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Amor Rojo Sangre por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Naruto y todos sus personajes, no son míos, son de su creador y blablabla.

Notas del capitulo:

Hola ^^

Aquí se reporta Kitsu la Kyuubi, con un nuevo trabajo, para celebrar Hallowen. Es un poco cliché, pero me gustó como me quedó el primer capítulo.

Espero que les guste.

 

 

Tokio, finales de octubre.

 

El viento hacía volar las hojas caídas en ese lluvioso día, plagado de los colores terrizos de otoño, haciendo aún más sombrío, ese atardecer. Un joven de rubios cabellos, caminaba ausente por la calle, con las ropas y el cabello empapados, y perdido en sus pensamientos.

 

Su padre le había dado la noticia, hace unas horas, de que se trasladaban por motivos de trabajo a Konoha, una región muy apartada y rural para el moderno Naruto. Su padre conseguiría el ansiado puesto de Hokage que había querido toda su vida, pues a pesar de vivir en Tokio, Konoha era el lugar de nacimiento de ambos Namikaze, aunque Naruto era demasiado pequeño cuando se fueron de ese lugar, tras el trágico fallecimiento de su madre en un accidente de tráfico.

 

Caminando sin rumbo, Naruto no se percató de que se acercaban varios adolescentes en grupo, charlando animadamente y con clara felicidad, pues se trataba de un gran número de estudiantes en un viaje de estudios por la capital nipona.

 

Un súbito golpe seco contra alguien, lo lanzó de culo al suelo, sacando al de ojos azules de su estupor y haciendo que mirara hacia arriba, aún abatido, pidiendo disculpas con voz tenue y autómata.

 

-Lo siento mucho. No miraba por dónde caminaba.

 

Sus ojos tristes se encontraron con el ser más hermoso que había visto en su vida, de cabellos negros y algo largos, ojos tan oscuros y misteriosos como la noche y piel blanca, casi traslucida. El bello ser, no dijo nada, tan sólo bufó y se alejó junto con sus compañeros, sin decir palabra alguna...llevándose el corazón de Naruto con él.

 

Anonadado, el rubio sólo pudo negar con la cabeza y suspirar deprimido, definitivamente, hoy no era precisamente el mejor día de su vida.

 

Al final, como sólo tenía dieciséis años, Naruto no pudo convencer a su padre de que podía arreglárselas sólo, y tuvo que despedirse de sus buenos amigos, tomar todas sus posesiones y marcharse a Konoha, a su pesar claro está.

 

Por motivos de la mudanza, Naruto no asistió el día siguiente de su llegada al pueblo, al instituto del mismo, el  Hoja Verde, nombre ridículo para el parecer del rubio, que se imaginó que todos serían sosos y aburridos. Cuando su padre se marchó a su nuevo trabajo, un deprimido muchacho, salió a dar una vuelta por el lugar, tan verde como solitario, pues la casa de su familia estaba a las afueras del pueblo, al lado de un frondoso y tupido bosque.

 

-Ahora sólo me falta perderme y que me coman los lobos.-rió amargamente el rubio, pensando irónicamente que sería la guinda para el pastel, estando como estaban a 31 de Octubre, víspera de Hallowen.

 

Por fortuna, no se perdió ni nada, y bueno, no era muy seguro que hubiera lobos cerca, pese a ser un pueblo rodeado por montañas, ya que se suponía que ya no existían lobos en Japón, desgraciadamente.

 

 No había casas cerca, por lo que el chico caminaba sólo  y mirando atentamente a su alrededor, pese a su desgana de inicio, pues el joven de ojos azules, era un chico que sabía mirar lo positivo de las cosas, y el lugar era muchísimo más bello de lo que había imaginado, con verdes prados, bosques vivaces y flores por doquier.

 

Agradeciendo el sol que calentaba su piel, pese a estar en otoño, el rubio se dejó caer en un lugar cálido y rodeado de flores, mirando soñadoramente las nubes y dejando su mente en blanco, quedándose dormido al instante, por primera vez en días.

