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Cómo el odio se puede transformar en amor por mana_malice

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Notas del capitulo:

No me pertenecen los personajes, todos son de Yun Kouga.

Capítulo anterior

Ritsuka se puso triste cuando lo vio salir, pero se reanimó pensando en que el mayor era un hombre ocupado y no tenía tiempo para estar en casa con un niño enfadoso como él. A pesar de lo que él pensaba, Ritsuka no era para nada enfadoso, al contrario, era un niño muy tranquilo y muy educado, no había niño que se le pareciera, algo que a Soubi le gustaba ya que no le preguntaría sobre sus andanzas por las noches.

Ya afuera, el rubio sacó su celular y marcó un número en específico y esperó a que alguien contestara

- ¿Diga? – Respondió al otro lado de la línea

- Kyo, necesito que compres algo para mí

UNA INMENSA FELICIDAD

Ritsuka había terminado todas las labores de la casa y cuando vio que ya eran las diez de la noche y su amo aun no llegaba, se empezó a preocupar, así que decidió esperarlo en la sala en caso de que algo sucediera.

Mientras en un bar

Ahí se encontraba el rubio, sentado solo en la barra tomando algo embriagante, ya estaba acostumbrado a tomar sin ponerse ebrio ya que desde muy joven empezó a tomar.

- Ahh sí que está pesado esto – Apareció de repente Kyo con una gran caja entre sus manos – Takashi pensó que nunca recogerías esto – Dijo el peliverde mientras dejaba la caja en el piso y se sentaba a lado de Soubi

- Yo le dije que cuando se me ofreciera iría a recogerlo y ahora es la ocasión – Respondió serio mientras le daba un sorbo a su bebida

- De acuerdo, sólo él y tú saben lo que hay en esa gran caja de cartón. Pero lo que sí sé que hay es en esta otra caja – Al decir eso, sacó de su mochila una pequeña caja de madera con incrustaciones de diamantes - ¿Para quién es? – Soubi no respondió y le arrebató la caja para guardarla

- Para Ritsuka – Al decir esto se volteó para no ver a la cara a su amigo

- ¿Y eso? Tú nunca le has obsequiado algo – Kyo estaba más que sorprendido

- No te incumbe Kyo – Respondió enojado el rubio

Después cambiaron de tema y empezaron a planear bien el robo a esa casa. Se quedaron mucho rato platicando, hasta que decidieron que ya era hora de retirarse.

A Soubi le costó un poco de trabajo abrir la puerta de la casa, ya que esa gran caja ocupaba sus dos manos, hasta que por fin pudo abrirla y dejó en el piso la caja de cartón y adentro llevaba la caja de menor tamaño. Después de haber cerrado con llave la puerta se dirigió a su cuarto y notó que ya eran las dos de la madrugada pero a él no le importaba, ya que casi no dormía.

Pero al pasar por la sala vio algo que lo dejó atónito. Era Ritsuka que estaba profundamente dormido en uno de los sillones; ¿acaso lo había estado esperando desde que se fue?. Ese pensamiento hizo que de nuevo sintiera algo en el pecho, sólo que esta vez era más fuerte que otras veces. Cuando lo vio mas detenidamente, notó que sólo traía puesto un short ajustado que sólo usaba cuando hacía algo que implicara el agua; y una camisa de manga corta. A ese paso se enfermaría ya que afuera empezaba a bajar la temperatura, no cabía duda de que en cualquier momento empezaría a nevar. Por alguna razón se preocupó por su bienestar así que se acercó lentamente a él, tratando de que no se despertara y cuidadosamente lo cargó en brazos. Subió lentamente las escaleras, y cuando iba a llegar al cuarto del menor, Ritsuka soltó un quejido y se acurrucó en el pecho del rubio. Esto hizo que Soubi se detuviera en seco y observara detenidamente las facciones de Ritsuka; en realidad parecía un ángel. ¿Pero en qué estaba pensando?

Se apresuró para llevarlo a su cama. Lo recostó y lo tapó con una cobija gruesa, pero por alguna razón no quería dejarlo, quería quedarse toda la noche observándolo. Pero reaccionó ante esos pensamientos y decidió que era mejor salir de ahí para no pensar en más cosas raras. Aunque antes de irse, pasó su mano por la cabeza del menor, quitando unos mechones rebeldes de su frente.

