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Los opuestos se atraen. por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto no son míos, tan sólo los tomo prestados para mis perversos propósitos kukuku.

Notas del capitulo:

Este nuevo proyecto está dedicado a una encantadora jovencita llamada Hevith de Zar, que ama el MadaDei kukuku.

Espero que te guste mi pobre intento ^^.

 

Advertencias

Contiene lemon, no recomendado a personas que padezcan del corazón y/o sufran severas hemorragias nasales...

Para el resto, disfrutad ^^

 

¿Dónde está escrito que los opuestos se atraen?

 

¿Quién es el loco que afirma que con quién más te peleas es a quién más deseas?

 

Deidara Uzumaki no está para nada de acuerdo con esas aparentes palabras sabias. Él, de carácter tan fuerte como el de su madre, Kushina Uzumaki, no hace caso a nada que piense que es una completa pérdida de tiempo, y nadie, nadie puede hacerle cambiar de opinión, ni siquiera su amado hermanito menor, Naruto, de diecisiete años, que le ruega a su aniki que sea más tranquilo y aprenda a cerrar la boca, porque no es el primero, ni será el último día que su adorado hermano mayor, llegue a casa con moratones o la ropa rasgada, por pelearse con su archi enemigo, Madara Uchiha.

 

-Onii-chan...-decía el niño de ojos celestes, mientras curaba todos los golpes y arañazos de su aniki.-Sabes que es una tontería odiar a la persona que te gusta...

 

El rubio mayor, de pelo larguísimo del mismo color rubio que su otosan, Minato Namikaze, y sus idénticos ojos azules, de cuerpo alto y bien proporcionado, casi femenino, no pudo contener un escalofrío muy grande...

 

-¡Pero si él no me gusta, ototo!-chilló ruidosamente el mayor.

 

El rubito más pequeño, que también había tomado la apariencia de su padre, pero la alegría y buen carácter (si no se enojaba) de su madre, miró dudoso a su "respetable" hermano mayor, que parecía incluso más pequeño que él porque se estaba comportando con un bebé XD.

 

-Pues eso no es lo que opina Sasu-teme.-dijo emocionado el menor.-Dice que tú y su hermano mayor son unos gays reprimidos y por eso se pelean tanto, dattebayo.

 

La cara de horror del rubio mayor no tuvo precio, se puso rojo como la grana y casi se cae de la silla en la que estaba sentado, mientras miraba con incredulidad a su joven hermanito pequeño.

 

-¿Pero tú sabes lo que significa gay reprimido, Naruto?-aulló Deidara horrorizado, por la sugerencia y por si su lindo ototo era demasiado precoz XD.

 

-No, pero me ha dicho Sasuke que eso es lo que eres, Dei-niichan.-dijo con inocencia el rubio de tres marquitas en las mejillas.-Y Sasu-teme es un maldito genio, según dicen todos, dattebayo. Así que si él lo dice será verdad.

 

Deidara se dejó caer de nuevo en la silla sin expresión alguna en el rostro, pues no sabía si reír o llorar...ahora entendía por qué el maldito de Madara se le quedaba mirando de forma tan extraña. Seguro que había oído la conversación de esos dos enanos, ya que eran los mejores amigos, y estaba intentando averiguar si era verdad.

 

-Maldición. ¡Esto no quedará así!-gruñó un furioso rubio, dejando plantado a su hermano pequeño y tomando una chaqueta y las llaves, para ir a la casa de ese desgraciado y cantarle las cuarenta.-Toma tu mochila con los deberes para hoy, que vamos a casa de los Uchiha.

 

Naruto esperó hasta que su furioso hermano fuera a por el coche (porque Dei le lleva seis años a su ototo) y se permitió una sonrisa zorruna. El plan que habían tramado él y Sasuke estaba en marcha...

 

En cinco minutos más o menos, los dos hermanos estaban a bordo del pequeño coche de segunda mano del Uzumaki mayor, camino de la casa de Madara, Itachi y Sasuke. Itachi, del que aún no había hablado, tiene veinte años y es el hermano mediano, pues Sasuke tiene catorce como Naruto, van al mismo instituto y a la misma clase, pero el hermano mediano estaba estudiando en el extranjero.

