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Amor de Fuego. por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Naruto y sus personajes no son mios, son de su maravilloso creador. Yo tan sólo los tomo prestados para mis relatos yaoistas.

Notas del capitulo:

Hola ^^

Haciendo un oneshot para un pedido de cumpleaños, terminé creando un lindo Sasunaru.

La canción que sale es Lo hecho está hecho, de Shakira.

http://www.youtube.com/watch?v=g9jJqSq2E98

 

Advertencias

Este fic contiene lemon, no recomendado a menores de edad y a personas que padezcan del corazón y/o tengan severas hemorragias nasales.

 

Disfruten de mi fic, por favor.

 

Medianoche, aldea de Konoha.

 

Unos ojos negros miraban sin ver la barra del bar en el que estaba sentado. Unos dedos largos y delgados se movían impacientes sobre la madera de la barra y un cuerpo fuerte y masculino se mantenía quieto en una actitud de espera.

 

-¿Estás sólo cariño?-preguntó insinuante una voz dulce de mujer.

 

Los ojos negros miraron a la mujer, de cabellos negros y ojos marrones, con profunda indiferencia y frialdad. Ella comprendió al momento que no tendría caso intentar nada con ese hombre...lastima, era totalmente su tipo. Los ojos oscuros y profundamente negros siguieron con satisfacción la retirada de la mujer desconocida.

 

-¡Jum!-dijo chasqueando la lengua.

 

-Dime... ¿Estás esperando a alguien?-murmuró una voz ronca y masculina, profundamente sensual, al oído del hombre de cabellos negros tan oscuros como sus  ojos.

 

Sorprendido, el hermoso hombre de ojos negros se volvió deprisa y sus ojos se maravillaron con la belleza rubia y masculina que le había hablado, de piel dorada, cuerpo sexy y ojos azules y maravillosos.

 

-Puede ser...-murmuró el de ojos negros, intentando ocultar su nerviosismo y excitación.

 

-¿Y podría convencerte para que dejaras de esperar a esa persona y esta noche fueras sólo mío?-ronroneó el rubio pecadoramente.

 

Los ojos negros del hombre moreno lo evaluaron críticamente y el espécimen sexy y rubio pasó el examen.

 

-No hagas que me arrepienta.-dijo secamente el de ojos negros, recibiendo una mirada satisfecha del de ojos de cielo, que le tomó del brazo y se lo llevó del lugar.

 

-Los hombres más guapos siempre son gays.-suspiró con pena la mujer anteriormente rechazada por el de ojos negros a sus amigas, viendo irse a esos maravillosos especímenes de hombre.-El rubio también era mi tipo...

 

En cuanto los dos salieron del local, el rubio lo arrinconó contra la pared, tomando con voracidad la boca del moreno, que se sorprendió durante unos instantes, pero luego tomó parte en el delicioso beso, cargado de deseo, fuego y profunda lujuria.

 

Cuando separaron sus bocas, ambos respiraban agitadamente, con los ojos brillantes por la excitación.

 

-Vamos a un hotel.-murmuró el rubio con voz rugosa y sensual.

 

-De acuerdo.-respondió el moreno intentando ocultar en vano el temblor de su voz.

 

Caminaron en silencio, lanzándose leves miradas repletas de deseo, hasta llegar a un pequeño hotel, situado a tres metros del bar dónde se habían encontrado antes, el rubio fue a la recepción a pedir una habitación, mientras el moreno lo miraba con fingido aburrimiento. Con un brillo victorioso en los ojos, el de cabellos rubios se acercó al moreno y lo tomó de la mano para llevarlo al cuarto.

 

Llegaron sin mucha dificultad y los dos se adentraron en él, dispuestos a tener una muy buena noche de ardiente sexo.

 

En cuanto la puerta de la habitación se cerró tras ellos, el moreno se encontró de nuevo atrapado por los fuertes brazos del rubio y su boca de fuego.

 

En la suite dieciséis lo que empieza no termina

Del minibar al Edén en muy mala compañía

 

Las manos de ambos comenzaron a indagar en el cuerpo contrario, mientras sus labios y lenguas permanecían unidos, y el calor comenzó a inundar sus cuerpos, haciendo que la ropa sobrara.

