Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando Ikki Encontró A Stitch por AthenaExclamation67

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

.:: Cuando Ikki Encontró A Stitch ::.


Ikki & Hyoga


By AthenaExclamation67


 


 


 


Cap. I - El Regalo


 


Como cada año, había llegado. El día 15 de Agosto amanecía caluroso en Japón.


 


Todos en la enorme mansión despertaban salvo uno de ellos, que prefería dormir  (o hacer ver que dormía) a tener que bajar y desayunar con todos los habitantes de aquella lujosa casa en la que vivían desde hacía años.


 


Año tras año, le habían hecho regalos de todo tipo. Regalos que agradecía, pero su carácter arisco y separatista, no le permitió disfrutar plenamente de todos los obsequios hasta el último, en que tras una celebración que fue acompañada de una borrachera y una confesión involuntaria gracias al alcohol, todo en su vida, dio un giro inesperado, aunque deseado.


 


- Ikki… - susurró Hyoga, a su lado en la cama. Desnudo porque celebraron desde la media noche, hasta altas horas de la madrugada, el cumpleaños del que fingía dormir - lo prometiste… - se inclinó y le besó el cuello suavemente, sabiendo que no lograría fingir mucho más - solo será un momento, y pasará… - siguió mientras descendía lentamente con sus besos hasta repartirlos en el pecho, notando algún espasmo involuntario - si no despiertas, no te daré esta noche tu regalo de cumpleaños.


- Mmmnnn… - se abalanzó sobre Hyoga, besándole despacio mientras se acomodaba sobre él - dime… ¿se parece al de esta noche? - sonrió pervertido, mordiéndole con suavidad el labio inferior a Hyoga.


- Puede… pero si no haces lo que prometiste, te quedarás sin averiguarlo… - le chantajeó nuevamente y se escapó de entre los brazos de Ikki que se revolvió en la cama, y se levantó sin demasiado animo.


 


Tomo su pantalón deportivo que Hyoga, cuidadosamente le había sacado en un arrebato y se lo puso, mirando de reojo a aquél que le estaba chantajeando, indicándole con la mirada, que cuando le atrapara por la noche, se iba a acordar del chantaje y tomaría su revancha.


 


Con la sonrisa en la boca, fuera por la estupenda noche con su novio, o por lo que sabía que iba a pasar, abrió la puerta del dormitorio de Ikki y tras tomarle de la mano con suavidad, pero algo ansioso, le hizo bajar hasta el comedor, donde sus medio hermanos, hermano y la protegida diosa, le cantaron el feliz cumpleaños mientras él, mentalmente renegaba y trataba de distraer su pensamiento asesino, por uno que era más pervertido y que le hacía sonreír, dando a entender a los demás, su gratitud y felicidad.


 


- ¡¡Bueno!! - habló Saori casi gritando, adelantándose a Shun que se disponía a saltar hacía los brazos de su hermano - aquí está nuestro regalo - dijo ansiosa, pasándole un sobre, dejándole algo intranquilo por lo que pudiera contener - nuestro - interrumpió - porque a pesar de que te lo día yo, todos participamos… - acabó recibiendo un misterioso empujón del que no supo el propietario.


 


Ikki, algo inquieto, más bien bastante, abrió el sobre lentamente, y miró sin sacar lo que este contenía, tratando de averiguar lo que había, pero tras mirarlo de mil formas posibles, y comprobar que lo habían preparado meticulosamente, sacó unos papeles, que envolvían aquello con lo que iba a ser obsequiado.


 


Todos le miraban ansiosos, ya sabían lo que allí había, conocían cada detalle de ese regalo. Pero lo que no sabían, era como iba a reaccionar Ikki, sobre todo Hyoga, que trató de suavizar lo más que pudo la situación, a petición del resto, para entregarle al cumpleañero, un regalo significativo ya que cumplía veinticinco años.


