El dolor era palpable en la persona sentada en el café medio vacío. Sus ojos azules estaban empañados por las lágrimas no derramadas y el dolor, sobre todo el dolor. Sus cabellos rubios estaban todos revueltos de tanto mesarse los cabellos, buscando una solución que no aparecía.
La causa era una pelea que había tenido hace unas horas con la persona que estaba saliendo. En realidad había sido más bien un monologo, dónde él había gritado y el otro había permanecido en silencio y sin alterarse ni un poco. Después de unos minutos en tenso silencio, su novio había salido de un portazo de la habitación, dejando destrozado al rubio de ojos de cielo, que cayó de rodillas al suelo y gimió desgarradoramente.
No, no te vayas, aún quedan palabras
Mil frases del alma y entre ellas no estaba el adiós
Espera por Dios
Falta besarte más, acariciarte,
Además hay promesas de esas que hay que cumplir
No te puedes ir
Todo había comenzado por una llamada que el rubio había recibido, de parte de una de sus amigas más queridas, Hinata, que le había dicho que había visto a su novio en compañía de una joven en un restaurante, junto con lo que parecían los padres de ambos, pues los padres de su novio habían asistido junto con otra pareja de su edad y la chica, que parecía ser muy joven.
Rompecabezas sin piezas
Los planes, los sueños que apenas comienzan
Esto es un error, nadie más va a poner en tu boca su amor
No como yo
Naruto, que estaba en su trabajo de medio tiempo, había pedido disculpas por marcharse de improviso, por suerte su jefe no le había puesto ninguna traba. Corriendo, se había dirigido al restaurante que su amiga le había dicho, que estaba a pocas manzanas de dónde se encontraba, enfrentándose allí a sus peores temores. Sasuke estaba en lo que parecía una cita para casarse. Naruto sintió que el suelo temblaba bajo sus pies.
Te amo sin miedo, te amo cobarde
Te amo sin tiempo, te amo que arde
Lo sé, te perderé
Te amo dormido, te amo en silencio
Te amo mi vida, te amo lo siento
Y no hay nada que yo pueda hacer
En cuanto cruces la puerta te voy a perder
Devastado, el joven rubio retrocedió sobre sus pasos y regresó a su trabajo, para intriga y extrañeza de su jefe, que sólo encogió sus hombros y lo dejó pasar. Su empleado parecía muy desanimado y triste, pero no se atrevió a preguntarle por qué, después de todo no era de su incumbencia. Naruto pasó las tres horas más largas y tristes de su vida, sonriendo de manera vacía y atendiendo en el supermercado en el que trabajaba.
Sintió alivio cuando su tiempo terminó y pudo marcharse a su casa, dónde lamería sus heridas y curaría su alma destrozada...pero en la puerta de su apartamento le esperaba el hombre que amaba y que él sentía que le había traicionado.
Palabras heridas y amargas habían salido de su boca, paralizando el saludo que Sasuke estaba a punto de darle y motivando la marcha de este, dejando roto de dolor a Naruto.
No te vayas aún, el café no está listo
Yo sé que no has visto de mí lo mejor
Espera por favor
Falta besarte más, acariciarte
Además de mil cosas que no son hermosas sin ti
No te puedes ir
La casa entonces le había caído encima y salió sin rumbo hasta dar con el café dónde se habían declarado, después de conocerse durante más de la mitad de su vida, ya que eran amigos desde el pre escolar, siempre compañeros y rivales...hasta ser algo más.
Rompecabezas sin piezas
Los planes, los sueños que apenas comienzan
Esto es un error, nadie más va a poner en tu boca su amor
No como yo
Miles de imágenes, tan queridas y preciadas, como dolorosas en este momento, pasaron por su cabeza.
Su declaración de amor, en la que ambos habían tartamudeado como colegialas enamoradas y reído ante la verdad de los sentimientos de ambos, mutuos y hermosos.
Su primer beso, y el más preciado por el rubio, que había sido suave y dulce, como el roce de una mariposa en los labios.
Su primera vez, en el apartamento del rubio, que no tenía padres y siempre había vivido sólo, en donde la inexperiencia de ambos había luchado contra el deseo y había dejado una experiencia única e inolvidable.
Su primera cita después de salir juntos, por las calles de la ciudad y hasta el parque de atracciones, dónde el joven azabache le había malcriado y mimado de forma maravillosa.
Su primer aniversario, hace más de siete años, y bueno, el resto de ellos, que siempre habían sido maravillosos, pues el frío Sasuke sólo se mostraba tierno ante su novio, aún cuando casi nadie supiera que en realidad estaban saliendo, pues para la mayoría de la gente que les rodeaba sólo eran buenos amigos, los mejores...aún cuando fueran mucho más que eso.
