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PRIMER AMOR por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

Como siempre Kyo Kara Maou no me pertenece, gracias por leer mi historia.

Notas del capitulo:

Pudo haber sido feliz con el, podria estar casado y con hijos,mas importante aun, nunca le hubiese conocido y mucho menos enamorarse de el.

 

PRIMER AMOR

 

 

 

Estaba enamorado, de eso ya se habían dado cuenta, mas no creían posible los cotorreos de la servidumbre que acababan de escuchar.

 

Corrieron a la par a impedir el error  que su hermano estaba a punto de cometer, abrieron la puerta sin previo aviso, encontrándose al tipo sobre su preciado hermano menor quien sonrojado intentaba de tapar su pecho desnudo.

 

El golpe de revés de mano que le diera su aniki, lo recordaría de por vida, mientras un furioso Weller sacaba a golpes a su enamorado quien juraba volver por el, a si la vida se le fuera en ello.

 

Sin que nadie se diera cuenta se escabullo de su cuarto para luego encontrarse en los jardines de palacio con su amado, quien le esperaba ansioso para huir junto a el.

 

La casita en la cual pernoctarían, ni siquiera esta a medio día de palacio, lo cual preocupaba al rubio, siendo militar sabia bien que lo mas seguro era seguir huyendo por un par de días mas, pero su amante le alegaba que sus hermanos jamás se imaginarían tal estupidez de su parte, por lo mismo era el lugar mas seguro en esos momentos.

 

Con esas palabras se dispusieron a cenar, aunque él joven seguía inquieto por aquella decisión tan arriesgada, mas al lado de su amado, ya nada importaba.

 

Tras dar el ultimo sorbo aquella bebida se sintió cansado, somnoliento, sin mas se hecho a la cama y sin esperarle siquiera se puso a dormir como un tronco.

 

Lo que el pobre del joven enamorado no sabia era que fue el mismo hombre que decía amarlo quien lo había drogado apropósito, para luego desvestirlo, dejándole solo la camisa puesta, ya que a su parecer, el rubio se veía mucho mas apetitoso de esa forma.

 

Les dejo entrar al cuarto, ofreciéndoselos en bandeja de plata, los hombres miraron extasiados a la belleza sobre la cama, uno de ellos pregunto quien era para ser enseguida callado por quien fuera su acompañante, el otro le extendía dinero, mas este golpeo su mano lanzando lejos las moneadas, era claro que él no lo hacia por negocios.

 

Estaban un tanto nerviosos, nunca imaginaron poder acceder a una belleza como esa, por eso no se atrevían a dar el primer paso, hasta que uno se armo de valor y se le fue encima besando sus rosados labios para luego seguir por su cuello, mientras los otros dos se relamían los labios de excitación pidiéndole que les hiciera un espacio para poder disfrutar aquel manjar.

 

La puerta callo con estruendo al piso, borrando por completo la sonrisa de autosatisfacción que para ese momento tuviera el sujeto que planeara todo eso.

 

Dos hombres se abalanzaron con furia sobre aquellos que tocaban con descaro a su mas preciado tesoro, para luego ajusticiarles con sus propias manos.

Aunque le dijeron que estaba intacto, la mujer insistió en que le revisaran nuevamente, mas aun, solicito la intervención de dos médicos ajenos a palacio, lo cual no fue para nada de agrado del mayor de sus hijos.  Aparte de una marca en el cuello, el joven no presentaba rasguño alguno, además de la somnolencia que prevalecería por un par de días más a causa de la droga.

 

Al despertar, todo se le hizo confuso, pero apenas estuvo totalmente conciente pregunto sin demora por su enamorado.  Gwendal sin dudarlo le diría todo lo ocurrido, pero gracias a la oportuna intervención de su madre sus intenciones fueron frustradas, al verse callado por una orden directa de la Maou, lo cual extraño al menor.  Ya era suficiente con lo que había vivido, para colmo agregarle el dolor de saberse engañado por su primer amor, no, no deseaba que su hijo sufriera tal decepción, prefería mentirle, decirle que aquel sujeto solo deseaba dinero a cambio de regresarlo sano y salvo, eso era mejor.