 


Resopló. Ikki ya estaba harto de sacar papelitos que envolvían aún no sabía el que.  Y tenía un nombre fijo en la mente. Seiya, seguro que la estupenda idea de envolver veinte veces otro papel, no podía ser de nadie más que él.


 


 - Que chistosos… - renegó sarcástico, recibiendo un codazo por parte de Hyoga que le hizo gruñir, pero finalmente, tuvo entre sus dedos el regalo.


- ¿Billetes de avión? - dijo en voz alta, sin darse cuenta de que lo hacía - ¡¡HAWAII!! - gritó asustándolos a todos - ¡¡Se pasan!! - sonrió más que feliz,  y les dio las gracias a todos,  pero recibiendo además un “suave” abrazo que casi les parte las costillas como venganza.


 


La única en salvarse, en este caso, únicos, fueron Saori, por razones evidentes, Hyoga, al que agradecería a solas, el haberle convencido para bajar al comedor, y Shun, al que también abrazó, pero no estrujó. Así que a Seiya, y también a Shiryu, les toco recibir la peor parte de todas.


 


- ¿Te gustó niisan? - preguntó Shun con sus ojitos verde esmeralda brillando - ¿no te importará que te vayamos todos? - añadió.


- ¡¡Para nada Shun!! - espetó dándole un susto a su hermano pequeño - ya buscaré un modo de librarme de todos vosotros y quedarme a solas con Hyoga - se dijo mentalmente, pero sin borrar la sonrisa para disimular.


- ¡¡Pues vístete que nos vamos ya!! - le contestó corriendo a abrazarle, dejándole sin habla, más al ver a Tatsumi bajar los equipajes de todos ellos hasta la entrada donde ya, una “mini van” les esperaba para llevarles hasta la Fundación Graude, y tomar allí su avión privado hasta Hawaii.


 


En la “mini van” que les llevaba hasta el aeropuerto privado de la Fundación, acabó de acomodarse las ropas, ya que Seiya, más ansioso que él, no dejaba de aporrear su puerta. Apenas si tuvo tiempo de bañarse, para poder ir aseado.


 


Cuando subió al avión, estaba más cansado que otra cosa. La noche había sido animada. Muy animada, así que se fue directo a uno de los grandes asientos, y se acomodó, esperando a Hyoga, el cual se sentó a su lado y le miró feliz mientras jugaba con los dedos de Ikki sin que los demás los vieran (o eso pensaban).


 


- Sabes lo mejor de esto… - susurró Hyoga.


- Mmnnn… ¿Qué? - contestó mientras cerraba los ojos, hablando flojito para que solo Hyoga le escuchara.


- Cuando lleguemos a Japón, aún no será tu cumpleaños… - se acomodó y cerró sus ojos - y podremos volver a celebrarlo… - quedó callado, sonriendo feliz sin poder ver la sonrisa pervertida que se dibujó en el rostro de Ikki.


 


Suavemente, Ikki cerró su mano, entrelazando sus dedos con los de Hyoga. La mano que creía que no veía ninguno de los otros pasajeros, ya que quedaba escondida entre ellos, y se durmió tranquilamente, mientras un pensamiento bastante obsceno, recorría lentamente y con detalle su cerebro.


 


- ¡¡LLEGAMOS!! – Se oyó un grito ensordecedor que hizo despertar a Ikki sobresaltado - ¡¡Mira Shun, el mar!! – añadió Seiya eufórico, sin darse cuenta de que Shun no había corrido a su lado, pero sí Ikki, con cara de enojado.


- A ver burro con alas – frunció el ceño, mostrándole un rostro furioso que le hizo caer de culo sobre el sillón que ocupaba - ¿acaso no has visto nunca el mar? – Enarcó una ceja – porque yo… – inspiró fuerte y torció su cabeza suavemente, conteniendo la rabia - ¡¡tuve suficiente cuando conocimos a Poseidón!! – acabó provocando la risa de Shiryu y también la de Saori que se habían sentado juntos.


