La noche caía sobre Yokohama, el concierto había acabado hacia algunas horas, y ya todos habían regresado al hotel, todos excepto cierto pelinegro que aún no llegaba a la habitación que compartía con Uruha.
-Donde se habrá metido ese idiota- El castaño se encontraba muy molesto, ya era muy tarde y Aoi no daba señas de vida, estos dos ,desde que The GazettE se inició, siempre compartían habitación y Uruha de cierta manera ya lo conocía, cuando no llegaba a dormir era porque se estaba “revolcando” con alguien – Si será muy infeliz- esto le causaba mucha incomodidad –Kai se pondrá furioso si se entera- un escalofrío recorrió su cuerpo, mientras imaginaba al líder, ya que al final era él quien terminaba dando cara por su compañero de cuerdas –Ya verá cuando regrese… ¿porque se tiene que ir con cualquiera?... ¿ Acaso no le gusta quedarse conmigo?- preguntó al aire mientras se comenzaba a sentir triste, el castaño no entendía mucho, solo deseaba que Aoi regresara pronto – A mi si me gusta pasar tiempo contigo - suspiro resignado mientras una traviesa lagrima escapaba de sus ojos, en ese instante no pudo evitar recordar.
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---Flash Back---
Eran las 4 a.m. y ambos se encontraban muy “felices”. Siempre era así, terminaban el concierto, iban a la habitación, juntaban las camas, sacaban una botella de sake y luego otra y otra, mientras conversaban de cualquier tema, hasta que terminaban dormidos y embarazosamente abrazados, pero esa noche fue diferente.
-Uru… estoy solo- empezó a decir Aoi, con lagrimas en los ojos mientras hundía la cara en una almohada.
-De que hablas, ¡Aoi-san!, nos tienes a nosotros- Respondió inmediatamente– “Ya se encuentra muy ebrio”-
-¡No me refiero a eso!, digo que todos al final se irán, me dejaran, no quiero estar solo-
-Yuu- dijo cariñosamente el castaño, mientras se acercaba para abrazarlo-No estás solo, no te dejaré-
-Prométeme que no me dejarás, que siempre estarás a mi lado y que me querrás- miraba fijamente a Uruha.
-¿Ah?- se sonrojó al instante –“Suena a declaración”- empezó a ponerse nervioso.
-¡Uru! Respóndeme, lo sabía tú no me quieres- El pelinegro empezó a llorar de nuevo mientras se soltaba del abrazo.
-¡No!...- Lo pensó un momento- Yo si te quiero Aoi – Lo abrazó por la cintura mientras escondía su cara en el cuello del otro.
-Gracias…- Susurró el mayor, levantó el rostro del más alto y le depositó un suave beso en los labios, para luego jalarlo a la cama y quedarse dormido profundamente.
--Fin Flashback—
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-Maldito ebrio- Pensar en esto lo entristeció más ya que el pelinegro al día siguiente no recordó nada – No me preocuparé por él, ya está lo suficientemente grande como para saber lo que hace- Aún con dudas se acostó en su cama y lentamente se fue durmiendo.
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Despertó asustado al sentir un peso sobre él - ¡Qué demonios!... ¡Aoi!-
El pelinegro se encontraba sentado en las caderas del menor mientras apoyaba sus brazos al lado del cuerpo de este.
-¡Uru! – Sin más comenzó a repartir pequeños besos en la cara del otro.
-Para… ¡Aoi!... ¡Que haces!- Esto le parecía muy raro al menor – “Está ebrio”- Pensó al instante.
-Uru, tú me dijiste que me querías, eso es cierto ¿verdad?-Preguntó mirándolo a los ojos, mientras un tierno puchero aparecía en sus labios.
El más alto solo podía ver los labios del otro, de repente ese piercing se había vuelto irresistible.
-¡Shima! ¿Me estás escuchando?... Nadie me quiere…- Al instante, Aoi, se dejó caer al piso y comenzó a llorar exageradamente- ¡Shima no me quiere!… ¡No le importo!-
-¡Cálmate!... Ya te dije que si te quiero, tranquili...- No pudo continuar hablando ya que unos labios aprisionaron los suyos y lograron tumbarlo nuevamente en la cama.
-¡Yo también te quiero Uru! ¡Mucho, mucho!-
-Pfff… borracho- La cara le ardía mucho así que optó por voltearla, dejando sin querer el cuello expuesto, el pelinegro no desaprovechó la oportunidad y comenzó a besarlo en esa zona, dando cada poco, leves mordiscos que provocaban suspiros en Uruha.