 

En medio de una pelea de tantas, en las cuales un airoso mazoku de fuego exigía como siempre, saber el paradero de su añorado amor, un hermano mayor le soltó la verdad de lo ocurrido aquella tarde para solo recibir insultos y garabatos del menor, quien se negaba a aceptar esa sarta de mentiras por parte de este, ahora mas que nunca dudaba de la versión que le diera su madre. Muy a su pesar, en ese momento Gwendal se arrepintió de haberle dicho de tal forma la verdad, dándose cuenta que su madre siempre tuvo la razón.

 

Una nueva pelea daba inicio en pacto de sangre, como era habitual la pareja real discutía, como siempre el motivo era el mismo, un moreno asfixiado por los constantes celos de un rubio, gritaba a los cuatro vientos que no era su prometido y así se daba inicio a una gran pelea que de seguro duraría hasta caer la noche.

 

Aquella noche durmió en su antiguo cuarto, lo cual de seguro alegraría a su negado prometido, miraba con nostalgia el cielo estrellado, recordando las dulces palabras de ese primer amor olvidado hasta ese momento, ¿Por qué?, se preguntaba, si tan solo  le hubiese hecho caso, si le hubiese escuchado, ahora estarían casados, tendrían hijos, serian felices, no tendría porque soportar las humillaciones de aquel enclenque, sobre todo, nunca lo habría conocido y mucho menos tener la desgracia de enamorarse perdidamente de el.

 

Las peticiones por un nuevo aniversario de la fundación de Shin Makoku estaban sobre su escritorio, como siempre llegando hasta las nubes y llenándolo de flojera.  Entre ellas estaban las peticiones de exilio, como único perdón para ciertos presos que permanecían en las catacumbas palacio sin ver siquiera la luz del día hacia ya décadas, al leer esto el Heika no pudo evitar lanzar un grito de horror, que tales castigos fuesen dados en su reino antes de su llegada era espantoso, pero el que siguiesen ocurriendo, el estando a cargo era peor.

 

Aun con las explicaciones de Gunter y las protestas de Gwendal, el actual maou dictamino que todos aquellos que se encontraban en tales precarias condiciones serian liberados de inmediato, al menos eso deseaba y ni el dichoso papeleo que debiera firmar para autorizarlo lo detendría, por primera vez puso todo de su parte para quedarse hasta tarde firmando aquellos documentos.

Le advirtieron que aunque no fueran muchos como el pensaba, todos estaban ahí por traición a la corona y que antes de darles su libertad debía revisar cuidadosamente cada caso, tanta fue la insistencia de sus consejeros que no le quedo otra cosa mas que hacerlo, si ellos pensaban que daría su brazo a torcer solo por una ruma de documentos estaban muy equivocados.

 

Llevaba tres días desde que leía caso por caso, en verdad no habían exagerado acerca de los crímenes, algunos eran graves, mas otros, simplemente no se justificaban, fue en uno de esos papeles que un nombre le llamo la atención, no podía dar crédito a lo que leía, porque no le informaron de eso, como pudieron ocultárselo, acaso no se suponía que eran prometidos.

 

La cuestión estaba clara, tanto Gwendal como Conrad se negaban a contarle lo ocurrido y solo alegaban que lo descrito en el papel era lo que había sucedido, mas ninguno de los dos hermanos le daba mas detalle, para luego pedirle como favor personal dejarle pudrir en aquellas mazmorras.

 

Desde la ultima pelea no se hablaban, esta vez su amigo se hacia el duro con el, lo cual le dolía y aunque al igual que el, no quería dar su brazo a torcer, se veía forzado a hacerlo, ya que el era el único que podía darle respuestas a sus dudas.

 

Quizás debió tener mas tacto al hablar del tema, el rubio estaba pálido, luego de un par de minutos de silencio le exigía saber mas de aquel asunto, que al serle detallado le hizo salir del cuarto furioso en busca de sus hermanos.

 

Ni siquiera se dieron cuenta de su presencia, al parecer a nadie le importaba exponer lo que tanto le hubiesen negado antes.

