Ai shiteru
Llego a casa abriendo la puerta principal del departamento que se encuentra en el décimo piso de uno de los edificios ubicados en el centro de Tokio, la palabra Tadaima sale de mis labios, pero como ya es común nadie responde el saludo, ningún Okaerinasai, resuena en el espacioso departamento.
Enciendo las luces y camino hacia la habitación principal, me quito el abrigo y lo dejo colgado en el perchero, mis ojos recorren por un momento la vacía habitación recordando que meses atrás podía encontrarlo a él sentado en el escritorio escribiendo en su laptop uno de aquellos reportes que debía presentar en la universidad, pero que al sentir mi presencia, levantaba su mirada y retirándose sus lentes me indicaba que me acercara a él para poder saludarme. Un abrazo y unos minutos en silencio bastaban para sentir que nuestro amor seguía presente y que a pesar de que ambos estábamos ocupados con nuestras carreras, aún podíamos estar juntos.
Hoy, se cumplen cuatro años de relación, cuatro años de estar juntos, pero por primera vez, él no está aquí para poder celebrarlo.
Sonrió, ¿Tan patético te volviste, Fuji Syuusuke?, es la pregunta que pasa por mi mente. Y es la verdad, si él no está aquí, es porque su carrera no se lo permite y debo de apoyarlo, ya que antes de que ingresara a ser residente en el hospital Central de Tokio, yo sabía que tendríamos que separarnos.
Al principio pude evitar que mi corazón resintiera la separación, ya que aunque el hospital no está lejos, las horas en las que él trabaja ahí son interminables, y las pocas horas o en algunos casos minutos que puede dormir, lo hace en la sala de descanso del hospital. La especialidad que escogió absorbe al cien por ciento – y un poco más – su tiempo, y aunque me alegro de que todo le esté yendo bien con el desarrollo de su carrera, no puedo evitar que mi egoísmo salga a relucir y que debido a eso, la última vez que conversé telefónicamente con él le haya dicho aquello.
Ne Tezuka, ¿aún te acuerdas de mí?
El silencio que le siguió a aquella respuesta que le di, fue lo que lastimó mucho más mi corazón.
Debo colgar, cuídate Syuusuke.
Sé que yo le dije que no tendría problemas con esperarlo, con esperar que terminara su residencia, con esperar con el corazón y con los sentimientos intactos su regreso.
Pero ahora no estoy seguro si podré lograrlo.
oOoOoOoOoOo * oOoOoOoOoOo
Trato de reprimir un bostezo, pero el frío de la noche y las catorce horas que llevo despierto, no se pueden pasar por alto, observo a uno de mis compañeros que revisa el historial de uno de los pacientes que ingresó a emergencias hace un par de horas. Esta semana Takishima –sensei, el médico que nos tiene a cargo, nos ha enviado a emergencias para poder ver más de cerca los casos que ingresan diariamente al hospital.
Aún tengo unas diez horas por delante, por lo cual dejando el historial que estaba revisando, decido ir hacia la máquina expendedora de café para obtener uno y seguir atento a cualquier emergencia que se presente. A mi paso escucho a una de las enfermeras decir que es bastante raro que este día no hayan ingresado muchos pacientes a emergencias, al parecer dichas enfermeras están acostumbradas a ver pacientes ingresar manchados de sangre y muriéndose.
Ignoro sus comentarios y al llegar a la máquina puedo ver a Oshitari hablando por teléfono, al verme me saluda y sigue conversando. Elijo el café que tanta falta me hace y no puedo evitar escuchar lo que el ex – tensai de Hyotei dice.
Gakuto, es una promesa, estaré ahí.
Al parecer su interlocutor se quedó más tranquilo ya que Oshitari después de despedirse sonríe guardando su móvil.
— ¿Cómo te está yendo en emergencias, Tezuka?
— Bien.
Es la respuesta que le doy, porque en realidad este día está bastante tranquilo, los pacientes que han ingresado por emergencia han podido ser atendidos rápidamente y muchos de ellos dado de alta en un par de horas.