- Ritsuka – Dijo en voz suave el rubio

- Mmm mamá – Mencionó Ritsuka dormido

A Soubi se le oprimió el pecho al oir esto último, de nuevo se sintió mal consigo mismo por haberle quitado a su única familia, si que le había hecho un gran daño a ese niño.

Al día siguiente

Entre las cortinas de la ventana, entraron los primeros rayos del sol, haciendo que a Ritsuka le encandilara y se volteara para cubrirse con una almohada, pero viendo que era imposible se tuvo que despertar.

- Que sueño, y yo que quería dormir un poco más – Se dijo a sí mismo el menor mientras se sentaba en la cama, hasta que reaccionó - ¿Eh? ¿Cómo es que llegué a mi cama?

Ritsuka se puso a pensar y sólo recordó que alguien con una voz gentil lo había llamado por su nombre. Después cayó en conclusión de que solo su amo pudo subirlo a su habitación, pero él no podía ser quien mencionó su nombre en la noche. En fin, tenía que apurarse para hacer los quehaceres de ese día, así que se cambió y rápidamente bajó las escaleras.

Cuando llegó al comedor, notó que no estaba el rubio desayunando como siempre, pero había una nota junto a una pequeña caja de madera con bellas incrustaciones de diamantes. Se acercó a la mesa para leer qué decía aquella nota:

                   Ritsuka:

Tuve que salir a arreglar algunos asuntos, la caja que ves es para ti.

FELIZ CUMPLEAÑOS

                                                                        Soubi               

Ritsuka al leer esto se sorprendió mucho, a lo mejor aún estaba soñando, pero no era así; su amo le había dejado un regalo. Tomó cuidadosamente la caja y se fue a su habitación para abrirla. Cuando la abrió, se puso muy feliz. Se trataban de pequeñas figuras de plomo, venían desde soldaditos hasta personas con indumentaria normal; venían como veinte figuras y todas diferentes. Sin esperar más se puso a jugar con sus nuevos y primeros juguetes.

En otra parte

- ¿Entonces se la dejaste en la mesa con una nota? Qué original – Dijo Kyo con sarcasmo

- Cállate, yo no quería darle nada porque no me interesa, sólo le di eso para que no desobedezca cuando le de una orden – Respondió Soubi serio

- Si claro, vamos amigo, admite que te agrada ese pequeño, no ha hecho nada malo además es un santo, no hace nada sin antes preguntarte; no cualquier niño es así creeme – Kyo intentaba alegrar un poco a su amigo

- Para nada, él sigue siendo un neko y ya sabes qué opino sobre ellos

- Vaya que sí eres testarudo, ¿y si haces una excepción con él?

- Olvídalo. Ya llegamos, ésta es la casa; llama a los demás y diles que la rodeen y que no escape nadie – Ordenó Soubi más serio que lo normal

- De acuerdo

Todo pasó normalmente, Soubi seguí haciendo esos trabajos oscuros, mientras que Ritsuka seguía creciendo y se estaba haciendo bien parecido, cualquier chica que lo hubiera visto no dudaría en hablarle y querer algo más con él. Pero eso nunca sucedería ya que él nunca había salido de esa casa y por lo tanto no sabía nada del mundo exterior. Sólo sabía que lo de su especie eran crueles y estafadores, pero él seguía sin odiarlos, en realidad era una persona que no sabía odiar. Aunque aún continuaba con la compañía de aquellas pequeñas figuras de plomo que había recibido de regalo a los nueve años.

Y tanto había pasado el tiempo que Ritsuka ya había cumplido los quince años, era un chico bastante maduro y responsable. Soubi ya contaba con veintisiete años de edad, pero a pesar de esos años aún conservaba su juventud, no había cambiado en nada respecto a su físico y a su mentalidad.

Ritsuka se encontraba limpiando la mesa cuando la puerta principal se abrió dejando ver a Soubi con unas bolsas.

