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Nuestro regalo por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Goku sabe algo que le cambiara las emociones y el modo de ver el mundo, Hakkai ayudando y dejando sin querer pistas para un incredulo Gojyo XD... Sanzo sufre de remordimientos de conciencia?

Esto es algo que no planee hacer pero debido a las peticiones y en especial las locas e increíbles ideas que me dio mi amiga Liho, decidí continuar el fic, o mejor dicho, plantearlo como una segunda parte donde los protagonistas esta vez son Sanzo y Goku, sin más que decir, que no comprenderán mucho este fic si no leen antes el de "En nuestro camino",  igual pueden intentarlo que la cosa no es muy enredada.

 

Nuestro Regalo

Capitulo 2

Pesadillas

 

Abrió los ojos pesadamente, sentía su cuerpo aletargado y extrañamente agotado, como si algo le hubiese robado las fuerzas durante la noche, sin ánimos se movió un poco pero sintió que todos los recuerdos dolorosos de la noche anterior se agolpaban nuevamente en su cabeza recordándole como había acabado la pelea con el monje.

-          Buenos días Goku. - un sonriente Hakkai le tomo por sorpresa apareciendo a su espalda con una taza de té humeante entre sus manos. -

-          Anoche... - sintió un nudo en su garganta, solo deseaba llorar, llorar hasta que se le secara todo por dentro. -

-          Mejor hablemos de hoy. - todavía con su sonrisa inmutable le extendió aquella taza. -

-          No tengo ganas de tomar nada. - dejo al moreno con su bebida en la mano. -

-          Goku, debes reponer energías, anoche estuviste con fiebre... quizás fue emocional pero también pudo ser por agotamiento.

-          Ya no importa. - se abrazo a sí mismo como buscando apoyo a sus emociones. -

-          Todo mejorara. - camino hasta la mesa de la sala. - te guarde desayuno, vete a lavar.

-          No quiero comer nada.

Aquella asombrosa frase descoloco a Hakkai, jamás vio a Goku sin apetito, era la primera vez que notaba como el chico solo se encerraba en sí mismo, aun sorprendido quiso tentar a Goku con el olor de su desayuno pero a cambio solo obtuvo como respuesta que el mono se levantara rápidamente del sofá con dirección al baño.

-           Goku, ¿estás bien? - Hakkai le siguió hasta el baño donde el mono se encerró. -

No supo de donde se le acumularon tantas ganas de llorar, no tenia como evitarlas, solo se encerró allí para descargar sus emociones como un niño indefenso, con desanimo se dejo caer sentado en el suelo mientras las lagrimas recorrían sus mejillas de manera inclemente, su llanto era ahogado, desesperado y tan atormentante que pronto sintió como su boca se salaba y entre amarguras se tuvo que arrodillar en el excusado, unas horrendas ganas de vomitar le ganaron al llanto, devolvió más de lo que imagino, aun medio mareado por ese acto, espero a que su cabeza dejara de dar vueltas para lavarse la cara, no quería que nadie le viera llorar así, no deseaba que los demás sintieran lastima ajena y mucho menos sentirse menos por lo sucedido con Sanzo.

-          Te ves pálido. - Hakkai le hablo suavemente al verlo salir del baño. -

-          Quiero dormir. - no dijo nada más  y se hecho en el sofá cubriéndose con las mantas hasta la cabeza. -

-          Está bien. - suspiro decaído, sin duda alguna Goku no estaba bien emocionalmente -

El sueño fue tan benévolo con él, estaba tan agotado que no le daba tiempo de pensar sobre su separación con el monje, sus ojos se le iban rápidamente apenas despertaba para comer alguna tontería y volvía a dormir largo rato. Así pasaron unos cuantos días, la situación no cambiaba ni para bien ni para mal y eso ya empezaba a angustiar a un cierto pelirrojo.

-          ¿No te parece extraño que duerma mucho? - Gojyo miraba de reojo como el mono seguía en su consolador sueño. -

-          Esta deprimido, las personas con depresión duermen mucho. - meció con suavidad a su pequeña hija que estaba rendida sobre su hombro. -

-          Esta mañana trate de volver hablar con el monje apestoso.