— La próxima semana le toca a mi grupo estar aquí – acomodándose sus lentes – Atobe estaba haciendo una escena, ya que no quiere estar en emergencias.
— ¿Por qué?
— “Ore – sama, no puede perder su tiempo curando simples rasguños”, fue lo que argumento frente a Tanaka – sensei.
— Hn..
Atobe al igual que Oshitari son compañeros de la universidad y quienes también están realizando su residencia en este hospital, aunque los médicos que nos tienen a su cargo son distintos. No logro imaginar que le habré respondido Tanaka – sensei, ya que he escuchado que es más estricto que el doctor Takishima. Seguramente si le cuento a Syuusuke se reiría al imaginarse la expresión de Atobe al momento de haber dicho aquello.
Syuusuke.
Escucho que Oshitari se despide a lo cual solo asiento con la cabeza, ya que la imagen de Fuji se me viene a la mente y recuerdo la pregunta que me hizo hace unos días atrás cuando nos comunicamos.
¿Aún te acuerdas de mí?
Fue lo que preguntó, cuando escuche aquello sentí que estaba por molestarme con él por dudarlo, pero no lo hice ya que pude darme cuenta que desde hace bastante tiempo no he compartido con él más que esporádicas llamadas, pero no he tenido la oportunidad de tan siquiera ver su rostro cerca al mío, ni escuchar su risa, ni sentir el roce de sus manos en mi rostro.
Desde que ingresé a ser residente me he concentrado en aprender todo lo que los doctores que nos tienen a su cargo nos enseñan, pero también me he quedado más horas de las que me toca para poder observar operaciones. Hace varias semanas que no he ido al departamento que comparto con Syuusuke, mi pareja desde hace cuatro años.
Cuatro años, que precisamente hoy se cumplen.
Observo mi reloj, ya son las dos de la mañana, seguramente Syuusuke ya debe de estar durmiendo, mañana lo llamaré, espero poder quedar con él para vernos un par de horas antes de que yo comience mi nuevo turno en el hospital.
oOoOoOoOoOo * oOoOoOoOoOo
— ¡Fujiko!
Escucho la voz de mi mejor amigo, Kikumaru Eiji resonar cerca de mí, al parecer desde hace varios minutos ha estado hablándome y por estar perdido en mis pensamientos no le he hecho caso.
— Lo siento Eiji, ¿qué sucede?
— ¡Te decía que acabo de salir al escenario y hay bastantes de personas esperando por verte!
Sonrío al escuchar a mi mejor amigo, que ahora es mi manager, quien mejor que Eiji para poder ser mi representante, él, quien era en los tiempos del instituto y es aún un fan acérrimo de uno de los grupos más famosos, las Chocolates.
Desde hace un par de años que ingresé al mundo del espectáculo, soy actor, pero actualmente me he embarcado en un nuevo proyecto, el de cantante. En una de las películas que hice hace varios meses atrás tuve la oportunidad de interpretar una canción y desde ahí surgió la idea de que con mi voz, podía ser perfectamente un buen cantante, aparte de ser un buen actor podía convertirme en un idol. Por ello el día de hoy estoy realizando un fanmeeting, evento en el cuál podré estar más cerca de las personas que amablemente se han convertido en mis fans.
La sonrisa de Eiji se hace más amplia al ver que también sonrió por su información, pero muy dentro de mí, siento que me gustaría que Kunimitsu estuviera aquí.
Realmente soy un egoísta, yo pido con fervor que él esté junto a mí, pero no tomo en cuenta que Tezuka también está centrándose en su carrera, y que también debido a la mía no podemos estar mucho tiempo juntos. Él me apoyo y siguió a mi lado cuando yo estaba lejos de la ciudad, me esperó y sonrió solo para mí cuando actué por primera vez, aceptó que no podíamos vernos en lugares públicos porque la gente comenzó a reconocerme.
Kunimitsu.