 

Deidara aparcó a pocos pasos de la casa y arrastró a su hermano pequeño casi a la fuerza(o eso creía él kukuku) llamando con fuerza excesiva a la puerta de la casa.

 

-¿Quién es?-preguntó desde dentro una voz calmada y algo ronca, que Deidara reconoció como la voz de Sasuke Uchiha.

 

-Somos Deidara y Naruto Uzumaki, Sasuke. Abre la puerta.-dijo el rubio mayor con fingida calma, porque casi estaba que mordía.

 

La puerta se abrió al momento, cosa que aprovechó el rubio mayor para dejar plantados  a los dos adolescentes y correr a la habitación de su némesis, Madara, con el que se peleaba todos los días, porque no lo soportaba delante...según él. Los dos menores lo miraron marcharse con una sonrisita de suficiencia.

 

-¿Vienes al salón y hacemos los deberes, dobe?-preguntó el joven azabache con una sonrisa torcida.

 

-Claro que sí, teme.-dijo feliz de la vida el rubito ojiazul.-Necesito que me expliques algo que no entiendo, dattebayo.

 

Dejemos a esos dos con su tarea y sus cosas, y volvamos con el furioso Dei.

 

-Madara, maldita serpiente. ¿Dónde estás?-gruñía por lo bajo la furia rubia, hasta que oyó ruidos en el baño y se dirigió de inmediato hacia allí.

 

Abrió la puerta con ganas de matar a azabache mayor...y se encontró con dicho azabache saliendo de la ducha en pelotas...

 

Madara, un joven de ojos negros, pelo negro y rostro bellísimo, joven y viril, se encontraba como su madre lo trajo al mundo, dejando ver de la manera más clara lo buenísimo que estaba, con tanta piel mojada y blanca al descubierto, por no hablar de lo musculoso y sexy que era su cuerpo.

 

La boca del rubio se abrió hasta el suelo, mientras rogaba que la tierra se lo tragase o algo así...sin cerrar los ojos ni dejar de mirar a ese dios hecho mortal, kukuku, mirándolo entre avergonzado y maravillado, encantado por lo que veía.

 

Madara, que llevaba loco por los huesos del rubio malhumorado y lindo desde hace muchos años, pensó con acierto que esa era la oportunidad de su vida, y actuó en consecuencia.

 

-¿Qué, Dei, te gusta lo que estás viendo?-preguntó con voz ronca y sensual, mientras se acercaba sin vergüenza alguna al rubio.- ¿O es que prefieres hacer algo más que mirar?

 

¡Madre del amor hermoso! Dei casi se muere allí mismo, mientras notaba que perdía todas sus fuerzas y las ganas de pelea mutaban a un deseo incontenible.

 

Al ver que el rubio no lo mataba a golpes, Madara se puso frente a frente con el hombre que le quitaba el hambre y el sueño y acercó con deliberada lentitud, sus labios llenos a los labios entreabiertos por el deseo del ojiazul, que cerró sus ojos y esperó conteniendo el aliento el primer beso de su vida.

 

Suave, muy suave, casi sin rozarse, el beso comenzó, haciendo que los corazones de ambos, quisieran escaparse de su pecho, por lo bello y tierno de la caricia. Pero muy lentamente, el roce pasó a un beso en los labios, y de beso en los labios pasó a un morreo de padre y señor mío, haciendo que los dos cuerpos se apretaran el uno contra el otro.

 

¿Dónde quedó el enfado y la negativa del rubio? Pues en el olvido, demostrando que era la pura verdad, junto con un azabache que daba gracias a todos los dioses existentes, al mismo tiempo que se apoderaba de la boca lujuriosa del objeto de su deseo y comenzaba a quitarle toda su ropa.

 

Todo voló por el pequeño cuarto de baño, dejando a los excitados jóvenes piel contra piel, mientras disfrutaban de su roce y las manos del contrario recorrían todo lo que podían de sus cuerpos.

 

Cuando la mano atrevida de Madara localizó la semi erección del rubio y la tomó con fuerza, hizo que Deidara separara su boca y gritara de placer al sentir su tacto.