-          ¿Y qué te dijo?

-          ¡nada!, el muy desgraciado me dejo hablando solo, ni si quiera pregunto por Goku, parece muy feliz de no tenerlo cerca.

-          Solo es una coraza, ambos se necesitan y tarde o temprano alguno de los dos dará el primer paso para reconciliarse.

-          Muy bien doctor corazón, ¿pero cuanto tiempo tendremos al mono aquí?

-          Hasta que se recupere emocionalmente, después veremos cómo convencer a ambos de volver.

-          Le veo un solo fallo a tu grandioso plan. - Gojyo se levanto de su sitio meditativo. -

-          ¿Que será?

-          ¡Que Sanzo es sordo y Goku terco!

-          Para eso estamos nosotros... para hacer que uno oiga y el otro comprenda.

-          No sé cómo le harás Hakkai, porque lo que soy yo, tiro la toalla con el monje apestoso, no volveré a ese templo a rogar en nombre de Goku.

-          Si es necesario lo hare yo. - asintió con severidad. -

-          Ninguno de los dos debe hacer eso.

Aquella voz resonó en la sala, de un segundo a otro un serio y apagado Goku apareció ante ellos, estuvo escuchando parte de la conversación cuando se levanto al baño indispuesto como en otras ocasiones.

-          Goku no es...

-          Gracias por querer ayudarme con... con mi problema, pero yo no quiero hablar nada y menos arreglar nada.

-          Te lo dije... ¡uno terco y el otro sordo! - Gojyo se levanto y sin pena alguna tomo del cuello a Goku para restregarle la cabellera con su mano. - ¡eres un mono bebe!, un mono idiota y caprichoso que pareciera que no conoce al estúpido de Sanzo... cuantas veces no han discutido así y se soluci...

Gojyo paro de hablar al sentir como su brazo estaba mojado, las incontables lagrimas de Goku se deslizaban tibias por su piel, aquel chico no podía si quiera contener su tristeza cuando le mencionaban al rubio, era como si le clavaran puñales al corazón, como si todos los días reviviera todo lo malo de su pelea, todo el descuido y todo el desamor que le dio.

-          Ya... - de sujetarlo del cuello paso a abrazarlo con suavidad, sintiendo como el chico se aferro a su cintura dejándose llevar por las lágrimas, llorando amargamente hasta que ya no pudo mas, solo se acurruco entre aquellos brazos del medio demonio para llorar, un poco mas y tan amargamente como siempre. -

 

El dolor se puede expresar de tantos modos, de tantas maneras inexplicables, así los días pasaron a ser un mes, con el curso del tiempo se descubren cosas o se padece de otras, Sanzo solo sentía que estaba muy bien, su egocentrismo no le dejaba ver la verdad, no le permitía entender la verdadera razón de la ida de Goku, no entendía de inteligencia emocional, quizás solo se hacia el ciego como si nada hubiese pasado, pero al caer la noche, cuando el templo se sentía más solo que nunca, cuando la frialdad de sus paredes le tragaban como un monstruo nocturno, en esos momentos su mente, su sique, su verdadero ser desataba aquellos sentimientos como una terrible secuencias de imagines, sonidos y sueños.

Sus oídos iban a estallar, el murmullo de un llanto apagado, insistente, pequeño, lastimero y lacerante, taladraba sus oídos y atormentaba su corazón, su cuerpo se tensaba mientras solo se sentía que andaba por un interminable túnel oscuro y frio, que por más que andará no lograba acallar el llanto, ni si quiera acercarse a el origen del mismo, solo sentía desesperación y soledad.

-          YA PARA DE LLORAR, ¡DEMONIOS! - grito con toda su alma, estaba perdiendo la cordura con ese llanto lejano y constante. - para de llorar...

