Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inesperado por Kurenai_Yui

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saben hacia un año o mas que ¡no escribía nada! en serio, un día sin mas se me fue la inspiración y hoy milagrosamente me han dado unas ganas de escribir tantas cosas y he aquí una de ellas xD

¡Aunque es el primero que publico también! hoy ando un poco alterada, así que me he decidido a empezar a publicar mis escritos aunque me de un poco de pena ^///^ Bueno espero que le guste.

Papeles y mas papeles, amontonados unos detrás de otros, propuestas, estadísticas e incluso encuestas, estaba harto….¿acaso nunca iba ha terminar?
La respuesta era obvia, aún le faltaban unas cuantas horas para poder irse a su departamento a descansar. Suspiro resignado y continuo leyendo intentando analizar lo que estaba escrito.

-al parecer aún le faltan algunos documentos-hablo una joven alta, delgada mas no exburante, cabellos rubios y ojos color miel, por la forma de vestir se podía decir rápidamente que era una secretaria, mas no cualquiera, era la secretaria personal de aquel joven empresario- si me lo permitiera, le podría ayudar…

-no necesito tu ayuda-alzo la vista Gerard Prelati que se encontraba tras aquella “montaña” de papeles, dejando impresionada a la joven, si bien era cierto que era nueva en ese lugar no podía evitar que cada vez que su jefe la mirara apareciera un leve sonrojo en su rostro-y deja de sonrojarte cada que te volteo a ver que claramente no eres mi tipo.

-lo siento mucho-salio corriendo una apenada joven la cual no sabia porque se había disculpado si por sonrojarse o por no ser el tipo de chica que le gustaba a su jefe.

-¿ahora que le dijiste a la pobre para que saliera así de asustada?-preguntó un joven mientras entraba a la oficina, éste era alto al parecer media 1.82 o estaba cerca, vestía un traje marrón que quedaba perfectamente con su cabello castaño oscuro y una camisa azul cielo la cual contrastaba un poco con sus ojos verdes, sin corbata y con los primeros botones desabrochados pues así era él, simple y no le importaba siquiera si los colores quedaban o no pero para su suerte todo le quedaba bien.

-Nicholas, ya te he dicho que toques antes de entrar.

-Nick, dime Nick, no se porque te empeñas en decirme Nicholas en el trabajo-se quejó.

-justamente porque estamos en el trabajo-fue la única respuesta-Nicholas.

-aun así no lo entiendo si nos conocemos desde hace tiempo no tiene porque cambiar aquí, pero bueno dejando eso aun lado, ¿Qué le hiciste a la pobre secretaria?-volvió a preguntar- por cierto ¿Cuál era su nombre?

-Jennifer y no le hice nada, solo le pedí que no se sonrojara cada que la viera a los ojos.

-pues pides imposibles, tal vez esa es la razón por la cual no duras ni tres meses con tus secretarias-opinó Nick.

-no le veo nada de imposible.

-¿Qué mujer se podría resistir a ti Gerard?-preguntó, pero no lo dejo contestar pues el continuó hablando-con ese cuerpo atlético, esa altura envidiable para algunos, ese cabello tan oscuro como la misma noche, esos ojos grises en los cuales te puedes perder, esa voz tan…

-creo que tu descripción ha llegado demasiado lejos-lo interrumpió Gerard mirándolo fríamente.

-bueno solo repetí lo que dicen todas las secretarias que trabajan aquí, mira que hasta la mía piensa lo mismo-comenzó a reírse de la cara que ponía su amigo y de lo fácil que podía avergonzarlo ya que a pesar de no demostrarlo sabia como se sentía-aunque también dicen que eres muy frío y para nada social.

-vaya después de que elevas mi autoestimas la empiezas a pisotear-apunto el menor pues Gerard aunque era difícil de creer tenia dos años menos que Nick.

-pues en parte tienen razón-opinó alguien desde la puesta de aquella espaciosa oficina.

-señor Minor-se levanto Gerard de inmediato, saludando a quien tenía enfrente pues este ya había entrado-disculpe tanto alboroto, en seguida continuare con mi trabajo.

-dime Alex te lo he pedido muchas veces y bueno justamente por eso he venido, necesito hablar contigo un momento.

-bueno entonces yo me voy, pasen una buena tarde caballeros-se despidió Nick saliendo del despacho.