 

-Ahhhhhhhhhh.

 

Madara sonrió seductoramente y decidió oír a placer los gritos, jadeos y gemidos del dueño de su amor, y se arrodilló entre sus piernas para tomar con su boca su dureza, arrancando un nuevo grito de placer al ojiazul, que llevó sus manos al cabello oscuro del azabache y se apoyó contra la pared para sostenerse, pues sus rodillas se doblaban por el placer.

 

Los ojos negros de Madara no se apartaban de la cara contraída por el placer de su rubio, mientras su boca se movía con lujuria sobre el pene de su amado y su mano derecha buscaba el agujero del rubio, que se estremeció por la mezcla de placer y dolor que sintió, cuando un dedo invasor se adentró en su interior.

 

-Ohhhh.-gimió excitado por esas sensaciones mezcladas.- Mmmm, Madaraaaaaaaaaa.

 

El azabache, ebrio de lujuria, aumentó el ritmo de su boca, haciendo la mamada más fuerte y apasionada, mientras se ayudaba con su mano izquierda para masturbarlo y le añadía un dedo más al interior del rubio, que se abrió para él.

 

Cuando el rubio no pudo más y se corrió con un grito en la ansiosa boca del moreno, ya tres dedos bailaban en su interior, excitándolo terriblemente y haciendo que admitiera para sus adentros que si que era un gay frustrado XD.

 

Madara tragó con sensualidad el regalo que se había ganado con su trabajo, y se levantó para darle un beso en la boca, dándole a probar su propio semen, que hizo excitar aún más al rubio de pelo largo, que se apretó con pasión al cuerpo más duro y musculado del otro.

 

-Ahora te voy a hacer mío.-jadeó sexualmente el moreno, mirando depredadoramente el rostro sonrojado y los ojos desenfocados de su amado.-Te voy a follar hasta que no puedas más.

 

Deidara se puso como una moto, ebrio de puro deseo, y tomó apasionadamente la boca de su otrora enemigo, mientras le rodeaba la cintura con las piernas, haciendo gemir deseoso al de ojos negros, que le besó lleno de fuego y lo llevó hasta el lavamanos, para apoyarlo con comodidad y penetrarle mejor, ya que sabía que iba a ser la primera vez de ambos.

 

El rubio, se quejó débilmente al sentir el frío lugar en su acalorada piel, pero no se quejó, es más, le excitó. Como tenía los ojos cerrados, los abrió para contemplar al macho viril y excitado que le miraba con lujuria. Maliciosamente, y perdida ya toda sensación de vergüenza que pudiera existir, Deidara abrió completamente sus piernas, dejando a la vista el lugar que Madara había preparado anteriormente y susurró:

 

-No decías que ibas a follarme hasta que no pudiese más, Ma-da-ra-chan.

 

El azabache casi se corre allí mismo, y se lanzó como un desesperado a los labios seductores del rubio, al mismo tiempo que se acomodaba entre esas piernas largas y proporcionadas y se adentrara de un potente embate en ese cuerpo pecaminoso.

 

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH.-aulló el rubio con una mezcla desesperante de placer y dolor.

 

El moreno se quedó muy quieto y apoyó su frente en la de su amante, esperando a que este le diera una señal para continuar.

 

Deidara, con los ojos fuertemente cerrados, se mordió los labios para calmarse, mientras sentía que el gran miembro de Madara lo atravesaba de parte a parte.

 

-Siento haberte hecho daño.-jadeó el azabache, haciendo que el rubio abriera los ojos y se topase con la imagen más erótica de su vida. Madara con el habitual rostro inexpresivo ahora mutado en una mueca de placer feroz, y poder mirarle desnudo y saberle dentro de su cuerpo...esa constatación de los hechos lo volvió a poner a mil, y tomó por sorpresa los labios del contrario, besándolo con sensualidad.

 

Madara lo tomó como una señal de que podía comenzar a moverse, y abrazó con fuerza al chico que poseía, mientras besaba con pasión su boca y comenzaba un lento vaivén, arrancando gemidos de dolor al principio, que poco a poco se mutaron en jadeos de placer.