Su cuerpo se estremeció cuando el túnel sin fin se volvió una masa negra amorfa y desagradable, se sintió tragado por ella, su cuerpo aprisionado hasta que aquella negrura le cubrió la cabeza, afisciandole, no dejándole respirar y aumentando el llanto que ahora reventaba sus nervios como un chirrido estridente que te hace apretar los dientes.

-          ¡!YAAAA!, ¡DEJA DE LLORAR! - despertó jadeando, buscando aire entre un grito desesperado, sintiendo que sería consumido por esa espesa y rara negrura de su pesadilla. - ¿Por qué... ese maldito sueño otra vez?

Con su pecho acelerado por el intento de recuperar el aliento, logro sentarse en la cama y limpio el sudor de su frente con el reverso de su bata, estaba bañado en un frio sudor, como en el pasado cuando las pesadillas de su juventud le atormentaron, aquel pasado dolor solo se revolvía y salía a flote ahora, ¿por qué ahora?, ¿tan importante era el mono en su vida?, por todo ese mes quiso hacerse de la vista gorda y olvidar el asunto, creía que Goku pronto se cansaría de estar con los tortolos y regresaría con el rabo entre las piernas a pedirle clemencia y aceptación. Su orgullo no le dejaba pensar mas allá de allí, pero en las noches cuando ese llanto dolido le atormentaba la cosa cambiaba, en ese momento sentía que algo andaba mal y no sabía que era, pero algo muy dentro de él le aseguraba que no era de Goku, ese llamado débil pero penetrante no pertenecía al mono, sabia como era ya que lo atormento durante mucho tiempo en el pasado, pero este era distinto, una sensación diferente y hasta triste se anidaba en su corazón.

 

-          Regresa por tus propios pasos, mono idiota. - tomo a tientas su caja de cigarrillos que estaba junto a sus cama en una pequeña mesa de noche. - no pienso ir por ti una vez más.

 

Esa mañana las cosas amanecieran algo distintas, mejor dicho, Hakkai percibió que las cosas cambiaban en un sentido que nunca imagino posible, como siempre, se levantaba temprano para preparar el desayuno, alistar la casa y despedir a Gojyo, luego de todo eso, se dedicaba a sacar la ropa sucia, lavar y después ocuparse de estudiar, quería ejercer alguna carrera, ser útil para beneficio de su familia, pero mientras pensaba en ello sin querer entro al baño por el cesto de la ropa sucia, apenas abrió la puerta noto la silueta del mono dentro de la ducha, después de algunos días lograron que se bañara y se arreglara un poco.

-          Buenos días Hakkai. - Goku ni se inmuto mientras cerraba la llave de la ducha y salía de la misma chorreando agua. - ¿las toallas?

-          ¿Toallas? - su mirada analítica no dejaba de estar posada sobre el cuerpo del chico. -

-          No hay toallas limpias. - señalo el perchero donde debían estar. -

-          Si... ¡toallas! - tomo una que llevaba bajo el brazo, en ese momento recordó que entro por la ropa sucia y cambiar las toallas. -

-          Gracias. - se seco la cabeza con la misma para después pasarla por su espalda y luego amarrarla en su cintura. -

-          Goku. - trago grueso antes de hablar. - no has notado algo diferente en tu...  tu...

-          ¿Mi qué? - sonrió a medias mientras salía del baño seguido por un extraño Hakkai. -

-          Tu estomago. - señalo con su dedo justo donde aquel anterior lugar plano ahora lucia un poco abultado y con unas extrañas marcas rojizas. -

-          Creo que he subido de peso por estar solo comiendo y durmiendo. - se apeno un poco por su actitud desde que llego a esa casa. -

-          No es sobre peso.

Aun nervioso y pensando algunas cosas salidas de la realidad y lo posible, Hakkai poso su mano sobre aquel lugar, cerro sus ojos y se concentro en percibir el Ki, estaba deseoso de que las palabras de Goku fueran la verdad, que solo estaba "gordito" por la comida, pero mientras Goku le interrogaba una y otra vez del porque estaba tocando su estomago, el castaño pareció sumido en un estado de letargo, su mano se ilumino un poco y eso asusto a Goku, en un segundo sintió como la energía recorría su vientre y aquel brillo desapareció tan rápido como llego.

