Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La sombra de la duda. por adanhel

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El fic queda ubicado entre los capitulos doce y trece.

La sombra de la duda.

 

Ambos estaban de pie en la habitación, mirándose fijamente. Acababan de volver vivos de milagro de su última contienda y de enterarse Akira de cosas que podían cambiar su vida aun más de lo que ya había sido cambiada en los últimos días, pero, eso no era importante.

 

Después de todo, saber algunas cosas, como que eres, no hace la gran diferencia en la vida diaria, no cuando has podido vivir dieciséis años sin saberlas y ser feliz, pero hay otras si afectan, saberlas o no, decirlas o no… todo depende de lo que sea para que te joda, o no, la vida.

 

-¡Dilo todo!- a ultimas fechas Akira solía gritar mucho eso, siempre a Shirogane, y comenzaba a cansarle que no le respondiera, o que le repitiera cosas que ya sabia, algunas de las cuales no podía o quería creerle.

 

Shirogane se quito el sombrero y lo dejo sobre el escritorio, con mucha calma y sonriendo, intentando ganar tiempo.

 

-Ya te lo dije, Akira.-contesto, refiriéndose a las escasas explicaciones que le había dado del tipo técnico.

 

-¡No es verdad!- por una vez, él no se refería a eso. Quería saber lo que Shirogane sentía, desquitarse con él por hacerlo sentir inútil, por dejarlo, o mas bien, amenazar con.

 

-Akira…-Shirogane lo dejaba explayarse, avanzando un par de pasos hacia la cama para dejarse caer en ella, en lo que Akira recorría la habitación como fiera enjaulada, para descansar. Aun no se sentía del todo bien.

 

-¡Dijiste que me quieres y luego que te desilusioné! ¡Que no te correspondo! ¡Que solo nos quedaba separarnos!-ya sospechaba que eso era lo que lo tenia molesto- ¡Pero yo soy el indicado! ¡Yo soy quien buscabas, a quien te deparo el destino!

 

Akira se veía tan lindo cuando se ponía así… le costaba trabajo disimular su sonrisa, pero ayudaba un poco que el chico se había mantenido como shin y blandía furiosamente sus armas mientras gritaba.

 

-Claro que si. Y por eso ahora te quiero mas.-murmuro Shirogane, pero el otro ni el mundo lo hizo.

 

-Dices que me quieres…-de un tiempo hacia acá, Akira parecía muy interesado en si lo quería o no, aunque algo confuso al respecto. Si se lo decía seguido, se sonrojaba y le decía que no molestara, pero si pasaban más de seis horas sin que se lo recalcara, empezaba a ponerse de veras de mal genio.

 

-¿Lo dudas?-Shirogane le tendió la mano y creyó ganada esta nueva batalla, peores que las que tenían contra los malos, cuando el soltó sus cuchillas, pero en vez de aceptar tomarla, lo cogió por los hombros y lo sacudió.

 

-… ¡pero yo voy a ser el único que va a decidir cuando dejarte o cuando tenerte!

 

Shirogane abrió mucho los ojos. Lo primero lo esperaba, una repetición mas de lo dicho antes, como reafirmando su autoridad sobre él, pero lo segundo fue tan inesperado como el beso que lo secundo.

 

Agresiva y dominante, la boca de Akira se poso sobre la suya y la cubrió al tiempo que lo empujaba sobre la cama, y cuando él intento levantar los brazos para no lastimarse, el pelinegro lo tomo como un intento de separarse de él nuevamente, un rechazo a lo que él hacia, y le atrapo las manos por las muñecas, sosteniéndoselas una a cada lado del rostro contra el colchón.

 

Shirogane abrió la boca para dejarle paso a la lengua de Akira, que rápida recorrió su interior, colándose hasta lo mas profundo de su garganta, tan cerca uno del otro que sus flecos se entremezclaban, hebras como de plata y ébano, que solo Shirogane veía, ya que el otro tenia los ojos obstinadamente cerrados.

 

Al no encontrar más resistencia, Akira le soltó las muñecas y deslizo sus manos por el cuerpo esbelto y perfecto del ojiazul sobre la ropa, sin romper el beso y presionando su cuerpo contra él, solo buscando su cercanía pero sin detenerse a pensar por que.

 

Tenia demasiadas emociones y tan revueltas que no podía saber cual era cual.