- Bienvenido amo – Saludó educadamente Ritsuka

Soubi no respondió (como era su costumbre) pero después se vio que Kyo también entraba a la casa.

- Hola Rit-chan ¿cómo estás? – Se acercó corriendo el peliverde para abrazarlo fuertemente

- Bien gracias ¿y usted?

- Mmm ¿qué es lo que te he dicho siempre? Llámame Kyo a secas, si me dices señor o me hablas de usted me siento viejo – Dijo el peliverde haciendo un puchero

- Lo siento, es que no puedo acostumbrarme – Respondió el menor sonriendo y con una gota en la cabeza

- ¿Ya terminaste de leer los libros que te dejé? – Interrumpió enojado Soubi

- No, sólo me falta uno – Ritsuka parecía un poco asustado, ya que cuando no terminaba todo lo que le ordenaba el rubio, solía enojarse con él

- Oh qué bien, de hecho ahora iba a platicar con Soubi a solas, así que mientras puedes terminar de leer ese libro – Intervino Kyo para evitar el regaño, si que conocía perfectamente al amargado de su amigo

- Sí, entonces con permiso – Respondió con una leve inclinación mientras se retiraba a su cuarto. Soubi observaba cómo se iba el menor, claro que esto lo notó el peliverde y se rió sacando de sus pensamientos a Soubi

- ¿De qué te ries? – Preguntó seriamente mientras se sentaba en el sillón de la sala

- Nada, sólo que puedo ver hasta donde pueden llegar tus celos

- ¿Y quién diablos dijo que son celos?

- Vamos Soubi, es un chico lindo y bien parecido además tú siempre lo has cuidado y no quieres ni siquiera que le de el aire para que no toque su piel – Esto último lo dijo en un tono pícaro

Soubi lo ignoró, lo cual significaba que era cierto.

- Soubi, lo que te diré será en serio. ¿En realidad quieres a Ritsuka? – Preguntó directamente Kyo haciendo que el rubio volteara a verlo sorprendido

- ¿De qué hablas? Claro que no, es un mocoso de neko además…

- ¿Además qué? No lo niegues, he visto como últimamente lo sobreproteges demasiado y lo disimulas con enojo. Vamos es normal que te hayas encariñado con él como un padre, no te apenes en decírmelo, sabes que sólo quedará entre nosotros y… - Kyo no pudo terminar ya que fue interrumpido por Soubi

- Es que tú no entiendes – Dijo con voz fuerte en un estado de frustración, algo no muy común en Soubi – No es cariño, es algo diferente. Cuando me sonríe sólo a mí, cuando se preocupa por mí, entre otras cosas, siento algo en el pecho, algo que es inexplicable pero se siente bien y después de eso por instinto lo trato bien, pero después reacciono y finjo indiferencia. En realidad no sé qué es – Soubi tenía su cabeza entres sus manos, en realidad que no se explicaba esos sentimientos

Kyo al escuchar atentamente eso se acercó a él y pasó su brazo por su espalda en forma de apoyo.

- Soubi, eso significa que él te gusta y si no es que ya te enamoraste – Soubi al oir esto levantó su cabeza en forma de sorpresa

- No, eso no es posible. A lo mejor lo que siento es sólo lástima por él, pero enamorarme, eso nunca

- Yo sé que suena increíble, pero esos síntomas sólo indican eso. Pero si no me crees no hay problema, espera un poco más y lo averiguarás tú mismo y deberás tomar una decisión; porque no siempre podrás tener a Ritsuka encerrado en esta casa, él necesita estar afuera, tan sólo mira su color de piel, está demasiado pálido a falta de la luz del sol. No tengas miedo en dejarlo salir, a como veo, él te tiene mucho respeto y no intentará escapar. – Todo lo que había dicho Kyo había dejado a Soubi pensando ¿y qué tal si él tuviera la razón?

- No te creo Kyo, así que seguiré como si nada hubiera pasado

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Muchas gracias por sus reviews, en realidad que me dieron ánimos para escribir rápidamente este capi, espero q les haya gustado jeje. Para el próximo si me tardaré un poco más ya que en los otros fics voy a atrasada a causa de q solo he subido capis para este fic XD. Así que nos vemos


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