 

Era ese sabor en tu piel, azufre revuelto con miel

Así que me llené de coraje, me fui a caminar por el lado salvaje

 

En un momento dado, la boca del moreno se separó de la del rubio y comenzó a lamer y morder ese masculino y fino cuello con deseo, dejando pequeñas marcar rojas a su paso, mientras el rubio gemía y apretaba con fuerza el trasero del de ojos negros.

 

No pudiendo aguantar mucho tiempo tan dulce tortura, el rubio se separó del moreno y le miró con ojos extremadamente ardientes y lujuriosos.

 

Pensé "no me mires así, ya sé lo que quieres de mí"

Que no hay que ser vidente aquí,

Para un mal como tú no hay un cuerpo que aguante

 

La ropa comenzó a volar y muy pronto los dos estuvieron casi totalmente desnudos, tan sólo una fina prenda de ropa interior los separaba de la completa desnudez.

 

Lo hecho está hecho, volví a tropezar con la misma piedra que hubo siempre

Se siente tan bien todo lo que hace mal y contigo nunca es suficiente

 

Ambos se miraban comiéndose con los ojos y expresando en esa mirada todo el fuego que inundaba su cuerpo, presos de la lujuria y el ansia de la carne.

 

Con un deje de chulería, el rubio tomó por un brazo al moreno y le empotró contra la pared, arrancándole un grave gemido y rompiendo un cuadro cercano, que se estrelló con estrépito en el suelo, y se escuchó demasiado en esas altas horas de la noche.

Pero poco le importó la molestia de los vecinos de habitación, estaba muy ocupado mirando los desafiantes ojos negros del hombre que apresaba por un brazo, y sonrió con desafío cuando el teléfono sonó.

 

-¿Si?-contestó el rubio, mirando de reojo al moreno, que aún seguía en la misma posición, contra la pared de la habitación.-Lo siento, fue mi culpa, no miré bien por dónde iba y tropecé con el cuadro. Si, si, añada el desperfecto a la cuenta.

 

Como fue, qué pasó, esa noche impaciente

Fueron a llamar de la recepción, cuando se quejaban de la diecisiete

 

Terminada la llamada, el rubio hizo un gesto con el dedo y el moreno lo miró de muy malos modos...pero fue hasta el rubio, sin embargo. Las bocas de ambos se unieron en un húmedo beso y sus manos se unieron.

 

-Espera un momento.-dijo en ese momento el rubio, molesto por alguna razón.

 

El moreno lo observó ir al baño y lavarse las manos con jabón...para sacar de su dedo anular un anillo de casado. El de ojos negros miró para otro lado cuando el rubio guardó con delicadeza esa alianza en el bolsillo de su pantalón.

 

-Ven aquí.-ronroneó con deseo el de ojos azules, sentándose en la cama.

 

El moreno suspiró con pesar, pero sus pasos se dirigieron a dónde el rubio le esperaba.

 

No puede ser nada normal, acabar eligiendo tan mal

En materia de hombres soy todo en experto siempre en repetir mis errores

 

No hay ceguera peor, que no querer mirar,

Cuando te guardabas el anillo dentro del bolsillo y dejarlo pasar

 

Los cuerpos de ambos se encontraron, deliciosamente, arrancando a los dos y estremecimiento de deseo, mientras sus bocas volvían a unirse con fogosidad y pasión. La última prenda que les quedaba pareció volatilizarse entre tanto fuego y descontrol.

 

Las manos de ambos se vieron atraídas por la virilidad del contrario, y comenzaron a acariciarse con deseo el uno al otro, logrando que gimieran en la boca del contrario y la temperatura comenzara a subir.

 

-Te deseo.-jadeó el rubio, separando su boca del moreno para tomar aire.

 

-Y yo a ti.-reconoció el de ojos oscuros.

 

Sin hablar siquiera, los dos amantes se posicionaron para hacer un 69, y calmar un poco su deseo...para aumentarlo aún más y fusionarse en un solo ser.