 

En sus ansias por tocarlo, varios de los botones de la ropa del ojiazul volaron por ahí, y eso que había que agradecer que ese día no llevaba la camisa que parecía vestido y le llegaba casi a los tobillos, sino una de largo normal.

 

Con algo más de practica, Shirogane pudo desabrochar su ropa sin romperla, con lo que las prendas de ambos rápidamente formaron un montoncito junto a la cama, quedando ambos en su esplendida desnudez.

 

A Akira, Shirogane ya lo había visto así antes.

 

A veces, cuando se bañaba, iba y, umh, vigilaba un poco. Recordaba bien las formas varoniles que ahora se mostraban ante sus ojos: los músculos firmes al tacto y a la vista bajo la piel tensa, los marcados huesos de sus caderas señalando hacia abajo… solo que ahora, podía sentir lo que no veía, grande y duro, presionando contra su muslo.

 

Sin embargo, todo era nuevo frente a los deleitados ojos del pelinegro, que se recorría con ardorosa mirada la pálida piel expuesta y un poco maltratada, con moretones aquí y allá, recuerdo de las actividades toscas que tenían por las noches… yendo a pelear.

 

El ya sabia que Shirogane era guapo, pero lo que tenia frente a sus ojos, superaba con mucho sus expectativas al ser belleza pura, enmarcada como si de una obra de arte se tratase, en el marco de su cabellera expandida debajo suyo, de su larguísima trenza a medio deshacer.

 

Volvió a besarlo sin contener ya sus ansias, chupándole los labios y apretándolo contra su cuerpo cuando lo oyó gemir, abriéndole las piernas con un certero rodillazo y acomodándose entre ellas, con lo que su erección rozo el interior de las pálidas nalgas, cuyo dueño tenso el cuerpo al contacto.

 

Si, quería que eso pasara, pero no así.

 

Akira parecía perdido en su propio placer e inexperiencia, apenas le soltaba la boca por un segundo para jalar aire y volvía a besarlo, sin dar tregua con sus manos ni un momento y ahora, ya en condiciones, parecía dispuesto a seguir sin más preámbulo.

 

Haciendo un esfuerzo, el peliblanco logro romper el posesivo contacto con los labios de Akira, aunque un hilillo de saliva quedo uniendo sus bocas, intentando separarse un poco de él.

 

-No. Espera.-Shirogane la veía venir y no estaba preparado… Akira debería saberlo…

 

Aunque eso de que debía saber, era demasiado subjetivo, sobre todo en ese caso, cuando las previas experiencias sexuales del chico se habían limitado a hacerse una paja, o dos, al día, mientras fantaseaba. Y últimamente, sus fantasías estaban pobladas de cabellos como hilos de plata, que ahora que realmente podía tener, no los dejaría ir tan fácil.

 

-¡¿Qué?!-no pensaba permitir que, de nuevo, Shirogane se saliera con la suya, que lo apartara, que no lo dejara tenerlo del modo que el quería.

 

-Akira, espera un momento…-pidió el ojiazul, cuya intención no era alterar la vena insegura de chico, sino poderse lubricar antes de que se lo metiera sin mas, treinta segundos como mucho en el peor de los casos, y después lo dejaría hacerle lo que quisiera.

 

-¡No!- lastima que Akira era un ofuscado.- ¡Siempre hacemos solo lo que tu quieres! ¡Piensas que no puedo hacer ni siquiera esto, pero te demostrare que estas equivocado! ¡Esta vez lo haremos como yo quiera!-y sin decir mas, le termino de separar los muslos con las manos y se hundió dentro suyo de rápida y violenta estocada, igual que su carácter.

 

Shirogane ladeo el rostro y se mordió los labios, aunque no pudo evitar que un gemido de dolor escapara de ellos. Después de todo, lo había penetrado así, a la brava, y no bien se le hubo metido hasta lo mas hondo, comenzó la retirada, el rápido y doloroso vaivén que no podía mas que soportar en lo que punzada pasaba.

 

En cambio, para Akira, hacer eso se sentía de maravilla. Nunca hubiera imaginado que cogerse a alguien se sintiera tan bien, aunque había sido un poco menos fácil que en los videos porno, sobre todo, a la hora de meterse dentro de él, de sentir la cálida presión entorno a su pene, la sensación de poder al tenerlo sometido debajo suyo, dentro suyo…

 

También había cierto gozo sádico en haberle causado dolor. Disfrutaba de ver su expresión, del dolor que le causaba. Ese par de gotitas cristalinas temblando en sus pestañas, los labios sensuales apretados para contener sus gemidos, y su sumisión, el que no hiciera nada por defenderse de el, le pagaba las ofensas que, en su mundo interior, se imaginaba le había infligido al menospreciarlo.