 


Regresó a su asiento, esperando no escuchar más gritos entusiastas por parte de alguno de los pequeños y volvió a cerrar sus ojos, creyendo que podría dormir, pero Shun, junto con Hyoga, le hicieron tener remordimientos.


 


- Hyoguis… - se le acercó Shun - ¿duerme? – preguntó.


- Es posible Shun… ¿Qué sucede? – contestó curioso.


- Es que… - miró al suelo apenado – Seiya… - susurró señalándole, viendo como el pobre Pegaso, había quedado conmocionado por los gritos de Ikki.


- Mmmmnnn… Entiendo – se levantó y acompañó a Shun hasta su asiento, justo al lado del de Seiya – Sei… oye… - le frotó la cabeza, sin darse cuenta ninguno de ellos, que Ikki, los miraba por el rabillo del ojo – ya sabes que tiene muy mal despertar… - le sonrió acariciándole con suavidad los cabellos.


- Me odia… yo lo sé – dijo triste, mirando a Hyoga y abriendo los ojos de par en par, cosa que le hizo extrañarse.


- Yo no te odio… - contestó haciendo que Hyoga, por la sorpresa, diera un brinco – pero eres demasiado bruto… - añadió con una sonrisa, imitando la caricia de Hyoga, pero algo más efusiva.


- ¡¡EH!!¡¡No me despeines!! – renegó peinando sus cabellos.


- Señores pasajeros… Vamos a tomar tierra, sean tan amables de regresar a sus asientos y ponerse el cinturón – dijo una voz por el altavoz.


 


La emoción empezó a recorrer los cuerpos de todos. Hyoga, e Ikki, se sentaron en frente de los pequeños que casi brincaban en sus asientos y tras unos minutos más de vuelo. Aterrizaron en una de las pistas privadas del aeropuerto.


 


Nada más abrirse la puerta del avión, pudieron sentir el calor espeso que flotaba en el aire. Cuando salieron de Japón, era muy temprano, pero al llegar a Honolulu, era entrada la noche. Y como Hyoga le había sugerido a Ikki, pensaba volver a celebrar desde la medianoche el cumpleaños con él a solas, pero primero debían llegar al hotel, instalarse y descansar  bien esa noche para que la semana que iban a pasar en Hawaii, fuera perfecta.


 


Un autobús privado fue a recogerles al aeropuerto. Tal y como la diosa tenía planeado. Y para cuando llegaron al hotel, luego de pasar hora y media viajando, estaban agotados por completo.


 


La extensa diferencia horaria con su país, el vuelo agitado, y el trayecto en bus, había acabado con sus fuerzas, así que tras mirar el reloj, y comprobar que ya casi era media noche. Decidieron quedarse cada uno en sus habitaciones, para que pudieran instalarse y encontrarse por la mañana en la recepción del hotel para disfrutar del suculento desayuno, tipo buffet del que seguramente Seiya, disfrutaría más que ninguno de ellos.


 


- Bien, entonces hasta mañana… - susurró Saori, entregando una tarjeta, la que servía de llave para las habitaciones, a cada uno de ellos – descansen muchachos, mañana será un día emocionante – añadió teniendo en mente un sinfín de planes. Planes que obviamente, Ikki pensaba en cambiar cuando tuviera la oportunidad.


- Pero Saori… - le devolvió la tarjeta que le había entregado unos segundos antes – nosotros queremos una habitación como la de ellos… - alegó Seiya, entendiendo que al recibir él una de las tarjetas, y otra Shun, deberían dormir separados.


 


Ikki entrecerró los ojos y le miró como si quisiera asarle en ese mismo momento. Más, cuando Saori, acudió a la recepcionista para que si era posible, les dejara una sola habitación a los más pequeños.


 


- No hay problema señorita – dijo amablemente la recepcionista – tenga, esta habitación es algo más amplia – sonrió – espero que también sea de su agrado – acabó y extendió su mano para darle la tarjeta, pero Seiya, rápidamente la interceptó y se fue junto a Shun para mostrársela emocionado.