 

Lo hecho está hecho, volví a tropezar con la misma piedra que hubo siempre

Se siente tan bien todo lo que hace mal y contigo nunca es suficiente

 

Aguantaron muy poco tiempo tan dulce tortura, y pronto el moreno se levantó y se subió encima del rubio, que lo miraba con fuego y pasión, posicionándose sobre él y buscando con sus dedos la entrada de su cuerpo.

 

El rubio gimió con placer al sentir los fríos dedos del moreno penetrarle, mientras se relajaba y se dejaba dilatar por el de ojos negros, que muy pronto terminó su trabajo y abrió las piernas doradas y bien torneadas del rubio, para posicionarse en la entrada de su cuerpo y penetrarle con suavidad.

 

Cuando estuvo totalmente dentro del rubio, sus ojos se encontraron con lujuria y el moreno atacó con fiereza la boca del contrario, mientras comenzaba un salvaje y lujurioso vaivén, embistiendo con fuerza el dócil  cuerpo bajo el suyo.

 

-Ahhh, Ahhh, Ahhh.-gemía casi gritando el rubio, tomando con salvajismo las nalgas del moreno que le embestía, intentando que llegara más dentro de su ser.

 

El de ojos negros se excitó aún más y levantó las piernas del rubio hasta sus hombros, llegando aún más dentro de su cuerpo, y penetrándolo con más fuerza y rapidez, deleitando al rubio de ojos azules, que no podía contener sus gritos de placer, arrancándole una sonrisa al moreno, que observaba con satisfacción la cara de placer del rubio dominado.

 

-¡Más!¡Más!.-aullaba el de ojos azules, con ellos casi en blanco.- ¡Párteme en dos!

 

El moreno no pudo evitar gemir con deseo, cumpliendo las peticiones del ardiente rubio y entregándose por entero a la salvaje cópula que compartían.

 

Muy pronto los dos amantes se derramaron, uno sobre los vientres unidos de ambos y el otro en el maravilloso y apretado interior del rubio.

 

Cuando todo el fuego de la pasión se disipó, el moreno comenzó a sentirse extraño.

 

Nunca me sentí tan fuera de lugar, nunca tanto se escapó de mi control

Pero todo en este mundo es temporal, tú eres tú y yo soy yo

 

Nunca me sentí tan fuera de lugar, nunca tanto se escapó de mi control

Pero todo en este mundo es temporal, y en eso no decido yo

 

Lo hecho está hecho, volví a tropezar con la misma piedra que hubo siempre

Se siente tan bien todo lo que hace mal y contigo nunca es suficiente

 

Se siente tan bien todo lo que hace mal...

 

-¿En qué estás pensando?-preguntó el rubio jadeante, cuando el moreno salió de su cuerpo y se levantó de la cama.- ¿A dónde vas?

 

-A ducharme para irme.-respondió con sequedad el de ojos negros.

 

El de ojos azules se quedó mirándolo con incredulidad.

 

-¡Siempre tan amargado, dattebayo!-chilló el rubio con molestia.-Eres tan teme y estreñido como siempre.

 

-No me llames así, dobe.-gruñó el moreno, parándose en seco y mirándolo retadoramente.-Tú eres el usuratonkachi que quiso que nuestro primer aniversario de bodas lo celebrásemos fingiendo que éramos dos desconocidos y aunque te dije que no estaba de acuerdo, lo hice de todos modos.

 

-Porque es una idea fabulosa que me recomendó Sai, datteba.-aulló el rubio con un puchero.-Dice que es genial para mejorar la vida sexual de una pareja y darle un punto de morbo.

 

-Ya me parecía que no podía haber salido de ti, Naruto.-suspiró el azabache molesto, tomando al rubio de la mano y llevándoselo con él al baño.

 

-¿A dónde me llevas, Sasuke?-preguntó confuso el rubio.

 

-A tener una segunda ronda en la ducha antes de irnos a nuestra casa.-murmuró con sensualidad.

 

Ni decir tiene que el rubio estuvo de acuerdo, y muy pronto sus roncos gritos y gemidos llenaron el cuarto de baño.

 

Al final no salieron del cuarto, un muy feliz y satisfecho azabache, observó con ternura al bultito rubio y de ojos azules que dormía sobre su pecho, protegido por sus fuertes brazos.