-          Dios mío... - Hakkai quito la mano poco a poco de aquel lugar, estaba incrédulo sujetando sus manos como tratando de no olvidar aquella sensación que sintió. -

-          ¿Qué paso?, ¿que fue ese brillo?

-          Goku debemos hablar. - asintió seriamente ante lo descubierto. -

-          ¿De qué?

-          De ese bebe... y de las responsabilidades de Sanzo para contigo.

-          ¿QUE BEBE? - abrió los ojos desorbitado. -

-          El que esperas, lo sentí claramente, era igual al Ki de Soe cuando estaba dentro de mí.

-          ESTAS LOCO, ¡YO NO PUEDO TENER UN BEBE!... ¡SOY UN CHICO! - miro con molestia al castaño. -

-          ¿Entonces lo que paso conmigo que fue? - se cruzo de brazos serio. -

-          Fue... fue culpa de la diosa de la misericordia.

Un grito de "Bingo" retumbo en medio de aquel hermoso cielo azul, el agua del estanque lleno de lirios acuáticos se estremeció con hondas interminables, la mano de una mujer salió del agua suavemente mientras sonreía con satisfacción.

-          ¡Al fin se dieron cuenta! - aquella diosa se paseo sonriente por el borde del estanque mientras su leal sirviente le seguía el paso. -

-          Mi señora... debió darles la noticia antes. - se detuvo bruscamente al ver que la Kanzeon dejo de andar y se giro hacia él. -

-          Era más divertido que adivinaran por ellos mismos. - sin pena alguna seco sus manos en la túnica de su sirviente. -

-          Pe..pero, ahora ese chico esta solo.... El padre

-          Mucho bla, bla bla... mi sobrino es un cabezotas, si no se pone serio y se da cuenta de lo que sucede, tendré que ir yo misma a jalarle las orejas y hacerlo comportarse como el padre de familia que será.

-          No tiene otra alternativa, usted decide la tasa de natalidad en ese cuarteto.

-          ¿Cómo dijiste? - sus rojos labios se curvaron en son disgustado. -

-          Eh... que mire que interesante se puso eso. - señalo con su dedo hacia el estanque donde se podía ver el reflejo de Goku y Hakkai conversando. -

 

La situación no era nueva para Hakkai, ya había pasado por el mismo asombro y todo lo demás, desde la negación, aceptación, dudas y muchas cosas más que vienen unidas a ese "regalito" que le mando con seguridad la diosa de la misericordia, pero una cosa era él y otra muy diferente era explicarle a Goku su nueva condición sin que acabara vuelto un lio emocional más grande del que ya tenía.

-          No es posible... - un traumado Goku permanecía en una esquina del sofá con sus piernas acurrucadas contra su pecho, estaba en un estado casi de shock por la noticia. -

-          Si lo es, estoy seguro de lo que sentí y de lo que vi. - sonrió tratando de apaciguar los nervios del mono. -

-          ¡Los bebes no vienen de la nada! - hizo puchero con tristeza. -

-          Entonces, sabes perfectamente que tuviste que hacer para que eso pasara.

-          Hace más de 3 meses que no.. que no..... - sus mejillas se tiñeron de rojo en un segundo, solo el recordar la última vez que Sanzo le poseyó lo descoloco. -

-          Entonces debes estar en el tercer mes o algo más. - pensando un poco se puso de pie y salió rumbo a su habitación. -

-          ¿Qué voy hacer? - clavo la mirada en el suelo, sentía que su cabeza estaba peor que antes con esa noticia. -

Hakkai tardaba en regresar así que se puso de pie y camino como un animal enjaulado de un lado a otro, quería soluciones, quería explicaciones y más aun, quería a alguien que le apoyara con ese raro suceso que experimentaba, en sus pocos conocimientos solo sabía que no era fácil esperar un bebe, conocía de primera mano las experiencias de Hakkai y de lo mucho que les costó cuidarle y protegerle durante el vieja. En ese instante sonrió sin querer, todos los pensamientos negativos se le hicieron a un lado cuando recordó a la pequeña Soe recién nacida, era tan diminuta, olía tan bien y era tan linda, recordaba lo tibio de su pequeño cuerpecito entre sus torpes brazos, como lloraba y como crecía a pasos rápidos, recordaba sus primeros gestos, como Hakkai parecía sumido en un mundo al que ninguno de ellos tuvo acceso por no tener un lazo tan fuerte como el de una madre con su bebe.