Un lágrima resbala por mi mejilla al darme cuenta que soy un completo idiota al dudar en esperarlo, lo amo y si tengo que esperarlo muchos años, lo haré, así como el también lo hizo y sé que lo seguirá haciendo. Nuestras carreras son dos polos opuestos, al igual que nuestras personalidades, pero eso no es ningún impedimento para que nuestro amor siga intacto y se fortalezca con el paso de los años.
— Eiji, estoy listo – le digo a mi manager limpiándome aquella lágrima discretamente.
Con el corazón latiéndome a mil, salgo al escenario saludando a todas las personas que se encuentran aquí, este evento solo durará un par de horas y luego de eso, iré al hospital, no me importa si me reconocen, tengo que verlo, no interesa si solo por un par de segundos, tan solo al ver el brillo en su mirada hará que mi corazón se vuelva a sentir tranquilo, porque sé que Kunimitsu me ama, tanto como yo a él.
No importa si el metiche de Atobe está ahí, o si por ir a verlo los periodistas me persigan, pero solo con observarlo y sentirlo cerca de mí unos segundos, le haré saber que estaré esperándolo por siempre.
Mi sonrisa se amplía al tener esa determinación, Eiji aún está bromeando con el público y lo último que puedo ver, es aquella luz cegarme y escuchar los gritos de las personas, y luego el silencio y la oscuridad me atrapan.
oOoOoOoOoOo * oOoOoOoOoOo
— Tezuka, puedes ir a descansar.
Escucho a Takishima – sensei, quien ha reunido a mi grupo para indicarnos los relevos y las horas en las que debemos de retornar. Observo la hora en el reloj de pared de la sala de reuniones del hospital y veo que aún es temprano, tengo bastante sueño, pero quiero ver a Syuusuke, necesito hacerle saber que estaré junto a él.
La breve reunión termina y todos salimos de la sala, el doctor Takishima es llamado urgentemente por los parlantes, por lo cual nos indica a todos que lo sigamos.
A paso apresurado todos llegamos a emergencias donde el grupo del doctor Tanaka también está ahí, al parecer ha ocurrido un accidente bastante grave, por lo cual necesitan la ayuda de varios residentes. Una de las enfermeras se acerca al Takishima – sensei indicándole que son varios los heridos y comienza a relatarle lo sucedido.
La estructura del techo de un escenario donde se presentaba un actor cedió, el equipo de luces y algunos escombros cayeron sobre su equipo de producción y algunas personas que estaban en la primera fila del auditorio.
Pero la persona que está en estado crítico en el actor, ya que no tuvo tiempo de reaccionar para alejarse de una de los aparatos de iluminación que cayeron.
Al momento de escuchar lo que relataba la enfermera, a mi mente vino el recuerdo de la última conversación telefónica que tuve con Syuusuke, en la cual me contaba que llevaría a cabo su primer fanmeeting el último sábado de este mes.
Escuché el sonido de las ambulancias llegando, todos comenzaron a prepararse para recibir a los heridos y escuché vagamente la voz del doctor Takishima indicándome que ambos nos encargaríamos del actor que estaba gravemente herido y que llegaba en ese preciso momento.
Mis piernas se movieron por inercia, observé el reloj que marcaba lentamente los minutos y recordé que ese día era el último sábado de este mes. Sentí como varios de mis compañeros pasaban rápidamente por mi lado ya que las ambulancias habían llegado, vi pasar a varias de ellos junto a heridos que iban en camillas, en una de ellas vi a Oshitari quien me dirigió la mirada indicándome lo que no quería aceptar.
— ¡Tezuka, que esperas!
La voz del doctor Takishima hizo que dejara de mirar a Oshitari y al paciente que iba inconsciente en esa camilla que él llevaba, donde un muchacho que yo conocía de cabellos rojos sangraba por uno de sus brazos y tenía algunas contusiones.
Kikumaru Eiji, el manager del actor…
Fuji Syuusuke.
Mis ojos registraron el momento exacto cuando bajaron la camilla y vi al doctor Takishima mirarme confundido y molesto por mi actitud, uno de los paramédicos hizo la labor que yo debía hacer, sus manos totalmente manchadas de sangre al igual que su traje, hicieron que mi propia sangre se congelara.