“sin vergüenza” pensó Gerard pues Nick se tomaba muchas confianzas con aquel hombre que tenía enfrente Alexander Minor quien era su jefe, el presidente de la compañía y el hombre que se había propuesto alcanzar, primero fue para demostrar que podía ser el mejor en aquel lugar, que podía superar a cualquiera inclusive a su jefe pero conforme paso el tiempo y el fue escalando de puesto en puesto comenzó a sentirse diferente cuando estaba con él a pesar de que le doblaba la edad, eso le encantaba más, lo veía como alguien mas sabio, mas fuerte, inclusive alguien atractivo para los cuarenta y tantos que tenia Alex, no es como si estuviera enamorado de el, no, mas bien era pura atracción.
En el trabajo el joven Prelati era el mejor en el lugar, podía analizar una situación en un muy corto tiempo, sus observaciones eran claras y precisas, podía cerrar tratos en menos tiempo que el resto de sus compañeros, claramente era alguien en el que se podía confiar las tareas mas importantes y de eso estaba seguro Alexander, mas no todo es perfecto y Gerard como todas las personas tenia defectos y los de él eran la frialdad y distancia con la que trataba a sus compañeros de trabajo en especial a las mujeres se le quedaran viendo embobadas y le lanzaran sonrisitas raras; el prefería a las personas difíciles, a las que consideraba un reto tal vez por eso buscaba acercase más a aquel hombre aunque sabia que se arriesgaba demasiado pues su jefe era alguien abiertamente homofóbico y bueno no es que Gerard fuera homosexual, el se definía mas como alguien bisexual, pues podía estar tanto con hombres como mujeres pero eso no mejoraría su situación.

-he revisado las empresas que me ha dicho y le puedo decir que en once de ellas es seguro invertir, podemos comprar una parte de sus acciones mas no de manera agresiva ya que…

-espera Gerard-lo interrumpió Alex.

-creí que necesita los avances de estos documentos-dijo ante tal interrupción pues eran contada las veces que su jefe iba hasta su oficina así que supuso necesitaba su reporte lo mas pronto posible por lo que comenzó a explicarle.

-si, eso también es importante y esta pendiente pero lo dejaremos para después, mira en realidad vine a pedirte un favor…personal.

-lo ayudare en lo que pueda-respondió rápidamente, en cuanto escucho la palabra personal pensó en que aceptaría lo que fuera con tal de acercarse un poco mas, de hacerle ver a ese hombre que estar con alguien de su mismo sexo no sería tan malo, esta iba a ser su oportunidad no la iba a desperdiciar.

-sabes que eres una de las pocas personas en la que confío, por eso me atrevo a pedirte algo como esto…-no termino de hablar pues su celular comenzó a sonar.

“Malditos aparatos siempre suenan en los momentos menos oportunos” pensaba Gerard, se sentía intrigado su jefe nunca le había nada fuera del trabajo además la forma en la que le estaba hablando no era nada propia de él, pues no era alguien que diera tantas vueltas para decir algo, no, el siempre iba al punto de todo, a lo importante por eso quería saber que era lo que tenía tan inquieto a ese hombre, pero al parecer se quedaría con la duda.

-tengo que irme-fue lo que dijo en cuanto termino de hablar.

-¿y que era lo que me iba a pedir?

-sobre eso mira tengo que salir del país por un tiempo, no se cuanto por eso quería saber si estarías dispuesto a ayudarme mientras estoy fuera-le dijo mientras caminaba a la puerta de la oficina.

-ya se lo he dicho, puede contar conmigo-le volvió a repetir ¿Qué maldita sea era lo que le quería pedir?

-he mandado a tu secretaria fuera por un momento, en cuanto regrese si aceptas ayudarme ella te explicara lo que tienes que hacer-fue lo ultimo que dijo para salir de la oficina dejando a un confundido joven dentro.

-Mierda, no se que le pasa a veces me pregunto porque me atrae tanto-se dijo para sí y continuo leyendo la hoja que había dejado aun lado.

---------------------------------------------------------------------------------------------------

Dos horas y nada, su secretaria no se aparecía por ahí ¿Quién se creía? Si bien el le dijo que no necesitaba su ayuda tampoco se tenia que haber desaparecido de la nada.

-Jennifer se fue a no se donde y por no se que, que le encargo tu querido presidente-fue lo que le respondió Nick.

-no es mi querido presidente ya te lo dije-reclamó Gerard.

-¿a no? Apenas te dice algo y tu lo haces obedientemente, lo sigues a todas partes y hay veces en las que hasta comen juntos-comenzó a atacarlo su amigo que en cuanto se fue Alexander entro otra vez a su oficina y no se había movido de ahí impidiéndole que pudiera avanzar mucho en su reporte ¿es que acaso Nick no tenia nada mejor que hacer?-me cambias por él-seguía dramáticamente.