 

Por mas que intentaron hacerle entrar en razón, el rubio se encontraba fuera de si, culpándolos de todo lo malo de su vida, les insultaba sin reparos exigiéndoles que le dejaran verlo, mas ellos se negaban, le maldecía por haberle arruinado la vida y mucho mas por haber alejado de su lado a la única persona que le amara de verdad.  En eso el moreno sintió como algo se le removía en su interior, acaso ese sujeto era mas importante que el.

 

El documento fue firmado esa misma noche, ni siquiera tubo que pedírselo, al escucharles esa tarde quedo claro que aquellos hermanos habían perdido la razón al enterarse de que su hermano se había enamorado, siempre supo que eran sobre protectores pero llegar a esos niveles, hasta a el le sorprendía.

 

Apenas se entero de su liberación corrió a palacio, no podía creer que sus hijos no lo hubiesen evitado, más al enterarse de que el prometido de su propio hijo lo hubiese soltado luego de leer el cargo.

 

Llego directo a su despacho exigiendo hablarle, el muchacho no daba crédito a lo que pasaba, por primera vez veía aquella despampanante mujer como una figura terrorífica a tal punto de reconocer cierto parecido con el mayor de sus hijos.

 

Después de tantos años se volvían a encontrar, sentía vergüenza por lo que le habían hecho sus hermanos, deseaba desde el fondo de su corazón que le perdonara, mas aun, por haberle olvidado en su corazón, reemplazándolo por alguien que no lo merecía.

 

Esa misma tarde debía marcharse de Shin Makoku, esos eran los términos de su liberación, exilio, no le quedaba otra alternativa mas que aceptarlo si deseaba volver a ser libre, entonces el apareció, radiante como siempre, ofreciéndole su ayuda, era claro que no estaba enterado  de lo ocurrido y eso le convenía plenamente.

 

Como no le habían dicho todo eso antes, porque debía enterarse por la madre de su prometido, estaba furioso, acaso no era digno de confianza para aquellos hombres, peor aun él lo ignoraba todo, que debía hacer, realmente merecía estar en aquel lugar, pero en el exilio no haría ningún daño, ¿acaso debía dejarlo así?  Tenia que hablar con su amigo, debía saber la verdad, era el quien debía dar su ultima palabra con respecto al sujeto.

 

 

Le acompaño a la frontera tal como se lo pidiera, le llevo un caballo con bastantes provisiones, aparte de una bolsa de monedas que se negó a recibir pero que él astutamente oculto entre sus alimentos, debía decirle adiós, deseaba su perdón.

 

Se sorprendió que luego de todos los sufrimientos que pasara por su culpa le hiciera tal proposición, se sentía alagado, no podía negar que cierta chispa despertó en su interior, pero aunque deseara decirle que si, no podía, ya era tarde, su corazón ya no le pertenecía.

 

Le pidió disculpas por todo lo ocurrido, mas por tener que negarse a acompañarlo, no paraba de pedirle perdón y el de insistirle, entonces se lo confeso, estaba comprometido, no le interesaba aquello, mucho menos el nombre del idiota que se convirtiera en su futuro esposo, solo una idea se pasaba por su mente, VENGANZA, fue así que se le acerco con claras intenciones de besarle al igual que en el pasado, pero a diferencia de entonces, el rubio le esquivo con premura, lo cual no le hizo mucho gracia.

 

Lo entiendo, le dijo, aunque en el fondo aquel acto aumentaba su ira en desmedida al  recordarle como en el pasado aquella mujer le rechazara de igual forma.

 

Sus palabras quedarían grabadas en su mente de por vida, “Nadie te amara como lo hice yo, jajaja, en realidad…nadie te amara, ese es tu castigo…para ti…para ella… para tus hermanos…yo jamás te quise, a quien quería fue a ella, pero me rechazo de la forma mas ruin, tu solo fuiste un instrumento para mi venganza, si hubieras dicho que si habríamos continuado lo que dejamos inconcluso, quizás te habría conseguido nuevos amigos, los primeros fueron asesinados por esos idiotas que tienes por hermanos.  Mi lindo, adorado, bello Wolfram, no sabes cuantas veces quise que fueras por mi, con el único fin de tomar tu delicado cuello entre mis manos y hacerlo añicos.  Te odio, lo único bueno de ti es tu cuerpo, tu rostro y ni eso puedes ofrecer bien”

 

Wolfram, Wolfram, escuchaba a lo lejos decir su nombre mientras la oscuridad se apoderaba de su ser.

