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La historia del rey y el esclavo. por EmilySan

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Notas del capitulo:

Aquí está la segunda parte del Chapter I.

El chapter I acabará en una tercera parte :)

Deseamos que os guste!!

Mientras en aquel salón en el que aún estaban el Consejero y el Oficial del Ejercito del Rey un silencio incómodo se hizo nuevamente hasta que el pelimorado decidió hablar.

Kurai: Estaréis contento, ¿no, principito? – Comentó soltando una pequeña risita para luego acercarse a él – Por fin podréis reinar en este maravilloso reino en el que reinó su padre durante tantísimos años… - Todo aquel tono con el que decía aquello parecía en forma de burla pero el joven Rey ya estaba acostumbrado de ello, al fin y al cabo casi siempre le hablaba de esa forma antes de estar en ese puesto – La verdad es que siento celos de ese esclavo, ¿no piensas lo mismo que yo mi querido Rolan? – Comenzó a reírse para luego girarse y de nuevo dejando al vuelo aquella capa dirigirse hacia la salida – Volveré mañana mi preciado rey, no lo olvide a la misma hora de siempre…

Cuando los guardias se llevaron al esclavo el rey los estuvo observando disimuladamente hasta que estos desaparecieron del salón donde se quedó con sus dos más fieles hombres, sintió como el ambiente estaba un poco tenso supuso que se debía al regalo que había recibido. Era como si al final la aparición del esclavo más que un regalo fuera todo lo contrario, pero no iba a darle importancia al asunto o al menos no por el momento, pues quería conocer al joven y demostrarle que era mucho mejor que sus anteriores amos. 


Yami al escuchar los comentarios de su general los ignoro completamente, no le importaba como se sintiera el de cabellos morados, después de todo había sido este el que le había regalado el esclavo si en esos momentos se arrepentía de ello no era su culpa, sino del general por haberle ofrecido esa persona como regalo.


Mientras tanto Rolan observaba a los otros dos hombres, no estaba del todo seguro si debía o no hablar por eso se mantenía en silencio y observando todo lo que pasaba. Cuando escucho la pregunta del general del ejército se tensó un poco, era cierto que había sentido celos también no le gustaba que una persona de tan poca clase y rango pudiera estar tan cerca de su rey, pero tampoco le podía contradecir del todo a este. Así que continuo en silencio viendo como el de cabellos morados abandonaba la sala, para después girarse a mirar a su majestad que se empezaba a alejar lentamente.


Rolan: Su majestad – llamo al rey mientras se le acercaba rápidamente colocándose a un lado de este, iba a decirle algo más pero se quedó callado al ver el serio semblante de su señor, que se detuvo a los pocos pasos para girarse a mirarlo.


Yami: Estaré en mis aposentos, me gustaría que nadie me molestara a menos que se trate de algo de vital importancia, ¿comprendiste? – le ordenó, recibiendo a los pocos segundos una afirmación con la cabeza por parte de su consejero, tras eso continuo caminando para abandonar la sala.


El esclavo por fin había sido dejado en aquellos aposentos y los guardias se habían ido, pero no podía dejar de mostrar una mueca de rabia ya que pensaba que le dejarían sin ataduras, pero al parecer era lo contrario, éstos volvieron a atar al joven moreno ahora a la cama del rey y lo dejaron apenas con la ropa interior para hacer una “estupenda broma” que solo haría ridiculizarlo más, ¿y qué? ¿qué importaba aquello?


Esperó unos minutos más, sus ojos se cerraban, no podía evitarlo, últimamente había estado muy atareado con los sucios trabajos que les hacían hacer a los esclavos en aquel lugar donde los vendían y ahora que por fin parecía tener un poco más de tranquilidad era inevitable estar en aquella situación.



De repente el moreno se sobresaltó al escuchar la puerta abrirse, pero esta vez no eran guardias ni mucho menos fieles, sino el mismo rey en persona, lo que hizo que al moreno se le dibujase una sonrisa pícara en los labios.


Ryuzaki: ¿Habéis visto majestad? Tal y como prepararían a alguien a punto de recibir un castigo, aunque en este caso a manos del rey, ¿debería alegrarme por eso? – Comentaba mientras soltaba una pequeña carcajada y luego giraba su cabeza para mirar al frente – Seguro que ese par le dan muchos dolores de cabeza majestad… - Dijo en un tono divertido ya que estaba seguro de que aquello era cierto.