La camilla pasó por mi lado, y como si de una cámara lenta se tratara, lo pude ver.
Su rostro pálido y su sangre manchándolo, su ropa hecha jirones y sus ojos azules mirándome, fue lo que me hicieron reaccionar.
— Te..zuka…
La débil voz de Syuusuke fue escuchada por el doctor Takishima quien hizo que el paramédico parara la camilla, los ojos avellana del doctor observaron como poco a poco me acercaba hacia aquel actor que para él era desconocido, pero que para mí era la persona más importante de mi vida.
Syuusuke estiró su mano hacia mí y al tratar de hablar, sangre roja salió de sus labios, el doctor Takishima supo que debía llevarlo a la sala de operaciones.
Toqué su mano y Fuji sonrió.
— Tezuka, espera aquí, yo ayudaré al doctor Takishima.
La voz de Atobe fue como un susurro y vi como la camilla se alejaba, la mano de Syuusuke caía lánguida, mientras el ruido que emitían las sirenas de las ambulancias me envolvían.
Sonriéndome con esa sonrisa amable,
Ahora también, tú continúas estando a mi lado.
Cuando cierro mis ojos, veo millones de estaciones que Lentamente me envuelven.
Nadie sabe que este es el final
De este largo caminar
Pero esas noches inciertas no volverán nunca.
Podemos seguir caminando siempre.
También a partir de ahora, siempre juntos.
Abrazando con fuerza este amor,
Nuestros recuerdos nunca cambiarán, porque son la cosa más importante.
"Te Amo"
El día que te conocí, como una pequeña flor bailando en el viento Está lejano
Fueron días cuando nos herimos porque éramos muy jóvenes Pero ahora nos podemos reír juntos de estos recuerdos
No olvides esta promesa que estamos haciendo
Porque eres más importante para mí que nadie
Quiero construir los sueños que tú me dijiste que se harían realidad,
Poco a poco.
Podemos seguir caminando siempre.
También a partir de ahora, siempre juntos.
Abrazando con fuerza este amor,
Nuestros recuerdos nunca cambiarán, porque son la cosa más importante.
"Te Amo"
Podemos seguir caminando siempre.
También a partir de ahora, siempre juntos.
Abrazando con fuerza este amor,
Nuestros recuerdos nunca cambiarán, porque son la cosa más importante.
"Te Amo"
Los aplausos se escuchaban en todo el auditorio, aquella última canción entonada con tanto sentimiento hizo que varios fans derramaran lágrimas de felicidad, recordando a la persona que tanto amaban.
La imagen del cantante fue tomada en primer plano, mostrando su hermosa sonrisa y sus ojos azules brillaban emocionados, pero esta imagen desapareció automáticamente de la pantalla del televisor de aquella sala que se quedó en penumbras.
El sonido del hielo chocando dentro de un vaso de whisky fue lo único que resonó el aquel departamento vacio y un par de lágrimas bajaron por el rostro de Tezuka Kunimitsu, quien dejó el vaso vacio sobre la mesa de centro y se puso de pie dirigiéndose hacia el balcón donde podía ver perfectamente las pequeñas luces de la ciudad.
Secó aquellas lágrimas pero otras bajaron por su rostro, se quitó los lentes y una ráfaga de aire fresco desordenó su cabello.
Aún en su mente podía ver claramente el color carmín de la sangre manchar los labios de aquella persona que aún amaba con toda su alma y que en ese momento no estaba más a su lado. Aún podía escuchar el sonido de aquella máquina que registraba los signos vitales emitir el pitido interminable y constante de la falta de latidos de un corazón que dejaba de luchar.
Los forcejos que realizó por entrar a la sala de UCI donde el pálido rostro de Syuusuke reflejaba tanta paz, pero que él no quería aceptar que no volviera a abrir los ojos. El grito de dolor que resonó en toda la habitación y el sentir que su corazón se destruía en mil pedazos…
Aun sentía aquel vacio, aquella desolación, a pesar de que dos años hubieran transcurrido.
