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“Quizás no es amor” (El nombre de la Rosa) por Natrium

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Notas del capitulo:

:) no le puse titulo al cap anterior!!

 

13

Bencio y Venancio

¿Q…Qué pasó? - se atrevió a preguntar Bencio.

Venancio no respondió ni dijo nada. Luego de unos minutos giró el rostro hacia Bencio y movió negativamente la cabeza. Estaba muy pálido y había ¿odio en su mirada?

Bencio sintió escalofríos. ¿Se habían peleado ellos? ¿Acaso Venancio podía haber matado a Adelmo?...a lo mejor discutieron y…no. Su amigo no era capaz de algo así.

- Claro que si - dijo Venancio respondiendo a su sospecha - yo lo maté. Lo maté con mis ideas. Con mi falta de fe quizás - se le quebró la voz.

- ¡Pero qué tonterías dices! - Bencio se sentó muy cerca y le pasó un brazo sobre los hombros.

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Berengario tenía su propia teoría respecto de la muerte de Adelmo, y ninguna duda. Esos dos: Bencio y Venancio estaban bien locos ¡Nunca debió dejar solo a Adelmo esa noche!, era seguro que Venancio le había hecho algo…no recordaba bien lo que le había dicho su amigo… ¡que “estaba perdido”! Venancio ya lo habría amenazado, tal vez Adelmo  quiso terminar con la relación y Venancio se enfureció, lo persiguió y terminó matándolo y arrojando el cuerpo al barranco….y Bencio estaba al tanto de todo, por eso lo había seguido y había insistido tanto con eso de la biblioteca, para apartarlo de allí, para distraerlo y que su siniestro amigo pudiera hacer lo que se proponía… ¡qué horror! Recién ahora lo veía todo claro…dejó escapar todas estas conclusiones en voz alta y ahogándose en llanto en la enfermería.

Malaquías y Severino que estaban junto a él, se miraron preocupados.

- Ya, ya, no digas tonterías - dijo Malaquías. Se sentó a su lado, lo abrazó fuerte, demasiado fuerte. Como Berengario seguía hablando lo pellizcó por debajo de las sábanas, pero él no pareció recibir el mensaje de “cierra la boca” y siguió diciendo todo lo que pensaba y lo culpable que se sentía.

- voy a prepararle algo para que duerma - propuso Severino y se retiró del cuarto.

Malaquías lo siguió con la mirada. Atento, ceñudo.

Esta vez Berengario si notó que algo anormal pasaba allí, pero no pudo saber qué…si hubiera escuchado la conversación de ambos hombres la otra noche, mientras estaba desmayado, tal vez hubiera tenido una pista. Pero no. Ese desmayo había sido real así que no escuchó nada.

- ¿qué pasa? - se decidió a preguntar.

Malaquías observó un momento más la puerta y luego sujetó las manos de Berengario con nerviosismo - escucha - dijo - a Adelmo lo arrojaron desde una de las ventanas de la biblioteca, así que deja de decir estupideces, deja de hablar de Bencio y Venancio, vas a complicarlo todo…

- Pero ellos… ¡Bencio merodea en la biblioteca de noche!

-Lo sé, pero no lo digas.

-Pero…

En ese momento Severino volvió. Malaquías se apartó bruscamente de Berengario y se puso a mirar unos libros con aire distraído.

Severino traía un recipiente  humeante y se lo entregó a Berengario.

- Ya puedes volver a la biblioteca, Malaquías.  - indicó -Este chico necesita dormir y esto lo ayudará.

- Nada de eso. Me quedo aquí.

Severino lo observó contrariado.

-¡Basta! no vayan a comenzar a discutir otra vez - explotó Berengario recordando la escena de la otra noche. Se levantó furioso y salió de la enfermería antes de que pudieran decirle nada.

-¿Cómo que a Adelmo lo habían arrojado desde una ventana de la biblioteca? ¿Qué podía estar haciendo él ahí? Bencio y Venancio volvían a ser la respuesta.

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Era fácil, muy fácil - pensaba Venancio mirando el esquema garabateado en un trozo de pergamino que indicaba cómo orientarse dentro de la biblioteca. Lo tenía en el Scriptorium, entre los libros con los que trabajaba. No era el original hecho por Berengario, ese seguía en poder de Bencio. Era una copia hecha por él mismo. La tenía para mirarla y pensar en el asunto de rato en rato. Se extrañó de no haberlo comprendido antes, ya que ahora le parecía tan simple…Tal vez los días anteriores su mente no estaba en perfectas condiciones…claro, si estaba ocupada en amar a Adelmo…Adelmo…pero se había propuesto no pensar más en él, por lo menos por un largo tiempo, hacer como si no hubiera existido, como si sólo se hubiera tratado de un sueño. De otra manera se volvería loco ¿o ya era locura esa capacidad de borrar completamente de su cabeza a una persona? A una persona que había amado tanto…se le llenaron los ojos de lágrimas y las contuvo con esfuerzo ya que estaba en horas de trabajo, rodeado de gente. Hizo el truco, borró totalmente de su conciencia el recuerdo de Adelmo y logró tranquilizarse. Entrenamiento mental lo llamaba él.

