

El inocente beso del rubio, tomó por sorpresa al moreno, que se dejó besar unos segundos, cuando comprendió que el bellísimo kitsune era muy inocente, tomó el control del beso, pasando su lengua por sus labios hasta que el rubito abrió su boca, cosa que el azabache aprovechó para invadir su boca con su lengua.

 

Dicen que para hacer un buen fuego, se necesita madera seca y un buen encendedor(o cerilla), pues ambos jóvenes eran los ingredientes perfectos para hacer un verdadero incendio, ya que ambos estallaron en llamas de ardiente deseo. Besos devoradores por ambas partes, manos inquietas e indagadoras, explorando el cuerpo del contrario y arrancando suspiros que morían en las bocas unidas.

 

Naruto, aún excitado, dejaba patente su total inocencia, cosa que el azabache sabía, por lo que no quería montárselo en unos baños con el rubito, por muy deseoso que estuviera, por lo que cesó sus apasionados besos, haciendo que el rubio lo mirara confundido.

 

-Este no es el lugar apropiado para lo que vamos a hacer.-murmuró el azabache, con la respiración agitada.- ¿Te vienes conmigo a mi casa?

 

El rubio lo miró a los ojos, ruborizándose lindamente mientras daba una cabezadita. Sasuke se sintió el más afortunado del mundo. Lleno de dicha, agarró de la mano al lindo rubio y lo llevó hasta su coche. Naruto, aún ebrio pero un poco más consciente, se despidió de sus asombrados amigos que lo vieron pasar de la mano del chico más popular de Konoha, Sasuke Uchiha.

 

El azabache lo llevó a la casa que compartía con su hermano mayor, invitando a entrar a Naruto, que se sentía muy tímido, pese a casi comerse a besos al azabache en los aseos de la discoteca. En el momento que la puerta se cerró, Sasuke se lanzó sobre el rubio más deseable del planeta, volviendo a encender el fuego de la pasión, besos subyugantes y apasionados, que llevaron a los dos al lugar cómodo más cercano, el sillón del salón.

 

La ropa comenzó a estorbar, haciendo que ambos comenzaran a desnudarse, dejando al descubierto sus torsos esculpidos, haciendo que dejaran de besarse y se estudiaran con lujuria, pura y dura. Ojos azules y ojos negros se desafiaban con la mirada, mientras sus manos exploraban toda la piel expuesta del otro, juguetonamente. Sasuke, más experimentado, se sentía como un novato con ese rubio, que le enseñaba que todas sus relaciones anteriores habían sido puro sexo.

 

El rubio, totalmente inexperto, se dejaba llevar por el instinto, memorizando con sus manos y labios toda la piel desnuda de Sasuke, que se sentía verdaderamente sobrepasado por todas las emociones que sentía, y quitándole también el pantalón y los calcetines, dejándolo sólo con un bóxer negro ajustado.

 

Los ojos azules de Naruto, recorrieron cada centímetro del cuerpo que tenía bajo el suyo, demorándose en la marcada tableta de chocolate y las torneadas piernas del pálido chico, sintiendo cómo su sangre se alborotaba y le pedía algo que desconocía. Sasuke sonrió maliciosamente y cambió las posiciones de ambos, desnudando también al bello rubio, dejándolo con unos boxers blanco puro, y apenando al dulce kitsune, que sintió mucha vergüenza al verse casi desnudo, pese a tener encima al azabache en la misma situación.

 

-No tengas vergüenza, kitsune.-ronroneó el azabache con voz sensual y sexy, haciendo erizar todos los pelitos del rubio.-Déjate llevar.

 

La boca sedienta del moreno, no dejó al rubio contestar, y cuando la mano derecha de este tomó la semi erección del de ojos azules, las palabras murieron sin ser pronunciadas, tragadas por el inmenso placer, haciéndole retorcerse bajo su cuerpo y buscar un punto de apoyo, que resultó ser la espalda blanquecina de Sasuke. El moreno, profundamente excitado, tomó una de las manos del rubio y la posó sobre su excitación, haciendo respigar al de ojos azules, que se excitó aún más y comenzaron a acariciarse mutuamente, llenado la sala de gemidos ahogados y sonido de besos.

 

Antes de que uno de ellos se derramara, Sasuke quitó sus ultimas prendas, dejándolos piel contra piel, habiendo logrado su cometido, excitar hasta el delirio al rubio, que era virgen de seguro, y necesitaba mucha preparación. Naruto gimió roncamente, frotándose contra el cuerpo del otro como un lindo gatito, haciendo que el azabache medio gruñera del placer que sintió, y sus ojos se volvieran rojos, casi demoníacos.

