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DESAPARECIDO por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

Kyo KARA MAOU NO ME PERTENECEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE.

Notas del capitulo:

Bueno sere franca, este es uno de muchos apuntes que tenia guardado hace meses, mientras lo iba escribiendo y arreglando me di cuenta de algo, no es el mejor de mis trabajos pero como ya lo termine de escribir, ahi les va.  Leanlo vajo su propia responsabilidad.

DESAPARECIDO

 

 

El rubio se notaba contento, aunque intentaba ocultarlo, es que la repentina amabilidad del hermano mayor de su prometido lo había sorprendido, sin siquiera pedirle ayuda, este se ofreció a llevarlo con él, lo cual agradecía, ya que aun no se  ubicaba bien en aquellas calles de ese mundo, tan diferente al suyo.

 

Mientras el Makoku caminaba al lado de un joven alto de cabellos azabaches, este solo pensaba en una cosa, que todo estaba saliendo de acuerdo al plan, pronto su querido hermanito se vería libre de aquel sujeto que tanto le hostigaba.

 

Dieron la vuelta como tantas otras veces, para sorpresa del muchacho pudo ver con claridad como dos grandes orbes verdes le miraban con tristeza para luego gritarle con todo su odio, aquel repertorio tan conocido por el, ¡infiel!, ¡traidor!, etc.  Estaba nervioso, de por si, jamás imagino que la muchacha que acababa de conocer le diera un beso, mucho menos que seria presenciado por un celoso dizque prometido.  Por suerte, pensó, tiene prohibido usar su mayoku en este mundo, ¿pero seria suficiente para evitarle ser victima de su furia?  Extrañamente, lo mismo pensaba su hermano mayor que estaba pendiente de los movimientos del rubio, no dudaría ni un segundo en dejarlo noqueado, si se trataba de defender a su preciado hermanito.

 

La joven junto al moreno, en tanto, solo miraba divertida la escena, no comprendía bien porque el amigo de su hermano le había pedido aquel favor que en un principio rechazo indignada, pero que luego de varios billetes y la necesidad implacable de comprarse un par de botas, olvido por completo, preguntando en seguida a quien debía matar.  Hasta ese momento ignoraba que se tratara de algo tan delicado y a la vez tan gracioso.  Quien diría que el menor de los Shibuyas se le quemaba el arroz, ahora comprendía el porque de tanta suplica por parte de aquel sujeto.

 

Nuevamente podía escuchar los reproches e insultos que tan bien conocía, pero él no se quedaría atrás, otra vez le recordaba que todo se trataba de un error y que dicho compromiso no existía, es mas se le revolvía el estomago de solo pensar que  un día tendría que casarse con alguien tan repugnante como él.

 

Un demonio no daba crédito a lo que escuchaba, sabia que Yuri no aceptaba el compromiso del todo pero llegar al punto de ser tan cruel, sabiendo de sus sentimientos hacia él, sentía como su corazón se le hacia trizas dentro de su pecho para luego salir desbordándose a través de sus ojos.

 

Sorpresa, era la única palabra que se le cruzaba por la mente  ambos hermanos Shibuya, aquel demonio de rostro angelical se encontraba anegado en lagrimas y con aspecto de estar a punto de desfallecer, pero no, antes de que cualquiera pudiese hacer un movimiento, el muchacho salio huyendo del lugar como alma que lleva el diablo.

 

Los días pasaron y aunque el primero estaba seguro que se trataba de un capricho para llamar la atención, el moreno sabia que no era así.  Si en un principio no deseaba verlo, luego pensó que se trataba de un castigo, pero mientras pasaba el tiempo la angustia crecía en su pecho, ¿donde se encontraba?, ¿Qué estaba haciendo?, ¿en que pensaba?, estaría bien.  Sus hermanos también se encontraban preocupados, además de molestos, no entendían como pudo hacer algo así, acaso no se daba cuenta que este no era su mundo, entonces se cumplía una semana y solo una idea se les pasaba por la cabeza, su pequeño hermano se encontraba perdido, no había otra explicación.  Le conocían bien sabían que era caprichoso pero siempre tuvo limites en sus travesuras y esta no lo era.

 

Sin darse cuenta los meses fueron pasando, los viajes de un mundo al otro por parte de un grupo de mazokus también, no comprendían como aun no aparecía, según Shoma, el padre de su rey, seria fácil para la policía encontrar a Wolfram, ya que en Japón los extranjeros eran bastante notorios y mas cuando estos eran rubios, pero ni eso fue suficiente, tal parecía la tierra se lo había tragado.  Con el tiempo los viajes se hicieron menos frecuentes, después de todo ellos tenían un reino por el cual velar, aunque siempre se informaban por su heika cuando solía visitar su hogar natal, acerca de los avances de la investigación policiaca.