 

Cheri se lo contó todo sin omitir ni un solo detalle, aquel sujeto era uno de tantos pretendientes que fueran a palacio tras la ruptura de su tercer matrimonio, tal como sucediera con otros, este fue rechazado y olvidado por completo por la maou, pero al parecer el recuerdo de esta perduro en la mente mal sana del individuo, quien regresara a palacio luego de varios años de ausencia, con el firme propósito de conquistar al menor de sus hijos, para cuando la reina recibió el informe sobre el actual pretendiente de su hijo, ya era tarde, su niño se encontraba perdidamente enamorado y se negaba a dejarle, por lo cual no quiso interferir, diciéndose a si misma que todos aquello solo era una casualidad y que no tenia porque tratarse de un simple capricho del noble de tercer rango.  Cuando se entero de la desaparición de su hijo se arrepintió por no haberle negado la entrada desde el principio, mas al enterarse de su propia boca de la venganza que había planeado en su contra, através de su hijo menor.  Enfermo, era lo único que podía decir acerca del sujeto, hubiese deseado que sus hijos le mataran en aquella cabaña pero al no hacerlo debía ser ella quien lo sentenciara, pena de muerte, fue lo primero que se le paso por la mente, pero no, eso era algo muy leve para lo que había hecho, debía sufrir de la misma forma como intentara de hacerlo con su pequeño, pero a diferencia de el, ella tenia otra idea en mente.  Fue así como termino con aquella condena perpetua en las mazmorras de palacio, para nunca volver a ver el sol.

 

 

Se veía tan frágil y desvalido que se le llegaba a romper el corazón al verlo así, todo fue su culpa, nunca debió darle la libertad tan a la ligera, se confío en las palabra del rubio, como no hacerlo, el nunca le mentía, pero en ese caso hasta el ignoraba que no sabia la verdad.

 

Solo un minuto, solo eso y hubiesen evitado que aquel maldito se saliera con la suya, si solo hubiesen sabido de su pronta liberación, pero al parecer todo fue hecho a propósito por su rey, para impedir una posible intervención, era claro que lo que harían, ya lo habían discutido, apenas saliera de palacio, lo interceptarían dándole muerte de inmediata, no dejarían que tal canalla se saliera con la suya tan fácilmente, pero todo había sido en vano, para cuando se enteraron que su propio hermano le había acompañado a la frontera no pudieron sentir mas que horror y si Yuri les había acompañado solo fue por mera casualidad al encontrárselo en las caballerizas justo cuando tomaban sus caballos.

 

Estaba tirado en la yerba, tanto el como esta estaban teñidos de rojo para su espanto, mientras dos de ello iban a prestarle ayuda al joven herido, el peli gris peinaba la zona iracundo, jurándose encontrarle y darle muerte de inmediato.

 

El despertar no fue muy agradable, se sentía realmente adolorido, sobre todo su pecho, al verle, no dudo en sonreírle, estaba cuidando su sueño y eso le hacia feliz.

 

No entendía porque su ensañamiento para con el, su único pecado fue amarle, pero el en cambio.  Le había apuñalado en el pecho, según lo que escucho mientras fingía estar dormido, había intentado arrancarle el corazón, pero al escuchar los cascos de los caballos prefirió dejar inconclusa su macabra obra para dedicar todas sus energías en huir del lugar.

 

Lloraba, lo sabia, aunque no lo hiciera en frente suyo, aunque lo negara, todo aquello le había afectado mas de la cuenta, como no hacerlo, la persona que amaba lo había traicionado de la peor forma, y de alguna forma este hecho también le dolía a él.

