DIEZ AÑOS DESPUES
Los primeros rayos del sol acariciaron la pálida mejilla del joven que dormía tranquilamente en el asiento. La calidez en su mejilla y la molesta luz hicieron que las largas pestañas que hasta momentos antes habían permanecido cerradas empezaran a abrirse mostrando un par de bellos ojos negros. Molesto por haberse despertado justo en la mejor parte de su sueño miro por la ventana y vio la inmensidad del cielo azul salpicado aquí y allá con pequeños montoncitos de algodón con extrañas formas. La comisura de sus labios se curvo en una dulce sonrisa, que raramente mostraba, al recordar que esa persona podía pasar horas tumbado en la playa mirando el cielo e intentando averiguar cual era la forma de esos montones de algodón. Iba a cerrar las cortinas para seguir durmiendo, quien sabe si tenia suerte podría volver a verlo en sus sueños; cuando la estridente voz de la azafata anuncio que pronto tomarían tierra y que debían abrocharse el cinturón.
Media hora después el mismo joven se abría paso entre la marea de gente que a esa hora se amontonaba en el aeropuerto esperando a abordar su vuelo, para despedir a alguien que se iba o porque como él mismo acababan de llegar. Por donde pasaba atraía las miradas de mujeres y hombre. Las primeras preguntándose donde se había estado escondiendo un hombre tan condenadamente sexy y pensando que darían lo que fuera por pasar una noche en su cama; los segundo maldiciendo que hubiera un hombre tan perfecto que parecía casi irreal, y es que nadie podía imaginarse que existiesen seres que poseyesen la elegancia felina y la sexualidad de una majestuosa pantera.
Indiferente a las miradas que lo seguían y no era de extrañar, con casi un metro noventa de piel blanquecina y el cabello negro azulado recogido en una coleta alta, un par de ojos negros y profundos enmarcado por largas y espesas pestañas, unos labios delgados y ligeramente rosados que invitaban al pecado, labios hechos para besar o ser besados por ellos, capaces de llevarte al paraíso con cada beso o hacerte arder en el infierno. La camiseta de tirantes negra con el dibujo de un felino y un letrero que decía: "¿serás mi presa?" dejaba ver unos bazos fuertes y un pecho bien trabajado, y un par de largas y torneadas piernas enfundadas en unos vaqueros desgastados (saben quien es ¿no?); agarro su equipaje, una pequeña bolsa de viaje y la maleta de su adorada cámara, y se dirigió a la salida.
Una vez fuera del aeropuerto se tomo un minuto para respirar hondo y ponerse las gafas de sol antes de tomar un taxi que lo llevara a casa.
Al abrir la puerta le extraño encontrar la casa tan silenciosa y aun más extraño era ver todo tan limpio y ordenado, casi como si nadie viviera allí. Soltando la maleta en la entrada subió corriendo las escaleras esperando encontrar todavía dormido a la persona que había extrañado durante todos esos años, pero la cama estaba vacía. Después de buscarlo por toda la casa sin éxito se dejo caer en el sillón y cogiendo el teléfono marco el número de la única persona que sin duda sabría donde estaba su dobe.
- ¿Quién es?- pregunto una soñolienta voz femenina
- Sakura sabes donde esta Naruto, no puedo localizarlo en ningún sitio.
- ¿Sasuke?
- No el hombre del saco- respondió sarcástico Sasuke- y bien ¿lo sabes?
- No, no lo se. Naruto desaparece todo los años en esta fecha durante todo el día. Al principio nos preocupamos pero como siempre vuelve al día siguiente lo dejamos pasar.
- Esta bien- dijo Sasuke con un suspiro- perdona por haberte despertado tan temprano
- No pasa nada Sasuke, seguro que Naru-chan se pone muy contento cuando sepas que has intentado contactarlo.
- ¿Sakura?
- ¿Si?
- Gracias- dijo antes de colgar.
Sakura sonrio, Sasuke-kun no habia cambiodo nada en todos estos años, seguia siento tan parco y antisocial como el día en que Naruto se lo presento hacia más de diez años. Por aquel entonces Sasuke-kun no sonreia a nadie, ecepto a Naruto, y no hablaban con nadie; bien porque no eran dignos para que él se rebajara a dirigirles la palabra o tal vez porque consideraba demabiado problemático pensar siquiera en hacerlo y preferia simplemente darse la vuelta y finguir que nadie le estaba hablando. La mayoria de la gente al toparse con el muro infrenqueable que el moreno habia levantado a su alrededor solia rendirse y volver por donde habia venido. Recordo que en aquellas ocasiones Naru-chan emepzaba a despotricar diciendole que era un teme arrogante, amargado y la lista seguia creciendo hasta que Sasuke lo callaba con un beso que dejaba a su amigo con la mirada soñadora, una sorisa de tonto enamorado y completamente rojo. Cosa que lo hacia ver tan adorable que hasta en mismo Sasuke terminaba acariciendole la mejilla mientras le sonreia dulcemente y le susurraba alguna palabra melosa, que nadie hubiera creido posible saliera nunca de la boca del moreno. Pero sin duda si habia alguien en este mundo capaz de sacar la mejor parte del señor "soy el dios del mundo y nadie me llega a la suela de los zapatos" ese era su rubio amigo. Tal vez esos dos si que se complementaban, como las dos caras de una misma moneda. Pues si Sasuke era el sentido comun que la mayoria del tiempo le faltaba a Naruto, este a su vez era la parte alegre y chispenate que le faltaba al morenos.
Ahora podia entendía a que se referia Naruto cuando aquel día bajo el gran árbol de sakura que habia en la faculta le dijo que Sasuke y él eran tan iguales y tan distintos como la luz y la oscuridad o como la noche y el día, completamente opuestos y sin embargo una no puede existir sin la otra. Naturo no podría vivie en un mundo en que no existiese Sasuke de la misma namera que este no podria existir sin el rubio.
Cuando era niña su mejor amiga Ino le habia preguntado si creia en las almas gemelas y ella se habia reido y contestado que era imposible que algo así existiese, pero al ver a Naruto y Sasuke pensaba que si algo así como las almas predestinadas existian sin duda sus dos amigos eran la prueba viviente de eso. Tras este último pensamiento volvio a quedarse dormida con una sonrisa en sus labios.
contuniara....