 

Al despertarse, aterido de frío, se sobresaltó al ver que era de noche. Acercando su nariz y sus ojos al reloj, pudo comprobar que había dormido muchas horas, pues casi era la medianoche.

 

-¡Waaa!-chilló sorprendido el chico.-Mi padre me va a matar, dattebayo.

 

-Eso será si no te mato yo antes.-dijo burlona, una voz desconocida a su oído, casi infartando al pobre Naruto.

 

Con el corazón a mil por hora y el susto metido en el cuerpo, el de ojos azules se volteó al oscuro lugar dónde venía la voz desconocida, vislumbrando unos brillantes ojos rojos y el brillo de unos blancos colmillos, gracias a la luz de la luna llena.

 

-Espero que aún esté soñando.-murmuró el rubio, dando varios pasos hacia atrás.-Porque si no, estoy verdaderamente jodido, dattebayo.

 

El vampiro sólo lo miraba lleno de diversión, dejando que su largo cabello  negro, ondeara alrededor de un rostro estremecedoramente hermoso, mirando ávidamente a su presa...hasta que se percató de que le era levemente conocida. ¿Rubio y de ojos azules? Eso no era usual en el pueblo y sus cercanías, y le dejó una leve molestia. ¿No le había hablado su hermano menor de un joven así, días atrás? El chico parecía tener unos dieciséis años, y su hermano había llegado de Tokio hablándole de un joven que podía llegar a ser peligroso  para él.

 

Acercándose del todo al paralizado y horrorizado Naruto, el vampiro olisqueó delicadamente su cuello y comprendió que era el mismo chico del que su hermano había hablado, pues su sangre era tan rara como codiciada, ese chico era un Namikaze, hijo seguramente del nuevo Hokage de la aldea, Minato Namikaze, el príncipe de los vampiros sangre pura.

 

-No lo toques.-susurró una voz enojada  y escalofriante, que el vampiro, reconoció como su hermano pequeño.-Él no es para ti.

 

Con una sonrisa divertida, el mayor volteó su rostro hacia su hermano, que le miraba aterradoramente, con sus ojos tan rojos como él y sus colmillos al descubierto y siseando amenazante.

 

-No tenía pensado hacerlo.-contestó el mayor, tocando levemente la piel del rubio, que se desvaneció al momento.-Él es alguien especial para nuestra familia, y sé que lo has estado esperando muchos años, Sasuke.

 

-Me alegro de que lo comprendas, Itachi.-gruñó el azabache menor.-Ahora lárgate, que yo lo llevaré a su casa.

 

Sasuke tomó rápidamente el cuerpo más ligero del rubio, casi arrancándoselo de las manos a Itachi, que rió entre dientes al ver a su hermano alejarse con su premio.

 

-Ahora que sabes que el chico que te llamó la atención en Tokio, es el mismo que es tu prometido desde su nacimiento, eres muy divertido, ototo.-susurró Itachi muy feliz, porque se imaginaba que ahora su hermanito pequeño tendría que salir de su cascarón y luchar por lo que era suyo.-Pero no lo tendrás muy fácil, mi hermanito bobo, este chico es un doncel de los Namikaze, vampiros sangre pura, y muchos querrán arrebatártelo, pese a que legalmente te pertenezca.

 

El chasquido de una rama, justo a su lado, sobresaltó al azabache mayor.

 

-Veo que ya has conocido a mi hijo.-dijo una voz ronca y divertida, que el moreno reconoció al punto como de Minato Namikaze.

 

-Si, pero ha sido muy descuidado de tu parte no explicarle que podría correr peligro si salía de casa de noche.-contestó Itachi riéndose.-Y veo que tampoco sabe que eres un vampiro...como él.

 

-No, no lo sabe, y tardará en saberlo si está en mi mano.-dijo el rubio seriamente.-Su madre se sacrificó para volverlo completamente humano y darle una vida sin peligros, pues Naruto no es sólo un vampiro sangre pura...es la reencarnación de Kyuubi, el vampiro legendario.