-          Un bebe... mío. - llevo sus manos hasta ese pequeño vientre al que no había prestado atención o cariños, solo lo percibió como un bulto que carecía de importancia hasta ese momento, ese segundo en que las verdades son dichas y las razones pasan a segundo plano. - tú me harás feliz.

-          ¿Más tranquilo? - Hakkai le miro desde la entrada de la sala, no pudo interrumpir ese segundo en que esa conexión se da por primera vez y como sabia de esos sucesos en carne propia. -

-          Un poco. - se sentó en el sofá nuevamente. -

-          Ten. - le extendió unos libros algo arrugados y usados. - los guarde con recelo después de que nació Soe.

-          ¡Son de bebes! - abrió uno de los libros emocionado, no sabía de donde la alegría volvía a llenar su corazón sin pensar en nada más. -

-          Lo tomaste mejor que yo.

-          Es que... ya tengo a quien querer, a quien le voy a dar todo mi cariño sin limitaciones, sin horarios, sin nada ni nadie que me diga que no lo haga. - sus ojos se empañaron de lagrimas, esa mentalidad solo le recordaba el amor perdido con Sanzo. -

-          Sanzo tiene derecho a saber lo que pasa Goku.

-          No lo tiene, el fue egoísta conmigo... ahora yo lo soy con él, ¡no quiero que lo sepa! - acaricio su vientre una vez más. - no tiene derecho a saberlo, esta alegría solo es mía y de nadie más.

-          Goku.

-          No quiero escuchar mas nada Hakkai. - alzo el libro tratando de esquivar la conversación del castaño. -

-          Perfecto, no quieres hablar más del tema, pero tampoco le comentaremos nada a Gojyo por ahora.

-          ¿Porque?

-          Te lo imaginas sabiendo eso, saldrá arrastrándote hacia el templo para que Sanzo se haga cargo del bebe.

-          Tienes razón. - se imagino pataleando sobre el hombro de Gojyo y siendo dejado en las puertas del templo. - no quiero ver a Sanzo.

Hakkai sabía que el mono solo estaba resentido, que esa increíble noticia solo logro que Goku tuviese un motivo más para evitar ver al monje, seguro le daba una venganza al estilo de Goku, no sabía cuánto tiempo podrían ocultar un embarazo de Gojyo, con Sanzo podría pasar meses hasta que se supiese pero el pelirrojo vivía bajo el mismo techo y eso sería un gran dilema en los planes de Goku.

 Aquella noche después de que todos estaban durmiendo, al fin Gojyo llegaba, su trabajo en el pequeño bar que gano con una apuesta de cartas había sido una bendición inesperada, el mismo lo manejaba y tenía una buena clientela por razones que Hakkai no le agradaba recordar, prefería no tener el tema del trabajo en la casa y viceversa. Cansado y mojado de licor, decidió meterse a la ducha rápido y después a la cama, en su trayecto después de bañarse noto unos libros sobre la mesa de la cocina, eran sin duda alguna los viejos libros que compraron en un pueblo para poder instruirse sobre el embarazo de Hakkai, no le dio mucho interés ya que el castaño tendía a hacer limpiezas profundas de vez en vez y eso seguro iría a la basura.

-          Muero de sueño... - bostezo enorme y paso primero a la habitación de su pequeña princesa para darle un beso de buenas noches. -

Gojyo hacia eso religiosamente así que abrió poquito a poco la puerta y miro dentro para despedirse de su hija, la pequeña pelirroja dormía muy feliz dentro de su cuna, abrazada a una pequeña manta y con sus labios diminutos en una pequeña sonrisa, eso conmovió al medio demonio, su hija era la mujer más bella del mundo, y ¡tenía sus genes!, se comía los días para poder verla crecer, y ayudarle a ser toda una dama astuta, bella e inteligente.

