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Touch me por Musaga

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Notas del fanfic:

Hace algunos meses caí presa de las escenitas que estos dos dan en presentaciones en vivo, así que decidí hacer algo pequeño por este encantador par.

 

Notas del capitulo:

Me encanta el Leeteuk/Heechul así que es probable que me dedique a escribir más fics de esta pareja. Espero les guste este primer intento.

T o u c h  M e

Una vez más, aquello se estaba volviendo rutina, una rutina algo insana según su propio juicio. Se quitó los lentes un momento para masajear el puente de su nariz, apretando aquella área para aliviar el dolor que le había provocado el plástico de sus gafas. Cuando el malestar en su nariz aminoró, de nueva cuenta se colocó aquel accesorio que le permitía disminuir la luminosidad de la pantalla. Su vista retomó su pasada actividad, esa actividad que se había vuelto una costumbre desde hace días atrás.

 

Cada noche sin falta, revisaba las últimas noticias que se generaban alrededor de la agrupación que él lideraba; noticias enfocadas al mundo del fanservice, ese mundo tan fantasioso en el que sus fans se sumergían, ideando las más locas historias a costillas de ellos. Había adquirido esa manía sin darse cuenta simplemente de un día para otro, era preso de su computador portátil ¿la razón? Haberse convertido en un adicto a ciertas fotografías que circulaban por la morbosa red.

 

Sonrió de  manera adorable al descubrir una nueva fotografía, una nueva fotografía de él en compañía de un segundo individuo. Era gracioso, el vivía en carne propia aquellas tomas, y aún así sentía emociones nuevas cada que veía tomas de los conciertos, pero no cualquier foto podía hacerlo sonreír, sólo aquellas dónde él y Heechul eran los protagonistas tenían esa capacidad.

 

Heechul, siempre Heechul, él se había vuelto mandamás de sus pensamientos y huésped de lujo en su corazón. Así había sido, de un momento a otro se encontraba hechizado por el mundo extravagante que envolvía a su amigo, simplemente se había hecho adicto a él. Maximizó la imagen para poder ver a detalle cada una de las facciones de ambos rostros, no podía negarlo, físicamente eran un atractivo visual digno de admirar, era obvio entender porque las admiradoras encontraban tan deliciosos  aquellos momentos de fanservice.

 

Lo recordaba bien, cuando se hizo aquella junta mensual, dónde le pidieron a la “Cinderella” y a él, que se quedaran unos momentos más; el resto podía irse, situación que intrigo a ambos integrantes. Como fuera, se quedaron a recibir indicaciones precisas y algo fuera de lo común: el TeukChul debía aparecer a la voz de ya ¿por qué? Quién sabe, era algo que no se preguntaba, eran órdenes que simplemente se acataban. Al salir de la oficina, Kim soltó una risilla algo burlona, capturando una mirada de reproche por parte del líder, quien no le encontraba lo gracioso a la situación, menos cuando comenzaban a intensificarse ciertas emociones secretas que siempre había guardado para Heechul.

 

Después de ello comenzaron las presentaciones y los primero acercamientos, al principio simples acercamientos espalda con espalda, luego ligeras gesticulaciones de placer que conforme pasaban los días se dejaron acompañar por algunos toques extras, hasta que a final de cuentas los simples roces se acabaron y en su lugar llegaron algunos toqueteos y expresiones que no dejaban mucho a la imaginación, muecas faciales que rebasaban los límites de la decencia y desencadenaban sensualidad desbordada por el lado que se les viera. Aquello ya no era sólo simple goce para las fans, esos numeritos se estaban volviendo un placer verdadero, al menos para Leeteuk.

 

Mejor que nadie sabía que esos desgraciados segundos de contacto ya no eran suficientes para él, necesitaba sentir más de ese delicioso erotismo que desprendía la figura de su amigo, simples recargones, caricias capilares y sonrisas sensuales, ya no eran suficientes. Ante aquellas impropias sensaciones, tal parecía que Heechul leía su mente pues en cierta presentación, le dio más que eso y no por ordenes de la compañía, si no por iniciativa ¡bendito descaro el del muchacho!