 

Shori, si bien le preocupaba todo ese asunto, no se sentía culpable, para el aquel mocoso huyo porque quiso, y si hasta ese día no se le encontraba era porque no lo deseaba, después de todo tenia entrenamiento militar.  Mejor si no aparecía nunca, se decía a si mismo, aunque en ocasiones lo dejaba salir sin darse cuenta ante personas que ni entendían o no se interesaban por lo que decía, a excepción de cierta joven que llevaba años sin ver, por lo cual por primera vez comenzó a sentir un poco de miedo, no por él, si no por su hermano.  Nunca se supo el verdadero motivo del porque había sido la ultima pelea de la pareja real, todos supusieron que se trataba de los típicos celos del rubio, a nadie se le paso siquiera por la mente que todo había sido preparado por un sobre protector hermano mayor, entonces llegaba ella a restregárselo en la cara como si se le hubiese olvidado, para colmo le insinuaba si su hermanito ya sabia todo.  Aquella mujer, sin una pizca de vergüenza le comenzó a exigir dinero constantemente y para como tenia el descaro de insinuarle que tuvo que ver con la desaparición del Makoku.  Si bien aquel mocoso engreído nunca fue de su agrado, tampoco llegaba a detestarlo a ese punto, por algo desde que asumió el rango  de Maou de la tierra, una de sus tareas primordiales fue encargarse de lleno en la búsqueda del desaparecido príncipe de Shin Makoku, que por suerte no se había convertido en un problema internacional, en buen punto por tratarse de otro mundo, ya que bien estaba enterado que el reino de su hermano menor, aquello hasta el presente le causaba dolores de cabeza.  Solo recordar como un castaño había ido en su búsqueda, sin ningún acompañante habitual, le congelo la sangre, sabia que eso era una mala señal.  Con dificultad aplacaron la muchedumbre iracunda que se había ido de lleno en contra de su regente, que según ellos le había dado muerte a su tan preciado príncipe. No podía creer que esa gente fuera tan ingrata, gracias a su rey Vivian años de prosperidad, paz y felicidad, pero ellos no eran capaces de hacer lo mismo por él.

 

Apenas la gente se entero del nuevo compromiso de su Heika, todos los rumores  y resentimientos ocultos salieron a flote, sobre todo por parte de la familia paterna del primer prometido real, ya que los otros, quienes seguían sirviéndole fielmente no desconfiaban de él, es mas apoyaban su decisión.  Pero entonces se alzo la voz de un tal Walterona Von Bielfieled, alegando que como podían confiar en la palabra de aquellos buitres que ni siquiera se tomaron la molestia de informarle al resto de la familia cuando el joven desapareció, tuvieron que pasar meses para ello y para colmo no se les permitía viajar a ese mundo del que provenía su regente para ir en búsqueda de su sobrino.  La sola idea de ver salir soldados montados en corceles desde la tina de la casa de sus padres, le parecía irrisoria, aun mas la reacción de la gente al ver personas tan graciosamente vestidas.  Pero tal como su hermano menor le explico junto a sus hombres de confianza que eso era imposible, no porque no resistiera pasarlos, si no por el conocido odio de la caza Bielfieled hacia los humanos, eso solo llevaría a la desgracia a su natal mundo.  Eso fue otra cosa que no comprendió el mayor de los Shibuya, porque si su hermano sabia eso, mas tenia conocimiento de quien provoco tal revuelta, simplemente no lo hacia encerrar por alta traición y san se acabo.  Pero Yuri Shibuya, Heika de Shin Makoku, nunca podría hacer eso, ni siquiera si eso le acarreaba nuevos problemas o si le imposibilitaba poder conformar una familia, ya que la sublevación vivida le habría dejado sin prometida, la familia de esta temerosa se la llevo consigo luego de sufrir, al igual que en el castillo, un ataque a menor escala.  Ni pensar en una futura consorte, todas le rehuían apenas se les insinuaba formalmente y ni hablar de los varones que ni le llamaban la atención, pero aun así lo esquivaban, susurrando su apodo ganado gracias a un grupo de bishounens de uniformes azules, como “El torturados de Ángeles”.

 

Siempre recordaría como ese día, tras vele huir en plena discusión, sintió la necesidad de ir tras el, pero su cobardía disfrazada del que dirán  por parte de una perfecta desconocida, le había retenido, junto con un Shori tan asombrado como él por la reacción del engreído mazoku de fuego.

 

No habría día, ni noche que no recordara la imagen de un bello ángel anegado en lágrimas que huía corriendo de su lado para nunca volver.  Si, porque esa tarde fatídica, Wolfram Von Bielfieled, jamás volvió aparecer.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fin

Notas finales:

Se los adverti, no es uno de mis mejores trabajos, en que estaba cuando lo escribi, no lo se, aburrida es mas que segura.  Lo unico bueno es que en el veo reflejado el caso de miles de personas que desaparecen de la noche a la mañana sin mayor explicacion, es raro verdad, pero pasa mas amenudo de lo que pensaramos y no solo con menores de edad.

Bueno me despido y agradesco a quienes se atrevieron a leer esta historia.


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