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Lágrima furtiva por hanasaki aiko

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Notas del fanfic:

La tenía en mente desde que vi una película, que fue de donde saqué la frase, lamentablemente no recuerdo cuál era. Espero les agrade.

Notas del capitulo:

Oh, casi me da un infarto cuando mi contraseña marcaba como errónea, lo juro. He notado que mucha gente me deja sus mails en rw, en parte para decirme cosas importantes o algo así. Gente, lo lamento mucho, no lo había notado. Si son tan amables de mandarme un mail, es más fácil que lo vea. Gracias y perdonen las molestias causadas y por causar.

"Qué triste estar frente a la persona que más amas, con quien estás destinado a estar y esa persona no sepa que eres tu."

 Aventó la décimo octava piedra al lago y el sonido de choque contra las olas solo sirvió para dejarlo más ensimismado aún. Si es que era posible. No era cierto. No ahora y no... no por piedad. No después de tanto y tantas cosas. Si, la guerra y sí su vida. Pero ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando ya estaba todo acomodado? ¿Cuándo su vida era estable? Si, tan estable como podía serlo.

 Porque Harry Potter estaba cansado de la fama, de la gloria y de las multitudes que se aventaban a sus pies como si fuera una estrella de rock más, como si de verdad fuera tan especial. Pues no, no lo era. Solo se trataba de un chiquillo más que tuvo suerte, suerte y a las personas indicadas a su lado, en todo momento.

 Ahora mismo, seis meses después de la guerra, después de que el maldito mundo mágico exigiera hasta la última gota de voluntad, sangre, lágrimas y paciencia, él estaba ahí mismo, sentado en el lugar en el que se había sentado en los últimos 7 años, cuando sentía que su existencia era solo el mal chiste de algún pésimo comediante.

 Se escuchó bufar exasperado y se revolvió el cabello, como por octava vez. ¿O era la veinteava? El caso es, que estaba harto. Y harto de verdad, no como cuando Ron no deja de roncar y él ya lleva 3 días sin dormir. No, esta vez es distinto. Esta vez es en serio. ¿Es que acaso el mundo no podía dejarlo tranquilo? ¿Es que las profecías lo amaban? O simplemente tal vez él tuviera un extraño imán para las personas tan dementes como Trelawney. Si, era probable fuera eso.

 -Hasta suena cómico-susurró con amargura.

 Una profecía más relacionada a su persona. Si ¿qué más daba? Siempre podía ignorarla ¿No? La última vez que había hecho caso a una, casi terminó muriendo a manos de un no muy cuerdo "Señor Tenebroso", con comillas, para que resalte la ironía. Ahora la situación era diferente ¿Qué en qué lo era? Ah, bien. Ahora se trataba de su vida, de su felicidad y no de la de miles de personas desconocidas, que lo único que sabían hacer bien era criticarlo.

 Que si no estaba casado, que si no debió cortar con Ginny, que si estaba descarriándose, palabras, puras y vacías palabras. Lo que no querían entender era que él no tuvo tiempo de detenerse a pensarlo, que estar con Ginny solo fue algo más que tenía que hacer. Porque era lo que se esperaba de él. Claro ¿Cómo no darse cuenta?

 Ahora mismo, seis meses después, más huraño, solitario y ¿Por qué no? Más maduro e independiente. Podía decir con toda seguridad que su vida era un asco. Había vuelto a serlo cuando ella decidiera que necesitaba joderle la vida con una profecía más. Faltaba menos.

 Y así, de la noche a la mañana, descubrió, o más bien re-descubrió que su vida es una mierda. Como si no fuera suficiente con estar enamorado hasta los huesos de Draco, ser Gay y además, un jodido Griffindor cobarde que no era capaz de buscar su propia felicidad. No, no tenía el valor ¿Y qué? Que se jodiera a quien le molestara. Porque él no pensaba cambiar ni un ápice su existencia. Ni siquiera por una maldita e inoportuna profecía.

 Tal vez una vida de soledad no fuera tan mala ¿Desde cuando era mala compañía la amargura? Sino miren a Severus, el hombre correcto, que luchó para defender al amor de su vida, que dicho sea de paso era su madre, terminó muerto y con el sentimiento de no haber logrado lo que quería. Hermoso. Hermoso.

 -Como si puedo quedarme solo como si no-volvió a murmurar molesto y aventó con más saña una roca al lago.

 -Cualquiera pensaría que quieres asesinar al calamar gigante-rodó los ojos ante su mala suerte. Draco, Oh, si, grandioso.

 -Si, no sabes, es el sueño de mi vida asesinar un calamar que podría comerme vivo-volteó apenas lo necesario para verlo-¿Necesitas algo?

 -¿Yo? Ni de broma-aún así se dejó caer a su lado de forma poco elegante-Blaise pidió te devolviera esto.

 Y le dio un libro "Artes Oscuras, ¿Recreación o enseñanza?", mismo que tomó y aventó descuidadamente en el montoncito desordenado que era su túnica. Draco frunció el ceño al ver su poco cuidado y él mismo se dejó caer en la hierba con la mirada en el cielo. Draco estaba con Blaise, sí, estaba del estar somos pareja, y él, para terminarla de joder había resultado en una extraña amistad con ellos dos.