La alarma de su reloj de pulsera le alertó que era hora de ir a dormir, al día siguiente debía asistir al doctor Takishima en una operación y debía estar lúcido, al menos así podría seguir.
Seguir aunque aún lo amara.
Podemos seguir caminando siempre.
También a partir de ahora, siempre juntos.
Abrazando con fuerza este amor,
Nuestros recuerdos nunca cambiarán, porque son la cosa más importante.
"Te Amo”
— Buen trabajo Tezuka.
Asentí al escuchar la voz del doctor Takishima, ambos salimos de la sala de operaciones, habíamos salvado una vida y eso nos brindaba tanta paz y tranquilidad.
— Atobe y Oshitari también están haciendo un buen trabajo, me alegra que ustedes tres sean tan prometedores médicos, especialmente tú Tezuka, estoy orgulloso.
— Gracias, todo es por haberme enseñado usted Takishima – sensei.
— Bueno nos vemos mañana.
Caminé hacia la habitación de descanso que estaba en penumbras, me apoye en la puerta cerrando mis ojos durante un momento, aquella operación fue bastante extenuante pero puedo alegrarme de que salvamos una vida.
— Siempre pensé que ese traje con la que realizas una operación te hace ver bastante sexy.
Abrí los ojos al escuchar aquella voz, no era posible, él no se encontraba aquí.
— ¿Te sorprendí?
La luz de la habitación se prendió y pude ver frente a mí la sonrisa sincera y aquellos ojos azules brillar solo para mí.
— Syuusuke.
Susurró su nombre y él se acercó hacia mí, estiró sus manos posándolas en mi rostro y pude sentir el roce delicado de sus labios sobre los míos.
— No es posible.
— Si lo es – me contesta sin separarse de mi – Se que te dije que mi gira duraría dos meses y que no podría venir a verte durante esos sesenta días, pero – colocó sus brazos alrededor de mi cuello – Sabes que te amo y que no puedo dejarte por mucho tiempo.
Al escuchar su delicada voz logro esbozar una sonrisa, aunque al parecer esta no llegó a mis ojos por lo cual Syuusuke me mira preocupado.
— ¿Estuviste recordando aquello nuevamente, verdad?
Él me conoce bastante bien, por lo cual asiento aceptando que había recordado aquel día hace dos años atrás en el cual Fuji Syuusuke estuvo a punto de morir frente a mis ojos.
— No lo hagas más – abrazándome y colocando su rostro sobre mi hombro – Estoy aquí, no te abandonaré, Ai shiteru Kunimitsu, nunca más volveré a asustarte de esa manera.
— Aa..
— Aunque, si vuelvo accidentarme, por favor atiéndeme tú – riendo – Atobe no es capaz de aguantar mis inocentes bromas.
No puedo evitar reír ante lo dicho por Syuusuke, recordando las bromas bastante crueles que le hizo a Atobe durante todo el tiempo que estuvo internado. Yo sabía que estaba agradecido con él por haberlo ayudado cuando llegó al hospital y yo no fui capaz de reaccionar por el shock que sufrí al verlo tan mal, pero eso no quiere decir que no fuera el objetivo de las “bromas” de Fuji Syuusuke.
— ¿Te escapaste verdad?
Conozco perfectamente a Fuji Syuusuke, y seguramente en estos momentos Kikumaru Eiji estaría bastante histérico buscando al idol y actor más famoso de todo Japón.
— Solo por unos días, tenía que venir a recordarte que estoy contigo.
— Lo sé, porque yo también estoy contigo.
— Ai shiteru.
Ai shiteru
Sin más abrazo fuertemente a Tezuka Kunimitsu, transmitiéndole todo el amor que tengo para él y que a pesar de que nuestras carreras nos mantengan alejados la mayoría del tiempo, yo siempre esperaré por él, así como se que él lo hará por mí, porque Fuji Syuusuke y Tezuka Kunimitsu a pesar de ser polos opuestos se aman, así la muerte nos intente separar, porque así uno de nosotros se vaya primero, se que nos volveremos a encontrar.
Fin