 

Lo recordaba bien, todo iba como en las demás  presentaciones, él bajó su ropa al propósito como en pasadas ocasiones. Esperaba el momento en que su tentación se acercara a él para ofrecer las maravillosas escenas ahora canon de Bonamana. Digamos que si paso según el guión, pero de diferente forma ¡y tremenda forma!

 

Suspiró al sentir la anatomía de Heechul pegada a la suya, haciendo lo más posible por incrementar el contacto, pues el menor había decidido abrazarle por encima de los hombros, aprovechando para pasar su dedo muy cerca de su garganta y después deslizarlo con torturante velocidad por el resto de su pecho y abdomen; por supuesto que lo enloqueció aquella acción, nada más bastaba con recordar su cara de placer, placer que había sido aumentado gracias a la aliento caliente y pesado del muchacho estrellándose contra su cuello.

 

Juraría que había quedado  fuera de si por algunos escasos segundos, cuando de nuevo tuvo control sobre si fue que empezó a reír nerviosamente, bailaba como de costumbre pero sin borrar era risita nerviosa que le había dejado el arrumaco con Kim. Cuando terminó la presentación, su tentación de cabello negro, se le colgó por el cuello preguntándole qué la había parecido su espontaneo acto, mientras le picaba las costillas, ocasionando su risa estrepitosa.

 

Nunca respondió a la pregunta y que mejor, puesto de cualquiera de sus respuestas, hubiera ocasionado la terquedad del menor por saber los pormenores. ¿Qué había pasado entre ellos todos esos meses? No estaba seguro pero lo que estaba claro, es que esos sentimientos guardados por la “Cinderella” estaban saliendo a flote con una velocidad alarmante, ya ni hablar del deseo que sentía acumulado en su interior.

 

— ¿Qué voy hacer?— preguntó al aire a sabiendas de saberse solo, cubrió su rostro con sus manos en una muestra de frustración, despojándose de nueva cuenta de sus lentes, miró la pantalla una vez más, sintiéndose un degenerado por imaginar esas caras de satisfacción de ambos pero en otras circunstancias, y quizás con menos ropa.

 

—¿Qué haces?— aquella pregunta salida de la nada le tomó por sorpresa haciéndolo brincar de la silla y poniéndose de pie como reflejo, podía sentir su corazón algo acelerado debido al piquete de dedos que recibió en sus costillas, pero principalmente al identificar aquella vocecilla burlona, giró para enfrentar al dueño  de sus más recientes fantasías insanas.

 

—¡Heechul! ¿Podrías avisar que vas entrar?— espetó quejándose por algo realmente ridículo, después de todo el muchacho podía entrar a la habitación cuantas veces fuera necesario.

 

—¿Bromeas? También duermo aquí, es algo tonto pedirte permiso para entrar a mi habitación— contestó con cierto sarcasmos que terminó por abochornar al mayor. Kim notó aquella reacción infantil de su acompañante, sospechando que aquel actuar era provocado por algo, como si se hubiera sentido pillado haciendo algo malo. A medida que ninguno dijo nada, Leeteuk se volteó para intentar cerrar su computadora, siendo detenido por la mano del de cabellos negros. —Déjame ver que estás viendo— sentenció mientras se recargaba en la espalda de su amigo y contemplaba la foto que exhibía la pantalla ante la resignación del otro.

 

—¿Contento?— Leeteuk preguntó más bien a modo de afirmación, intentando no prestar atención a la cercanía de su rostro con la de su amigo.

 

—Vaya, que buena foto— comentó con cierta sorpresa, mayor curiosidad en él al preguntarse que hacía su líder observando aquella toma. —¡Qué cara Teukie!— soltó  con toda la intención de incomodar al muchacho, mismo al que apretó en un abrazo.