Miró de nuevo el esquema con el enigma que acababa de resolver y luego escribió una nota con tinta invisible para Bencio. Se levantó y se dirigió hacia la mesa del fondo, en la que Malaquías tenía los catálogos de la biblioteca, dejó la nota disimuladamente en la mesa de Bencio que le quedaba de paso. Se miraron apenas, un segundo.

Bencio escondió el papelito. Se veía abatido, como si hubiera sido él quien perdió a su amante. Pobre Bencio, se creía frío y calculador pero en realidad no tenía idea de cómo manejar sus emociones porque rara vez se permitía sentirlas - pensó Venancio. Se enterneció porque sabía que a él Bencio lo quería de verdad y este cariño era un punto débil para ambos. Muy débil.

Llegó hasta la mesa del bibliotecario y se puso a hojear los catálogos. Berengario que andaba por ahí, le dirigió una mirada asesina. Otro que no sabía manejar sus emociones.

-Lleva esto arriba - ordenó Malaquías a su ayudante entregándole unos libros. Vio desde lejos el semblante de Berengario y se apresuró a intervenir, lo creía capaz de ponerse a gritar cualquier cosa en medio del Scriptorium.

Berengario hizo caso y subió las escaleras calladito y a punto de llorar.

-Justo a tiempo - pensó Malaquías - ¿tú , qué necesitas? - preguntó a Venancio sin ninguna amabilidad.

- Me preguntaba si hay otra copia del libro que estoy utilizando…es tan viejo que algunas páginas no se leen bien…

- No. No hay.

Venancio se retiró y Malaquías corrió a ocuparse de Berengario. Como ya se imaginaba, lo encontró sentado en el suelo de la biblioteca hecho un mar de lágrimas. Lo tuvo abrazado hasta que se calmó un poco y luego le habló.

- Cuéntamelo todo, pero sin llorar… ¿tú estabas con Adelmo aquí la noche que…?

-¡No! Adelmo nunca subió hasta aquí, no conmigo por lo menos. Estuvimos en la capilla…ahí lo dejé con Venancio.

- ¿Y qué hacían en la capilla?

-Rezar…

Malaquías lo miró un poco incrédulo - ¿Y qué hacía Venancio allí?

- Buscaba a Adelmo…él lo trajo a la biblioteca, estoy seguro, él y Bencio…

- Qué problema…

-¿Por qué?

- No…nada, nada. No importa. ¿Por qué no vas a tu celda y duermes un poco? No estás bien.

-No tengo ganas de dormir…pero tal vez vaya a la enfermería a pedir a Severino algo para el dolor de cabeza…

-¡No! Quédate aquí, yo iré a traerte algo.

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- Me dijo que él nunca estuvo en la biblioteca con Adelmo - explicaba Malaquías a Severino en la enfermería mientras esperaban que el agua se calentara en un caldero.-Sólo los otros dos. Venancio y Bencio.

-sí. Eso ya lo sabíamos pero… ¿quieres que se lo pregunte de nuevo yo?

-¡No! No hace falta - respondió Malaquías ofuscado - sé que no me mintió .Además coincide con lo que Remigio nos dijo.

-Mnm….- Severino asintió y giró la cabeza para que el bibliotecario no lo viera sonreírse .Si uno es tan celoso, mejor no relacionarse con jovencitos - pensó - siempre traen problemas. Notó que el agua estaba a punto de hervir y arrojó unas hierbas. Apagó el fuego.

 - Deberías tomar un poco de esto tú también, Malaquías, es para los nervios. - explicó.

- Si. Creo que todos en la abadía deberíamos tomar una taza de esto hoy.

Severino asintió riendo y sirvió un poco para cada uno.

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Bencio decidió que se retiraba a su celda para leer cuanto antes la nota de Venancio. No sabía cuán importante podía ser. Comenzó a acomodar las cosas en su mesa. Vio que Malaquías, que había salido hacía un momento, regresaba trayendo cuenco humeante. Sus ojos se encontraron un segundo y los del bibliotecario relampaguearon. Se acercó hasta la mesa de Bencio con una sonrisa extraña y dejó sobre ella un montón de papelitos rotos. Se alejó en silencio y subió las escaleras rumbo a la biblioteca.