Al entrar a la habitación le pareció un poco raro no encontrar inmediatamente al esclavo por esta, cuando dio unos pocos pasos más fue cuando se lo encontró sobre su cama vistiendo solamente la ropa interior. En cuanto vio eso solo pudo pensar en que los guardias que habían llevado al joven recibirían un castigo por lo que acababan de hacer; sus pensamientos fuero tras eso interrumpidos por la voz del joven dorado, lo que hizo que Yami le mirara fijamente a la cara, más exactamente a los ojos.


El rey ignoró por completo las primeras palabras del moreno mientras se iba dirigiendo hacía un armario que había en sus aposentos para abrirlo y buscar algo en este, mientras seguía escuchando al joven  que había sobre su cama.  Cuando encontró lo que estaba buscando se acercó hasta la cama, desató al joven y le lanzó unas prendas de vestir que había tomado de su armario.


Yami: Ponte esto – le dijo después de haberle dado las prendas de vestir – Ese par como tú lo llamas son mis hombres de más confianza y hacen lo que pueden porque este reino siga adelante – le respondió mientras se alejaba un poco para tener una mejor visión del esclavo.


Cuando fue liberado el esclavo no dudó ni un momento en ponerse aquellas prendas que le había prestado el rey. Cuando se las puso no se podía negar que le quedaban genial incluso le iba a la medida exacta. Entonces se giró hacia el rey y haciendo una pequeña reverencia levantó su cabeza para mirarle fijamente a los ojos.



Ryuzaki: Siento haberle ofendido majestad – Dijo con tono respetuoso y agachando la cabeza – En realidad no pensaba toparme con usted en el palacio, quiero decir, pensé que encontraría a alguien mucho más mayor, incluso podría jurar que ronda mi edad si se me permite decirlo – Dijo observándole todo el cuerpo y luego parando en su cara. Era cierto que ambos aparentaban más o menos la misma edad.



El monarca se quedó mirando al joven de ojos dorados cuando este término de vestirse, cuando había tomado las prendas de vestir había supuesto que le podrían quedar pero no se hubiera imaginado que le iban a quedar tan bien como estaba apreciando.  En el momento que el joven hablo y menciono que rondaban por la misma edad se lo quedo mirando con más atención dándose cuenta que probablemente sí que podrían tener la misma.



Yami: Supongo que esperabas encontrarte  con el anterior rey – dijo con un poco de tristeza, no hacía mucho que su padre había fallecido y con todo lo que había pasado desde el momento de la muerte hasta ese preciso instante no había tenido tiempo suficiente para asimilarlo – pero siento que no sea así, aunque la verdad es que en mi caso tampoco esperaba que me regalaran un…  - se quedó callado unos segundos mientras volvía a mirar al joven que tenía frente a él, el cual no parecía un esclavo con las prendas que estaba vistiendo – alguien como tú –termino diciendo fijando su mirada en la dorada del moreno.


El esclavo se fijó en la reacción del rey y no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, la verdad es que se estaba divirtiendo, no podía negarlo, la sorpresa de la su elegancia a su majestad le había parecido muy impresionante y es que era cierto, a él aquella ropa le quedaba muy bien. Incluso parecía que tuviera sangre real.


Ryuzaki: Me sorprende su reacción joven rey, pero si es cierto que lamento la pérdida de su padre, debía ser un gran hombre – Dijo cabizbajo seguido de una pequeña sonrisa enigmática para luego volver su mirada a sus ojos - ¿Entonces sigue en pie aquel reto mi señor? – Preguntó curioso apoyando su dedo índice sobre su labio inferior de forma seductora, digamos que era una costumbre que tenía el moreno.


Yami ignoro completamente las primeras palabras del moreno, no le apetecía en ese momento tener que hablar de según que tipo de cosas y menos sobre sus reacciones a la hora de mencionar a su padre, por lo que en cuanto pudo aparto su mirada del esclavo rompiendo el contacto entre ambos ojos y ponerse a caminar un poco por la habitación hasta que escucho la pregunta, se detuvo para volver a centrar su atención nuevamente en el de los ojos dorados. Al mirarlo no pudo evitar centrar su atención en el dedo y labio del esclavo, al verlo de esa forma sintió una extraña sensación pero prefirió ignorarla completamente.


Yami: ¿Debo responder a esa pregunta? – respondió con arrogancia al esclavo, haciendo que su mirada tomara contacto con la dorada mirada - ¿Crees acaso que un rey rompería su palabra? – el tono en que hizo la pregunta era como si estuviera retando al moreno.