 

—Es tu culpa— se defendió, mirándolo con los ojos a medio abrir-

 

—¿Es reproche ante lo que hice?— aquella pregunta necesitaba una respuesta inmediata, al menos así lo exigía la mente de Cinderella.

 

—Claro que no—

 

—Entonces ¿estás satisfecho?— volvió a preguntar el menor.

 

—Haces preguntas muy raras ¿sabes?—

 

—Por supuesto, con esa intención son— sonrió de manera torcida, haciendo gala de esa expresión un tanto frívola y digna de sentirle algo de temor. Heechul aprovechó la cercanía para llevar su dedo al cuello de Leeteuk y comenzar un camino de descenso a través del pecho y abdomen, haciendo círculos invisibles por encima de la camisa del mayor, quién sólo atinó a echar su cabeza hacia atrás, recargándola sobre el hombro de su compañero.

 

—Eso se siente bien— confesó sin tapujo alguno, era una respuesta no pensada, pues de haber sido analizada aunque sea un poco ¡jamás la hubiera dicho! —Heechul ¿por qué hiciste eso en aquella presentación?— pregunto dejándose consentir por el sutil toque de los dedos del joven, que de a poco se abrían paso, alzando la ligera playera que traía puesta.

 

—Porque quise— ¡qué descaro! Está bien que Heenim fuera un tanto cortante y frío en sus respuestas pero ¿no podía ser menos tosco en su hablar? Bueno tampoco podía esperar un “quise sentir tu cálida piel” sería una estupidez siquiera el albergar esa posibilidad tan ridícula. —Quise saber tu reacción— completó estampando sus palabras contra el oído de su líder.

 

—Eres un degenerado— confesó riendo con un peculiar brillo en sus ojos.

 

—Puede ser, pero y ¿tu? No te quedas atrás Teukie— señaló la pantalla abandonando por unos segundos el abdomen del joven.

 

—¿Esto está bien?— cuestionó con interés, tratando de ignorar la tensión en sus músculos provocada por la osada intención de Cinderella por despojarlo de su camiseta. El aludido tardó en responder escondiendo su rostro en la curvatura del bronceado cuello.

 

—Si tú no quieres lo mismo que yo, entonces sí, está mal—  se incorporó y besó bajo el lóbulo del mayor.

 

—Y ¿qué es lo que quieres?—

 

—A ti Teukie, a ti… estar así contigo a diario— una fina línea a modo de sonrisa adornó el rostro jovial del mandamás del grupo.

 

—Entonces no está mal—

 

—Siendo así ¿puedo seguir tocando?— interrogó de manera juguetona burlándose un poco de la situación, pues tampoco le gustaba dejar tan expuesto su casi inexistente sentido del romance, así que debía recuperar su postura de desvergonzado y no mantener su papel de victima enamorado, aunque claro, eso no quitaba el hecho de sentirse vulnerable ante las sonrisas mágicas de Leeteuk.

 

—No pidas permiso- rió el carismático muchacho. Pronto la playera fue más que un estorbo en la satisfactoria labor de conocer la textura de la piel ajena, Heenim orilló a su amante a levantar los brazos para facilitarle la tarea de despojarle de su ropa. Por su parte, el mayor ansiaba más que nada el tener bajo su merced el delgado y excitante cuerpo de Heechul, pero por el momento se dejaría hacer por las manos y voraces besos del otro, le permitiría que siguiera disfrutando de su ejercitado abdomen y torso, dándole el permiso de trazar caminos húmedos de besos a través de  firme cuerpo.