Aquellos eran, por supuesto, los restos del papel que Berengario le quitara noches atrás en la biblioteca. Así que Malaquías ya lo sabía todo… ¿eso había sido una amenaza? ¿Le habría dicho algo al abad? No…era una declaración de guerra. Malaquías estaba enterado de todo y apoyaba a Berengario. ¡Maldito viejo lujurioso!

Bencio guardó los papelitos y se dirigió a su celda. Allí encendió una vela y acercó a la llama la nota de Venancio. La desplazó de izquierda a derecha varias veces hasta que por efecto del calor comenzaron a dibujarse las letras escritas con tinta invisible.

“Te espero esta noche donde ya sabes”

Era lo único que decía….bueno, tendría que esperar…se había apurado tanto para nada.

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Bencio y Venancio se encontraron esa noche en la puerta de la cocina. Ya todas las luces estaban apagadas.

Bencio le enseñó a su amigo los papelitos que le había dejado Malaquías sobre la mesa y le relató las circunstancias .Venancio escuchaba sonriente, en ese momento no se veía en él ni una sombra de tristeza.

Bencio terminó de hablar y lo miró interrogativamente. Venancio apoyó las manos en sus hombros.

-Que Malaquías amenace cuanto quiera. Ya lo descifré. Esta misma noche vamos a recorrer la biblioteca-laberinto completamente y luego…dejaremos pasar un poco de tiempo, que las aguas se calmen y podremos dedicarnos a leer todo lo que se nos de la gana.

-…Venancio tú… ¿estuviste con Adelmo en la biblioteca?

-No.

-Es solamente otra amenaza ¿verdad? Eso que dicen, que a Adelmo lo arrojaron desde una ventana de la biblioteca. Es una advertencia para nosotros…”dejen de ir allí o puede pasarles eso”

-Pienso que si. Que es una advertencia en general, no para nosotros dos. Adelmo no se cayó de ahí, eso es evidente para cualquiera. Esas ventanas llevan siglos sin abrirse.

-Eso es lo que yo pienso también…pero… ¿dices que se cayó?

- ¿Quién iba a empujarlo y por qué?

-Pues Berengario, celoso de que él hablaba con nosotros…contigo. Pero yo seguí a Berengario hasta que se encerró con Malaquías. Sé que no lo hizo.

-¿Y tú? ¿Acaso no estabas celoso?

-¡No! ¡Venancio, qué dices! - Bencio lo miró asustado ¿lo preguntaba enserio?

Pero Venancio sonreía. Le rodeó la cintura y lo atrajo hacia sí.

-Tonto - le dijo, y le dio un besito cerca de la oreja - Ya te dije que fui yo.

- Pero…metafóricamente ¿No?

Venancio lo abrazó muy fuerte y se rió contra su hombro. Luego tomó el rostro de Bencio y lo besó en la boca largamente. Bencio no se oponía, su cuerpo fue poniéndose laxo y se apoyó completamente en su amigo. Sentía que estaba desmayándose sobre Venancio y le encantaba…

Venancio interrumpió l beso y sin apartarlo ni soltar el abrazo le dijo mirándolo muy serio:

-No te enamores de mí.

-Jamás perdería mi tiempo en algo tan ilusorio como “el amor”. - respondió Bencio igual de serio.

-Me alegra escuchar eso - dijo Venancio y volvió a besarlo. Esta vez la boca, el cuello, el pelo…-Y no sientas demasiado cuando te beso o cuando te abrazo - murmuró.

- No lo hago - contestó Bencio y sujetó ahora él la cabeza de Venancio para besarlo en la boca.

Sus cuerpos muy juntos se ondulaban acariciándose uno contra  el otro en cada punto en el que se tocaban. Venancio giró apoyando a Bencio contra la pared y separó su torso de él aunque sus caderas seguían en contacto sosteniendo a Bencio en su lugar.

 - Y nunca pierdas el control -dijo agitado.

- Jamás - respondió Bencio con la voz muy tranquila, aunque por el calor que sentía en el rostro sabía que estaba absolutamente ruborizado. Agradeció que estuviera oscuro.

Venancio sintió la sangre palpitando en la cintura de los dos, y sintió también que no pasaría nada más. No le haría eso a Bencio…lo había hecho con Adelmo y ahora estaba muerto… ¿castigo divino? tonterías…

- Bueno… - dijo - ¿vas a quedarte aquí refregándote como un gato contra mis piernas o vamos a entrar en la biblioteca?

- lo segundo, por supuesto.

Bencio lo apartó sonriendo.

 

Notas finales:

que raros son estos dos!

Penitenciagite!!!!!!!!


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