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memorias de un cerezo en flor por vanila to saruto

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Notas del fanfic:

jeje... espero les guste

Notas del capitulo:

un mundo nuevo, un lugar distinto, nuevas experiencias, nuevas personalidades

memorias de un cerezo en flor



Primera parte: la melodía de las calles de Edo

No entiendo por que, o como, pero de repente me vi envuelto en esta sangrienta guerra, bañada por le puro blanco de la nieve, así comenzó mi historia, desde entonces y hasta ahora, camino a siegas a través de un laberinto… un si… un no… solo el pronunciar estas palabras, solo el caminar atravesando la oscuridad, solo un paso mas… solo…uno mas.
Comenzó mi viaje divisando las cálidas costas de Japón, los cerezos en flor, el sol que alumbraba sus caminos, no había mucha gente deambulando la gran capital, puesto que nuestro barco había arribado muy temprano, solo unos pocos pescadores y algunas mujeres, transitaban por las calles que ya se divisaban con mas claridad, estaba ansioso por llegar pronto, quería vivir al máximo esta bella cultura, este país tan bohemio tan fulgurante que desde tiempo a tras había querido ver. Por fin, descendimos de la nave, no pude evitar inhalar profundamente aquel aroma de la ciudad, un aroma acogedor, que salía de aquellos lugares tan pequeños que rodeaban las calles, que desde temprano en la mañana se cubrían de los olores de diversas comidas que servían y vendía allí mismo, gire un poco mi rostro hacia la derecha, encontré frente a mi una curiosa tiendecilla que había comenzado a abrir sus puertas, de ella salió un hombre con mirada amable y un par de lentes sobre sus ojos, con los cabellos grises y escasos y un tanto encorvado por la edad, sonreí, tenia bien claro el empeño de esta sociedad, el ahínco y el esfuerzo, suspire de nuevo, tome mi maleta del suelo y camine hacia la tiendecilla; curioso entre en ella, había aprendido bastante de Japón gracias a los libros, por suerte había logrado dominar el idioma y podía comunicarme, buenos días salude efusivamente, - Ho, sea Ud. bienvenido-, dijo el anciano, - que es lo que desea ver-, me a cerque a las repisas llenas de libros, libros de todos tamaños y colores , grandes y pequeños muy peculiares, no podía evitar que me consumieran, siempre que veía un libro tenia la necesidad de leerlo, de recorrer sus paginas, así que tome uno que llamo mi atención, un libro de tamaño mediano, sus hojas tenían un estilo antiguo, estaban unidas con un cordel marrón, lo primero que observe fue un bello dibujo, era una hermosa mujer sentada junto a algunos cerezos, pero al detallar un poco mas aquel dibujo note algo inusual, aquella mujer posaba de una forma muy lasciva mi rostro se torno de un fuerte color rojizo y como si fuese un reflejo cubrí aquella pagina con mi mano al mismo tiempo que giraba mi rostro para mirar hacia otro lado, jeje… una vos gruesa se oía de manera burlesca a mis espaldas, esto es un ukiyo-e, dijo aquel hombre acercándose a mi y tomando aquel libro en sus manos, es realmente hermoso, el artista que lo ha dibujado puso todos sus sentimientos aquí, lo mire a los ojos, tenia una mirada pacifica, pero al mismo tiempo triste, como si su pasado estuviera lleno de dolor, aun así sonreía a la par que me daba su explicación, este dibujo, expresa todo lo que el artista desea , un futuro lleno de color, tan pacifico como los cerezos que aquí florecen, tan bello como la fina figura de esta mujer, no debes dejarlo de mirar por que a simple vista tiene el aspecto de algo lascivo por que la verdad es que este dibujo es mas profundo que lo que expresa a simple vista, me había quedado mudo, este hombre se expresaba con tal belleza que no podía evitar quedarme inmóvil esperando mas de esa hermosa historia que había llegado a mis oídos, giro su rostro para mirarme, -a, lo siento e interrumpido, pero es que no pude evitarlo cuando note lo sonrojado que se encontraba al ver este dibujo-, dijo con una amble sonrisa, pero al pronunciar esas palabras provocaron en mi un sonrojo mas fuerte, - es mi primera ves en este país, así aunque le e estudiado por medio de libros, nunca e podido descubrirla del todo-, aquel hombre vestía de una forma muy elegante asumí entonces que debía