 

La verdad le destrozo, mas no tuvo mas opción que aceptarla al igual que las palabras que le dijera antes de atacarlo, le dolía en demasía saber que su maldición ya era efectiva mucha antes de haberla pronunciado siquiera.  No culpaba a su madre, tampoco a sus hermanos, mas no deseaba verles en lo absoluto, deseaba estar solo, olvidarse por completo de su desgraciada vida y dejarse llevar por el sueño con la esperanza de jamás despertar.

 

 

Ya no dormía en su cuarto, mucho menos junto a él, nunca lo pensó, ni mucho menos llego a imaginarlo pero lo extrañaba, mas como podía competir contra aquel sujeto que se adueñara de su corazón para luego rompérselo en mil pedazos.

 

Le disgustaba verse en frente del espejo, mas no podía evitarlo, ahí estaban, tan marcadas y notorias como siempre, el recuerdo a carne viva de aquella maldición dada por quien amara, sus lagrimas rodaban sin control por su rostro, “Nadie te amara”, se decía desde aquel día al verse, era cierto, lo sabia, siempre lo supo, sin necesidad de que el se lo dijera.

 

Había estado llorando nuevamente, lo odiaba por eso, deseaba haberlo devuelto aquel encierro de por vida de donde lo había sacado, entendía ella le había dado esa sentencia, la muerte nunca seria suficiente castigo para el crimen que cometiera en contra de su.

 

 

Romper el compromiso, no podía creerlo, ¿acaso había escuchado bien?, tanto le seguía amando, ¿acaso todo lo que vivieran fue mentira?, ¿pero que habían vivido exactamente?

 

Una noche, solo una ultima noche juntos, como lo hicieran antes de aquel ataque, dormir con Yuri, con su amado Yuri por ultima vez, para luego darle su tan ansiada libertad.

 

Abrazados, así estaban en su ultima noche, podía sentir el estremecimiento de su cuerpo, el no deseaba eso, quería mas, con la ayuda de la oscuridad perdió toda vergüenza, acercando sus labios a los suyos.  Parecía sorprendido por tan corto beso, respiro y nuevamente resguardándose en las penumbras de la noche le beso con mas ahínco.  Pudo entonces sentir un gusto salado proveniente de sus labios, entonces se percato, lloraba.

 

Le alejo de el luego de haberle besado, estaba molesto, le pedía perdón y le recriminaba por seguir amándole, en un principio no entendía a quien se refería pero luego para mi sorpresa su nombre salio a relucir, deje escapar un grito de molestia, yo no lloraba por eso, como podía explicárselo si seguía culpándome de algo sin sentido.

 

Se levanto de la cama, estaba molesto, no pude evitarlo, debía saber lo frustrado que me sentía al saber que aun seguía amando a ese maldito, se marchaba, no pensaba detenerlo pero entonces se giro diciéndome “Lloro porque jamás pensé que llegaras a besarme”

 

Me tomo de la muñeca, como llego a mi tan deprisa, jamás lo sabre, me llevo hacia el amarrándome con fuerza de la cintura, me beso otra vez y aunque parezca increíble, dijimos “Te amo”, al mismo tiempo.

 

 

“Siempre te amare, no lo dudes ni por un instante”

 

“Como no hacerlo, si te demoraste tanto en decírmelo”

 

“Soy un enclenque, que esperabas”

 

No pudimos evitarlo, nos reímos sin cesar y nos amamos quedándonos dormidos hasta el alba.

 

No se si esa dichosa maldición tenga efectos sobre mi todavía, o si tiene fecha de expiración, solo se que me ama y que le amo.

 

Quizás ya cubrí la cuota de la maldición que me diera, mucho antes de aquel día, por ello estoy contento, ya no importa el dolor del pasado, nada de eso importa, porque ahora se que alguien de verdad me ama.

 

 

 

 

 

FIN

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, esta historia esta recien salida del horno.

Por algun motivo se me paso la imagen de Wolfram en un momento bochornoso de su vida, para colmo como siempre, viendose perseguido por sus sobreprotectores hermanos, cuando la empese para ser sincera no supe como terminaria, ni mucho menos como se desarrollaria, lo unico que tenia claro era que se trataba de la primera persona de la cual se enamorara.

Gracias por leer la historia y por sus comentarios.


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