Te amo sin miedo, te amo cobarde
Te amo sin tiempo, te amo que arde
Lo sé, te perderé
Te amo dormido, te amo en silencio
Te amo mi vida, te amo lo siento
Y no hay nada que yo pueda hacer
En cuanto cruces la puerta te voy a perder
No supo cuanto tiempo estuvo con un café sin empezar en las manos, ya frío como el hielo. Tan sólo cuando la camarera le avisó que estaba próximo el cierre, Naruto reaccionó, sonriendo apenado a la joven y saliendo de inmediato del local, sintiendo que su vida no merecía la pena y que todo su mundo se había destrozado.
Te amo sin miedo, te amo cobarde
Te amo sin tiempo, te amo que arde
Lo sé, te perderé
Te amo dormido, te amo en silencio
Te amo mi vida, te amo lo siento
Y no hay nada que yo pueda hacer
En cuanto cruces la puerta te voy a perder
Te voy a perder
Sus pasos resonaban en la solitaria calle, pues ya eran más de las doce de la noche de un martes, la gente estaba en sus casas descansando o durmiendo, tal y como debería estar él, que tenía clase en la mañana temprano...mas no importaba nada de eso en ese momento, el momento más doloroso desde el fatídico día en que había perdido a sus padres en un accidente de tráfico, viéndose totalmente sólo en el mundo.
Tan sólo la presencia constante de su mejor amigo, su ahora ex novio y amante, había salvado de la desesperación al rubio, desesperación que ahora regresaba multiplicada por cien, llenando su cabeza de ideas nada esperanzadoras.
Dormir, si, dormir y nunca más despertar, pues nada bueno le esperaba en esa vida. Si, tan sólo tranquilidad y paz eterna necesitaba. Un sueño que nunca terminara en el que estuviera por siempre junto su adorado teme, dónde el dolor y la traición no tuvieran cabida, dónde la dura realidad no existiera, dónde pudieran estar juntos para siempre.
Sumido en esos nada sanos pensamientos, el rubio no se dio cuenta de que lo estaban siguiendo...pero tampoco le importaba realmente. Una mano gruesa y blanda le tomó del brazo, estallándolo contra la pared de un establecimiento, y dejándole aturdido, para después arrastrarlo a un callejón.
Al principio pensó que quería robarle, pero pronto comprendió que no, que ese bruto y mal encarado hombre, tenía pensado violarle...pero no le importó. Cuando el desdichado empezó a rasgar su ropa, el rubio no se defendió, ya que un muerto ni siente ni padece y él estaba muerto por dentro.
El sonido de un golpe y un gemido chillón, igualito al que hace un cerdo antes de ser degollado, hicieron salir al rubio de su trance. Aturdido, y en la parte más oscura del callejón, notó que alguien había acudido en su ayuda.
-Gracias por salvarme.-musitó levantándose e intentando cubrir su cuerpo con la ropa desgarrada.
-¡Ni gracias ni ostias!-gritó una voz sumamente conocida.- ¿Eres estúpido o qué, dobe?
-¡Sasuke!-exclamó el rubio sorprendido.
El azabache lo tomó del brazo y lo arrastró hasta su coche, que estaba abierto de par en par y en mitad de la carretera. Enojado y con ganas de matar a alguien, empujó al rubio al asiento y cerró la puerta, caminado con pasos fuertes y enojados hacia el asiento del conductor, cerrando la puerta de un fuerte golpe.
-¿Qué haces aquí?-murmuró el rubio sin mirarle, con el corazón en llaga pura.
-Buscándote, maldito estúpido.-gruñó el moreno, apretando el volante hasta que los nudillos se le pusieron blancos.-Llevo horas buscándote por toda la ciudad...hasta que te encontré a punto de ser violado por ese desgraciado, al que espero haber matado, desde luego.
-¿Y con qué fin?-preguntó el de ojos de cielo desganado.-No tiene caso que me busques.
-No seas tonto, Naruto.-siseó Sasuke furioso.-Si me fui antes es por no querer decirte algo de lo que después me arrepintiera, no porque hubiéramos terminado...
-¿A no?-se sorprendió el rubio, mostrando alguna emoción que no fuera el desinterés de las últimas horas.
-No, cabeza de chorlito.-murmuró el de ojos negros, respirando hondo para calmarse.-Tú y yo no hemos terminado nuestra relación en ningún momento, por no decirte que estás equivocado en todo lo que creíste ver, esa comida fue una comida con mis padres y los padres y la prometida de mi primo Obito. Puro compromiso ineludible, dobe estúpido.
Naruto sintió que su corazón volvía a la vida y el calor regresó a su cuerpo frío, haciéndole volver a sentir algo.