pertenecer a una familia importante llevaba un hakama gris, el tradicional geta un keikoji blanco y un naga haori azul; -eres extranjero puedo notarlo por tus ropas, - dijo él si es un placer- dije algo intimidado, mi nombre es Trevor-, jeje… nuevamente una ligera sonrisa salió de sus labios, tiene un acento muy curioso pero debo felicitarle ya que ha aprendido el idioma con su propio esfuerzo es algo muy admirable-, muchas gracias le respondí, pero no puedo marcharme sin pedirle su nombre o de lo contrario como podre contar una anécdota como esta sin citarlo…, - esta bien, mi nombre es furomaru-, es un verdadero placer, dije, pero si me disculpa debo buscar una lugar en el cual quedarme por un tiempo, dije esto y deje nuevamente el libro en su lugar, hasta luego buen hombre me despedí del amable tendero y me retire, furo…maru, aquel nombre resonaba en mi cabeza sabia que lo había escuchado en alguna parte pero en ese mismo instante no recordaba bien en donde, comencé a caminar por las pequeñas calles de Edo, todo este ambiente tan hermoso con el que había soñado ahora se materializaba ante mis ojos , los olores los colores las bellas damas luciendo sus coloridos yukatas, con obis de maravillosos estilos me sentía como en mi hogar, una regocijante alegría me invadía, sin percatarme comencé a alejarme de la sociedad, estaba tan absorto por tal belleza que no me fije que había comenzado a ascender una colina, cubierta toda con bellos cerezos que caían a mi paso que se mecían y convertían aquel lugar en algo casi angelical, después de un rato comencé a sentir la fatiga, regrese en mi y gire un poco, la ciudad ya no se divisaba era muestra de cuanto había recorrido pero al mirar nuevamente hacia adelante me encontré con una pequeña casucha en la cual se servía té y al mismo tiempo hacia las veces de posada, me pareció una gran opción para pasar un tiempo así que me acerque, me senté en las sillitas que allí se encontraban y una dulce dama se me acerco, una mujer con un yukata azul, algo entrada en años y con su cabello recogido de la forma típica en Japón, - bienvenido, que desea-, me alegro ver tanta amabilidad en estas personas , y del mismo modo agradecía que no hubiesen sido tiempos antiguos en los cuales un extranjero era evadido a toda costa, -muchas gracias tomare un poco de te verde y un plato de dango, mi pedido fue traído de inmediato,-disculpe tiene habitaciones disponibles en su posada-, si por supuesto le preparare uno de inmediato,-muchas gracias- termine mi frase y comencé aprobar la comida que había deseado saborear desde hace mucho tiempo, en mi país tenia un camarada que era originario de Japón , pero gracias a los conflictos de tiempos antiguos decidió escapar a nuestro país para tener un mejor comienzo, el me hablaba bastante de todas las comidas deliciosas de su país y que algún día podría probar alguna junto a el, es triste decir que aunque nos habíamos prometido venir juntos a este hermoso país el callo enfermo pocos días antes de despegar la nave y no pudo abordarla, así que de cierto modo estoy aquí en su nombre. Después de haber dejado mis divagaciones atrás subí a la pequeña habitación que habían preparado para mi, era un pequeño lugar, con le suelo de tatami una mesita para escribir cartas y un armario, me dedique a descansar un momento en el suelo reconfortante, dejando allí toda mi fatiga, lentamente cerré mis ojos y me deje llevar por el cansancio.
Una tibia brisa golpeaba contra mi rostro el sonido de las campanillas de viento en la ventana me movieron un poco, comencé a abrir mis ojos lentamente, el velo de la noche había caído sobre Edo las estrellas relucían, me removí un tanto incomodo y me frote la cabeza, ya que me había quedado allí un largo tiempo sin moverme, así que me levante y baje las escaleras, en la planta baja se encontraba la amable mujer que me había atendido, Ho¡¡¡ joven, buenas… noches señora…- oboe puedes llamarme oboe-, pero no esta bien que la llame por su nombre propio, es extraño en Japón que una persona que no es muy allegada a ti te llame por tu nombre propio - no hay problema no me disgusta que me llame por mi nombre a propósito joven y su nombre?