Ryuzaki: Por supuesto que no majestad, todo lo contrario, estaba tan seguro de que ibais a cumplir el reto que me daban ganas de escucharlo de nuevo – Dijo seguido de una sonrisa algo malvada y juguetona, luego se lanzó a la cama y se echó de lado tumbado mirando a los ojos del moreno.



Lo miró de arriba abajo esta vez con más detalle inspeccionándolo con cuidado. Cada vez que lo miraba era como si sintiera algo dentro de él que le hiciera estallar de emoción. Cuando porfín su mirada dejó de observar todo su cuerpo su mirada se volvió interesante, seductora, como lo era aquel esclavo.


Ryuzaki: ¿Y bien?... – Preguntó con tono divertido – Si sigo por este camino creo que acabaré volviéndome loco – Dijo bromeando ya que tantas miradas podían ser algo insinuantes, como lo harían una pareja.



Lo primero que pensó el rey al ver como el esclavo se lanzaba en su cama era como este podía tomarse tantas libertades, que le hubiera permitido estar en su habitación no significaba que le iba a dejar hacer todo lo que este quisiera y mucho menos que usara su cama, por lo que se acercó a este con el semblante muy serio hasta quedar frente al moreno para mirarle con superioridad y con el ceño un poco fruncido. El fruncimiento no se debía solo a que el de ojos dorados estuviera sobre su cama sino también porque le estaba empezando a incomodar que le estuviera mirando tan fijamente como si le estuviera evaluando, pero lo que termino de molestarle fue la mirada seductora con la que le miro.



Cuando escucho el comentario del moreno fue en el momento que su humor termino por llegar al límite del enojo, con lo que tomo de un brazo al esclavo y lo saco con violencia de la cama. Verdaderamente ese joven le estaba molestando demasiado, por hacerle sentir de una manera extraña que hasta el momento no había sentido hacia nadie.



Yami: No te tomes tantas libertades, puedes estar en esta habitación, pero no en esta cama – le soltó estando muy enfadado, algo que se le notaba en la mirada y en el tono – Sigues siento un esclavo después de todo – le dijo para que quedara claro cuál era la posición social de cada uno.



El joven esclavo no pudo evitar soltar una pequeña carcajada por el último comentario del rey y también por aquel movimiento brusco que éste había tenido hacia él, la verdad es que le gustaba verlo de aquella forma, digamos que su cara enfadada era digna de enmarcar.



Ryuzaki: Vamos majestad, no se enfade, al fin y al cabo si solo por esa acción ya pierde la paciencia no me imagino dentro de una semana… - Decía con tono cantarín mientras hacía gestos con la mano acompañando aquel diálogo – Oh, bueno… eso si es capaz de soportarme todo este tiempo – Dijo seguido de una pequeña risa maliciosa acompañada por una cara seductora que ya era de por sí la propia apariencia de aquel esclavo.



Después de dar una vuelta más por la habitación se apoyó en la pared y se quedó observando de nuevo al rey con aquellos ojos penetrantes.


Ryuzaki: Puede rendirse ya si desea… mi queridísimo amo… - Dijo nuevamente con tono seductor.



El moreno estaba consiguiendo molestar al rey más de lo que él se hubiera imaginado nunca que alguien podría conseguir. La forma y tono en que el de ojos dorados decía las cosas le molestaba demasiado pero al escucharle decir lo de la semana recordó el pacto que habían hecho por lo que decidió calmarse un poco para tratar las cosas como debía tratarlas alguien de su posición.



Yami: Por supuesto que aguantare, no creas que me dejare vencer tan fácilmente – dijo con arrogancia y orgullo mientras se sentaba en su cama, para después mirar fijamente a los ojos del joven por unos segundos.



Cuando el esclavo dio una vuelta por la habitación Yami se lo quedo observando disimuladamente, no quería que el otro supiera que este le estaba observando, aunque intuía que seguramente el otro sabía o notaba que era observado por él. En cuanto vio que el de ojos dorados se detenía y le miraba, fijo su mirada en la del moreno para a continuación escuchar sus palabras.



Yami: ¿Rendirme? Eso jamás – se levantó para acercarse hasta el otro y quedar frente a este a escasos centímetros mirándole con superioridad – Si alguien debería rendirse, ese deberías ser tú – contestó sin apartar la mirada de los ojos dorados.


El esclavo volvió a soltar una de sus pequeñas carcajadas mientras escuchaba aquello último que el rey había dicho, ¿cómo iba él a rendirse?, al fin y al cabo ambos se parecían bastante aunque estuvieran en rangos diferentes, eran como la pieza de un puzle que encaja a la perfección.