- Ves, ya podremos dormir juntos – susurró – pero Saori… - volvió a decir, haciendo crispar los nervios de Ikki ya que creyó que iba a escuchar alguna petición en la que Shun iba incluido – ¿vosotros dormiréis separados? – preguntó señalando a Shiryu que se sonrojó, aunque no más que Saori que deseo que en ese mismo instante, apareciera el mismísimo Hades y se la llevara al averno.


- ¡¡Descarado!! – contestó escondiéndose tras la fuerte espalda de Shiryu, muriendo de vergüenza.


- No se preocupen… ¿Acaso creían que podrían esconderse? – preguntó Ikki, enarcando una ceja, acercándose a Saori que se aferraba a la preciosa camisa china de Shiryu – que inconscientes… - murmuró arrancándole las dos tarjetas que tenía en las manos y se acercó a la recepcionista – disculpe…


- Sí señor, entiendo… - tomó las tarjetas de la mano de Ikki y cambió nuevamente dos habitaciones simples por una doble – aquí tiene… - le devolvió una única tarjeta tratando de contener la risa por el aparatoso momento.


- Veis tortolitos… - se la entregó a Shiryu – era tan fácil como eso… - empezó a reírse y salió corriendo unos metros ya que Shiryu, no contuvo las ganas de matarlo y lo persiguió por todo el vestíbulo del hotel.


- Venga, ya es suficiente… - se interpuso Hyoga entre ellos, tomando a Ikki, y también las maletas para poder llevárselo a su habitación privada.


 


Con una estrategia fríamente calculada, Hyoga se llevó a Ikki. Deseaba estar con él a solas a partir de la media noche, como había prometido, y no pensaba faltar a su palabra. Mucho menos, si eso implicaba tener a Ikki solo para él, desnudo y dispuesto a una noche de ejercicios placenteros.


 


- Llegamos… - susurró soltando la maleta, buscando la ranura de la puerta.


- Sí… - sonrió Ikki, intuyendo los planes de Hyoga.


 


La puerta se abrió despacio, y un aroma a flores tropicales les recibió, seguida de una suave música que se encendió automáticamente, y una tenue luz, que iluminó la estancia escasamente para que no tropezaran con los muebles.


 


Pasaron, cargando esta vez Ikki con las maletas que tras traspasar el umbral, recibió un tirón por parte de Hyoga que ansioso, le besó efusivamente, dejando que su lengua batallase con la de Ikki hasta que la falta de aire les obligó a separarse.


 


- Mmnnn… rico… - se separó despacio, sintiendo que aun volaba por el beso delicioso – ponte cómodo – le indicó a Ikki – ahora vengo…  - corrió al baño llevando una bolsita pequeña con él de la que no se había separado durante el viaje.


 


Ikki repasó el esbelto cuerpo de Hyoga mientras se alejaba de él, y cuando estuvo encerrado en el baño, exploró la habitación, llegando a la pequeña terraza que les brindaba acceso directo a la playa y salió para poder oler la brisa marina que enseguida llegó hasta él. Se apoyó en una de las gruesas cañas que hacía de columna y se relajó mientras esperaba, tal y como le había pedido Hyoga.


 


Relajado como estaba, se descalzó y bajó a la playa, sintiéndose incapaz de perderse la sensación de la arena fina chocar con sus pies. Descendió la pequeña escalinata de caña y notó como su piel se erizaba al contacto de la fría arena cuando un ruidito detrás de una de las pequeñas palmeras le alertó de que quizás, algo pasaba.


 


Con precaución, se acercó hasta donde se podía escuchar el ruido, y tras apartar una de las ramas de la palmera, pudo comprobar de lo que se trataba.


 


- Vaya… - se puso en cuclillas, mirando curioso lo que acababa de encontrar - ¿Quién eres tú?


 


Continuará…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).