 

Suave, muy suave casi imperceptible al principio, el placer fue ganando terreno al dolor dentro de Deidara, que se abrazaba con desesperación al azabache y devolvía los besos del moreno con dolorida sensualidad...hasta que sin saber cómo ni por qué, una penetración llegó más honda que las otras y dio con el punto de placer del rubio, que casi se muere del inmenso placer obtenido.

 

-¡Imposibleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!-aulló el siempre discreto Deidara, léase el sarcasmo.- ¡Da otra vez ahí! ¡Ahora!

 

Madara obedeció encantado y el rubio se sumió en un mar de enfurecido placer, jadeando y casi gritando en cada embestida, y abriéndose totalmente a un encantado Madara, que pudo apreciar a su placer, el jugoso y apretado interior de su amante, que parecía querer tragarse por completo su miembro, llevándolo sin prisa pero sin calma, al borde del orgasmo.

 

La escena era una delicia de placer y sensualidad para los ojos, dos cuerpos unidos, haciendo el amor con desespero, ambos tan diferentes y opuestos, pero tan en sincronía, que parecía que danzaban. Cada penetración era un paso y cada vez que movían las caderas, ebrios de placer, otro, formando la danza más antigua de todos los tiempos.

 

Saladas gotas de sudor, cubrían los cuerpos en danza, facilitando el movimiento de sus embestidas y aumentando el goce de ambos, que no podían dejar de besarse, aun casi oxigeno, perdidos en la placentera cópula.

 

El sonido de los dos cuerpos chocando el uno contra el otro, de sus jadeos ahogados entre sus bocas y arropados por el dulce olor del sexo, los estaba llevando a la cúspide del placer sensual.

 

Una, dos, tres veces más, y los gozosos amantes se derramaron al unísono, acallando sus alaridos de placer entre besos y dejando salir su semen, uno entre los vientres unidos de ambos y el otro en el ardiente interior del otro, dejándoles sin fuerza alguna y jadeando con dificultad, con las frentes juntas y los ojos cerrados.

 

El moreno, aún incrédulo por su buena suerte, se felicitaba a sí mismo, al mismo tiempo que un sorprendido rubio por sus acciones, se admitía que estaba enamorado del hombre que decía odiar XD.

 

Que complicada es la vida...y las personas kukuku.

 

Deidara abrió sus ojos como platos, al recordar en casa de quién estaba, lo que había hecho con el azabache y que había dejado solos a los dos adolescentes.

 

-Naruto y Sasuke...-dijo espantado el rubio, intentando salirse del apretado abrazo de su amante y levantarse.-Madara, suéltame de una vez.

 

-No quiero.-dijo contundente el de ojos negros, haciendo poner un puchero infantil al rubio.

 

-Pero es que...-intentó decir el ojiazul.

 

-Pero nada, Deidara, esos dos seguro que están haciendo lo mismo que nosotros.-dijo con toda la tranquilidad del mundo el azabache, dejando con la boca abierta al rubio que ni lo había sospechado nunca XD.-Después de todo llevan dos años juntos y siendo como son, dudo que aún sean vírgenes.

 

 Al ver la cara de susto del rubio, el azabache sonrió maliciosamente y le susurró al oído:

 

-Además, ellos fueron los que me dijeron que te morías por mis huesos.

 

La cara de shock del rubio no se hizo esperar, excitando nuevamente al pervertido moreno, que aún seguía en su interior, y quiso volver a jugar kukuku.

 

Definitivamente, hoy era un día lleno de sorpresas para Deidara Uzumaki.

 

 

¿Fin?

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

¿Y bien?

¿Qué os ha parecido mi primer MadaDei, XD?

No suelo hacer este tipo de fics, pero espero que os haya gustado, sobre todo a la chiquita para la que es el oneshot Xd...

¿Te gustó Hevith chan? ^^

Como veis, el final no está cerrado, kukuku, ya veremos si le hago segunda parte o no ^^.

Ahora me despido, rogando un review jajaja, que sabeis que me encantan y ayudan a mejorar ^^

Sed buenas y buenos con esta pobre escritora y dejadme muchos, muchos, muchos ^/////^

Besitos muy fuertes y hasta pronto.

Sasukitsu.

 

 


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