-          Dulces sueños mi princesita. - se agacho dentro de la cuna y beso la mejilla de Soe con suavidad, la bebe solo se movió un poco y siguió durmiendo como si nada. -

Ya cumplida su labor de padre, el pelirrojo miro una última vez la habitación notando que habían algunas cosas sobre el cambiador de la niña, conocía lo ordenado de Hakkai así que esa ropa no debía estar allí, curioso miro lo que eran y casi se infarta al ver que se trataba de la ropa de recién nacida de Soe, recordaba muy bien las cosas que el castaño le tejió en medio de sus viajes, de las veces que se clavo sin querer las agujas de tejer que Hakkai dejaba olvidadas sobre algún sofá, su mente no le fallaba, esa ropa era de la niña.

-          Los libros, la ropa de bebe... - Gojyo palideció en un segundo. - ¡HAKKAI ESTA ESPERANDO UN BEBE!

 

Continuara...

 

Hay dios, pobre Gojyo, cree que el premiado es su esposito XD... ese lio será en grande, porque entre que uno tape al otro la cosa se complicara más aun, perdón la demora es que estaba muy ocupada con otras cositas pero ya estoy aquí!!, millones de gracias por los reviews, nunca pensé que esta segunda parte fuera tan esperada, así que aquí se las traigo como prometí. Gracias!. Nos leemos prontito.

Próximo Capitulo:

De los labios de un inocente.

 

¡Urasai!

 

Goku había dejado su depresión esa mañana, la noticia del día anterior le había dado mucha vitalidad y reanimado su dolido corazón, estaba muy feliz sentado a la mesa con la familia en pleno, Hakkai preparaba el desayuno como costumbre mientras que Soe permanecía en una silla para bebes, balbuceaba de lo lindo mientras trataba de comer ella misma su papilla, del otro lado y con mirada de halcón, se encontraba Gojyo, la noche anterior no pudo dormir bien con sus sospechas así que hoy buscaría más pistas para no quedar en ridículo con su teoría.

-          ¿No vas a comer? - Hakkai miro algo curioso a su amante, Gojyo no había tocado nada de su desayuno. -

-          ¿Porque hiciste esto de desayunar? - señalo la torre de hot cake bañados en miel sobre la mesa y de los cuales Goku disfrutaba como una maquina devoradora. -

-          Porque se me antojaron. - sonrió como si nada con el sartén en mano y poniendo otro de aquellos sobre la torre que se acababa. -

-          ¿Se te antojaron? - el medio demonio trago grueso ante la frase. -

-          ¡Están muy ricos! - Coreo Goku con la boca llena a reventar de miel y masa -

Gojyo dio un pequeño suspiro de resignación y se puso de pie rumbo a donde estaba Hakkai cocinando, le sujeto suavemente de la cintura y deslizo sus manos por las caderas del mismo mientras el castaño seguía en lo suyo.

-          Sabes... estas más gordito. - beso el cuello de Hakkai con ternura. -

-          ¿Gor...gordito?

-          Si, y te vez lindo no importa que tengas un poquito de peso de mas...

-          Pe...pe...peso de más... - la mano de Hakkai apretó con fuerza el mango del sartén. -

-          Pero igual te quiero, más bien me parece que deberi... AAAAAHHHHHH!!

Un sartenazo azoto la cara de Gojyo, este cayo de palmo a palmo sobre la mesa de la cocina tumbando todo excepto la torre de hot cake que Goku tomo presuroso para seguir comiéndosela como si nada.

-          ¡VUELVES A DECIR QUE ESTOY GORDO Y METERE ESTE SARTEN POR DONDE NO TE PEGA LA LUZ DEL SOL!

 

Notas finales:

GRACIASSSS Y SIGAN LEYENDO!!


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