-Y lo más absurdo del caso es que les conté la verdad a mi familia y saben lo nuestro.-gruñó el azabache enojado.-Por lo que no hay marcha atrás, Naruto.
El de ojos de cielo sintió que su vida volvía a tener sentido, después de todo.
-¿Y cómo se lo tomaron?-preguntó suavemente.
-Pues muy bien, dobe.-dijo con un deje de diversión.-Yo creo que llevaban años sospechando de lo nuestro.
-¡Cuánto me alegro!-exclamó Naruto dichoso.-No soportaría que Miko-chan y Fugaku-san me odiaran...
-Al contrario...Mi madre me dijo que serías una esposa estupenda y mi padre que no jugara con tus sentimientos. Están felices de que te tenga a mi lado, dobe.-resopló Sasuke algo ofendido.-Para cuidarme, según dijeron.
-¿A dónde me vamos, teme?-preguntó Naruto cuando pasaron su calle de largo.
-A mi casa. Mis padres insisten en que vivamos todos juntos, ya que están felices de que su frío hijo menor tenga alguien que le aguante desde hace años.-volvió a resoplar el azabache, haciendo que Naruto sonriera dulcemente y diera gracias a Dios por la suerte que tenía.
Sasuke aparcó el coche en el enorme garaje que estaba en un costado de la mansión familiar, pues los padres de Sasuke, Mikoto y Fugaku Uchiha, por no hablar del hermano mayor de Sasuke, Itachi Uchiha, eran una familia muy importante y adinerada.
El moreno tomó delicadamente a su pareja del brazo y entraron en la gran casa, dónde un preocupado Fugaku y una ansiosa Mikoto les esperaban.
-¡Naru-chan!-chilló la hermosa mujer, corriendo hacia el rubio para abrazarlo.-Estaba muy preocupada por ti. Sasuke nos llamó para decir que iba a tardar, ya que no podía encontrarte por ningún lado.
-Perdón, Miko-chan.-musitó Naruto arrepentido.-Tuve una pelea con Sasuke y me fui a dar un paseo para calmarme.
-¿Y qué le has hecho a tu pareja, hijo?-preguntó Fugaku con el ceño fruncido.
Sasuke suspiró con resignación, sabedor de que sus padres amaban al joven rubio muchísimo cuando pensaban que sólo eran amigos, pero que ahora era un amor ferozmente protector...incluso con su propio hijo y pareja del mismo.
-Fue un malentendido, Fugaku-san.-musitó el rubio ligeramente ruborizado y con una hermosa timidez, que deslumbró a los encantados padres de su novio.
-¡Qué lindo!-chilló la mujer morena, abrazando a Naruto. Mientras el padre de Sasuke sonreía y le daba una palmada en la espada a su hijo, como felicitándolo por tener tan hermoso novio.
-Ahora que ya estáis de vuelta, mi esposa y yo nos retiramos a dormir.-dijo Fugaku calmadamente, mientras su esposa besaba al rubio y acariciaba el pelo de su hijo menor.-Buenas noches.
Cuando los dos novios se quedaron solos, Sasuke suspiró y Naruto se ruborizó aún más.
-Siento mucho las molestias que te he causado, teme.-musitó lleno de arrepentimiento el de ojos de cielo, sin atreverse a levantar su mirada del suelo.
-No te preocupes, me lo cobraré ahora.-ronroneó el azabache malicioso.
Naruto levantó la cabeza como un resorte, mirando directamente a esos ojos negros llenos de deseo y diversión, escandalizados.
-¡Pero si estamos en casa de tus padres!-exclamó sorprendido.
-Si, pero nuestros aposentos están muy lejos de los suyos...y podemos hacer lo que queramos.-rió seductor el de ojos oscuros.
Sin dejarle decir ni una palabra más, tomó por asalto la boca de su novio, al mismo tiempo que lo cogía en brazos, haciendo al rubio devolverle el beso y rodear con sus brazos el cuello de su pareja, que llevó al rubio hasta su habitación, que era la que ambos compartirían desde ese momento.
Con suavidad y ternura, teñida de su amor por el chico que tenía en brazos, Sasuke depositó con reverente dulzura al de ojos de cielo en la cama que desde ese instante compartirían, la cama que había guardado sus sueños con el rubio, sus suspiros dormido, susurrando el nombre del ser amado, sus esperanzas e ilusiones. Todo lo que el azabache despierto no admitiría nunca, porque Naruto era parte de su ser, su otra mitad, quizás la más hermosa...
-Te Amo.-musitó mirando esos ojos celestes, cubriendo su rubor y su cara enamorada en la oscuridad de la habitación.-No sabes cuánto...
-Como Te Amo, yo.-dijo el rubio con los ojos llenos de lágrimas.-Sin ti me moriría...
Un beso selló su promesa de amor.
Continuará...