 -Gracias-respondió casi 5 minutos después.

 Lo más frustrante de todo era que se amaban, verdaderamente. No como todas esas insulsas parejas momentáneas. No, lo suyo llevaba casi desde 3° año o incluso antes ¿Cómo competir contra eso? Ni loco se le pasaría por la cabeza. Cerró los ojos cuando el aroma inconfundible de Draco le llenó las fosas nasales y decidió sin saber qué número de decisión era esa, que valía la pena sufrir por su amor no correspondido. Él no era de esos que se meten entre dos personas. No iba a ser el 3° en discordia.

 "Y la profecía requiere que lo sea, maldición"

 -¿Ya vas a decirme qué tienes?-sentía su penetrante mirada clavada y él sonrió antes de voltear a verlo.

 -Claro que no-Nunca lo hacía, no veía porque esta vez, precisamente esta tenía que ser diferente.

 -Si, debí suponerlo-lo observó encogerse de hombros con aquella aparente indiferencia-Nunca me cuentas que es lo que te pasa, a pesar de si tienes cara de cachorro apaleado.

 -No pongo esa cara-suspiró recargándose en un brazo para verlo.

 -Es cierto-sonrió malicioso y él sintió ganas de besarlo-Pones cara de perro sin dueño.

 -Tarado-Aún así no pudo evitar que la sonrisa se colgara en sus labios.

 -Ya en serio-lo observó tan serio que sintió el impulso irrefrenable de desviar la mirada, cosa que hizo-¿Qué tienes?

 -Nada-escuchó su suspiro de inconformidad/frustración y él quiso hacer un tanto, o asentir, que era lo mismo.

 "Tengo que te amo, tengo que te necesito, tengo... que seré infeliz sin ti toda mi vida"

 Maldita Trelawney y sus estúpidas profecías mal hechas.

 Casi sonaba a mal chiste que Draco fuera su alma gemela, como si se tratara de un cuento de hadas o de uno de princesas, solo que este no tendría final feliz. ¿Cuántas almas gemelas se podía encontrar una persona en la vida? Reparó en que Draco lo estaba viendo y le regresó la mirada, preguntándose a sí mismo si Blaise era el alma gemela genuina de Draco.

 -¿Eres feliz?-preguntó antes de pensarlo.

 -¡Ah!-lo vio incorporarse y acomodarse el cabello con una mano estirada sobre la rodilla-¿Esto se trata de algún rollo existencialista y sentimental estilo "Soy infeliz"?

 -No-sonrió e incluso soltó una breve carcajada-Solo es una pregunta Draco, una pregunta cualquiera como, no se ¿Usas tangas o boxer?

 -Eres un guarro Potter-le pegó en el hombro juguetón y él volvió a carcajearse por su expresión.

 -¿Vas a responderme o no?-arqueo la ceja, un gesto sin duda aprendido de Draco.

 -Merlín Harry, no lo se-no dejó de verlo a pesar de que la mirada no le era devuelta-Si, supongo que lo soy.

-¿Eres feliz con Blaise?-intentó relajar su seria expresión para aligerar el de pronto cargado ambiente.

 -Si.

 Y a partir de ese momento la plática fue tan insustancial como pocas veces, no obstante él no lograba quitarse de la cabeza su expresión al responderle, como si aquella afirmación fuera solamente una verdad a medias, algo tipo, a pesar de todo... y no le agradó ni tantito. Solo que esta vez y tal vez para sorpresa de muchos si supieran, no decidió investigar a fondo. Porque no quería saber si era una respuesta genuina o no.

 Si, en verdad no quería saberlo. Amaba a Draco, sí. Pero no era correspondido y era mejor no supiera si de verdad no era feliz. Él jamás tendría oportunidad, si se permite el realismo aquí. Sencillamente eran demasiado diferentes. O tal vez...

 -¿...Es una excusa?

 -¿Perdona?-regresó súbitamente a la realidad.

 -Harry, no divagues-Draco lo riñó y siguió hablando... o quejándose de algo que él no estaba enterado.

 Al final terminó por dejarlo en su sala común y regresó a vagar por el castillo. Ya habían pasado 3 semanas enteras desde que supiera de la profecía y aún no tenía planeado hacer nada. Claro, todos notaban su repentina actitud taciturna, como si estuviera deprimido. Y lo estaba, no al grado de encerrarse en un cuarto y no salir en años. No, simplemente estaba deprimido y ya.

 Porque él, a pesar de su fama, de su nombre, de su dinero y apariencia (Que no estaba nada despreciable), no podía tener a la persona que más amaba. ¿Cómo había llegado a amarlo? Bueno, misterios de la magia.

Notas finales:

¡Oh! encontre el foro de Los Malos Fanfics y me quede traumada, espero no llegar o haber llegado allá nunca. Ayudame a mejorar, dame tu opinion : D


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