Cuando el rey se acercó de tal manera el esclavo sintió un pequeño impulso de acercarse también un poco más hacia él pero con un poco de suerte consiguió apartarse al instante y evitar de nuevo esa cercanía en la que había podido sentir la respiración del rey a la perfección.



Ryuzaki: Majestad, sería recomendable mantener distancias ya que tanta cercanía provoca en mi cuerpo una reacción que puede llegar a consecuencias muy peligrosas… - Dijo para luego acercarse al oído del moreno – Y a menos que esté preparado para ellas…, comenzaría a tener un poco de cuidado – Dijo entre susurros con una sonrisa maliciosa en el rostro.



La verdad es que aquel esclavo era muy rebelde y no era muy sumiso, desde luego parecía más un hombre seductor que un esclavo con ganas de servir.



Al rey se le formo una sonrisa de victoria en los labios cuando vio que el esclavo se alejaba un poco de él cuando se le había acercado, parecía que en parte había conseguido lo que se proponía que era dejar claro quién mandaba, pero eso era lo que pensaba hasta que escucho las palabras del moreno. Con las primeras palabras se puso a reír, pues no temía a las consecuencias que pudieran pasar aunque no sabía de qué se podrían tratar y en ese momento eso no le preocupaba.


Cuando el esclavo le susurró al oído el rey se apartó violentamente de este a la vez que le empujaba con fuerza haciendo que el moreno se golpeara con un mueble que tenía a su espalda. Una vez el monarca estuvo un poco más tranquilo por lo que había pasado le dirigió una mirada de odio al de ojos dorados.


El esclavo notó aquel mueble golpeándole su cabeza de la cual comenzó a brotar un pequeño hilillo de sangre, la verdad es que no se imaginaba tal reacción de él, al parecer aquel rey era un poco violento y sabía cómo defenderse en caso de que le atacaran: “lástima”, pensó el esclavo mientras cogía un poco de sangre de su cabeza.



Ryuzaki: Está bien, está bien – Dijo soltando una pequeña carcajada para luego mirar a los ojos llenos de odio del ahora enfadado monarca – Pero solo añadiré que el esquivar lo evidente solo hará que sienta más ganas con el tiempo... – Dijo de forma misteriosa mientras sonreía de aquella forma maliciosa para luego quejarse un poco por el golpe.



Aquella frase que había dicho el esclavo iba con segundas intenciones, era cierto que al moreno le gustaba jugar, y como buen jugador que era había notado en el rey ciertas reacciones sospechosas que estaba seguro pronto el monarca se daría cuenta de lo que ocurría, pero hasta entonces tocaba observar la evolución de aquella situación.



Poco a poco el rey se fue calmando un poco o al menos así fue hasta que escucho las carcajadas del otro, el cual le estaba desconcertando por momentos, todo en ese esclavo era un poco extraño pero aun lo fue más cuando le escucho decir aquellas palabras haciendo que se quedara un poco pensativo sobre estas.  Aun así decidió no darle muchas vueltas en ese momento, por su culpa ahora el moreno estaba sangrando y no podía dejarlo de esa manera, pero tampoco quería que nadie les molestara.



El rey dio unos pocos pasos en dirección hacia el de ojos dorados para intentar ver si este sangraba mucho a simple vista y desde la distancia en la que se encontraba no parecía que fuera nada grave, pero no podría asegurarlo a menos que se acercara a este o llamara a alguien para que le mirara; dos opciones que no iba a tener en cuenta por lo que solo le quedaba una solución.


Yami: ¿Es grave la herida? –le pregunto desde donde se encontraba en un tono neutro sin moverse de donde se encontraba.



El moreno miró como el rey comenzaba a acercarse a él, estaba seguro que ahora estaría preocupado por la gravedad de su herida que al fin y al cabo no era tan grave como parecía, solo era un pequeño golpe. Cuando el monarca preguntó no pudo evitar dibujar en sus labios una sonrisa traviesa.



Ryuzaki: Si queréis saberlo, ¿por qué no os acercáis y lo veis vos mismo? – Sugirió de forma provocadora, estaba claro que en aquel juego de retos ambos querían superarlos y además conseguir mandar sobre éstos, sin más se giró para que al menos al moreno no le costara acercarse a él ya que imaginaba que le podía molestar la forma con la que lo miraba.