-, -Trevor, oboe-san Trevor Lekker, un placer, dije esto e hice un pequeña reverencia como se acostumbra en mi país ,la mujer se quedo un tanto extrañada al verme y luego me correspondió con una dulce sonrisa, - deberías bajar a la ciudad Trevor-kun, hoy los cerezos están hermosos, y mas aun a la luz de la luna, - claro no me perdería tan bello espectáculo, iré en seguida muchas gracias oboe-san-, dije esto y Salí de la posada, me habían hablado de lo hermosa que podía ser la primavera en Japón y no estaban mintiendo cuando decían que la mayor atracción del país, era poder contemplar al menos una ves la imponente vista de un castillo japonés rodeado por los delicados cerezos, era algo que no me quería perder, pero por el día de hoy solo deseaba caminar a lo largo de la cuidad recorriendo el camino que antes me había llevado a la pequeña posada, ahora bajo la luz de la luna los cerezos se veían mas resplandecientes, me hacia sentir como si formase parte de un cuento fantástico, camine un poco mas y junto al camino una silueta se vislumbró, estaba demasiado oscuro para notar alguna facción o un rostro, aquella figura estaba sentaba bajo un cerezo, al parecer portaba una espada, la cual usaba de soporte, tenia el cabello largo recogido en una coleta alta, detalle bastante aquella escena puesto que debajo de los cerezos de veía casi angelical, una escena fuera de este mundo, pero aun así seguía siendo alguien desconocido para mi, no podía quedarme admirándolo, ya que seria algo irrespetuoso, y mas en el lugar en el que me encuentro donde todos son tan reservados, así que seguí el camino de cerezos, caminado silenciosamente, pero al pasar frente a aquella silueta, escuche un especie de sollozo, muy suave casi indetectable, creo que de cierto modo soy muy sensible a la tristeza de las personas, no puedo quedarme quieto cuando se que alguien esta sufriendo, y aunque era imprudente, y un poco indebido me acerque a la silueta,- ¿disculpe se encuentra bien?-, dije esto acercándome lentamente, aquella silueta levanto su rostro que ahora se veía con mas detalle para cruzar sus ojos con los míos, reconocía aquellos ojos aunque fuese en la oscuridad, furo..maru-san? el mismo hombre que hace algunas horas atrás había visto, que poseía un aire tan imponente, y que ahora mismo estaba allí sentado en el suelo bajo los cerezos con un rostro mas triste que cualquier otro, disculpe furomaru-san puedo sentarme?, él limpio sus lagrimas, que no eran muy notorias y me abrió un poco de espacio para sentarme en el suelo,- disculpe que me atreva a preguntarle, pero cual es el motivo de su llanto-, aun con la vos un poco quebrada y en tono bajo me respondió, -simplemente mi vida, yo mismo, la responsabilidad hacia mi país-, elevo un poco sus manos hasta ponerlas al frente de su cuerpo y con un movimiento algo desesperado continuo su relato, - e… matado tanta gente, mujeres niños, inocentes, personas que no merecían morir- , cubrió su rostro con las manos y dijo, - acabo de quitarle la vida aun pequeña niña, simplemente por que me ordenaron acabar con su familia, sus ojos, ese pequeño rostro observándome con dolor, hasta el ultimo momento, simplemente no podía parar… me lo habían ordenado, no podía parar…-, nuevamente había comenzado a llorar con sus manos en el rostro, de una forma muy desesperada, repetía una y otra ves no podía parar, entonces toque su hombro para hacerlo reaccionar,- vivimos en una época de dolor y guerras, una desafortunada era , pero… aunque lo que podamos hacer por mejorarla sea poco una nueva era vendrá mas viva y resplandeciente, una era que nos regocijara, como ahora nos regocijan estos cerezos, vamos¡¡¡ dije golpeando mas fuerte su hombro, - no podemos quedarnos aquí, no eras tu el que hablaba de una bella era reflejada en aquel dibujo, podemos cambiarle poco a poco, por ahora levántate no puedes quedarte en este lugar, me levante y gire mi rostro para mirarle, -vamos furomaru-san levante de ahí vallamos a la ciudad te invitaré a beber sake, que te parece es una buena noche para beber un poco de sake caliento no?-, furomaru levanto su rostro y en gesto de amistad sonrió levemente , seco sus lagrimas y se levanto, - se lo agradezco Trevor-kun, creo que es lo que mas necesito ahora para despejar mi mente-, muy bien no se diga mas dije muy animado, vallamos a un bar en la ciudad de Edo¡¡¡.

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