 

Muy pronto se quedó dormido también, arrullado por la suave respiración de Naruto.

 

En medio de una neblina, en sueños, una figura conocida y amada, recibió a Sasuke.

 

-Aniki.-murmuró Sasuke con sorpresa, pues era Itachi quién le esperaba.

 

-Hola mi ototo-baka.-saludó el Uchiha mayor con una sonrisa cariñosa.

 

-¿Qué haces aquí, en mis sueños?

 

-Vengo a anunciarte que pronto estaremos juntos...

 

Y el Uchiha mayor se disipó ante sus ojos, como una neblina.

 

Sasuke se despertó sobresaltado y no conoció la habitación, pero al sentir el suave peso de su dobe se relajó y volvió a acostarse.

 

-La noche de ayer fue tan estúpida, con la idea del usuratonkachi, que hasta mis sueños son estúpidos.-masculló el azabache, volviendo a dormirse. Sin percatarse de que el vientre del rubio brillaba.

 

Tres meses después.

 

-¡Naruto! ¿Estás bien?

 

El rubio, mareado, miró con una sonrisa a Sai, para disipar la mirada de preocupación que veía en esos ojos oscuros.

 

-Si, Sai, estoy bien, dattebayo.-murmuró con una sonrisa de disculpa.-Sólo estoy algo mareado.

 

Sasuke, que había notado que el rubio llevaba raro unos días, frunció el ceño y saltó del árbol en el que estaba subido, tomando al rubio en brazos y llevándoselo hasta la torre de la Hokage, haciendo oídos sordos a las ruidosas quejas del de ojos azules y haciendo suspirar a Sakura, que le parecía muy romántico que Sasuke fuera tan lindo con el rubio.

 

-Verdaderamente  Sasuke le ama.-sonrió Sai verdaderamente, recibiendo un asentimiento de Kakashi.

 

-Estaban destinados a estar juntos.-dijo el peliblando cerrando su libro.

 

-Hai.-exclamó Sakura con los ojos brillantes.-Me hace muy feliz que se amen tanto.

 

Sai y Kakashi se miraron cómplices, que Sasuke y Naruto estaban casados era un secreto para muchos. Y Sakura había sufrido mucho del amor que ambos se profesaban, ya que siempre había estado enamorada de Sasuke.

 

Ahora que había dejado de amarle y salía con Lee, quizás era el momento de revelar la verdad a la aldea.

 

-Hokage borracha.-dijo el azabache al divisar a la rubia, bebiendo sake.-El dobe se siente mal.

 

La rubia de ojos ámbar, miró con molestia al Uchiha, pero se levantó para revisar al rubio, que estaba blanco como la tiza y extrañamente callado.

 

-¿Qué síntomas tienes, Naruto?

 

-Me duele la tripa, vomito a cada momento y tengo mareos, datteba.-murmuró el rubio con voz agotada.-Por no decir que no puedo comer rameeeeeeeeeeeeen, me enferma su olor.

 

La Godaime lo miró con sorpresa, porque esos síntomas eran muy extraños. Que el rubio no soportase el olor del ramen era preocupante.

 

-Vamos a mi consulta.

 

Los dos chicos la siguieron, con Sasuke más que preocupado y Naruto muy débil.

 

-Quítate la ropa y túmbate en la mesa.-dijo la rubia seria.

 

El kitsune así lo hizo, pese a que a Sasuke no le hacía ninguna gracia que nadie viera el cuerpo dorado de su dobe, pero hizo de tripas corazón y esperó paciente a que la Godaime lo revisara.

 

La de ojos dorados le revisó exhaustivamente, hasta que posó sus manos con chakra en el vientre del rubio y ahogó una exclamación de sorpresa, alarmando a ambos esposos.

 

-¿Qué tiene el dobe?

 

-¡Nooo! ¿Me voy a morir?

 

Los dos hablaron a la vez, sacando a la rubia de su sorpresa y haciendo que sonriera tranquilizadoramente.

 

-Nada de eso.-dijo Tsunade sonriente.-Tranquilo Naruto, que lo que tienes no es nada grave.