Cuando el rey vio que el esclavo se girara para dejarle ver la herida por un momento estuvo tentado a acercarse para mirarla y ver si era grave o no, pero al final no se le acerco porque no estaba dispuesto a que pudiera pasar algo como lo que anteriormente había pasado, además de que intuía que esta no debía ser muy grave si el moreno actuaba igual que antes de haber sido golpeado.



Pasados unos segundos desde que decidió no acercarse al de ojos dorados, regreso hasta su cama para volver a sentarse en esta para quedarse por unos segundos observando al esclavo de arriba abajo deteniendo su mirada en algunas zonas mientras maldecía un poco lo bien que le quedaban las prendas que le había prestado. En el momento que se percató de las cosas que estaba pensando se llevó una mano a la cara.


Yami: ¿Qué me está pasando? –murmuro lo suficientemente bajo para que el moreno no le escuchara, mientras se maldecía interiormente por lo que acababa de hacer y pensar, entonces recordó las palabras que le había dicho el esclavo y no pudo evitar intentar comprenderlas.


El esclavo al ver que el rey no se decidía a ir sonrió maliciosamente, ¿quizás le temía? ¿o ya no podía resistirse a acercarse a él? Hubo un momento en el que escuchó los muelles de la cama y entonces acabó por girarse mientras acariciaba su cabeza, ahora el monarca se hallaba echado en la cama en una posición que para los ojos del moreno era terriblemente seductora, sobre todo por la mirada que ahora tenía su “amo” fijada en él.



Ryuzaki: ¿Ocurre algo mi querido rey? – Preguntó mientras se acercaba un poco a la cama – Parece que tiene fiebre o tiene síntomas de algún enfermedad, o al menos eso delatan esas pequeñas gotas de sudor… - Dijo con un tono lascivo y una sonrisa maliciosa – Aunque… por otra parte… ¿quizás ya comiences a sentir las consecuencias? – Preguntó esta vez con un tono seductor.



Luego rompió en una pequeña carcajada para después sentarse en el suelo y mirarle fijamente con la cabeza apoyada en su mano, la verdad es que una duda recorría su mente desde hacía un rato, pero ahora se disponía a realizar la pregunta:



Ryuzaki: ¿Y dónde dormiré si no es mucho preguntar  majestad? – Preguntó con curiosidad para desviar su mirada hacia la cama del monarca con una sonrisa que ocultaba algo de perversión.



Yami: No me ocurre nada –respondió rápidamente al esclavo en cuanto le escucho preguntarle para empezar a negar con la cabeza para dejar claro que no estaba enfermo ni nada parecido – Tonterías –fue lo único que respondió cuando escucho la pregunta sobre las consecuencias aunque una pequeña voz en su mente le decía que el moreno tenía razón, pero el rey no iba hacer caso de esa voz por lo que rápidamente se incorporó para quedar sentando sobre la cama y girar la cabeza para mirar al de ojos dorados un poco enojado.


Cuando escucho al esclavo preguntarle sobre donde iba a dormir se quedó un poco sorprendido, pues no había tenido tiempo para pensar en ello solo le había mandado a sus aposentos sin saber que iba a pasar después, por lo que se quedó en silencio meditando que hacer. Mientras meditaba sabía que el moreno no podía dormir en su habitación de ninguna de las maneras, no iba a estar tranquilo estando a oscuras con el otro, pero tampoco le iba a mandar a dormir a las mazmorras así que supuso que solo le quedaba una pequeña solución.


Yami: Podría ofrecerte una de las habitaciones contiguas a esta si prometes no causar ningún tipo de problema el resto de personal del castillo y mucho menos escaparte de este – le dijo con seriedad mirándole fijamente a los ojos.


El esclavo miraba las reacciones del rey con una sonrisa maliciosa en el rostro, en verdad era muy divertido ya que parecía que tenía una lucha interna consigo mismo y aquello podía llegar a confundirlo de una forma que estaba seguro podría aprovechar muy pronto. Sin más asintió a la proposición del monarca.


Ryuzaki: Está bien majestad – Dijo con una sonrisa – Además, no seré tan idiota de desperdiciar una oportunidad de dormir en una habitación y acabar en un calabozo, es más… - Dijo mirándole fijamente a los ojos – Algún día me pedirá que duerma con vos… - Después de aquel comentario soltó una pequeña risa maliciosa.

 

Luego se levantó y se dirigió hacia la puerta, aquello era lo último que iba a decir por aquella noche, ahora solo quedaba que el monarca deliberara en su interior una lucha constante que sin duda iba a dar un efecto positivo muy pronto.

 


Continuará...


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