-A…Aoi que haces?- El pelinegro no le respondió y comenzó a lamer el lóbulo de su oreja lentamente.- mmm….-la mente de Uruha gritaba que lo detuviera pero su cuerpo y su corazón no lo permitirían – Yuu…
El mayor continuo dando besos y mordiscos en su cuello, mientras sus manos comenzaban a recorrer el abdomen del menor. Lentamente le fue quitando la polera que usaba el otro para dormir y se quedo admirando su torso un momento.
-Que ta..nto me m..miras- el sonrojo en sus mejillas era muy fuerte.
-Eres hermoso- enseguida comenzó a marcar un camino con sus labios desde los hombros del castaño hasta su ombligo, el menor trataba de reprimir sus gemidos, el mayor sonrió y comenzó a succionar el abdomen dejando marcas que seguramente mañana serian muy visibles, a esto el menor no aguanto mas y soltó un fuerte gemido de placer.
El mayor satisfecho volvió a subir hacia los labios, delineándolos con su lengua, di un pequeño beso seguido de uno más profundo y largo.
Uruha se concentro tanto en el beso que no se dio cuenta cuando la mano del otro había bajado sus pantalones, y había comenzado a masturbarlo lentamente, tiro la cabeza hacia atrás obligando a sus labios a separarse, por el placer que esto le causaba. Cuando volvió la vista se percato que el mayor muy cerca de “esa zona”, antes de que pudiera reclamar algo Aoi metió el miembro completo del otro en su boca y comenzó a succionar, su lengua recorría cada centímetro del menor.
Uruha no cabía en el placer y sonoros gemidos retumbaban por toda la habitación, no aguantó mucho mas hasta que acabo viniéndose el la boca del otro.
-Ao…i- el mencionado no lo dejo continuar hablando ya que introdujo 3 de sus dedos en la boca del otro, Uruha sabia muy bien lo que venia y de alguna manera pareciera como si lo estuviera esperando hace mucho, inmediatamente obedeció lo que el pelinegro le ordeno aun sin palabras.
Aoi quito la mano y la dirigió hacia la entrada del castaño, masajeando suavemente alrededor de la zona, introdujo lentamente un dedo y lo comenzó a mover en círculos, luego otro y al fin el tercero, cuando creyó que el menor estaba listo, se separo del menor, se quito la camisa y el pantalón que llevaba, y llevo su miembro hasta la entrada del menor.
De una sola embestida ingresó en el, logrando de Uruha lanzara un grito mezclado de dolor y placer, Aoi se quedo quieto al ver las lagrimas salir de los ojos del menor, el castaño al darse cuenta de esto, movió las caderas indicando que podía continuar.
Aoi entendió esto y comenzó a embestir lentamente, para poco a poco ir aumentando la velocidad, Uruha no se podía sentir mejor, el dolor fue desapareciendo dejando solo el placer, el cual aumento cuando sintió la mano del moreno masturbándolo.
Luego de eso el castaño no aguanto mucho más y se terminó viniendo entre ambos, Aoi al sentar al menor contraerse debido al orgasmo tampoco duró mucho más y dejó su esencia dentro del más alto.
Las respiraciones agitadas era lo único que se escuchaba en el cuarto, el pelinegro salió lentamente del interior del otro, y depositando un suave beso en los labios del castaño se tumbó a su lado, lo atrajo hacia el y cerro los ojos.
Uruha no pudo evitar sentirse mal -“Se que esto solo lo hace porque esta ebrio…”- sacudió su cabeza y se prometió no pensar ahora, solamente disfrutaría estar así con Aoi, disfrutar su calor, su aroma, su fragancia dulce, la misma que disfrutaba cuando dormía con el en esas noches de borrachera, el mismo aroma que sintió cuando lo beso – “su aroma!”-
Abrió los ojos sobresaltado logrando que Aoi despertara -¿Qué pasa Uruha?-
-TU AROMA!!-
-¿Eh?
- TU AROMA AOI! NO HUELES A ALCOHOL NUNCA OLISTE A EL!- grito un sorprendido Uruha.
Aoi solo sonrió y se volvió a acostar en la cama, atrapando al castaño en un abrazo, en la mañana ya le explicaría todo, ahora estaba muy cansado.