 

-¿Y qué es?-preguntó Sasuke simplemente.

 

-Naruto está embarazado de tres meses.-fue la sorprendente contestación de la Hokage.

 

Sasuke se quedó con la boca abierta hasta el piso y Naruto se desvaneció al instante.

 

Una vez hechos a la idea, mientras el Kyuubi se partía de risa en el interior de su contenedor, pues era gracias a él que el rubio estaba en estado. Naruto escuchó con ilusión las indicaciones de Tsunade, mientras Sasuke comenzaba a entender muchas cosas.

 

-Te espero, aniki...

 

Seis meses después

 

El agudo y molesto llanto de un recién nacido, resonó por el pequeño paritorio, arrancando lágrimas de alegría a un exhausto rubio, que tomó en sus brazos al niño, ya aseado y  cubierto con una mantita azul.

 

-Al fin te tengo, mi bebé.

 

Sasuke, que se hallaba justo al lado de su esposo, tomó con delicadeza el pequeño bulto que su rubio esposo le ofrecía con una sonrisa de dicha.

 

-Te presento a tu hijo, teme, Itachi Uchiha Uzumaki.

 

Sasuke lo tomó con seriedad en el rostro y un brillo sospechosamente húmedo en sus ojos negros.

 

El bebé, al sentir el suave agarre de su padre, abrió sus ojitos azul claro, que pronto se tornaron rojos con el Sharingan.

 

-Bienvenido, Itachi.-musitó el moreno con voz ronca y emocionada.

 

Naruto, que sabía a la perfección a lo que su esposo se refería, ya que le había hablado del extraño sueño que había tenido en ese hotel, sonrió y miró con amor a sus dos lindos Uchiha.

 

-"No dejaré que nadie vuelva a separarte de Sasuke, Itachi-san".

El pequeño bebé, reencarnación del llorado Itachi Uchiha, cerró sus ojitos azules y se durmió feliz, protegido por su padre.

 

 

Tres años  después

 

-Itachiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.-chilló Sasuke enojado.- ¡Vuelve aquí!

 

El niño, con sus traviesos tres añitos, le sacó la lengua a su padre y continuó corriendo por la aldea, arrollando a todo el que se cruzaba en su camino.

 

Con sus negros cabellos alborotados y en una pequeña cola de caballo, ojos azules y brillantes y unas pequeñas marquitas bajo los ojos, era casi una copia exacta a su rubio padre, con su carácter alegre y juguetón, sus emociones trasparentes y refrescantes...y su manía de volver loco a su oto-san.

 

-Ara, ara.-reía una anciana señora, sentada en un soleado blanco y viendo al niño correr, perseguido por el antes siempre frío Sasuke Uchiha.-Que linda familia.

 

El travieso pequeño se reía, esquivando ágilmente a su padre, con sus ojos rojos por el Sharingan, ya que lo dominaba con una perfección sorprendente, que a Sasuke le traía recuerdos del anterior Itachi, y maravillaba al mismo tiempo, pues este hijo suyo, con el alma de su llorado hermano, era un niño superdotado.

 

-¡Te pillé, Ita-chan!-trinó una voz dulce y cariñosa, sorprendiendo a padre e hijo.

 

-¡Oto-chan!-chilló entusiasmado el infante, abrazando al rubio de ojos azules con alegría y nada enojado por ser atrapado.

 

Naruto, con su capa y su sombrero de Hokage, sonrió a su niño, mientras Sasuke se acercaba a sus dos amores.

 

-¡Niño malo!-murmuró dándole un golpecito en la frente al niño, con dos de sus dedos, haciendo sonreír a Naruto, que recién llegaba de un viaje a Suna para una conferencia de Kages.

 

Itachi, con ojos serios y un pucherito idéntico a Naruto, sonrió y le dijo a su padre.

 

-Lo siento oto-chan, será en la próxima.

 

Sasuke sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas y miró maravillado a su pequeño niño.

 

-La estaré esperando, Itachi-chan. La estaré esperando.

 

Fin.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les gustara mi lindo oneshot XD.

¿Me merezco un review?

Besos.

Sasukitsu la Kyuubi.


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