-ha de ser que tengo que hacer lo que el dice porque es mi jefe, que lo sigo porque en la mayoría de las reuniones piden que estemos ambos y las veces que hemos comido juntos es para ultimar todos los detalles de los proyectos en los que esta metida la compañía-explicó detenidamente-y aunque quisiera cambiarte creo que con el sería imposible Nick.

-me sorprende que solo me llamas Nick cuando estas enojado-comenzó a reírse.

-esta es la típica oficina de vice-presidente, amplia, colores neutros un escritorio y un librero reluciente, lo mejor para los mejores es lo que dice mi padre, en mi opinión tal vez ni te lo merezcas si lo único que haces es andar platicando con tus compañeros de trabajo-dijo alguien desde la puerta.

En seguida alzó la vista ¿Quién rayos le estaba hablando así? En cuanto lo hizo se quedo sin habla, si antes estaba enojado por el comentario ahora lo estaba porque el dueño de aquellas palabras ¡no era mas que un niño!

A el no le gustaban para nada los bebes llorando y haciendo ruidos extraños, tampoco le agradaban los niños corriendo de un lado para otro y haciendo mas escándalo de lo que el podía aguantar, lo volvían loco y que decir de los adolescentes, malditos pubertos que no saben ni en que ocupar su tiempo, que si no se vuelven rebeldes y desobedientes se vuelven antisociales y si no unos fiesteros que pasan mas tiempo de su vida ebrios que lucidos.

-¿Cómo entraste aquí niño?-pregunto Gerard analizando hasta el ultimo detalle de la persona que sin mas había entrado a su oficina y se encontraba ahora criticando sus cuadros.

-para empezar no soy ningún niño, tengo 17 años y solamente vine a ver como era el incompetente con el que me voy a quedar-hablo altaneramente.

-entonces eres todo un adolescente-intervino un alegre Nick-y que adolescente ¿eh Gerard? Veo que no le puedes quitar el ojo de encima-eso ultimo lo dijo solamente para que su amigo pudiera escucharlo ganándose así una mirada asesina.

-sabes que no me gustan los menores-fue lo único que dijo.

-era broma, yo se que a ti te van mas los mayores-sabia que ese comentario era como su boleto a la funeraria por lo que salio rápidamente de la oficina, despidiéndose de aquel joven aunque este simplemente lo ignoro.

¡Maldito Nicholas! Esa si se las iba a cobrar.

-¿y me piensas decir que haces aquí?-le preguntó Gerard a aquel…adolescente.


-ya te dije ¿acaso eres retardado?- al ver que el joven empresario que tenia enfrente tenia la cara de confusión mas grande que había visto en mucho tiempo decidió explicarle-como parece que si lo diré otra vez, tu eres el incompetente que va a cuidar de mí-termino de decirlo con una sonrisa de lado dándole un aire un poco mas maduro.

-en tus sueños niño-fue lo único que dijo Gerard ¿Cómo se atrevía ese mocoso a hablarle así?-ahora sal de aquí antes de que llame a seguridad.

-¿crees que me importa?

-joven Prelati, lo siento mucho, el joven Minor se escapo cuando lo traía para el edificio-entro Jennifer sonrojadísima a mas no poder al parecer había tenido que correr un buen tramo para llegar hasta ahí.

¡¿Qué?!¿Había escuchado bien? ¿Minor? Entonces ese hico era…

-soy Kallen Minor, el hijo del presidente Alexander-termino diciendo el chico.

¿Cómo no lo había notado? Bueno es que con esa apariencia delgada, que rondaba los 1.68 y con ese cabello rubio largo hasta los hombros con algunas mechas rojizas cayendo por todos lados, con esa perforación en su labio, con esa camisa y pantalones ajustados color negro no daba la impresión de ser hijo de uno de los hombres mas respetados en el mundo de las finanzas lo único que tenían de parecido eran esos ojos miel.

-¿me podrías explicar que es lo que pasa aquí?-le preguntó a su secretaria.

-el favor que le quería pedir el señor Minor es este-respondió señalando al chico con un poco de miedo-quiere saber si lo puede cuidar por unos meses.

-ahora ¿quien es el que esta soñando?-dijo Kallen divertido ante la expresión de aquel hombre, al parecer su estancia en ese lugar no iba a ser tan aburrida como había pensado.

Notas finales:

¿Creen que deba continuarlo?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).