 

Que Cinderella le disfrutara cuanto pudiera, porque dentro de pocos momentos, sería él quien tomaría el control. Pronto las manos vivaces del menor fueron bajando con torturante calma el resorte del pants, revelando los huesos de las caderas de Leeteuk, mismos que Heechul se encargó de besar y mordisquear, succionando unas cuántas veces a la par que dejaba marcas rojizas en dicha zona, provocando jadeos involuntarios por parte del líder. La caliente lengua de Heenim de nueva cuenta recorrió el camino atlético del abdomen de su amante, poniendo en esta ocasión mayor énfasis en el placer de disfrutar aquella piel, deseaba seguir conociendo más aquel cuerpo, pero no estaba seguro de si su pareja aceptaría tal contacto a menos de algunos minutos de haberse vuelto pareja, porque ¿eso eran, no?

 

Heechul buscó la mirada pícara de Teukie, como pidiendo su aprobación a lo que sus bajos instintos pedían,  el mayor asintió con una tierna risa al ver el rostro algo infantil de su amante, contrastando en tremenda proporción con la acción que ejecutaba. Kim siguió besando con vehemencia el vientre bajo del muchacho, volviendo a hacer ligeros chupetes en esos tentadores huesos de la cadera, como estaba disfrutando, hasta que…

 

—¡Chicos vamos a salir a cenar!— Eunhyuk abrió los ojos más de la cuenta, sintiendo sus palabras ser atascadas en la gargante, al contemplar la escena que tenían montada sus mayores, se sonrojó de golpe al ver a Heechul arrodillado y lamiendo el abdomen de su líder mientras este revolvía sus dedos entre los sedosos cabellos del menor, bueno, aquella actividad se había detenido con su intromisión.

 

—Ah ¿fanservice?— declaró Leeteuk dando a entender a sólo practicaban una numerito mas.

 

—Si, claro, bueno me voy— y así como llegó, abandonó el lugar ante la risa de ambos jóvenes.

 

—Seguramente para la otra, tocará antes de entrar— dijo Heenim poniéndose de pie y dando un beso en los delgados labios del mayor.

 

—Seguramente; vayamos a cenar entonces, ya tendremos tiempo de más cuando lleguemos— sugirió sujetando la nuca de su pareja y besándole con calma impresa y sensualidad absoluta ¡cómo disfrutaba de los carnosos labios!

 

—Como digas, pero seguramente querrás ponerte la playera— se la pasó para que la vistiera.

 

—Cierto, no es que quiera presumirle a todos tus gracias— señaló esas marcas rojizas en sus caderas haciendo un puchero al instante.

 

—No estaría mal, siendo así, para la otra cuidaré de hacer esas marcas en lugares más visibles, seguro que las fans enloquecerán con ello— comentó riéndose ante la idea.

 

—¡Ni lo pienses Heechul!—

 

—Ya, ya, sólo bromeaba…— de nuevo esa sonrisa perversa, endemoniada sonrisa que le hacía pensar mil y un indecencias, dónde claro, él y Heenim serían protagonistas.  —¿Puedo tocarte en el auto, Teukie?— cuestionó como si aquello fuera lo más normal del universo.

 

—Tócame, sólo no te descares— finalizó mientras despeinaba los negros cabellos del menor, tomándole ligeramente de la mano para salir en busca de sus compañeros e ir a cenar. Al llegar a la sala los encontraron reunidos, algunos preguntándole a Eunhyuk ¿qué le pasaba, que estaba tan rojo? Reacción que se incrementó al ver a sus mayores, así que mejor optó por bajar el rostro apenado.

 

—¡Oh! Hyuk no se apenes, tal vez para la otra toques la puerta— comentó con burla Heechul, capturando la atención de todos, atención que luego se enfocó en Leeteuk, quien no tuvo manera de sofocar el sonrojo en sus mejillas, bochorno físico igual de intenso que el de Hyuk. Todos supieron leer entre líneas las palabras de Cinderella. Maldito Heechul, debía imaginarse que el descarado ese no se limitaría en hacer obvia su relación, en fin, así le encantaba.

 

Fin

Notas finales:

¡Gracias por leer!

Aquí un gif de las "TeukChuladas" ahahaha, me voy.


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