 

Ahora, era el quien le demostraba lo que podía hacer, que cuando quería algo, no se quedaba a medias para conseguirlo.

 

Siguió follándose ese culito que invitaba a poseerlo con frenesí, tratando de obtener la mayor cantidad de sensaciones que pudiera de el, de saciarse de su cuerpo aunque lo veía difícil, ya que cada vez que se adentraba en el, quería mas, seguirlo viendo, seguirlo teniendo… se dio cuenta de que pronto terminaría de seguir así y tomo conciencia de lo que hacia cuando por un movimiento especialmente brusco estuvo a punto de salirse del culo del ojiazul.

 

Se detuvo al oír su gemido, dolido de nuevo, y se dio cuenta de que poco a poco los anteriores habían ido pasando del dolor al placer, incluso, las dos gotitas que aguaban sus ojos habían caído. Sin mucho comedimiento, se quito de entre sus piernas y lo empujo para voltearlo sobre la cama, de modo que quedara a gatas sobre esta.

 

Miro complacido el abierto culito del ojiazul, donde hasta hacia unos momentos había estado hundido, y al mirar hacia abajo, se topo con un hilillo de sangre que corría por el interior de uno de sus muslos.

 

En un impulso, se inclino sobre el blanco culo y lamio la piel lastimada, primero donde la curva era más abundante y sus manos habían dejado marcas violáceas al separarlas con fuerza, después, entre ellas, cada vez más cerca del dilatado agujerito, cosquilleándolo con su lengua.

 

Dejo de sobar con sus manos ambas nalgas y jalo un poco una hacia un lado, para poder maniobrar mejor, y después coló dos de sus dedos dentro del estrecho culito que hacia poco había estado gozando, girándolos en su interior sin dejar de lamer sus cercanías y el interior de los muslos.

 

Los gemidos del ojiazul se intensificaron y Akira creyó que era solo por lo que el hacia, dejando de lamer para ver lo que protagonizaba y observando por en medio de sus muslos como se masturbaba al mismo ritmo que él le metía los dedos, haciendo balancear ligeramente sus bolas en una erótica visión que el nunca se había imaginado.

 

Sintió una punzada en su miembro olvidado y escupió en su mano libre para lubricarlo. Se afianzo a las caderas del mayor y en un movimiento rápido sustituyo sus dedos por su pene, deslizándolo ahora con mayor facilidad dentro y fuera por sus propios fluidos previos.

 

Le paso un brazo por el torso a Shirogane para acercarlo a si y le lamio el cuello por entre las hebras plateadas de su cabello, que caía casi suelto a un lado de ellos, besándole los pálidos hombros y el contorno del rostro sin dejar por eso de mantener vigorosos embates dentro de él, halagado en su amor propio por que ya solo de satisfacción eran los sonidos que sus labios dejaban oír.

 

Cuando la necesidad de terminar se apodero de él, dejo de abrazarlo y le apoyo una mano en la espalda, haciéndolo pegar su pecho y rostro a la cama y mantener el culo bien en alto, dejándole ambos manos libres para que siguiera masturbándose en los últimos momentos, en los que se dedico de nuevo solo a su placer, dándole mas recio y rápido que antes, vaciándose en su interior cuando unos deliciosos apretones lo hicieron correrse sin remedio.

 

Se dejo caer en la cama, al lado de Shirogane, y lo jalo hacia él, abrazándosele de modo que no pudiera verle la cara.

 

-Akira…-el chico se hizo el desentendido, ya que no sabía que podía pensar Shirogane de él ahora que había pasado eso.

 

Al ver que no lograría nada así, Shirogane se separo un poco y le tomo el rostro entre sus manos.

 

-… te amo.-dijo, muy claro, y lo beso, mas largamente de lo que nunca antes.- ¿Aun dudas de mi?

 

El pelinegro negó con la cabeza y respondió el beso. Por ahora, podía seguir seguro.

 

 

Notas finales:

Un mes posterganso subirlo a ver si se me ocurria un mejor titulo o resumen, y eso fue todo lo que dio mi mentecilla...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).