 

-Lo sé, como todos  los Uchiha lo sabemos, Minato.-dijo el moreno, tan serio como el rubio.-Pero tarde o temprano, el resto de los clanes lo descubrirá...y querrán casarse con él.

 

-Si tú hermanito no es listo y se esfuerza, puede que lo logren.-dijo el rubio, algo más animado.-Naruto no es sólo una cara bonita, tiene un carácter tremendo y sabe pensar por sí mismo...No te imaginas cuanto me costó traerlo a Konoha.

 

-Si que me lo imagino.-suspiró Itachi riéndose, con su estúpido y rebelde hermanito en la mente.- ¿Cómo has logrado vivir tantos años lejos de Konoha, y que Naruto no te descubriera?

 

-Fácil. Con trasfusiones constantes de sangre.-dijo el rubio con una sonrisa.-Comida es comida, aún si no la metes en la boca. Tenía una buena amiga en el hospital y le dije que tenía una rara enfermedad de la sangre, y que necesitaba constantes trasfusiones. Y ya sabes, teniendo dinero, es todo más fácil.

 

-Es cierto.-respondió el azabache mayor.-Pero ha sido una idea muy inteligente, para venir de ti.

 

El rubio frunció el ceño, enojado, y el azabache se echó a reír con ganas.

 

-Te extrañaba, Namikaze.-rió dándole una palmada en la espalda.

 

-Yo no, Uchiha.-rió el rubio, devolviéndole la palmada.

 

-¿Ya estás mejor, Minato?-se interesó el moreno.-Sé que perder a la compañera de vida, no es algo muy bueno.

 

-Si, ya estoy mejor.-contestó el rubio, mirándolo a los ojos y con una sonrisa. Cuidar de Naruto, me ayudó a recuperarme.

 

Ambos vampiros se quedaron en un cómodo silencio, mirando la luna.

 

-¡Ehh, Namikaze!-exclamó Itachi, sobresaltando al rubio.-No te quedarán algunas bolsas de sangre, por casualidad. ¿Verdad?

 

-Estás de suerte, amigo, he venido con provisiones.-rió el de ojos azules.-Y me mandarán algunas más cada semana, ahora soy un vampiro comodón.

 

-Pues vete pidiendo el doble, amigo.-dijo el moreno abrazándolo.-Porque te visitaré a menudo.

 

Cuando el rubio se iba a reír, un extraño escalofrío los recorrió a los dos, por dónde sus manos se habían tocado, llenándoles de incredulidad y sorpresa.

 

-¡No puede ser posible!-chilló el rubio alarmado.- ¡Es casi un milagro encontrar la pareja de vida de nuevo, después de haberla perdido una vez!

 

-Dímelo a mí.-suspiró el moreno en pleno shock.-Que nunca he tenido pareja...y nunca pensé que fuera a ser un hombre.

 

Minato no tuvo más remedio que sonreír al oír las palabras de Itachi, aún impactado por la sorprendente conexión que se había establecido entre ellos, que se conocían desde siempre, ya que eran amigos de toda la vida.

 

-Bueno, después de todo, yo también soy un doncel.-dijo Minato, guiñándole un ojo a Itachi, que se ruborizó furiosamente, porque lo había olvidado completamente.

 

-Mi madre te amará.-suspiró Itachi, el solterón compulsivo.-Y mi hermano me odiará más que antes.

 

Minato sonrió hermosamente, alborotando las hormonas de Itachi, que maldijo su suerte al sentir en sus propias carnes lo que su hermano sentía por el hijo de su perdición.

 

-Esto va a ser problemático.-suspiró Itachi, para júbilo y diversión de Minato.

 

Realmente, la cosa se ponía interesante para los Uchiha y los Namikaze.

 

Continuará...

 

 

 

Notas finales:

Bien, ahora que ya lo han leido.¿Qué les pareció? XD,ya avisé que era cliché, pero se me metió en la cabeza y no pude cambiar el rumbo de la historia T.T

Espero de corazón que les gustara.

Besitos y un abrazo.

Sasukitsu la Kyuubi.


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