 

-Humedece mis dedos, Naruto.-susurró el azabache con voz súper ronca por la excitación, metiendo tres de sus dedos en la boca del rubio, que pese a su inocencia, supo para qué eran, poniéndose más colorado que un tomate y chupándolos con timidez.

 

Cuando al azabache le pareció que estaban bien lubricados, tomó con ardor la boca deliciosa del rubio, introduciendo uno de sus dedos al mismo tiempo, haciendo que el dolor de la primera intrusión se confundiera con el placer de sentir sus apasionados besos. Con delicadeza, el dedo del azabache dilataba con suavidad el tenso agujerito de Naruto, mientras las bocas de los dos permanecían unidas, cuando el azabache se atrevió a introducir otro dígito más, el rubito se tensó dolorido, por lo que la mano izquierda de Sasuke tomó su semi erección y comenzó a acariciarla suavemente, mientras el estrecho agujerito se dilataba lentamente, cuando Sasuke pudo introducir el tercer y último dedo, Naruto estaba al borde del orgasmo. El azabache se aprovechó de eso e introdujo sus dedos con fuerza en el cálido interior del rubio, tocando un puntito que lo llevó directamente a las estrellas, derramándose en la mano de Sasuke, que aprovechó el semen del rubio para lubricar más su entrada y su pene, mientras el rubio estaba en el paraíso por el reciente orgasmo.

 

Antes de que se diese cuenta, Sasuke se había introducido dentro del rubio, sin que este se tensase por la anticipación y lastimándolo lo menos posible, logrando que sólo se sintiera extraño por sentir dentro al azabache que le había cautivado.

 

-Me voy a empezar a mover, Naruto.-jadeó Sasuke excitado-¿Está bien?

 

-Sí.-musitó el rubio con una linda sonrisa.-Sé gentil, por favor.

 

El más que experimentado y hastiado azabache, sintió una ternura infinita por ese lindo chico. Posó sus labios con cariño en la boca de fresa del de ojos azules, y comenzó un ligerísimo y suave vaivén, acostumbrando al de piel dorada a su invasión.

 

Al principio le dolió un poco a Naruto, pero muy pronto Sasuke localizó el puntito de placer del rubito, volviéndolo loco de placer. El pasivo kitsune se convirtió en una verdadera fiera, besando desesperado al azabache y culebreando bajo su cuerpo, pidiendo más fuerte y más rápido sin palabras, volviendo totalmente loco a Sasuke, que dejó sus temores de hacerle daño y lo comenzó a embestir enloquecido, llenando de placer a los dos.

 

-Más, más, por Dios, Sasuke. Más fuerte.-aullaba el rubio, perdido en las placenteras sensaciones que el azabache le regalaba.

 

-Ahhh, si, si, apriétame otra vez, Naruto.-jadeaba el moreno.-Que gusto...eres tan estrecho, mmmm.

 

Una y otra vez, cada vez más rápido, cada vez más profundo, llenando el cuarto de jadeos desesperados y gemidos que casi eran gritos,  hasta que los dos explotaron a la vez.

 

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.-gruñó Sasuke, con los ojos en blanco por el placer, derramándose en el cálido interior de Naruto.

 

-Por diooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooos.-bramó Naruto explotando entre ambos cuerpos, y despertando a medio vecindario, seguramente.

 

Sasuke cayó exhausto sobre el rubio, que jadeaba trabajosamente, por el cansancio y el placer.

 

-Esto ha sido lo mejor que he sentido nunca.-suspiró el rubio, durmiéndose al instante, por el relajamiento de su cuerpo tras el placer y la bebida que aún recorría sus venas.-Gracias Sasuke.

 

El aludido quitó todo su peso del rubio, acomodándolo contra su pecho y besando su frente con ternura.

 

-Gracias a ti, Naruto.-musitó con una leve sonrisa.-Nunca me había sentido así.

 

Envuelto en la calidez del rubio que dormía pegado a él, Sasuke se dejó llevar por el sueño.

 

Continuará...

Notas finales:

Dedicado a todas( y cuando digo todas  es todas) mis imotos, y por supuesto, a todo el que lee mis fics ^^

Espero que este nuevo proyecto sea un twoshot, pero como me conozco no prometo nada ^^

Besos y abrazos a todos.

Matta ne.

Sasukitsu


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